Final Alternativo
S T U C K I N L O V E
"Hay demasiadas sombras de tu amor, por todas partes, a mi alrededor"
Kim Kyung Hee
—No me quiero poner eso —miró disgustado el traje azulino, aquel color desfavorecía el tono de su piel y lo volvía más pálido de lo normal; como si la vida se le escabullera de sus manos, muy de lo contrario, vida es lo que ha estado recuperando.
—No usarás eso —su compañero cambió los trajes mostrándole unos pantalones sueltos y una camiseta negra —Somos nuevos en el estilo contemporáneo, no es necesario destacar esta vez.
—Sigo sin entender cómo me metí en esto —suspiró quitándose las zapatillas deportivas y los calcetines negros bajo estos.
—Querías experimentar un baile nuevo... —el rubio le mostró una sonrisa amplia, de esas que muestran lo perfección en una simple curva—Félix te sugirió baile contemporáneo y no dudaste en aceptar, eso nos lleva a estar a punto de actuar frente a cientos de personas para una obra musical...
—No te pregunté —frunció el ceño y se despojó de su abrigo para después hacer lo mismo con su camiseta a medio planchar —Apresurate, quiero terminar esto lo más rápido posible.
Choi San, bailarín profesional, reconocido por sus variadas participaciones en videos musicales y en films que involucren saltos en el aire. "Una estrella en ascenso" lo calificaron recientemente "El nuevo everest" le decía su padre "Vuelve a casa" llamaba mamá.
Tuvo que soportar dos largos inviernos lejos de casa, dos largos inviernos pensando que lo consumiría la oscuridad. En aquel entonces se consideraba amante del insomnio y enemigo de las pequeñas píldoras sobre la mesita de noche, así que no había mucho en qué pensar ni mucho que contemplar; la solitaria luna susurraba canciones de cuna, era acurrucado en sus propios brazos hasta que sus párpados lograban caer por sí solos. Oscuridad.... y un día cedió.
Se sintió como recuperar el aliento, lo que lo mantenía despierto ya no eran químicos ni tétricos pensamientos, era su propia vida, una que debía vivir y no encerrado bajo cuatro paredes o consumido por fantasías fabricadas o, como muchos suelen llamar, drogas. Por primera vez tras un largo periodo de tiempo, el sol brillaba de su lado y aquel brillo no le molestaba.
Pasaron cuatro años desde que dejó Corea, y en esos cuatro años sintió que vivió toda una vida, no había prejuicios ni rastros del antiguo San. Su padre cumplió su promesa, fue todo un éxito y ahora era bailarín y ayudante de taekwondo a medio tiempo.
—¿Vendrán hoy? —Preguntó el rubio entrando a un pequeño cubículo.
—No se pierden ni una presentacion —aclaró refiriendose a su hermano menor y al niño molestoso JunYoung —No me sorprendería encontrarlos con una pancarta gigante y mi nombre en ella. Es muy vergonzoso.
—Eso hicieron la última vez —el chico rubio sonrió tiernamente y miró demás el perfil de San "Sigue siendo hermoso" —¿Podemos ir a tomar un café al terminar la presentación? oí que abrieron un nuevo local.
—Cenaré con Jongho hoy, falta poco para que él vuelva a Corea —deslizó la camiseta por su cuerpo seguido del pantalón —Estoy libre mañana, de todas formas tienes que ayudarme a ensayar.
Estaba satisfecho con su respuesta, tiempo atrás ni siquiera le hubiera dirigido la palabra, pero ahora acepta tener personas cerca a él, de alguna manera, aquel chico de hoyuelos perspicaces no dejaría de gustarle, incluso si es la foto de alguien más la que permanece en su teléfono, y la sonrisa que aquella fotografía provoca no le pertenezca a él, aún así le seguiría gustando.
—¡SALEN EN CINCO!
°°°
—Solo te hace falta permanecer cinco minutos sentado, me las arreglé para que puedas escabullirte a la salida después —guió al pelinegro hacia los asientos de la segunda fila posicionándose al lado de este —Te estaré esperando con el auto listo, no es necesario...
