Capítulo 15: El juicio
Ya pasaron tres días desde que varias personas vieran y fueran testigos de parte de la fuerza que poseían los aprendices de Walter, y hoy era el día en el que él hablaría con el gobierno y el presidente para que les permitan ser superhéroes, y también hacerlos razonar y ver que los sobrehumanos realmente no son un fastidio ni mucho menos un peligro, no sin antes hablar con Jim para saber si logró grabar todos los actos buenos que sus aprendices cometieron.
Walter —Buenas tardes, Jim.
Jim —Vaya, Jefe, buenas tardes.
—Jim, ¿Hiciste lo que te pedí de casualidad con tus compañeros?
—Por supuesto jefe— dice Jim mientras por atrás observa a Jared. —Disculpe jefe, ¿y ése hombre de atrás?
—Oh, claro, no te lo eh presentado; estuviste demasiado ocupado con el trabajo que te pedí. Te presento a Jared. Antes solía trabajar con el malvado Nick Robinson, pero el mismo se dió cuenta que lo que él estaba haciendo no era para nada bueno, hasta que mis aprendices me lo trajeron y decidió trabajar para mí. Ahora él es mi mayordomo, mi investigador y también será tu nuevo compañero en el Wonder Lab.
—Un momento, creo que lo recuerdo, ése hombre lo vi en la pelea que hubo de la FBI contra los guardias de ese tal Robinson.
—Un momento Jim, ¿Éso quiere decir que grabaste todo lo que sucedió en la guarida?
—Por supuesto jefe, tengo el archivo de todas las grabaciones de lo sucedido. Mis compañeros y yo grabamos todo el acto que sucedió al momento en el que más de la mitad de sus aprendices entraron a esa alcantarilla.
—¡No puedo creerlo! ¡Te felicito Jim! ¡Hiciste lo correcto!— dice Walter con emoción mientras le da un abrazo fuerte a Jim. —¡Ay!
—Eh... ¿Se encuentra bien, jefe?
—Sí, sí, es solo mi espalda. Dios, si que me estoy haciendo viejo.
—Usted mismo se puede curar, ¿cierto?
—Sí, pero normalmente no uso mis habilidades como sobrehumano para esto. Bueno, creo que llegó la hora de que lo empiece a hacer. En fin. Jim, necesito que me pases todos los archivos de todas las grabaciones que les hicieron a mis aprendices. Quiero todos los vídeos de actos buenos que cometieron.
—A la orden, jefe.
—Jared, llama un limusina, y que nos dirija a la presidencia. Es hora de armar el juicio.
Jared —Por supuesto señor, pero... ¿En dónde está el teléfono?
—Ay, cierto, olvidé que el Wonder Lab es demasiado grande; no es un simple laboratorio. Busca en todas las salas. Busca a varios de nuestros asistentes y avísales. Es hora de que la gente razone.
—A la orden, jefe.
Jared llamó para rentar una limusina y aclarar el destino a donde querían ir.
La limusina llegó al Wonder Lab, y el chófer se impactó al ver lo grande que era el Wonder Lab. Walter, Jared, Jim, y varios de sus asistentes entraron a la limusina y se dirigieron a la residencia oficial en donde se encontraba el presidente del país. Al llegar, todos los guardias de la residencia les prohibieron desde un principio, pero al ver que era una limusina en el que dentro estaba alguien de mucho dinero junto a sus asistentes, decidieron preguntarles.
—¿Necesitan algo señores?
Walter —Sí. Sugiero hablar con el presidente, por favor.
—¿Y podrá decirme por cual motivo?
—Es un tema sobre los sobrehumanos. Quiero aclarar algo con el gobierno, y sobretodo obviamente con el presidente.
—Permítame su identificación.
—Mh, de acuerdo— dice Walter sin importarle mientras sacaba su identificación de su cartera. —Aquí tiene.
—Un segundo, ¿usted es Walter D. Mayor?— dice el guardia sorprendido mientras veía la identificación.
—Sí. Ah, y el Wonder Lab es mi hogar. Yo soy el verdadero dueño de ahí.
—Estuvo sin aparecer por estos lugares hace más de veintiún años.
—Sí, eh tenido demasiado que investigar. En fin. ¿Nos puede dejar pasar?
