⁰⁴
El fin de semana se había ido en un abrir y cerrar de ojos, el viernes en la tarde les cayó un correo de última hora en donde se les asignaba una investigación de la clase de Filosofía que debía ser entregada el lunes a primera hora sin oportunidad a entregar después, no tenían otra opción más que cumplir con sus deberes.
Gerard por su parte había tenido más obligaciones ya que tuvo que ayudar a Mikey a resolver una enorme guía de matemáticas con ejercicios complicados para el niño, apenas tuvo tiempo de recalentar la comida que Donna les había preparado y de escribirse un poco con Frank antes de ir a dormir, no tuvo chance de escribirle a Bert, y este tampoco le envió si quiera un "buenos días", es más, desde el viernes luego de que se vieron no habían conversado en lo absoluto, pensó en que sería buena idea enviarle un mensaje al día siguiente por la tarde para terminar su noviazgo, sinceramente no tenía ganas de volver a verlo.
El lunes por la mañana Gerard amaneció con todas las energías renovadas, era el inicio de una nueva semana y con la esperanza de olvidar todo lo sucedido partió hacia la escuela.
Las primeras cuatro horas habían transcurrido tranquilamente, se había estado pasando papelitos tontos con Frank para tratar de distraerse de la aburrida clase de Convivencia con la profesora Claudia, esa clase era una clara incitación a dormir.
En fin, el tiempo se les fue bastante rápido riéndose del Cowboy Boozey que Frank dibujó en uno de los papeles.
El timbre del receso sonó anunciandole a los jóvenes su tan añorado break, habían quedado de reunirse con los demás chicos, Patrick, Pete y Bob, Ray no había asistido a clases ese día por que había amanecido un poco enfermo.
—Chicos chicos, no van a creer el chisme que les traigo —fue lo primero que les dijo Pete cuando llegó corriendo del bar de la escuela, los demás estaban sentados en un semicírculo empezando a comer.
—No sabemos porque no andamos en esos caminos de la perdición, vieja de barrio —contestó Patrick antes que los demás.
—Esta bien, no les digo nada entonces.
—Hey, yo si quiero saber —mencionó Gee con una sonrisa en sus labios.
—No se diga más, ¿a qué no saben quiénes son novios? —Patrick rodó los ojos.
—¿Vas a contar o te pasarás el receso haciendo preguntas tontas?
—Que amargado estás —chasqueó la lengua y se re acomodó en su lugar sobre sus piernas—. A ver, resulta ser que ayer Robert McCraken, el rubiecito lindo de ojos azules —suspiró y Patrick lo fulminó con la mirada pero claro, lo ignoró olímpicamente—. Oficializó su relación con Zachary, la chica esta del otro año.
—¿Qué?
Fue casi involuntario como esa pregunta escapó de sus labios, Frank a su lado quería tomar su mano porque sabía muy bien que Bert había invitado a salir a su amigo, más no sabía lo que había ocurrido después.
—Dicen las malas lenguas, junto con la mía —se rió de su propio comentario mientras los demás le ponían atención—. Qué llevaban saliendo casi un mes y como las cosas al parecer iban en serio, Robert fue a casa de ella ayer a pedir permiso a sus padres y todo eso.
—Que bien por ellos —respondió Way.
Afortunadamente el timbre que indicaba que el receso terminaba sonó y la plática se dio por concluida, al parecer ninguno de los muchachos notó la tristeza que se apoderó de los ojos verdes de Gerard, excepto Frank.
Sin necesidad de hablarle lo tomó del brazo antes de que entraran al salón y lo abrazó, Gerard sin pensarlo dos veces rodeó con sus brazos la cintura de Frank y recargo su cabeza en la nuca de su fiel acompañante, escondiendo su rostro triste, no habían lagrimas que quisieran escapar de sus ojos pero si existía una sensación fea en su pecho.
—¿Estás bien mi Gee? —le preguntó con delicadeza Frank, acariciando sus cabellos azabaches, sin importarle como muchos de sus compañeros los observaban.
—Si Frankie, gracias —le sonrió un poco cuando se separaron del abrazo, pero con esos ojos Gerard nunca podría ocultarle nada a Frank, sabía que había algo que no le decía aún, más no quiso presionarlo.
Apenas el timbre de la salida sonó Gerard se despidió de Frank y sin esperarlo salió de la escuela, caminó muy rápido hacia su casa. Durante las últimas clases había pensado en lo que le diría a Bert, sentía que al menos merecía que le dijese la verdad.
Gee: Hola Bert, no quise enterarme de esto por boca de alguien más pero tristemente así fue. Me alegro mucho que estés con Zachary, espero les vaya bien y aprendas a serle fiel, sin embargo me hubiese gustado que por lo menos hubieses sido sincero conmigo y no jugaras de esta manera. Me entregué a ti Bert, no pretendo que me pidas perdón por lo ocurrido, pero si por haberme hecho esto, ¿qué ganabas? Yo nunca te hice nada malo. En fin, espero que seas feliz y que nunca te lastimen como lo hiciste conmigo.
Luego de ese mensaje dejó su teléfono a un lado y comenzó a tratar de hacer sus tareas, su mente distrayendose a cada instante, pensando en los múltiples porqués, más no encontraba ninguna respuesta.
Media hora antes de partir al trabajo revisó su celular y vio que había recibido respuesta hacía unos minutos, pero no esperaba para nada aquello que decía ese texto.
Bert: ¡Hey Gerard! Eso no era un secreto para nadie, además yo no te obligue a aceptar tener algo conmigo.
¡Ah! Y hablando de que te entregaste a mi, por Dios deja de ser tan hipócrita, ni siquiera eras virgen, el que se siente como juguete soy yo.
En fin, te disculpo por todo eso y espero que tu también seas feliz.
Su corazón se sintió tan herido y lastimado, no merecía que le dijese esas palabras; si su pecado fue entregarse a él sin sentimientos de por medio, era un castigo demasiado cruel e injusto el que estaba recibiendo.
Se sentó junto a su cama abrazando sus piernas mientras sus lágrimas recorrían su rostro, se sentía tan mal, él nunca fue una mala persona, nunca lastimó a nadie y menos con palabras y acusaciones tan hirientes y falsas.
Su teléfono comenzó a vibrar y sin pensarlo dos veces contestó la llamada, era la única persona que podía hacerlo sentir mejor, con voz rota por el llanto habló.
—Frankie...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top