Nombre: Enrique Vargas

Alias: Demonio

Edad: 19 años.

Apariencia: Cabello largo, liso y completamente negro, ojos castaños, piel clara y bronceada,, y mide una altura de 1.74 metros. Suele vestir camisas con tonos oscuros y pantalones negros o grises. Suele usar zapatos con suelas un poco grandes.

Habilidad: Corazón de demonio.

Fuente de poder: Ira.

Datos de habilidad: Al igual que Skull, este poder lo libera Enrique cuando sufre de un ataque de ira, lo que provoca que Enrique se transforme en un gran demonio con poderes provenientes del infierno, haciendo quue su apariencia cambie a tener una piel completamente negra con todo el sentido de la palabra, ojos rojos carmesí y completamente brillantes, largos y afilados colmillos que salen de su boca, garras largas e increíblemente afiladas de sus uñas, unas alas grandes y picudas de su espalda que le permite volar a grandes alturas, y una muy larga y delgada cola con una punta bastante filosa en su retaguardia. 

Al tomar esta forma, Enrique obtiene los poderes de un demonio real que puede usar a su favor. Además de las ventajas que adquiere al tomar su forma de Demonio, otras de sus habilidades son: escupir una gran llamarada de su boca, brotar picos afilados de sus alas y cola, y hacer que sus alas se vuelvan completamente indestructibles para utilizarlas como escudo.

Pasado: Enrique proviene de una familia mexicana extremadamente religiosa, quienes pensaban que la habilidad de su hijo fue un regalo del mismísimo Diablo y no de Dios. 

Por esa razón, Enrique tuvo una infancia muy difícil, pues su familia solía encerrarlo en una habitación específica de su hogar tapizando páginas de la Biblia en casi todas las paredes y roceando agua bendita alrededor del cuarto con la esperanza de que el poder de Enrique desapareciera.

Conforme su hijo crecía, hubo un punto en el que Enrique desató un ataque de furia por parte de sus padres que terminó transformándose en un demonio y accidentalmente asesinó a toda su familia religiosa y destruyó gran parte de su casa.

Este acto hizo que Enrique fuera transferido a un orfanato religioso de Estados Unidos, donde las cosas no cambiaron mucho. Pues nuevamente las monjas del lugar comenzaron a encerrarlo casi a todas las horas del día en una habitación supuestamente bendecida por los dueños del lugar. 

Tanto duró así que un ataque de ira volvió hacia él, provocando que de nuevo se transformara en demonio y que accidentalmente asesinara a varios niños y monjes del lugar.

Al llegar a la edad de 19 años, Enrique decidió abandonar el orfanato e intentar ganarse la vida trabajando en empleos que consistían en turnos de noche en casi cualquier lugar. Pues a lo largo de los años Enrique se dio cuenta que el ambiente de la noche lo tranquiliza de una forma exagerada, lo que lo ayudó a no desatar nuevamente su furia por algunos días.