A little Love Stop the Rain 🍃
“Es una noche atípicamente cálida para el mes de octubre en la localidad de Haeundae. Recomendamos que acompañen la velada con…”
El ruido de la aguja de la vieja radio tratando de encontrar una emisora que se decante por baladas de los años ochenta llena la pequeña estancia iluminada el otro lado de la calle.
Para algunos sería problemático seguir despierto cuando pasan las tres treinta de la madrugada en el reloj digital que preside el escritorio de Min Yoon Gi. Sin embargo, no es el único con problemas para conciliar el sueño.
Aunque la razón sea diferente, su rubio vecino, apodado como el pequeño mochi del barrio tampoco puede dormir. No cuando el examen de Anatomía se pega a sus huesos como el peor de los recordatorios.
Desde que la familia Min se mudara a Busan, Yoongi estuvo tentado a regresar con su padre a Daegu. Únicamente había aceptado la petición de sus hermanas y progenitora de mantenerse en aquel sitio porque el justo día de la mudanza su mundo fue sacudido al conocer a quien calificaba como la razón de su inspiración en los momentos más agobiantes.
Solo habían cruzado algunas palabras mientras compartían el amable encuentro antes de sacar la basura o el paseo obligatorio del irreverente caniche llamado Holly, protagonista de las travesuras en la casa de los Min. Jimin tenía un gato de la raza calicó.
Uno que gustaba de colarse en la habitación de Yoongi y aunque al inicio le mostrara repelús, siendo alérgico, había sido otra oportunidad perfecta para entablar una verdadera conversación con el chico de las mejillas rellenas y la cálida sonrisa donde sus ojos se convertían en dos tiernas medias lunas.
“Es increíble que seas alérgico cuando pareces un adorable gato.”
Recordaba aquella conversación que terminó con su expresión perpleja y un sonrojo furioso en las mejillas de Jimin.
“Me gustaría que me llevaras a casa, hyung.”
Le había casi obligado a aceptar una pequeña mano que ahora precisaba para apaciguar el nuevo bloqueo creativo que rondaba el proyecto de grabación de esa semana.
—Si sigo así me va a salir otro cerebro…
Le habló a la soledad de su habitación antes de acercarse a la ventana. Desde allí, como la mayoría de las ocasiones en que había compartido sus noches de insomnio con su curioso vecino pudo observar la cabellera rubia siendo hecha puños entre las pequeñas manos.
Yoongi sonrió casi sin percibirlo mientras usaba el flash de la cámara de su teléfono para llamar la atención de Jimin. El rubio reconoció la señal tardíamente antes de corresponder señalando hacia abajo.
Yoongi suspiró. Cómo hacerle notar a alguien que llevas pretendiendo por mucho tiempo que no existen maneras correctas para elaborar una frase que pueda contener todos los sentimientos apresados dentro del latido descontrolado en un corazón que ya ha sido lastimado por el amor en otra ocasión.
Sin darle más vueltas, el pelinegro de ojos gatunos decidió aceptar la invitación de su vecino y cuidando de no despertar al resto de los habitantes de la casa, consiguió hacerse paso a través de la misma ventana de corredera que lo comunica con el patio trasero de la casa de los Park.
Allí una menuda sombra lo espera y es increíble el contraste. Como si se tratara de la noche y el día. Jimin va de blanco en una polera con el logo de su facultad mientras Yoongi sigue siendo el dueño de un aura misteriosa camuflajeado en negro que en los últimos meses ha llevado al menor a cuestionarse muchos puntos que antes ni siquiera podía considerar.
—¿Examen mañana?
Pregunta Yoongi en un susurro cuando solo los separan centímetros. Jimin se humedece los labios con su propio nerviosismo antes de tomar una decisión que deja al mayor paralizado.