—Oh, sí, sí, por supuesto, pasen— dice el guardia mientras abría la reja.
Todos bajaron de la limusina, entraron con permiso y después de que Walter se identificara con todas las personas que se encontraban dentro, finalmente logró llegar con el presidente.
Presidente —¿Señor? ¿Qué hace usted aquí? Necesitamos que se identifique ante nosotros.
Walter —Sr. Presidente. Mi nombre es Walter D. Mayor, y estoy seguro que usted ya me conoce.
—Claro que te recuerdo. Conque Walter D. Mayor. Entonces ya veo el porque mis guardias te dejaron pasar. Estuviste sin aparecer por aquí desde hace veintiún años, así que supongo que vienes aquí para hablar sobre algo importante conmigo.
—Tan importante que sugiero armar un juicio para esto.
—¿Un juicio? ¿Acaso quieres demandar a alguien? ¿O de que tema sugieres?
—Sobre los sobrehumanos.
—Ya veo, sobre los sobrehumanos. ¿Y eso por qué?
—Porque quiero demostrar ante ustedes y sobretodo ante usted que ellos no son lo que parecen.
—De acuerdo, ¿Y eso qué demostrará?
—Que todos ustedes estuvieron equivocados y cometieron un error.
—Vaya, vaya. Me agrada tu idea, Sr. Mayor. Probablemente veremos todo en el juicio que quiere armar, ¿cierto?
—Por supuesto, Sr. Presidente.
—De acuerdo Sr. Mayor. ¿Estaría bien que el juicio se lleve a cabo mañana?
—Estaría muy bien.
—¿Acaso tiene de casualidad testigos? ¿Todos los que vinieron contigo acaso serán?
—No serán los únicos Sr. Presidente, aún hay muchas más personas.
—De acuerdo. ¿Estaría bien si el juicio podría empezar a las cuatro en punto de la tarde?
—Estaría perfecto, Sr. Presidente.
—De acuerdo, ya esta aclarado. Mañana en el juzgado a las cuatro en punto de la tarde, Sr. Mayor.
—Enserio se lo agradezco, Sr. Presidente.
—Recuerde traer a todos sus testigos.
—En ese caso, ¿Cree que se pueda realizar en el juzgado más grande de la ciudad? Habrá mucha gente.
—¿Cómo está tan seguro?
—Porque lo estoy, Sr. Presidente.
—De acuerdo, como quieras.
—Se lo agradezco de nuevo, Sr. Presidente— dice Walter despidiéndose mientras el y sus asistentes salen del lugar y de paso volver al Wonder Lab.
Al volver al Wonder Lab, Walter llamó a su amigo Chase para que le avisara a todos los espectadores que estuvieron en las peleas de sus aprendices, y afortunadamente más de la mitad de ellos podrían asistir al juicio.
Walter de paso le aviso a todos sus aprendices que se reúnan en el Wonder Lab antes de las cuatro de la tarde para ir todos juntos al juicio. Todos los aprendices acertaron y se prepararon para el día de mañana.
Por otro lado, Skull estaba en su casa cenando tranquilamente y un poco nervioso por el juicio de mañana mientras llovía, cuando en el momento alguien tocó la puerta. Skull fue a revisar, y no era nada más ni nada menos que Lidia parada en la puerta de su casa. Skull rápidamente abrió la puerta y dejo entrar a Lidia.
Skull —Lidia, ¿qué haces?— dice Skull mientras le pone una manta a Lidia.
Lidia —Descuida John, no necesito la manta.
—¿Qué? Pero si estabas afuera en la lluvia y en el frío.
—Soy inmune al frío, John. No puedo creer que no lo sabías.
—Vaya. Bueno, era de esperarse de una sobrehumana con el poder del hielo. Yo soy inmune al calor y al frío.
—Vaya, coincidencia que yo también soy inmune a esos dos.
—Jeje. En fin. ¿Por qué viniste?
—Ah, claro, lamento no decirte antes que vendría. La cosa es que tengo una noticia que darte, que sinceramente no se si te guste o no.
—¿Sí?— dice Skull algo nervioso pensando en lo que le podría decir.
—Bueno, fíjate que me compre una prueba de embarazo porque estaba muy preocupada desde el día después de que tuvimos... Tu sabes.
