05

Jimin estaba detrás del mostrador de concesiones, organizando algunos paquetes de dulces, cuando Namjoon, su mejor amigo y alfa, se acercó con una sonrisa curiosa.

—Entonces, ¿cómo fue tu cita con YoonGi? —Preguntó Namjoon, apoyándose en el mostrador con una sonrisa traviesa.

Jimin se detuvo, su rostro se iluminó de inmediato al recordar los detalles de la cita. —Fue... increíble, Namjoon. Fuimos al lago, hicimos un picnic y vimos el atardecer juntos. YoonGi fue tan tierno y atento. Me pidió permiso para besarme y fue el beso más dulce en la frente.

Namjoon rió, claramente feliz por su amigo. —Vaya, suena perfecto, lo que siempre quisiste.¿Y cómo te sientes ahora?

Jimin bajó la mirada, sintiéndose un poco avergonzado. —Me siento nervioso y emocionado al mismo tiempo. Cada vez que lo veo pasar, mi corazón late más rápido. Me sonrojo y trato de actuar normal, pero es difícil.

Namjoon asintió comprensivamente. —Es natural sentirte así. Es obvio que te gusta mucho.

Jimin sonrió tímidamente. —Sí, Yoongi es muy atractivo. Y su sonrisa... es simplemente encantadora.

Namjoon rió suavemente. —Suena como que estás muy enganchado. ¿Y él? ¿Te ha dicho algo más?

Jimin se mordió el labio inferior, pensando en YoonGi. —No ha dicho mucho, pero su mirada dice mucho, el me ve con ojos diferentes, no como los demás.

Mientras hablaban, Jimin vio a YoonGi pasar por el vestíbulo. Sus ojos se encontraron brevemente, y ambos sonrieron tímidamente. Jimin sintió su rostro arder y rápidamente desvió la mirada, sintiéndose a la vez avergonzado y emocionado.

Namjoon observó la interacción y le dio una palmada en la espalda a Jimin. —Parece que está igual de interesado.

YoonGi estaba en la sala de empleados del cine, guardando sus cosas al final de su turno, cuando vio a Jimin saliendo por la puerta principal. Sin pensarlo dos veces, tomó rápidamente su mochila y corrió hacia él, decidido a no dejar pasar la oportunidad.

—¡Jimin, espera! —Llamó YoonGi, alcanzándolo justo a tiempo antes de que Jimin llegara a la salida.

Jimin se giró, sorprendido pero sonriendo al ver al alfa acercarse a toda prisa. —Oh, hola, YoonGi. ¿Qué pasa?

YoonGi respiró hondo para recuperar el aliento y le sonrió con calidez. —Estaba pensando... ¿Qué te parece si repetimos lo de la última vez? Salgamos a ver una película.

Jimin, aunque agradecido por la invitación, sacudió la cabeza con una sonrisa tímida. —No, gracias, YoonGi.

YoonGi parpadeó, sorprendido por el rechazo, y sintió a su lobo interior exaltarse, casi rugiendo ante la idea de ser rechazado por quien creía su predestinado. —¿Pero por qué? —Indago, tratando de mantener la calma.

Jimin se rió suavemente, rascándose la nuca con un poco de vergüenza. —Es que trabajamos en un cine. Realmente estoy cansado de películas y del olor a palomitas.

YoonGi, comprendiendo la situación, sonrió de nuevo y pensó rápidamente en una alternativa. —Ah, entiendo. Entonces, ¿qué te parece el festival aerostático que se hará este sábado?

Los ojos de Jimin se iluminaron de inmediato con entusiasmo. —¡Sí, eso suena genial!

—Perfecto. Entonces, nos vemos el sábado. —Respondió YoonGi con una sonrisa encantadora. Luego, con un gesto galante, invitó a Jimin a salir del centro comercial, acompañándolo hasta su auto.

A medida que se acercaban a la camioneta, YoonGi notó algo peculiar. El aroma a vainilla y lavanda que tanto le atraía de Jimin era débil a comparación del aroma que se intensificó notablemente mientras mas se acercaban a la camioneta.

Jimin había pasado mucho tiempo en ese lugar, ya que su olor estaba impregnado por todos lados, el lobo de Yoongi se sintió reconfortado y aún más atraído.

—Esta es tu camioneta, ¿verdad? —Preguntó YoonGi, abriendo la puerta con una sonrisa.

—Sí, es de mi madre. A veces la uso para venir al trabajo. —Respondió Jimin.

YoonGi asintió, disfrutando del aroma que lo envolvía, el aroma de su predestinado. —Bueno, espero que descanses bien. Nos vemos el sábado. —Dijo, sosteniendo la puerta abierta para Jimin.

Jimin sonrió y asintió. —Estoy deseando que llegue el sábado.

—Hasta luego. —Se despidió con una ultima mirada y cerró suavemente la puerta de la camioneta.

Observo como Jimin se alejaba y mientras caminaba de regreso, YoonGi no podía dejar de pensar en cuánto le atraía ese aroma y en lo mucho que esperaba su próxima cita.

Y que Jimin dejara de usar supresores de aroma.

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