—Ya entendí —interrumpió el menor haciendo notable su molestia —Hey, me está doliendo la cabeza, deja de hablar por una vez en tu vida, por favor.
—Jung WooYoung, no puedes hablarle así a tu superior...
—¿Prefieres que te golpee?
—Pff, eso me pasa por engreirte demasiado —levantó su mano para golpear repentinamente su hombro —Al menos finge estar emocionado, es difícil obtener una reserva aquí.
—Realmente no me escuchas cuando te hablo, que fastidio. —se encogió en su asiento mirando con resentimiento el telón a medio abrir.
No reconocía el tipo de musica, ni el tipo de baile, mucho menos el lugar repleto de gente, muy al contrario, reconoció un rostro entre los bailarines, uno que cientos de veces había contemplado.
¿Ayudarías a sanar un corazón roto?
Lo haría, aún si aquello significara salir lastimado en el intento, WooYoung lo haría. Pero, ni siquiera pudo proteger la sonrisa que le dedicaba, ¿cómo sería capaz de sanar sus heridas? Se esfumaría ante él, desaparecería y dejaría un vacío difícil de completar.
Por un momento, el tiempo se detuvo, la música dejó de sonar y su corazón dejó de latir, lo único que importaba estaba frente a sus ojos, relucía bajo el reflector y sonreía sutilmente ante el público.
—WooYoung, es ahora, deja de fingir y vámonos de aquí —la voz a su lado quebrantó su ensimismamiento, segundos después había dejado el asiento vacío esperando a que el menor siga sus pasos.
Aún recordaba el amargor del licor resbalando por su garganta, las lágrimas, precipitándose por sus mejillas, y las palabras que no logró decir aquella noche: "Quedate a mi lado" "Por favor, no me odies" "Huyamos juntos"
Aún recordaba las palabras en su antiguo móvil, aquel que YeoSang le ayudó a recuperar, y lo enfermo que se sintió el no haber llegado a tiempo al areopuerto.
Aún recuerda haber soltado su mano sin querer hacerlo, un niño ingenuo enamorado.
Los movimientos del mayor eran realmente hermosos. Para WooYoung, el pelinegro era el único en el escenario mostrando mil sentimientos a la vez, la manera en la que su cuerpo se movía con flexibilidad y, en cada movimientos, mostraba una palabra no dicha.
"Desesperación" Sus manos aferrándose sobre el tobillo de un bailarín mientras trataba de quitarse a los otros quienes sus manos halaban de la tela de su pantalón y camiseta. Era arrastrado a la oscuridad aún con una de sus manos aferradas al bailarín rubio frente a él.
"Rechazo" De pronto, todos volvían a danzar de manera coordinada mientras olvidaban el pequeño cuerpo retorciéndose sobre el suelo, pasaban sobre él mientras este extendía sus manos hacia la nada absoluta.
"Condena" Es como si olvidara la coreografía por completo, un movimiento se anteponía entre otro causando caos en sus pasos. El pelinegro cayó de rodillas, rindiéndose, siendo consumido por sus propios demonios. Otros bailarines lo tomaron de los brazos y lo arrastraron fuera del escenario.
La actuación no se detuvo con la salida de uno de sus bailarines, la música continuó deleitando sus oídos, fue cuando WooYoung entendió que el papel a interpretar no había sido el principal, ante sus ojos lo era, pero frente a todo el público era simplemente el antagonista. El escenario cambió de gama a medida que la actuación continuaba, de colores opacos y tonos grises, pasó a ser iluminado por reflectores y luces lila.
Lo que seguía de la actuación pasó a segundo plano, quería volver a ver al pelinegro. Brillaba tanto sobre el escenario, tanto que se preguntó si era el mismo San que había conocido hace cuatro años atrás.
—WooYoung, ya debemos irnos.
—¿Qué? —su mente dejó de divagar en ciertas épocas del pasado para caer en la realidad que la actuación acababa de culminar. El escenario se encontraba completamente vacío y el chico a quien en el inicio contempló, había desaparecido. ¿No estás cansado de huir de mí?
