🥀- NOMBRE: NIXIE.
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❁⋆Capítulo: IX⋆❁
❁⋆Nombre: Nixie⋆❁
Kaylee Felling
Era la cosita más pequeña que había visto en mi vida. Tan inocente e indefensa, la tomo en mis manos y me siento en el banco mientras la acaricio.
—Es hermosa—le digo a Ryan que me mira como si estuviera loca.
—Si, y un saquito de pulgas también— dice mientras me coloca su chaqueta.
—Debemos llevarla al veterinario— me quito la chaqueta y se la coloco a la pequeña gatita que tenía entre mis manos.
—¿Es en serio Kaylee?—pregunta mientras se arrecuesta al espaldar de el banco.
—Si Ryan, es en serio—me levanto del banco y camino hasta donde está el auto.
—¡¿A donde vas?!—pregunta Ryan levantándose del banco.
—¡Al auto!—grito.
—¡Oh no! ¡Esa pequeña bola de pelos y llena de pulgas no entrará a mi auto!
···
—¿No es algo lindo?—le pregunto a Ryan mientras conduce.
—Si—responde con fastidio.
Resulta ser que después que me dijo que la bola de pelo no iba a entrar al auto lo miré con cara de asesina serial y me dejó llevarla conmigo, bueno, con nosotros y ahora vamos de camino a Forgam para ir al veterinario.
Siento a la pequeña bolita de pelos comienza a temblar en mis manos. Mis manos comienzan a temblar también.
—Ryan—le digo asustada.
—¿Que pasa Kaylee?—menciona con aburrimiento.
—La bolita está temblando mucho—digo casi llorando.
Ryan nota mi preocupación y acelera el auto, solo quedaban unas cuadras para llegar a la clínica. Toco el pecho de la bolita y había dejado de latir.
—¡Ryan no late! ¡No late!—grito mientras la veo inmóvil en la chaqueta de Ryan.
—¡Tranquila pescesita!
—¡¿Como quieres que me calme?! ¡Si se acaba de morir mierda!—Ryan nota mi estrés y acelera todo lo que puede saltándose así varios semáforos. Por suerte las calles a estás horas están desciertas, pero eso no va impedir que lo multen.
Llegamos a la clínica veterinaria del doctor Brug —el papá de Harry—donde se llevaron a la bolita de pelo a urgencias, mientras, nosotros llenábamos el formulario.
—Gracias por traerme hasta aquí—le agradezco mientras camino a sentarme.
—No hay de que—responde Ryan muy bajo—¿Quieres café?—no suelo tomar café, pero creo que la ocasión lo amerita, además si voy a estar aquí...
—Claro—me sonríe y luego desaparece por algun pasillo de la pequeña clínica.
Observo las paredes verdes con dibujos de animalitos y a algunos enfermeros caminando de aquí para allá, dirijo mirada a la entrada y justo en ese momento veo a Harry entrar con una pequeña venda en la nariz y una pequeña tirita blanca en las cejas, sin mencionar lo rojo que estaban sus nudillos. Levanta la mirada y observa mis ojos llorosos, corre hasta mi y suelta la pequeña bolsa en el suelo.
—¿Estás bien Kay?—pregunta agarrando mi cara entre sus grandes manos, entonces una mezclas de sentimientos me hace llorar.
Primero por la gatita allá adentro luchando por su vida, y segundo por ver a Harry aquí, agachado frente a mi, mirando mis ojos como una vez lo hizo, limpiando mis lágrimas, y llamándome Kay.
—Hey no llores, por favor—me abraza y me siento segura y querida en sus brazos. Suspiro y me separo de él. «Recuerda Kaylee que le das asco» me digo mentalmente.
—Disculpa—limpio mis lágrimas y luego le sonrío.
—¿Qué haces aquí?—pregunta agarrando la bolsa del suelo.
—Pues me encontré con una gatita en el camino y la traje pues...—comienzo a llorar y la voz se me comienza a entrecortar—su corazoncito... dejó de latir—logro decir entre sollozos.
—Tranquila—se sienta a mi lado y me abraza de lado.
—¿Me prometes que va a estar bien?—cierro los ojos disfrutando el olor de su perfume Bleu de Chanel.
—Te lo prometo Kay—río al volver escuchar el apodo que tantas veces me dijo—Kay yo me quería...
Aparece Ryan en nuestro campo de visión y Harry se tensa de inmediato. Se acerca y me brinda un pequeño vaso de plástico con café caliente.