—Sí, lo sé. ¿Qué sucede?
—La cosa es que afortunadamente... No estoy embarazada.
—¡¿Qué?! ¡¿Lo dices enserio?!
—¡Enserio John! ¡No estoy embarazada! ¡Las probabilidades eran demasiada altas!
—¡Por dios, enserio me estaba preocupando demasiado!
—Yo también. Pero, ¿te imaginas que hubiera pasado si sí lo estuviera?
—Sí; sería muy difícil mantenerlo. Aún tenemos diecisiete años, aunque bueno, vivimos solos y trabajamos aunque sigamos estudiando. Además, el hijo iba a ser sobrehumano, lo cual iba a ser mucho más difícil mantenerlo.
—En ese caso, ¿qué habilidad crees que tuviera nuestro hijo?
—El maestro me dijo que las habilidades de los hijos son relacionadas con las del padre o la madre, pero no son para nada idénticas, así que la verdad no sé.
—Bueno, escucha. La próxima vez hay que cuidarnos, ¿de acuerdo?
—Sí, te lo prometo amor.
—Gracias John, eres el amor de mi vida; siempre te amaré y contaré contigo.
—Igual yo, Lidia. Mi Icewoman.
—Y tu: mi Fireguy.
Skull y Lidia de repente se besaron lentamente y decidieron prepararse para el día siguiente.
Por otro lado, Blink terminó su trabajo en el momento donde la lluvia comenzó, y en ese momento se dirigió a su caza para estar con su hermana. Al llegar, Lili notó que su hermano estaba muy agotado por el trabajo, así que le sirvió una taza de té para que descanse.
Lili —Descansa hermano. Me imagino que tuviste un día muy agotador.
Blink —Sí, pero estoy seguro que después será mucho más.
—¿A qué te refieres?
—Me refiero a que después de mañana las cosas se pondrán más agotadoras de lo que ya son.
—¿Por qué?
—Ahora soy integrante de un súper equipo, y esto con los pagos, más el trabajo y más nuestros estudios, las cosas serán más cansinas. Suerte que mi maestro me da dinero para lo que me hace falta. Mañana será el juicio, y realmente espero que mi maestro haga razonar a las personas y al gobierno.
—Escucha hermano, mañana todo estará bien, y estoy segura que tu maestro logrará sus objetivos. Yo te apoyaré en lo que sea.
—¿Enserio?
—Claro. Eres mi hermano después de todo, ¿no?
—Sí, tienes razón.
—Oye, ¿cómo es ese tal Fireguy? Es tu compañero, ¿no?
—¿Eh? ¿Por qué lo preguntas?
—Bueno, es que... Es muy apuesto.
—Uff, lo siento hermana, pero él ya tiene novia, y es Icewoman.
—¿Qué? ¿Enserio? Que mal. Bueno, no importa.
—(carcajeadas) Oye, es un año menor que tu y tres años menor que yo, pero aún así sé que será un gran líder.
—¿Qué? ¿El líder de su equipo es el más joven del grupo?
—Sí, pero eso no le quita que sea un chico bastante inteligente. Sus planes jamás fracasan.
—Ya veo. Oye, ¿Sí fuera una sobrehumana que habilidades crees que tendría?
—Jeje, la verdad no sé.
—En ese caso, ¿sabes por qué no nací siendo sobrehumana?
—Mi maestro nos contó que algunos sobrehumanos nacen inesperadamente de una madre el cual es una humana ordinaria, y que la mayoría de esos sobrehumanos son posibles reencarnaciones de dioses o semidioses pertenecientes a cualquier mitología, o sino reencarnaciones de personas prehistóricas que poseían poderes sobrehumanos. Solo por eso siento que posiblemente sea la reencarnación de Hércules.
—¿Y los que nacen de otros sobrehumanos?
—Recuerdo que mi maestro también nos contó que si un sobrehumano y una sobrehumana llegan a tener un hijo, éste siempre debe de nacer siendo sobrehumano, y debe poseer habilidades que estén relacionadas con el padre o la madre, pero no pueden ser idénticas. Esos son los sobrehumanos que no son reencarnaciones de lo que te dije antes.
—Ya veo, esos si que son demasiados detalles. Creo que en realidad si eres la reencarnación de Hércules.
