Capítulo 1: Los sobrehumanos
Los sobrehumanos son una variante de la raza humana quienes nacen con súper habilidades sobrehumanas con fuentes de poder específicas. Sin embargo, ningún sobrehumano en el mundo nace con la capacidad de controlar sus poderes ya que se requiere un tipo de entrenamiento específico para lograrlo. Pero al no tener ese conocimiento la gente suele temerle a los sobrehumanos y hacerlos ver cómo un peligro.
Gracias a este malentendido, los gobiernos de distintos países han estado recibiendo frecuentemente demandas por parte de personas que han sido dañadas por sobrehumanos. Haciendo que esta gente poco a poco adquiera una mala imagen mucho más grande.
En el año 2012, en la ciudad de Washington D.C. de E.U.A existía un hombre muy adinerado llamado Walter David Mayor, un hombre de 75 años de edad bastante amable, solidario y respetuoso quien anteriormente era un político de los Estados Unidos, habitaba en una zona exclusiva de la ciudad en una enorme mansión que él mismo fundó llamada la Mansión Wonder.
La Mansión Wonder era una enorme y lujosa mansión de cinco pisos de alto, un patio gigante, una anchura bastante larga en todos los pisos y alrededor de 52 puertas que llevaban a distintos lugares como una biblioteca, comedores, cocinas, baños, salas, habitaciones, lavadero, entre muchas otras cosas.
Sin embargo, al ser un hombre que no vive con su familia, la Mansión Wonder siempre tuvo muchas de sus habitaciones vacías ya que Walter y sus sirvientes eran los únicos que vivían allí.
No obstante, Walter siempre ocultó un secreto muy importante a la sociedad. Pues al conocer las terribles desgracias que los sobrehumanos viven día a día por el rechazo de la sociedad, el objetivo de este amable hombre siempre fue hacer que el mundo dejara de ver a los sobrehumanos como un peligro y demostrarles que incluso son capaces de beneficiar a la sociedad.
Con la ayuda de muchos empleados suyos expertos en tecnología, Walter y su equipo fueron capaces de monitorear por un buen tiempo a doce jóvenes sobrehumanos de diferentes edades que se encontraban en la misma ciudad quienes no eran capaces de vivir una vida normal. Pues al no poder controlar sus súper habilidades éstos sufrían el rechazo de la sociedad cada día.
Estos sobrehumanos son: Skull Johnson, Lidia Pérez, Roberto Rodríguez, Maya Langel, Ander Wilson, Smith Byers, Enrique Vargas, Blink Marsh, Nobita Halt, Miguel Lombardi, Jag Wuaron, e Isabella Montserrat.
Al monitorearlos, Walter empatizó demasiado con estos sobrehumanos que tomó la decisión de raptarlos hasta su mansión y así ayudarlos a que logren controlar sus habilidades y de esa forma demostrarle al mundo que los sobrehumanos no son un peligro y que si los ayudamos, ellos serán capaces de devolvernos el favor.
Así que Walter contó con la ayuda de muchos de sus empleados para que logren capturar a los 12 sobrehumanos y llevar a cada uno a una habitación diferente de la Mansión Wonder.
Después de lograr su cometido, Walter decidió entrar primero al cuarto en donde se encontraba Skull.
Al entrar, Skull comenzó a despertarse lentamente, y al abrir los ojos sólo logró notar cómo se encontraba atado a una cama y cómo un hombre viejo se encontraba en frente y también cómo habían dos guardias protegiendo la puerta.
—¡¿Quién es usted?! ¡¿Qué es este lugar?!— Dice Skull desesperado.
—Cálmate, Skull. Sé que no es la forma más elegante de presentarme. Pero el que estés aquí no es nada grave. No te preocupes— dice Walter.
—¿Cómo sabe mi nombre? ¿Y por qué estoy atado a esta cama?—pregunta Skull preocupado.
—Hace tiempo que te monitoreamos, Skull. Sabemos que tienes 17 años, fuiste despedido de aproximadamente 7 empleos, tus padres te echaron de tu propia casa hace un año y actualmente no vas a la escuela.
—Un momento, ¿monitorearme? ¿Pero por qué? ¡Y dígame porqué me trajo aquí! —pregunta Skull nuevamente un poco desesperado.
—Estás aquí debido al gran problema que tienes con tu súper habilidad.
—¿Mi súper habilidad? ¿Se refiere al extraño fuego que emana de mi cuerpo?
—Efectivamente, hijo. Verás, mi gente y yo te hemos observado por bastante tiempo a ti y a otros once sobrehumanos como tú, y sabemos que tienes un problema grave con tu habilidad. No lo puedes controlar, lo que provoca que todo el tiempo recibas el rechazo por la parte de la sociedad. Así que la razón por que estás es para ayudarte a controlarla.
—¿Qué? ¿Otros once sobrehumanos como yo? ¿Ayudarme a controlar mi súper habilidad? ¿Y cómo sé que puedo confiar en usted? —pregunta Skull un poco desconfiado.