•••
—¡Hey, maldito mocoso! —la persona al otro lado de la línea se dispuso a terminar con la conversación.
Solo serán diez minutos.
¿Diez minutos? Su paciencia aguantaba un minuto y esforzándose. ¿Qué se supone qué deba hacer en diez minutos? Además, moría de hambre. Lo único que su estómago había tocado era el agua embotellada después de la presentación; tan idiota fue que rechazó el pequeño aperitivo de cortesía solo para poder comer lo que JongHo invitaría.
—Estoy acabado —musitó, caminando hacia la parada de autobús.
Era demasiado tarde para regresar con el grupo y pedir que le devuelvan su aperitivo, era demasiado tarde para ir a casa y preparar algo por su propia cuenta, era demasiado tarde para golpear a su hermano menor por haberlo engañado con comida.
Si tenía suerte, tomaría la siguiente parada y llegaría a casa antes de las nueve, hora perfecta para ensayar la próxima coreografía y los movimientos que difícilmente lograba realizar o, ¿debería ver una película? JongHo le recomendó algunas, quizá pediría algo a domicilio y... ¿lluvia?
—¿Es en serio? —preguntó a nadie en específico —Pero estaba soleado estaba mañana, maldita sea.
Apuró sus pasos hasta refugiarse en la parada de autobús, no traía consigo paraguas, a lo mejor y su sudadera lograba cubrirlo e impedir que termine empapado y resfriado. Solo debía esperar el autobús e ir a casa, estaba tardando en llegar y su cansancio se hacía notorio en la pesadez de sus párpados.
—¿Debería tomar un taxi? —se cuestionaba así mismo mientras encendía la pantalla de su móvil y un rostro en particular aparecía frente a él.
Su rostro se asemejaba a uno de los chicos que vio entre el público, pero se aseguró que era solo su conciencia quien veía aquel parecido, le había pasado cientos de veces, y cientos de veces tuvo que disculparse con desconocidos por haberlos abrazado sin motivo alguno.
Jung WooYoung, su boleto a la locura o a la sanación. Su nombre en sus labios sabía agridulce, olvidado en sus recuerdos junto a la antigua versión suya, una que no deseaba recordar ni si quiera en sus pesadillas.
WooYoung significaba su pasado y sus errores, quizá, solo quiza, era momento de dejarlo ir, de borrar su foto y su número, quizá así pueda olvidar su pasado por completo, quizá...
—Linda foto —musitó alguien cerca de él.
San no pudo evitar dar un respringo, estaba tan absorto en su pequeña burbuja que olvidó al chico que se acababa de sentar a su lado.
¿En dónde había oído esa voz? Su tono le resultaba familiar, ocultaba algo peculiar bajo su aguda carcajada. Espera ¿Por qué reía? ¿Había dicho algo gracioso?
—¿Tengo payasos en la cara y no me di cuenta? —bufó, haciendo creciente la bola de mal humor que cargaba consigo mismo, era peor si estaba con el estómago vacío un sábado por la noche.
—Disculpa, es increíble lo mucho que cambié en cuatro años —se levanta del asiento, sonriente y extendiendo su mano hacia el mayor. —Soy Jung WooYoung.
San, aún paralizado, trató de procesar lo que acababa de suceder, su cuerpo reaccionó en exceso y se levantó más rápido de lo debido, pero no tomó su mano, ¿debía hacerlo? Había tratado frenéticamente de olvidarlo hace un par de años, ¿Por qué al verlo se sentía como si nunca lo hubiera dejado de amar? Solo tengo hambre.
—Y tú eres Choi San —retiró su mano al darse cuenta que el contrario no la tomaría —Sigues siendo igual de inaccesible.
Creí que esos muros no estarían en alto para mí. Pensó tan pronto como lo observó, ¿acaso estaba emocionado tanto como él? ¿Lo había buscado infinitas veces como lo había hecho él? No lo sabía.
