El cielo es negro, negro y oscuro, lleno de humo que forma una capa cubriendo el mundo entero, tapando el sol. Avajo de el cielo, un mar de llamas destruyen todo lo que antes era visible. Las columnas centelleantes de gas ardiendo son alimentadas por un bosque que solia haber, por lo menos yo lo recuerdo asi.

En el centro de el caos y dela destrucción hay un teatro, un teatro con ventanas para ver como el mundo se quema a mi alrededor, me siento dentro de este, mirando las llamas vailar con el viento, las chispas vuelan en el cielo como las hojas en otoño.

Una vez quise salir del teatro, queria sentir las llamas en mi piel, el calor de los fuegos danzantes. Por unos momentos baile con el fuego, y ardí junto a el, baile hasta que me dolieron las pietnas, hasta que cai a las brasas, y ahi me quemé. El fuego era solo una fachada preciosa, que me oculto el dolor de arder con el resto.

Asi que aqui me sentaré, con mi piel quemada y mi ropa chamuscada, mi pelo lleno de ceniza y mis ojos vacios de lagrimas, el fuego me las robo, el fuego me quito las ganas de llorar.

Solo espero que, si te encuentras en el mismo teatro, si me ves agachada, mirando las llamas danzar, que te sientes a mi lado, por favor. Todos estan fuera, ardiendo, y estoy aqui, demasiado asustada para arder, demasiado asustada para bailar con el fuego, con mi fuente de calor.

Hace frio en el teatro, hace mycho frio, pero lo prefiero al calor infernal de el bosque aridendo. Por eso te pido, si me ves exausta en este banco, mirando las llamas danzar, por favor, quedate conmigo, dime que no soy la aunica que no esta bailando ahi fuera.

Dime que no estoy sola.