—Bueno, no se puede estar tan seguro. En fin. Ya es hora de que nos vallamos a dormir, mañana será un gran día.
—Blink, ¿Puedo ir al juicio contigo? Yo también seré una testigo.
—Claro. Sería una buena idea. Buenas noches Lili.
Al día siguiente, todos los aprendices de Walter se reunieron al Wonder Lab a la una en punto de la tarde, lo cual faltaban tres horas más para que comience el juicio.
Mientras los aprendices de Walter estaban dentro, la limusina que Jared encargó al fin llegó debido a que ya faltaba una hora para que comience el juicio. La limusina al parecer era mucho más grande, y dentro se encontraba Chase de sorpresa. Él obviamente iba a ser uno de los testigos.
Después de veinte minutos de recorrido, todos llegaron al juzgado donde se iba a llevar a cabo el juicio, entraron y dentro solamente habían varios guardas, el encargado de la sala, el encargado de acta, dos magistrados y poco a poco se iba llenando de gente. Walter iba a ser el defensor penal público de sus aprendices (obviamente) y Chase el defensor particular. Después de esperar un rato, el juzgado se lleno de gente, y de repente el presidente entró rodeado de varios guardaespaldas, dirigiéndolo a su silla para obviamente ser el último magistrado y obviamente el juez.
Presidente —Orden, ¡orden!... Se los agradezco. Ahora, Sr. Mayor, por lo que recuerdo, usted ayer nos comentó que el mundo en general está completamente equivocado respecto a los sobrehumanos— dice el presidente mientras el juicio estaba siendo transmitido por varias partes del mundo.
Walter —Por supuesto, Sr. Presidente. El gobierno y la humanidad no sabe en realidad lo que son, y todos ustedes están completamente equivocados.
—¿Y qué lo lleva a pensar éso?
—Por varias razones. Antes que nada tengo que confesar algo, Sr. Presidente, y es que yo... Soy un sobrehumano— dice Walter dejando a menos de la mitad de las personas sorprendidas.
—¿Lo dice enserio, Sr. Mayor?
—Sí, y es muy obvio que parece que todos ustedes no lo habrán notado. Para ustedes es fácil diferenciar a un sobrehumano con un humano ordinario, y esto es porque sacan a la luz sus habilidades en los mementos menos apropiados. ¿Entonces por qué desde hace muchos años ustedes no se dieron cuenta que yo era uno? La respuesta es sencilla. Ustedes solo se dejan llevar por las acciones y las apariencias, pero sobretodo por las acciones. Ya eh hablado de esto con varias de las personas que se encuentran aquí, porque ahora ellos son mis testigos. Hace varios años no se dieron cuenta que yo era un sobrehumano porque nunca lo demostré, y esto es debido a que supe controlar mis habilidades— dice Walter dejando a la mayoría sorprendidos.
—De acuerdo Sr. Mayor. Sugerimos una demostración para ver si realmente lo que dice es verdad, y así las cosas tendrán más sentido.
—Como quiera Sr. Presidente. ¿Hay algún enfermo o herido aquí?
De repente, una persona que tenía rota su brazo derecho levantó su mano izquierdo.
—Usted, venga aquí.
Hombre —¿Qué es lo qué me hará, señor?
—Solo relájese. Conque es tu brazo. Descuida, ya verás lo que haré.
Walter puso su palma derecha a diez centímetros del brazo lastimado del hombre, y de repente su palma comenzó a tornarse de una luz amarilla brillante, y de ahí salió un especie de viento chico que poco a poco estaba curando el brazo del hombre.
—Listo— dice Walter mientras le quitaba el cabestrillo que tenía el hombre en su brazo. —Ahora intente mover su brazo.
—¡Ohhh, Dios mío! ¡No siento ningún dolor!— dice el hombre sorprendido mientras varias personas se quedaron boquiabiertos.
—Señor, ayúdeme a mí, se lo ruego— grita un hombre en silla de ruedas que se encontraba hasta atrás. —Por favor, ayúdeme a hacerme caminar de nuevo— decía el hombre mientras se dirigía a Walter.
—¿Hacerlo caminar? Es demasiado fácil. Por favor quédese quieto.
