Capitulo 6
Aurora recogió el vestido, se agachó para poder tomarlo y antes de levantarse una lágrima cayó cobre la tela. Ignoró este hecho para ponerse la prenda y girarse hacia el rubio.
Él se veía más turvio que ella, estaba sentado en la cama, con las manos cruzadas sobre sus pies, mirando a la nada, como pensando en lo que había acabado de hacer.
—Meliodas —Lo llamó al ver lo perdido que estaba, suspiró sin obtener respuesta alguna.
Con pasos lentos se acercó a él para poner una mano en su hombro, en respuesta el deminio llevo una de las suyas al lugar para juntarlas. Este acto sólo confundió aún más a Aurora.
La chica alzó una ceja dudosa y sólo cuando tuvo la mirada del rubio sobre ella comprendió lo grabe que había sido la locura que habían cometido.
—No sé que es lo que siento —Se confesó para apretar aún más la fina mano de su ex prometida.
—No —La chica se soltó —No me digas eso ahora —Dió dos pasos marcha atrás, su espalda chocó con la firme pared y llevó amabas manos a su rostro para taparlo, no estaba llorando sin embargo le ardían.
—Aurora, estaba seguro de amar a Elizabeth hasta que te volví a ver, llenaste mi cabeza con dudas desde que nuestros ojos se volvieron a encontrar —Se puso en pié para ir en la dirección de la demonio.
—No es justo — Se dijo a sí misma —Te fuiste, me abandonaste, me traicionaste cuando dijiste que no lo harías, escogiste a esa diosa por en sima de mí, y ahora, luego de tanto tiempo me sales con que tienes dudas. —Negó con su rostro aún oculto —¡Meliodas eres tan egoista!
Su voz estaba desgarrada, trataba de mantenerlo alejado pero su defensa era baja, siempre fue débil con él cerca.
—Entonces ¿Por qué seguiste? —Con delicadeza separó las manos de la chica para tomar su mentón, un suave movimiento fue suficiente para que el violeta y el verde volvieran a chocar —¿Por qué me tocaste? ¿Por qué no te negaste? ¿Por qué disfrutaste hasta el último de los placeres que te dí hace un segundo?
—No tienes derecho a hacerme esto —Agachó su cabeza nuevamente para enterrarla en su pecho —No lo tienes, Zeldris y yo estamos comprometidos, yo...
—¿Lo amas? —Cuestionó tratando de contener la ira.
—Zeldris siempre fue como mi hermano, mi mejor amigo, es sin duda la persona más importante para mí.
—Pero no lo amas —Con sus brazos envolvió la cintura de Aurora y reposó su cabeza en el cráneo de ella —No estoy completamente seguro de que es lo que siento, sólo se que se me revuelve todo de pensar que él va a tocarte o besarte, que mis deseos de ti crecen cada segundo que pasamos así, que tu hermosa sonrisa está en mi mente como una estaca.
—Para por favor —Trató de seprarse pero él no se lo permitió.
—Se que no te merezco, que después de todo lo que les hice no quieren ni verme, sería sencillo sólo irme con Elizabeth, cuando vensa a mi padre tendré vía libre, pero es que ahora no quiero, tenerte así, en mis brazos, me hace pensar que no hay mejor lugar para estar que contigo, que mi hogar y amor estan donde estés tú.
Aurora alzó la mirada en shock, encontró en esas hermosas esmeraldas tanta sinceridad que la asustó. Meliodas le dedicó una pequeña sonrisa. No encontraba que responder, quería decir algo pero no podía.
—¿Por que mierda no pensaste eso hace 3000 años Meliodas? —Irrumpió Zeldris molesto en la habitación.
El menor tomó del brazo a Aurora para separarla de Meliodas.
Ah, era eso, eso tenía que responderle ella, aunque moría por creer sus palabras no podía hacerlo, alguien que la había traicionado de tal forma no tenía palabra.
—No te metas en esto —Dijo entre dientes apretando sus puños.
—Aurora es asunto mío Meliodas —Soltó con desdén —Es mi prometida.
—Esto es entre ella y yo —Su mirada amorosa había cambiado por completo, esa hermosa mirada de hace unos segundos había desaparecido —No intervengas.
—Zeldris tiene razón Meliodas —Masculló la castaña —¿Por que no pensaste todas esas cosas hace 3000 años? ¿Qué es diferente ahora? ¿Por qué dices esas palabras tan bonitas?¿Quieres volver a jugar con mis corazones? ¿Quieres volver a dejarme tan enamorada que cuando te vayas te llevarás mi alegría? —Cada palabra estaba cargada con el odio que no pudo soltar en ese entonces, la expresión de Meliodas se ablandó —¡Dime! ¿El gran demonio no se da cuenta del daño que me hace o disfruta de hacerlo?
El rubio abrió su boca, tenía los ojos como platos, impresionado, jamás la hubiera imaginado a ella diciendo eso
—¿Tanto daño te hice? —Comenzó a caminar hacia ella.
—Me destrusite —Escondió su rostro en su flequillo.
—No es eso Aurora, te juro que de verdad no se que pasa conmigo —Trató de tomar su mano pero Zeldris lo detuvo, Meliodas sigue hablando a pesar de esto —Por favor confía en mí una última vez.
—Te lo dije, aunque quiera odiarte o convencerme a mi misma de que eres lo peor que pudo haberme pasado en la vida no puedo —Hizo una pausa —Porque fueron tantos momentos, tantas alegrías, me diste tanta felicidad que no me arrepiento de nada, si todo este dolor es el peso que debo cargar por compartir ese tiempo contigo entonces lo haré con gusto. Pero no Meliodas, no pidas algo que no has ganado —Se dió media vuelta para abrir la puerta de la habitación —Mi amor por ti no ha desaparecido pero toda mi confianza y lealtad si, mi vida ya no gira en torno a ti y no quiero volver a sufrir por tu causa, así que vence al rey demonio, toma a tu diosa y desaparece para siempre, para que así... yo pueda superarte de una vez.
Palabras del autor:
Se prendió esta mierda, Aurora deja a Meliodas en su lugar, las cosas están tensas entre ellos.
¿Qué pasará de aquí en adelante?
Lean comiendo palomitas
~Sora~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top