xxxi. Fiesta de la fortuna

capítulo treinta y uno: fiesta de la fortuna.

✿✼:*゚:༅。.。༅:*・゚゚・⭑

ASÍ QUE, a la edad que tenía en ese momento, Percy se enteró que la fiesta de la fortuna no tenía nada que ver con el atún. Con lo cual estaba completamente bien. Como, seriamente bien. ¡Los peces no son comida!

Campistas, amazonas y lares llenaron el comedor con una cena lujosa. Incluso los faunos fueron invitados ya que ayudaron vendando a los heridos después de la batalla. Las ninfas del viento revoloteaban por la habitación, repartiendo pizzas, hamburguesas, bistecs, ensaladas, comida china y burritos. A pesar de la agotadora batalla, todos estaban de buen humor. Las bajas habían sido leves, y los pocos campistas que habían muerto y vuelto a la vida, como Fiona, no habían sido llevados al Inframundo (lo que honestamente lo estaba haciendo sonreír como un idiota), y nadie se quedó. Coloridos estandartes amazónicos y romanos colgaban uno al lado del otro de las vigas. El águila dorada restaurada se alzaba orgullosa detrás de la mesa del pretor, y las paredes estaban decoradas con cuernos mágicos de la abundancia (cornucopias).

Las cohortes se mezclaron libremente con las amazonas, saltando de lecho en lecho a su antojo, y por una vez los soldados de la quinta fueron bienvenidos en todas partes. Percy cambió de asiento tantas veces que perdió la noción de su cena. Trató de encontrar algo de tiempo con Fiona, preferiblemente a solas, para que pudieran hablar. Porque necesitaban hablar. Pero todos seguían distrayéndolo, llevándolo a una conversación (algunas de esas personas que prácticamente lo odiaban hace cuatro días). Cada vez que se encontraba libre, Fiona no lo estaba. En cambio, estaba charlando y sentada con su madre, que se parecía mucho a ella. Cabello castaño suelto en rizos, rasgos suaves y, sin embargo, con una mirada que te decía que si te metías con ellos, ibas a estar seis metros bajo tierra en segundos.

A veces, Fiona miraba hacia arriba, veía a Percy y le dedicaba una brillante sonrisa y lo saludaba con la mano, lo cual no era alfo que él pensaría que ella haría. Pero fue agradable. Lo hizo enrojecer y esperar a que no tuviera comida entre los dientes o algo así.. Para ser honesto, Percy estaba asustado. Fiona quería ser pretor por encima de todo, su ambición dijo, era su defecto fatal. Y Percy deseaba que ella también fuera pretor, porque sería increíble en eso. ¿La forma en que había ordenado a esas sombras en Alaska? Se había quedado atónito. Se sintió mal por haber sido nombrado nuevo pretor. Porque no solo le había robado eso a Jason, y en realidad no quería ser pretor, sino que también era el sueño de Fiona, y el hecho de que él fuera cargado y todo eso y Fiona no, lo enfureció. Entonces, ¿tenía que ser un chico y no una chica? Fiona se merecía eso mucho más que él.

Pero si le estaba molestando, no lo demostró. De hecho, Fiona parecía bastante feliz por él, realmente feliz. Aunque estaba seguro de que si hubiera visto a Kinzie invitarlo salir y él tener que rechazarla, se habría vuelto en una asesina muy rápido.  Cuando la primera raya de servicio de Percy quedó gravada en su piel, se las arregló para no gritar: un tridente de Neptuno y SPQR con él. De repente entró en pánico al pensar: Oh dioses, ¿Qué pensará mamá al ver el tatuaje?

Hylla y Reyna compartieron un discurso juntas, que Percy estaba seguro de que era el primero en la historia: una amazona y una romana riéndose y tintineando bebidas. Pero lo hizo sonreír. Parecía que Reyna había envejecido muchos años mientras estaba cerca de su hermana mayor.

Cuando finalmente terminó la cena y toda la legión tuvo la noche libre, Percy pudo respirar. Él y sus amigos se dirigieron a la ciudad, que no estaba del todo recuperada de la batalla, pero los incendios estaban apagados, la mayoría de los escombros habían sido barridos y los ciudadanos estaban decididos a celebrar. En la línea Pomerian, la estatua de Terminus llevaba un sombrero de fiesta de papel.

―¡Bienvenido, pretor!―él dijo.―Si necesitas aplastar las caras de los gigantes mientras estás en la ciudad, solo házmelo saber.

―Gracias, Terminus.―Percy compartió una mirada con Fiona, que parecía muy divertida.―Lo tendré en mente.

―Sí, bien. Tu capa de pretor está a una pulgada demasiado baja a la izquierda. Ahí, eso es mejor. ¿Dónde está mi asistente? ¡Julia!

La niña salió corriendo de detrás del pedestal. Llevaba un vestido verde esta noche y tenía el pelo recogido en coletas. Cuando sonrió, Percy vio que sus dientes frontales comenzaban a salir. Levantó una caja llena de sombreros de fiesta. Percy trató de declinar, pero Julia le dirigió grandes ojos de adoración y Fiona no le dio otra opción. Cogió una corona azul y se puso de puntillas para colocarla en la cabeza de Percy.