Walter frotó sus manos y puso sus palmas frente a las piernas del hombre y de ahí salió lo mismo que con el hombre anterior.
—Listo señor, ahora es libre. Intente levantarse.
—¡Dios, no puede ser! ¡Puedo caminar! ¡Es el mejor día de mi vida! ¡Tenga señor, acepte esto como propina!— dice el hombre impresionado tratando de darle una cantidad de dinero a Walter.
—No hace falta, señor. Soy millonario, quédeselo.
—¡Vaya, se lo agradezco muchísimo, señor!
—No hay de que. Incluso me puedo curar yo mismo señor presidente— dice Walter mientras se dirigía a Blink. —Ahora Blink, rompe mi brazo.
—Eh... ¿Está seguro maestro?— dice Blink algo preocupado.
—Sí, solo hazlo.
—Ok— dice Blink rompiendo el brazo de Walter doblándolo por completo.
—¡Ahhhhhhhh!— grita Walter de dolor dejando preocupados a todas las personas.
—Ahora mire esto, Sr. Presidente.
De repente, Walter comenzó a hacer lo mismo que con sus dos pacientes anteriores, y de repente su brazo volvió a su posición a la normalidad dejando de nuevo boquiabiertos a las personas.
Presidente —¡No puede ser, Sr. Mayor! ¡¿Cómo es posible?!— dice el presidente impactado.
—Ahora mire Sr. Presidente. Desde niño tuve demasiados problemas con mi habilidad como sobrehumano.
Segundo magistrado —¿Pero cómo pudo tener problemas si esa habilidad que tiene no es peligrosa?
—Por supuesto que es peligrosa. Cualquier habilidad que tenga un sobrehumano es peligrosa. Cómo de niño no sabía cómo controlar mis habilidades, lastimosamente hacía revivir a varias personas malvadas. Personas que alguna vez fueron una amenaza, y solo por eso sufría todos los días. Pase demasiados años de mi vida tratando de aprender a controlar mis habilidades hasta que llegó el día en el que finalmente logré cumplir mi objetivo, y al mismo tiempo pase todos los años de mi vida investigando todo sobre los sobrehumanos, y así es como tuve toda la información de ellos. Durante varios años las personas y hasta el gobierno han visto a los sobrehumanos como un fastidio o hasta como un peligro, y eso dicen solo porque se dejan llevar por las acciones. Todos los sobrehumanos nacen sin poder controlar sus asombrosas habilidades, y lo peor es que no saben como controlarlos, y esto provoca que toda su vida sufran por las personas ordinarias. Los humanos ordinarios no saben el verdadero problema que tienen los sobrehumanos. Gracias a esto son rechazados por la humanidad. Ahora quiero que ustedes: Sr. presidente, magistrales, y sobretodo todos los humanos ordinarios de aquí se pongan en el lugar de los sobrehumanos. Imaginen que nacen siendo sobrehumanos, y que terriblemente no saben controlar sus habilidades, haciendo que sus habilidades salgan en los momentos más inapropiados. Díganme... ¿Qué es lo que pensarían? ¿Qué es lo que sentirían al ser rechazados por las personas? Sería horrible, ¿verdad? Pues todos los sobrehumanos están pasando por eso. ¿Saben qué es lo peor? Que la gente no razona, provocando que las odien, y para nada interesarse en los horribles problemas que ellos tienen. Sr. Presidente, éste grupo de doce personas fueron mis aprendices durante varios meses, lo que significa que también son sobrehumanos al igual que yo. Todos ellos sufrieron lo que todo sobrehumano sufrió. Te presento a Skull Johnson.
Skull —Buenas tardes Sr. Presidente.
Presidente —Buenas tardes joven. ¿Qué edad tiene?
—Diecisiete años, señor.
—¿Qué? ¿Diecisiete años? Sr. Mayor, ¿Enserio tuvo que invitar a un niño a esta clase de juicio.
Walter —¿Sabe Sr. Presidente? Éste joven de diecisiete años se podría considerar una de las personas más inteligentes en esta ciudad, y aunque no lo crea, tiene una mente bastante madura, y tal vez más madura que la de las personas ordinarias.
—De acuerdo, cómo quiera.
—Bueno John, háblale sobre tu pasado.