—Deberías irte, está lloviendo y hace frío —metió sus manos en el bolsillo de su sudadera, miró hacia el otro lado esperando a la próxima parada del autobús y con las esperanzas de que el chico a su lado lo ignore tanto como lo hacía él.
WooYoung volvió a sonreír, aquellas paredes habían caído. Estaba seguro que jugaba con sus manos bajo su sudadera, lo hacía siempre que estaba nervioso. Evitaba algo cada vez que tenía miedo de afrontarlo, quizá tenía miedo a repetir sus errores, quizá le temía a su pasado o quizá solo le temía a él.
—¡Hey! —protestó el mayor al sentir un par de brazos enroscados en su cintura, se giró casi al instante llevándose la sorpresa del rostro del menor pegado a su pecho. —WooYoung, no deberías...
—Sólo un rato más —musitó —No quiero que desaparezcas al igual que en mis sueños. Solo un rato más, por favor.
Se abstuvo de hablar o decir algo de lo cual se arrepentiría después, algo como un estúpido "Te he extrañado". Suspiró y lo rodeó con sus brazos, se sentía cálido junto a él incluso con la lluvia cayendo a su lado.
—Joven Jung —alguien a su espalda llamó su atención. Quería quedarse unos segundos más al lado de San, segundos que se conviertan en horas y horas en días.
Se alejó pesadamente del mayor posando mínima atención al hombre que esperaba con un paraguas cerca de un auto, el suyo, para ser específicos.
—¿Tienes hambre? —preguntó en tono inocente, sonreía mostrando unos leves hoyuelos en sus mejillas.
¿Me está sonriendo a mí?
—¿Eh?
—Puedes volver a casa solo ¿verdad? —esta vez se dirigió al hombre, su rostro mantenía una expresión neutra —Supongo que sí. Quédate con el paraguas; no volveré esta noche.
—¿Eh? —San estaba aún más consternado que minutos antes.
—¿Choi San? —le preguntó el hombre. ¿Debía responderle? Todo pasaba a velocidad doble, lo único que entendía era que debía seguir al menor hacia el auto.
—No le gusta socializar, te lo dije —ambos compartieron una sonrisa de complicidad que estaba lejos de gustarle.
WooYoung se alejó de la parada de autobús, vulnerable a empaparse y a resfriarse, corrió hacia el auto y se adentró lo más rápido que pudo. San le siguió, pero no pensaba entrar al mismo auto que él ¿o sí?
—¿Qué esperas? ¡Te estás empapando! —eso responde a su pregunta anterior.
—Si tienes pensado llevarme a casa ¿por qué ni siquiera has preguntado en dónde vivo? —cerró la puerta tras entrar al auto y se colocó el cinturón de seguridad.
—Pregunté si tenías hambre.
—No la tengo.
—Pero yo sí —el menor puso el auto en marcha dirigiéndose a un punto en específico, amaba las hamburguesas de aquel lugar, sabía que el pelinegro las amaría de igual manera.
WooYoung sonrió al ver como el mayor se deleitaba con la comida en sus mejillas abultadas, parecía satisfecho y de alguna manera u otra sonreía sutilmente.
—Sannie, esto sería una cita perfecta si... —se detuvo al ver como el chico se ahogaba con su bebida.
—¿C-Cita?, no es una cita si cada uno paga su comida —se apresuró en sacar el dinero de sus bolsillos para ofrecérselas al menor. Pero este no lo hizo.
Su rostro cambió de semblante, ya no mostraba alegría y entusiamo, solo seriedad y una capa fría de molestia.
—¿Seguirás actuando así? —volvió a poner el auto en marcha mirando a ambos lados de la autopista.
—¿Cómo? Simplemente no quiero meterme en problemas —se reclinó sobre el asiento y cerró sus ojos cediendo al cansancio. Quizá dormido me deje de hablar.
—Soy mayor de edad ahora.
No me importaría estar junto a ti aunque seas menor de edad. Pensó el pelinegro.
—Sigues siendo una figura pública, debes guardar las apariencias.