—Escucha, hijo, lo que haré en este momento es quitarte las ataduras. Pero quiero que después de que lo haga no vayas a intentar cometer una estupidez —decía Walter mientras sacaba una navaja para cortar las ataduras de Skull—. Listo —dijo el viejo al acabar y Skull decidió quedarse tranquilo y escuchar a Walter —. Muchas personas sufren el mismo problema que tú. Todos los sobrehumanos en este mundo nacen sin poder controlar su gran e inmenso poder, y... gracias a eso... las personas los ven como un peligro. Pero lo que realmente les ocultan las personas es el temor hacia ustedes.
—Así que... ¿la gente realmente nos trata así porque nos teme? —pregunta el chico un poco desconcertado.
—La sociedad actual nunca se dio el tiempo de investigarlos a fondo. La gente no entiende la razón de su existencia ni tampoco cómo es que funcionan sus habilidades. Pero yo fui de los pocos que se tomaron el tiempo de hacerlo.
—Y... ¿existen otros sobrehumanos con mí mismo poder?
—No. Sólo un sobrehumano puede tener una habilidad única. Tú lo acabas de decir. Tú puedes expulsar fuego de tu cuerpo. Eso quiere decir que la habilidad que tú tienes como sobrehumano es la creación y control fuego. Yo lo llamaría "poder ígneo".
—Pero... yo no quiero ser un sobrehumano. ¡Mi habilidad hechó a perder toda mi vida? ¿Acaso hay una explicación de por qué nací siendo un sobrehumano o algo así?
—La verdad es que no. La única razón por la que alguien nace siendo sobrehumano es porque alguno de tus antepasados alguna vez lo fue.
—Espere... ¿Eso quiere decir que algún antepasado mío pudo haber sido un sobrehumano como yo? ¿Cómo es que sabe tanto de los sobrehumanos?
—Bueno, hijo, yo tengo mis secretos.
—Eh... bueno, eso no me agrada escucharlo, pero, ¿acaso no dijiste que todo este tiempo me has estado monitoreando? ¿Qué acaso no sabes que eso es una invasión a mi privacidad? —pregunta Skull algo desesperado.
—Sé lo que yo hice, Skull. Pero era cometer eso o dejar que aún vivieras en la miseria. No es por alardear pero creo que me debes un agradecimiento.
—Cada vez me está dando menos desconfianza, señor —comenta el chico un poco preocupado.
—No tienes nada qué temer, Skull. La mayoría de los sobrehumanos nacen con súper habilidades por una razón. Algunos sobrehumanos suelen ser reencarnaciones de dioses o semidioses pertenecientes a cualquier mitología, y otros suelen ser reencarnaciones de seres prehistóricos pero poderosos.
—Espere... ¿Dioses? ¿Semidioses? ¿Seres prehistóricos? Pero... ¡esos son sólo cuentos para niños! ¡Son puras mitologías! —comenta Skull bastante confundido.
—Oh, ya veo. Así que... ¿piensas que sólo porque la gente actualmente ya no cree en esos seres significa que ya no existen? —pregunta Walter dejando a Skull cada vez más impactado— El universo está lleno de cosas que aún no conocemos del todo, hijo.
—Pero... ¡no lo entiendo! Si algunos sobrehumanos suelen ser reencarnaciones de esos seres, ¿quién puedo ser yo?
—Te daré un ejemplo, Skull. Al mismo tiempo que tú, estuvimos monitoreando también a una mujer de tu misma edad llamada Lidia Pérez, la cual tiene la habilidad de la creación y control del hielo, y solo por eso pensamos que ella es la reencarnación de la Reina de las nieves de Inglaterra, la cual existió hace muchísimo tiempo. O incluso también podría ser la reencarnación del dios griego Bóreas.
—Lidia Pérez... ¿Por qué ese nombre muy familiar? —pregunta Skull ya que estaba seguro de haber escuchado el nombre de esa chica anteriormente.
—¡Oh! ¿Así que también conoces a una chica con ese nombre?
—No lo sé. Recuerdo haber escuchado ese nombre hace unos años, pero no recuerdo cuándo ni dónde.
—Ya veo... —dice Walter de forma pensativa ya que pensó que probablemente Skull ya conocía a Lidia desde hace tiempo—. También estuvimos monitoreando a un hombre de tres años mayor de edad que tú quien es capaz de generar energía eléctrica de su cuerpo así como controlar la externa. Por esa razón pensamos que es capaz de ser la reencarnación del dios griego Zeus o incluso el dios nórdico Thor. Y como tú eres capaz de generar fuego mis hombres y yo creemos que probablemente seas la reencarnación del dios griego Hefesto.
—¿Eso... es posible? —pregunta el chico un poco ilusionado.
—Es lo más probable, hijo —dice Walter mientras centraba su mirada en la de Skull.
Después de ese momento, uno de los ayudantes de Walter entró a la habitación donde su jefe y el chico se encontraban para darle una noticia al viejo hombre.
—Señor Mayor, ya hemos despertado a todos los sobrehumanos que encontramos y todos se encuentran ahora en la sala de estar. Rodeamos el lugar de muchos de sus guardias en caso de que presenten un riesgo.
En ese momento, Walter le agradeció a su ayudante, se levantó de la silla, agarró su bastón y le sugirió a Skull que lo acompañara.
—Bueno, Skull, es hora de que conozcas a tus nuevos compañeros sobrehumanos —decía Walter mientras extendía su mano hacia el chico—. Puedes confiar en mí. Yo los ayudaré.
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