—Gracias—lo tomo si aún despegarme de Harry, mientras Ryan nos mira ¿molesto?.
—Enseguida regreso Kay—Harry se pone de pie, toma la bolsa y camina por uno de los pasillos.
—Bueno, parece que tienes buena compañía, ya me marcho—Ryan hace un ademán de caminar a la salida pero yo me interpongo.
—No te puedes marchar—digo con la voz afectada.
—¿Por qué no? Tú novio ya está aquí —hace una mueca de desagrado y luego intenta pasar por mi lado pero lo detengo.
—A diferencia de tí, yo no tengo novio, y la verdad ya me da igual si te quedas, solo quería que lo hicieras porque tú me trajiste, y me ayudaste con la bolita—digo evidentemente molesta por su actitud.
—Porque tú me obligaste prácticamente —dicho esto se marcha hecho una furia.
Tomo una fuerte respiración para calmarme y siento qué el mundo da vueltas, me agarro la cabeza en un intento de que esta pare de girar, siento como casi caigo al suelo pero unas manos me sostienen, intento no cerrar los ojos pero estos lo hacen por si solos dejándome en total oscuridad.
· — · — ❁ — · — ·
Comienzo a abrir los ojos lentamente adaptándome al la luz que le da directo a estos. Miro a mi alrededor y estoy en un lugar parecido a un cuarto de hospital, pero este está más decorado, observo todo y veo a Harry acostado en un mueble del cuarto. Intento moverme pero un quejido sale de mis labios alertando a Harry que se pone de pies inmediatamente.
—Joder Kay, menudo susto me has dado —me sirve un vaso de agua y me lo brinda.
—¿Por qué estoy aquí?— pregunto después de beber un poco de agua.
—Las enfermeras dicen que porque ingeriste algo con mucha azúcar, y que no tienes una buena alimentación.
Como por arte de magia recuerdo que hoy no tomé mis medicamentos, ¡Joder! prometí ser responsable, a este paso me van a castigar o incluso volver a internarme por no tomarme los medicamentos a la hora adecuada.
Busco mi móvil por todos lados con la mirada pero no lo veo.
—¿Has visto mi móvil Harry?—pregunto al cabo de unos segundos.
—Mmm, no, no lo he visto.
Entra el padre de Harry a la habitación con una tableta.
—¿Kaylee Felling y Ryan Stev?— pregunta mientras observa con detenimiento la tableta donde yacían varios papeles.
—Yo soy Kaylee, Ryan Stev se tuvo que marchar.
—Bueno señorita Felling —mira por última vez la tableta y luego me mira con detenimiento —La gata que usted trajo es de la calle, según dice el formulario, estuvo a punto de fallecer ya que su corazón dejó de latir pero está estable por el momento, tiene desnutrición, deshidratación y algunas bacterias externas de las que ya nos estamos encargando, por suerte no tuvo ninguna fractura de algún hueso o algo, así que dentro de una semana o cuatro días según su desarrollo estará feliz y sana de la vida.
Dejo escapar un largo suspiro de alivio y sonreí.
—¿Con quién se quedará?— pregunto después de que unas lágrimas de felicidad abandonaran mis ojos.
—Bueno después de su recuperación será llevada a un centro de acogida para animales. Pero si quieres adoptarla tienes que firmar unos papeles y comprar las cosas necesarias para el cuidado de la gata.
—Gracias— le doy una sonrisa y luego le pido a Harry si me puede traer los papeles para firmarlos y adoptar a la bolita.
Ryan Stev
|Contenido+18|
Conduzco hasta la casa de Laura hecho una furia. No entiendo por qué estoy molesto, solo sé que ver a Kaylee con él estúpido ese me molestó, solo un poco. Entro al edificio y subo las escaleras hasta el quinto piso. Toco la puerta y Laura abre con una toalla alrededor de su cuerpo.
—¿Ryan?—pregunta confundida.
—No, soy Santa, y te traigo un regalo —volteo los ojos y paso a dentro.
—¿Qué haces aquí?—pregunta al sentarse al lado mío en el sofá.
—No estoy para preguntas, solo quiero pasarla bien y olvidarme del mundo—digo esto y una sonrisa pícara adorna la cara de Laura.
—Bueno—se sube a horcajadas sobre mi regazo—si eso quieres.