—¿Que me dices de ti? —¿San podía actuar como quisiera pero WooYoung no? Estaba actuando como quería en ese mismo instante, ¿qué era lo que no le hacía cambiar de opinión?
—Nunca me ha gustado aparentar frente a los demás.
—Entonces ¿Por qué finges que no te gusto?
—No me gustas — respondió removiendose en el asiento y abriendo los ojos de golpe.
—Mientes.
—Cree lo que quieras, WooYoung. Doblando a la izquierda bajo. —protestó para después señalar un pequeño edificio multifamiliar de no más de seis niveles. —Gracias por tu sincero cuidado y comprensión, sigamos siendo perfectos desconocidos... ¿Qué haces?
—¿Caminar? —respondió saliendo del auto y siguiéndolo como un cachorro perdido buscando dueño, solo que WooYoung no era un cachorro, odiaba el término "dueño" y seguía enamorado de la misma persona durante más de cuatro años.
—WooYoung, por favor, vete —protestó después de haber entrado al dúplex y haberse percatado que el pelinegro seguía a su lado —Estoy demasiado cansado como para discutir contigo.
—No me iré.
—Haz lo que quieras —caminó escaleras arriba desapareciendo por un amplio pasillo —¡Cierra bien la puerta cuando salgas!
San seguía consternado. Aparecía WooYoung de la nada, pretendía que entre ellos no había pasado absolutamente nada pero, seguía demostrando su atracción por él, o quizá lo estaba pensando mal, el sueño y cansancio le jugaban una mala pasada.
Se cambió de ropa por algo cálido y se tumbó sobre la seda fina de las sábanas.
¿Ya se habrá ido? ¿Estará cómodo sobre el sofá? ¿Cómo era posible que haya cambiando tanto físicamente pero no de manera sentimental? Su rostro era más afilado, su mandíbula más marcada, había perdido peso y ganado altura y masa muscular. Su cabello atado en una pequeña coleta alta mostraba dos tonalidades de colores, negro y rubio, iba tan bien con su estilo...
—Sannie —susurró al otro lado de la puerta.
Quizá debió haber cerrado con seguro, pero allí estaba otra vez su impulso de idiotez, dejando pasar a WooYoung a su habitación.
—En el armario hay ropa cómoda, cambiate esa camisa húmeda. No quiero que atrapes un resfriado y me echen la culpa de tus pesares —se revolvió entre las sábanas y volvió a cerrar sus ojos.
San estaba a punto de quedarse dormido. El sonido de la lluvia ayudaba a que su mente logre relajarse, además, era como dormir escuchando música sin siquiera escucharla. Pero aquello solo duró minutos, unas pequeñas manos se cerraron sobre su camiseta para segundos después aferrarse a su cuerpo.
—¿Por qué vuelves si después te irás? —preguntó con el miedo flotando en sus pensamientos, temía amarlo tanto como para que le vuelva a romper el corazón, esta vez no lo soportaría.
Recaer después de lo mucho que le ha costado recuperarse sería autosabotabe, suicidio, tirar todo su esfuerzo por la borda...
—Nunca dije que me iría —Suspiró —He esperado tanto para volver a tenerte, Sannie. Estuve buscándote desde que te fuiste pero, solo aparecías en mis recuerdos. En ese entonces me era difícil dormir, no podía soñar contigo, no podía tenerte al menos en mi inconsciencia.
—Y ahora estoy en tus brazos —murmuró aferrándose a su cuerpo, a su esencia y a su amor —Tú lo empezaste, no es mi problema si después no me puedes sacar de encima.
Depósito cortos besos en su mejilla viendo como sus ojos brillaban bajo la oscuridad, seguía siendo igual de hermoso, y lo seguía mirando de la misma manera.
Haz ganado, no puedo competir contra ti.
—Sannie, ¿ayudarías a sanar un corazón roto?
—Siempre y cuando seas tú quien lo rompa.
•••
A que no se lo esperaban wksnqkdkskw porque yo tampoco xddddd
Tengo sueño así que lo corrijo más tarde uu
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top