11 | YunGi

Princesa

Ya estoy por salir, mi turno acabó hace dos horas, estoy trabajando horas extra ^^

Puppy

Llego en cinco minutos

Princesa

Estoy bien, gracias por preguntar, idiota.

Puppy

Lo siento, bebé, te llevo helado.

Princesa

Eso no quita que sigas siendo un idiota, pero de fresa por favor.

YunHo sonrió mientras guardaba su móvil y se dirigía al pequeño bar donde MinGi trabajaba horas extra.

La sonrisa del menor había generado una ligera atracción en YunHo aquel día, mientras más lo observaba más le gustaba lo que veía, no fue hasta que su torpeza se convirtió en ternura ante los ojos del mayor que supo que aquel chico de ojos rasgados tomaría su corazón. Habían intercambiado números telefónicos y un par de besos también.

El primero fue robado por el mayor, MinGi decía que seguía siendo hetero pero que le gustaba él a ambas cantidades. El mayor lo había besado en el bar, un beso robado que se sintió como fuegos explosivos dentro de su corazón, o quizá era el efecto del alcohol. Había sonreído tanto al ver como el menor hipaba del susto que olvidó a la chica con la que había llegado para ligar esa noche.

El segundo beso le otorgó la oportunidad de experimentar con los sentimientos del contrario, era más que claro que ambos se atraían pero uno de ellos aún creía que más y más siempre sería negativo, YunHo le había dicho que las personas no eran números, solo un manojo de sentimientos, y lo que él sentía era algo más que simple atracción y gusto.

Recogió a MinGi no sin antes lanzar unas miradas furtivas a las dos chicas que coqueteaban con su sonrojado chico.

Mientras YunHo conducía, MinGi tarareaba algo de la radio. Su departamento no estaba lejos, le había dicho que podría ver una película junto a él si no llegaban a molestar a su compañero.

—¿Él es el que te quitó la heterosexualidad? —el chico miró de pies a cabeza a YunHo mientras MinGi cerraba la puerta y maldecia entre dientes.

—Él es HongJoong —sonrió, algo tenso, al más alto para luego dirigirse al chico de cabello gris —Lárgate a tu habitación, veré una película con YunHo.

—Yo también vivo aquí —el más pequeño volvió a estirar sus piernas sobre el sofá —Además, tú tienes tele en tu habitación.

—Pero...

—El helado se está derritiendo —interrumpió YunHo.

—YunHo, ¿sabías que MinGi ve porno en su habitación? —MinGi palideció, en su mente había formado una escena donde le tiraba el helado en la cabeza a HongJoong y se cubría el rostro con la bolsa mientras gritaba fuertemente "¿Por qué a mí?".

YunHo mordió su labio inferior tratando de no soltar una risita que incomode más al menor.

—Se baña sólo si sale a algún sitio importante.

La sonrisa del menor se esfumó siendo reemplazado por una mueca de disgusto.

—Y no usa ropa interior para dormir, ni siquiera cuando sale.

—Maldito enano —MinGi saltó sobre el sofá y dobló la mano del mayor lo más fuerte que pudo.

—Te acabo de hacer un favor, si se queda después de lo que acabo de decir entonces es el indicado o un maldito desquiciado también —se quejaba HongJoong tratando de soltarse de su agarre —Ve a tu habitación o diré cosas peores de ti si te quedas aquí, ya está por empezar "élite".

—Lou mata a polo —dicho eso, tomó la mano del mayor y corrió pasillo dentro.

—¡Maldito idiota! —lo escuchó gritar antes de cerrar la puerta de su habitación.

—Nada de lo que dijo es cierto —se sentó en la cama y palmeo el sitio a su lado.

—¿Cómo pueden vivir ambos juntos sin hacer que algo explote? —se sentó a su lado mostrando una sonrisa ladina.

—Uno se acostumbra. Nuestros padres están en el extranjero, ambos son socios y no vieron mejor manera que ponernos a ambos en una ratonera... Eso rimó —sonrió provocando que el mayor también lo haga.

—Por cierto, San está bien... bien gravemente herido, pero está vivo —asintió.

—¿WooYoung lo sabe? No dejaba de preguntar por él —el menor sé acomodó en la cama y encendió la televisión —Creo que le gusta, tiene novia pero ni siquiera a ella la mira de la manera que lo hace con él.

—Fue conmigo a verlo, no dejaba de mover su pie y preguntar si estaba bien o no —sacó el helado de la bolsa con las dos cucharas dentro —Sea capricho de amar o follar, entre ellos dos lo deben averiguar.

—En fin, la peli ya está por comenzar —MinGi trató de tomar la otra cuchara pero YunHo se lo impidió —¿Qué haces?

—Este es mío —YunHo trataba de relajar un poco el ambiente.