Comienza a frotarse contra mi miembro que ya empezaba a crecer, me da leves mordiscos y besos por todo el cuello, llega a el borde de mi remera y me la quita por encima de la cabeza. Asalta mi boca como si de un dulce se tratara, la muerde y chupa a su gusto. Se levanta y se arrodilla frente a mi, deja varios besos por todo mi abdomen, baja la cremallera de mi pantalón mientras masajea por encima de la tela la erección. Desliza mi pantalón y mis boxer hacia abajo dejando a mi amigo salir a la vista. Laura muerde su labio con deseo y se acerca a mi pene lamiendo y chupando a su gusto.
Gemidos de satisfacción salen de mi boca mientras Laura sigue con su trabajo. Comienza a masturbarme lentamente haciendo que desee que lo haga más rápido.
—Laura—advierto con la voz excitada.
—Pídelo—ordena cesando los movimiento con su mano. Sabe que no lo voy a pedir tan fácilmente así que le da un pequeño beso, haciéndome querer más.
—Más rápido—ordeno.
Comienza con movimientos lentos para luego aumentarlos llevándome a perder la cordura. Termino corriendome en su mano y ella lame todo.
Se incorpora sentándose a mi lado como si nada hubiera pasado. Me levanto, acomodo mi pantalón y voy por una cerveza al refrigerador.
—¿Qué te a pasado que viniste molesto?—pregunta Laura mientras enciende la televisión.
—Nada— respondo cortante.
—Como quieras, no te pienso insistir, como según tú no tenemos nada que ver, porque solo soy el polvo de varias noches no me pienso meter en lo que te suceda—menciona recordando lo que le dije esta mañana.
Laura tiene 19 años, si es mayor que yo por un año, pero a veces parece una niña pequeña, estudia en la universidad U.N.F gracias a una beca. La verdad no imaginé que llegaría a esta situación con ella, ni siquiera le presté atención la vez que la ví en el restaurante fuera de la ciudad. Pero la volví a ver en la calle y me pidió el número así que dije «¿Por qué no pasarlo bien por el momento?» Y ahora tenemos... lo que sea que sea esto.
Camino hasta el sofá y me tiro en este. Tomo un trago de mi cerveza y dejo mi cabeza en blanco, o eso intento.
—¿Estás bien?—pregunta Laura arrecostándose a mi pecho.
—Qué si Laura—le digo con aburrimiento y fastidio, ni siquiera se por qué sigue insistiendo.
—¿Quieres ver algo en especial?—levanta la cabeza para poder verme a la cara.
—No—digo seco.
—¿Y para comer?—tomo una fuerte respiración y la miro.
—Mira Laura, yo vine para despejarme, no para que me estés mimando o preguntando cosas, si quiero algo me levanto y lo cojo, pero deja de insistir que ya me tienes aburrido— digo mientras me aparto de ella para caminar al baño.
—¡Yo no te he hecho nada!, ¡Solo estoy tratando de ser una buena novia para tí!, ¡Para que me quieras!—grita de repente haciéndome verla con los ojos abiertos y confuso.
—¡¿Pero que mierda te pasa?! ¡¿Te piensas que por follar una vez y que me la hallas mamado te crees mi novia?! ¡Te dije qué no tenemos nada serio! ¡Y qué jamás lo iba a tener! ¡No contigo!—grito también sin control, de momento la veo hacerce una bola en el suelo mientras llora ¿ahora que mierda le pasa?.
Camino hasta ella y me acerco con cuidado, acaricio su hombro con suavidad, ¿será que le grité muy fuerte?. La ayudo a levantarse del suelo y limpio sus lágrimas.
—Discúlpame, lo siento, sé que solo quieres hacerme sentir bien, disculpa —beso su frente y ella me abraza muy fuerte.
—Está bien, yo prometo no ser tan intensa—me da un beso en los labios me sonríe como si nada hubiera pasado y luego camina a su habitación.
Miro con confusión la puerta de su habitación, Laura es extraña, bueno, sus cambios de humor son extraños. A veces pienso qué sufre de algún trastorno de la personalidad o algo así.
Me siento en el sofá y elijo al azar un programa para evitar pensar en mis problemas.
Kaylee Felling
Después de un largo día regreso a casa a la 1:03 a.m, Harry me trajo a casa ya que no me sentía del todo bien para regresar por mi misma además de qué ya era muy tarde.
En la habitación de la clínica estuvimos hablando y riendo recordando viejos tiempos y le agradecí que no me preguntara por qué lo había dejado así como lo hice.
Incluso ahora somos los padres oficiales de Nixie, la gata de pelaje negro que encontré en el parque de Ansborg junto a Ryan.