—Sí, supongo que solo tú podrás entenderme…
Sus brazos se cierran en torno a la firme cintura y es como si Yoongi pudiera explotar en miles de mariposas color púrpura con ese cálido gesto. El aroma cítrico de los cabellos casi color platino, la familiaridad del cuerpo ajeno y al mismo tiempo el tamborilear desesperado de un pulso que no le pertenece lo hacen vacilar hasta que sus manos enmarcan el delicado rostro del rubio.
—¿Te he dicho que luces más hermoso últimamente?
Se aprovecha del camino que el propio Jimin ha tomado y sigue sin creer lo que está sucediendo hasta que los labios del chico le rozan la mejilla.
—¿Te he dicho que eres lo único que quiero últimamente?
Yoongi intenta ocultar su aturdimiento con un nuevo abrazo donde no le importa traspasar otra frontera. Jimin termina ladeando su rostro lo suficiente para que el roce se materialice en un beso inocente.
Su primer beso después de meses cuestionándose por qué la llegada del mayor a su vida parece ser el inicio del cambio por el que tanto tiempo había pedido. La plática se reanuda mientras dos sombras tomadas de la mano deciden caminar en dirección al parque donde les sorprende el amanecer.
Pasan algunos meses en el cronómetro de un mundo que siempre mira hacia adelante. Llegan las fechas donde las calificaciones definen nuevas etapas mientras las flores en el jardín trasero de la casa de los Park y de los Min cambian los brotes inmaculados por los indicios del invierno.
Sin embargo, la pequeña semilla que germinara desde la más honesta mirada parece solo afianzarse cuando la palabra “noviazgo” casi consiguiera noquear a un ensimismado Min Yoon Gi que todavía no se cree merecedor de tanta felicidad.
Jimin ha promovido al tercer año de la carrera de Medicina. Él mismo ha ganado un puesto como productor en un estudio del centro de la ciudad y con ello la oportunidad de probarse a sí mismo.
—No vas a creerlo, Jiminnie, hoy pude hablar con el mánayer de Taeyang… Quizás te pueda conseguir un autógrafo si viajo a Seúl…
Su voz suena demasiado efusiva y Jimin sonríe del otro lado de la línea mientras las puertas giratorias de la planta baja donde descansa el trabajo de su novio le dan la bienvenida.
—Eso es genial, Yoonie…por cierto, tenía algo para ti… ¿Podrías darte la vuelta?
Yoongi enarca las cejas sin comprender esa petición pero todo cobra sentido cuando descubre la sonrisa cómplice en el rostro de su chico.
Tal como en esas películas que van en cámara lenta, el sentimiento suave y esponjoso que calienta su pecho estalla en miles de promesas y es demasiado tarde cuando se encuentra a mitad del pasillo para sostener a Jimin en sus brazos y compartir un beso demasiado íntimo aun para el poco público que poseen.
—Te extrañé, Mochi.
—Yo lo hice más ¡Sorpresa! Mis vacaciones comienzan hoy ¿Aceptas acompañarme esta noche a una cita?
El rubio se ha anclado a su cuello en un abrazo demasiado tentador. Yoongi niega antes de rozarle la punta de la nariz con la suya.
—Dime cuándo es que puedo resistirme a una de tus invitaciones. Eres como ese dulce verso que completa el poema de nuestra historia de amor…
Los ojos del más joven se cubren de otra capa de estrellas. Para Jimin conseguir esta cercanía, después de traspasar todos los muros que solían contener a Yoongi, es el mejor de los logros.
—Y tú… tú eres el arcoíris al final de la lluvia que por tanto tiempo inundó mi alma. Te quiero como el infinito, incluso me atrevería apostar que un poco más…
Yoongi terminó sellando esa declaración con otro apasionado beso. Minutos después ambos chicos abandonaban las instalaciones de lo que en unos años llevaría el nombre de Genius Lab, donde un joven productor y un prometedor médico soñaran algún día con sostener entre sus manos los retazos de la melancolía y darle la bienvenida a ese sentimiento contradictorio llamado amor.
WRECKED💘🍃
“Cada momento contigo es un dulce verso en el poema de nuestra historia de amor.”
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