Skull —De acuerdo. Sr Presidente, como ya lo dijo mi maestro Walter, mi nombre es Skull Johnson, mejor conocido como Fireguy. Mi habilidad como sobrehumano es el fuego; puedo hacer todo lo que sea relacionado con el fuego, pero desde que nací tuve no solo uno, sino varios horribles problemas con esto. Descubrí que mi habilidad salía a la luz cada vez que me enojaba. Esto provocaba que fuera rechazado por todo el mundo incluyendo a mi familia. Nunca en mi vida eh tenido amigos hasta que el maestro Walter me encontró, y nuestra amistad fue fuerte hasta el punto en el que conseguí una bella novia sobrehumana— dice Skull señalando a Lidia con su mano. —Mis padres me echaron de mi hogar cuando cumplí dieciséis años. Sí, hace más de un año. Tuve que conseguir varios empleos y a la vez poder cuidarme solo, pagar mis estudios, comprar comida, etc. No fui aceptado vivir en orfanatos por... Creo que ya saben la razón... Pero si no fuera por éste hombre, mi vida hubiera seguido siendo horrible como era antes— dice Skull señalando a Walter. —Gracias a él aprendí a controlar mis habilidades, tener una buena vivienda, un buen trabajo, una buen colegio, pero sobretodo, nuevos y buenos amigos. Éste hombre es el responsable de que nosotros doce tengamos una vida mejor. Hace ya unos pocos meses salve un banco de ser robado, y después de ése día, mi grupo y yo salvamos varios lugares y personas.
Walter —Ahora Sr. Presidente, respecto a lo que dijo mi joven aprendiz, estas buenas acciones que cometieron mis aprendices, al parecer nos trata de enseñar algo. ¡Tu turno Jim!
Jim de repente se levantó de su asiento y se dirigió al presidente.
Presidente —¿Quién es usted, joven?
Jim —Sr. Presidente, mi nombre es Jim. Soy ayudante y científico del Sr. D. Mayor. Sinceramente creo que todo lo que dijo mi jefe es completamente cierto— dice Jim sacando una USB de su bolsillo. —Escuche Sr. Presidente, necesitamos que todo el mundo incluyéndolo a usted y al gobierno, seguramente les hará ver más cosas— dice Jim señalando la USB.
—Hmm, ¿puedo?— dice el presidente estrechando su mano.
—Por supuesto, es lo que se necesita.
—Se lo agradezco. Señor, transmita el archivo de esta USB en la cámara de televisión. Necesitamos ver si lo que dice el joven es cierto.
El encargado de acta se dió la tarea de poner el archivo de los vídeos de la USB en todas las cámaras de televisión para que fueran transmitidos por todo el mundo. Dentro de los archivos se encontraban todos los vídeos de todos los momentos donde todos los aprendices de Walter cometieron buenos actos que Jim y sus compañeros grabaron. En los vídeos se mostró el momento del día donde Skull salvó el banco de ser robado, donde Skull, Blink y Mike salvaron el edificio incendiado, donde Ander demostró ser alguien sustentable y dispuesto a mejorar el ecosistema en los bosques, donde Jag demostró cuidar a los animales depredadores de los bosques (debido a que en esa ciudad no hay sabanas), todos los momentos donde ellos se dispusieron a ayudar a la gente y sobretodo el momento donde ellos lograron capturar al malvado Nick Robinson, Scratch, y todos los "criminales" que ya hacian en la guarida, (obviamente también el momento de la lucha de la FBI contra los guardias de Robinson).
Walter —Sr. Presidente; a mí estos actos en realidad me hacen reflexionar. La verdad no sé si lo notó, pero lo que yo me doy cuenta de esto es que cuando las personas cambian, el mundo cambia ante ellos. Antes la gente veía a los sobrehumanos como un fastidio, peligro, y nadie los quería. Ahora desde que mi aprendiz Skull salvara el banco, la gente ahora ve a los sobrehumanos como los mejores seres que han existido. Ahora los aman y admiran, pero ¿por qué la gente ahora es así con ellos? La respuesta es simple. La gente ahora los admira porque cambiaron; ¿Esto nos quiere decir que para que la gente te apoyé debes cambiar? Por supuesto que no, tu no cambiaras solo porque la gente te lo pide, porque tu eres quien decide quien quieres ser. Amigos míos, lo que yo quiero es que todos ustedes razonen, que entiendan que los sobrehumanos no son para nada un peligro, que solo están pasando por un grave problema. Necesito que entiendan de nuevo, y se los repito ya que la mayoría de la gente ignora lo que uno les está diciendo cuando se habla de un tema realmente serio el cual quiere que ustedes traten, y en ese caso se los tendré que repetir hasta que entiendan, incluyéndolo a usted Sr. Presidente.