Harry se brindó a ser el padre de Nixie y le puso ese nombre porque es un nombre único, distintivo que está relacionado con criaturas mitológicas acuáticas que son tanto benevolentes como traviesas, por eso eligió que se llamaría Nixie, además que pega con su pelo negro y ojos azules.
Al entrar a casa me encontré con mi madre despierta caminando de un lugar a otro en la sala de Estar.
—¿Mamá?—pregunto al acercarme a ella. Levanta la cabeza rápidamente al escuchar mi voz y me abraza.
—¡Kaylee, por dios! ¿Dónde estabas? ¡Estas no son horas de llegar jovencita!—me salmonea por unos segundos y luego me vuelve a abrazar—no hagas más esto, ¡Casi muero de la preocupación!—limpia las lágrimas que resbalaron por su rostro y luego me sonríe.
—Tranquila mamá, no quise preocuparte de verdad—le digo con total sinceridad.
—¡Y nunca más dejes tú móvil en casa!—me vuelve a regañar—ahora que ya estás en casa, ¿Quieres comer algo?.
Con el tan solo hecho que mamá mencionara la comida la pansa me empezó a rugir.
—Si por favor—mamá me llevo a la cocina y preparó en un plato arroz y carne con verduras.
—¿Donde has estado?—pregunta mientras se sienta a mi lado.
—Hoy salí con un amigo—digo llevándome una cucharada de arroz con verdura a la boca.
—¿Puedo saber con que amigo?—pregunta curiosa.
—Mamá, la curiosidad mató al gato.
—¡Creo que tengo derecho a saber quien se roba el corazón de mi niña!—comenzamos a reír.
—Mamá, ¿Que corazón? mira que inventas, además Ryan es solo un amigo—digo con simpleza y ella entrecierra los ojos.
—¿Seguro?—pregunta levantando las cejas varias veces haciéndome reír.
—Qué si.
—¿Y entonces por qué llegas a estás horas?—pregunta mientras me sirve un vaso de agua.
—Bueno es que estaba en la clínica para animales—respondo probando la carne.
—¿Clínica para animales?—pregunta dándome a entender que quería saber más.
—Bueno es que me encontré con una gata enferma en la calle y entonces quise llevarla a la clínica para que la ayudaran a sanar— mi madre me observa con una ceja levantada, ya sé dió cuenta que algo le oculto.
—¿Y...?—me ínsita a terminar.
—Bueno mamá es que está tan pequeña que no me pude resistir y decidí quedarmela, pero te prometo que yo la cuidaré, la alimentaré, limpiaré lo que ensucie, pero déjame quedarme con Nixie, además Harry se brindó a ser el padre, por lo que yo soy la madre, Nixie necesita de mi ayuda mamá, estoy segura que si la conoces te vas a enamorar de ella, Nixie es tan pequeña e indefensa, necesita una familia, me necesita—le digo rápido haciendo que me confunda en algunas palabras.
—Haber cariño, déjame ver si entendí, ¿Quieres adoptar a una gata que encontraste en la calle?—asiento—¿Ya le pusiste nombre? ¿Y seguramente ya firmaste los papeles de la adopción?—asiento dos veces sonriente—¿Te vas a encargar de todo lo que la gata haga?—asiento está vez con aburrimiento—¿Y...—la interrumpo.
—Si mamá, si, si, y si ¿Me dejas quedarme con Nixie?—parece pensarlo unos segundos hasta que me termina diciendo que si—¡Eres la mejor!—le doy un fuerte abrazo y le lleno la cara de besos.
—Kaylee... me vas a asfixiar—dice separándome de ella.
—Te amo—termino de comer y subo a mi habitación para darme una ducha.
···
Me acuesto en la cama contenta mientras leo el libro "El Juego de Hades". De pronto el sonido de una notificación llena el silencio de mi habitación. Es un número desconocido.
Número desconocido:
Cada hora se va, y mientras, más rápido se acerca la fecha
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Nota corta:
Hola presiosuras! Siento realmente haberme tardado tantos días en actualizar, pero como soy buenaaaa🥁
¡Hay doble actualización!🎉
Solo que a distintas horas, mientras dejen sus opiniones sobre la historia, quién os gusta más, a quién odian, qué creen que va a pasar más adelante...
No olviden cuídarse muchísimo, comer sano, hidratarse, hacer ejercicio, sacar a esas personitas que no aportan nada sano a sus vidas y dormir 8 horitas. Solo para que ninguna hadita fallezca 🌸.
—᭢ꪗ🌸
Si te gustó el capítulo no olvides darle a la estrellita ☆ eso me ánima a seguir con la historia ❤️.
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