Me había quedado sin armas, sin fuerzas y sin ganas de pelear, totalmente desgana con el alma rota decidí dejar de pelear una guerra que jamás iba a ganar.

Una que no me pertenece, de la cual jamas me perteneció sinceramente, llevo años luchando por cosas que tendría en su momento haber perdonado y sanado.

Ya no peleo, ya no discuto simplemente respiro para soltar cada daño en mi, no me remito a pensar solo a callar perdonando para ser libre.

Me hice mil veces la misma pregunta, Lo amas ? En la cual me respondía qué si, Sos feliz? A pesar de todo si, Lo volverías a elegir? Por supuesto que si.

Que queres hacer de tu vida? Ser pastora y poder hacer lo que realmente Jesús decía, ser abogada aun que me cueste muchos años, ser una madre de la cual me sienta orgullosa.

Quiero a mi compañero de mi vida hasta ser viejitos esperando a nuestros nietos, quiero, ser abrazada por el mismo cuando lloro abrazada a mi pequeña y el no se da cuenta.

No puedo expresar lo que siento, pero a veces siento que me derrumbo y simplemente quiero caer para levantarme nuevamente mil veces más fuerte que antes.

Hoy decidí dejar de pelear una guerra que solo Dios puede ganar, decidí perdonar para estar en paz... decidí perdonarme también...