Todos reflexionaron ante las palabras de Walter, y al fin lograron entender después de que Walter se los repitiera con mucha sinceridad.
Sr. Presidente —Sr. Mayor, sinceramente entiendo sus nobles palabras, y mi gente y yo sabemos que usted tiene mucha razón ante lo que dice. Creo que usted y sus aprendices al fin cumplieron su objetivo.
—¿Qué? ¿Lo dice enserio Sr. Presidente?
—Por supuesto, Sr. Mayor. Al fin razonamos. A partir de ahora declaro que los sobrehumanos no son ningún fastidio y ni un peligro— dice el presidente golpeando el martillo. —Sr. Mayor, ¿tiene otras palabras qué decir?
—Por el momento no, Sr. Presidente. Se lo agradezco mucho— dice Walter lleno de felicidad. —Jim, Jared, Chase, mis aprendices, amigos, ¡logramos nuestro objetivo!— dice Walter mientras todos festejan de felicidad y de lograr cumplir su objetivo. —Ah, por cierto Sr. Presidente.
—Dígame Sr. Mayor.
—Mis aprendices construyeron un súper equipo, el cual se hace llamar WONDERMEN o mejor dicho "Los Extraordinarios". Están planeando proteger la ciudad de cualquier peligro, así que necesitamos que nos pueda dar el permiso. Sinceramente creo que es algo muy conveniente.
—Es una maravillosa idea, Sr. Mayor. Además, sino mal recuerdo en este mundo el cincuenta por ciento de las personas son sobrehumanos, y este juicio está siendo transmitido por varios lugares del mundo, así que les pido de favor que ayuden a todo sobrehumano que esté a su paso. También cualquier persona que se tope con un sobrehumano, le ordenamos tratar de ayudarlo.
—Se lo prometemos Sr. Presidente, y gracias por permitirnos poder salvar la ciudad de cualquier peligro.
—Pero prométanme que lo harán. Si la ciudad corre un grave peligro como aquella última vez, ustedes serán nuestra única esperanza.
—En ese caso, varias personas que están aquí son testigos de la fuerza que tienen mis aprendices.
—¿Sus aprendices son demasiado fuertes?
—Más de lo que se imagina, lo único que les falta es esforzarse más.
—En ese caso, me gustaría ver una demostración de las habilidades de cada uno de sus aprendices. Obviamente aquí no. ¿Qué tal afuera?
—Estaría bien, señor.
Roberto —Un momento, ¿enserio le demostraremos nuestras habilidades al presidente? ¡No puede ser!
—Además también será buena idea para que más personas sean testigos de su fuerza.
—Es una brillante idea, señor.
—En fin. Vamos afuera.
El juicio acabo y varias personas contando al presidente presenciaron las grandes habilidades que posee cada aprendiz de Walter. Walter, sus amigos, ayudantes y sus aprendices realmente se sintieron muy orgullosos por haber cumplido su objetivo, en especial Walter el cual lo llevaba esperando por muchos años. Fue tanto que decidieron armar una fiesta en el gran patio del Wonder Lab por lograrlo, pero desde que Walter llegó al Wonder Lab se le vió muy pensativo debido a las palabras que le dijo el presidente, el cual era ayudar a todo sobrehumano que estuviese en su camino, lo que provocó que pensara en Matthew y Fanny.
Por otro lado, el presidente regreso a su hogar arrepentido por haber declarado a los sobrehumanos como un fastidio y peligro, y gracias a Walter logró pensar más allá. Realmente le agradó la idea de que los aprendices de Walter formaran un súper equipo de héroes, pero de repente logró pensar en algo más; en algo que seguramente sería perfecto para los nuevos sobrehumanos que vallan apareciendo en su país.
¿Qué crees qué pase después?
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