―Ahí tienes, bíceps de percebe.―sonrió. Percy aún así tenía que arreglarlo , correctamente porque incluso de puntillas, no había logrado alcanzarlo por completo.

Luego, Julia le ofreció a Fiona una tiara rosa.―Seré Percy Jackson cuando sea grande.―le dijo solemnemente.

Cuando Hazel tomó un sombrero de pirata dorado, alborotó el cabello de la niña.―Es bueno ser así, Julia.

―Aunque.―Frank eligió un sombrero con forma de oso polar.―Frank Zhang también sería bueno.

―¡Frank!―Hazel lo regañó, aunque estaba tratando de no reír.

Continuaron hasta el foro, que estaba iluminado con farolillos multicolores. Las fuentes resplandecían de color púrpura, las cafeterías estaban haciendo un buen negocio y los músicos callejeros llenaban el aire. La diosa Iris también debió haber estado de humor para la fiesta, ya que mientras Percy y sus amigos paseaban frente a la casa del senado dañada, un deslumbrante arcoíris apareció en el cielo nocturno. Desafortunadamente, con el vino una suave lluvia de simulaciones de cupcakes.

Durante un rato, Percy deambuló por las calles con Fiona, Hazel y Frank. Caminando un poco hacia atrás, Percy pudo ver que Hazel y Frank se rozaban continuamente, y quería darles un tiempo a solas. Y sin mencionar que también quería hablar con la chica que estaba a su lado, que estaba ocupada pateando un panecillo por las calles y sonriendo para sus adentros.

Entonces, finalmente dijo:―Estoy un poco cansado, muchachos. Adelántense.

Fiona rápidamente aprovechó la oportunidad y agregó:―Uh, sí, yo también. Esa batalla me cansó mucho.

Frank protestó, pero con un golpe de Hazel, entendió la señal y ambos continuaron. Cuando Percy miró por encima del hombro, vio que los dos se tomaban de la mano.

Fiona arqueó una ceja hacia ellos.―Ella es pequeña y él es un alce. Me encanta.

Percy sonrió. Fiona se había quitado la cola de caballo desordenada y en su lugar lo había trenzado holgadamente sobre un hombro.―Tú también eres bajita.

Rápidamente entrecerró los ojos hacia él.―Cierra la boca.

Caminaron en silencio por un rato después de eso, en dirección al campamento. Sus dedos siguieron rozándose, antes de que Fiona diera un paso valiente y tomara su mano, entrelazando sus dedos con los de él. Percy la miró y le dedicó una pequeña sonrisa. Ella se sonrojó, luego frunció el ceño y miró hacia otro lado. Él sonrió. Descubrió que cada vez que ella se sonrojaba, lo odiaba y se enojaba, lo que solo la hacía más linda.

Se detuvieron en las puertas del fuerte y contemplaron el valle. Parecía que hacía tanto tiempo que Percy había visto por primera vez el Campamento Júpiter desde aquí.

Todavía tomados de la mano, Fiona balanceó su brazo un poco antes de decir:―Entonces... estoy adivinando y diciendo que no tienes una novia esperándote en casa.

Percy levantó las cejas, mirando hacia abajo y sonriendo.―Pareces muy feliz por eso.

Rápidamente ocultó el hecho y solo lo miró inocente.―¿Hmm? ¿Yo?

Puso los ojos en blanco con buen humor y se encogió de hombros. Mirando hacia el horizonte, Percy dejó escapar un suspiro largo y dramático.―Bueno, supongo que no tengo novia en casa, lo que significa que estoy soltero, lo que apesta.

Fiona se mordió el labio para evitar sonreír.―Qué triste.

―Muy triste.

―Bueno.―soltó su mano y comenzó a caminar hacia las puertas.―Avísame cuando encuentres una...

Percy se quedó boquiabierto, sin esperar que ella hiciera eso. Estirándose, agarró su mano y tiró de ella hacia atrás. Fiona se rio, amando su reacción.―Estoy tratando de ser gracioso y no lo haces fácil.

Había un brillo travieso en los ojos de Fiona. Se puso de puntillas de nuevo y envolvió sus brazos alrededor del cuello de Percy. Se veía impresionante a la luz de la luna, y Percy se preguntó cómo podía gustarle a alguien como ella.―¿De verdad crees que alguna vez haré las cosas fáciles, chico Percebe?

Dicho esto ella se inclinó y lo besó, un beso real y apropiado sin que nadie mire. Percy la acercó mas, inclinándose para poder encontrar sus labios porque era mucho más baja que él. Hizo que su estómago se agitara con mariposas. Fiona se rio entre dientes con el beso y fue como si las mariposas volaran hasta su pecho. Podía quedarse allí, besándola por el resto del tiempo. Nada más importaba en ese momento, y Percy podía decir que fue el mejor beso de todos.

+5 COMENTARIOS PARA PRÓXIMO CAPÍTULO :)

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