—Dámelo —el pelirrojo trató de arrebatarle el pote de helado, pero difícilmente lo logró.

YunHo sonrió mostrando aquellos pómulos que a más de uno habían enloquecido incluyendo a MinGi (y a mí).

El menor sé abalanzó encima de él tratando de alcanzar la mano del contrario, YunHo se lo impidió enredando sus piernas en la cintura del menor y estirando su cuerpo lo más que podía. Ambos reían, la película ya había iniciado pero ni uno de los dos le prestaba atención.

MinGi dejó de reír al sentir el rostro del mayor tan cerca del suyo, sus ojos brillaban y su sonrisa aún no se borraba, dejó de tratar de alcanzar el helado y acarició su rostro delicadamente, su respiración cada vez era más agitada y su corazón amenazaba con salirse de su pecho.

—Me gustas —susurró tiñendo de ternura su voz.

Unió sus labios con los del mayor, le apetecía volver a probar esos labios sabor a cereza, nunca tenía suficiente de él y en ese momento quería saber hasta donde podría llegar.

YunHo no tardó en dominar sus labios sobre los de MinGi, cada vez más deseoso del menor; tiñó el beso de completa lujuria explorando con su lengua la boca del chico y mordiendo su labio inferior. Se sentía como tocar el cielo estando en lo más profundo del infierno, YunHo no se explicaba como pasó de buscar chicas para pasar sus noches en la cama de un motel a comprar helado favorito de un chico que acababa de conocer.

Invirtió las poses girando su cuerpo y dejando a MinGi debajo de él mientras se debatía en llevar el beso más a allá o dejarlo en un simple beso.

Sus manos exploraron debajo de la camiseta gris del chico mientras su boca se deslizaba por su mandíbula dejando húmedos besos a su paso.

—Yun... YunHo —jadeó el pelirrojo, se sentía maravillado de cómo la boca del contrario chupaba la piel de su cuello, y de sus manos explorando su tersa piel.

—Puedo parar si es lo que quieres —susurró provocando que su aliento choque en la piel del menor quien se estremeció bajo las manos del castaño.

—Quiero... más —jadeó quitándose la camiseta gris.

El castaño contempló el cuerpo del menor, era perfectamente simétrico y escultural, sus músculos tan bien trabajados pedían a gritos ser besados y YunHo se encargaría de eso.

El mayor tomó el helado y se encargó de esparcirlo por el abdomen del pelirrojo sin dejar de contemplar su cuerpo.

MinGi nunca había dejado que alguna chica se le acerque más de los debido, siempre eran besos y nada más, no se imaginó estar sumiso frente a alguien y mucho menos frente a un chico, le encantaba la manera en la que YunHo lo dominaba, la manera en la que sus toques lo hacían danzar como una serpiente al ritmo de la flauta.

—Eres jodidamente perfecto —la mirada oscura que el mayor le dedicó le hizo estremecer justo allí, en su entrepierna.

Su boca hizo lo necesario, bajó desde su cuello hasta llegar a su pecho, notaba su agitada respiración y los leves gemidos que se escapaban de su boca. Atrapó uno de sus pesones entre sus dientes provocando que un gemido grave salga de la boca del pelirrojo, el menor no podía hacer más que retorcerse debajo de él.

—Me muero por follar esa boquita.

Chupó la piel blanquecina dejando una marca roja en esta, trató de recobrar el aliento para después bajar lamiendo su admonen, tratando de saborear el helado y a MinGi con ello.

Sus manos bajaron hasta el bulto entre las piernas del menor y masajeó por sobre el pantalón que traía puesto.  

—Espero que sea verdad eso que no usas ropa interior —murmuró.

—Hoy sí me puse —el mayor sonrió, le parecía tierna la manera en la que MinGi lo miraba como si fuera un puto ángel sin saber que era lucifer en persona, y su lujuría, el motivo de su pecado estaba frente a él, con la boca entreabierta y el cuerpo de marcas rojas hechas por su boca.

YunHo siguió el recorrido sobre su piel trazando con su lengua el contorno de cada músculo del pelirrojo. Su boca había llegado hasta su vientre, a pocos centímetros de la gran erección que el menor trataba de ocultar.

—Yu-YunHo —jadeo. Se estaba ahogando entre sus propios gemidos, ¿lo estaba haciendo bien? Parte de él quería ponerse encima del mayor y hacerle sentir el mismo placer que él estaba sintiendo, la otra parte de él pedía a gritos que entierre sus uñas en la espalda de Yunho y se entregue en bandeja de plata.

El mayor desabotonó los jeans del pelirrojo para luego despojarse de ellos en un simple movimiento al igual que hizo con el bóxer, sus manos ansiosas anhelaban más del menor.

—Yun-Ho —gimió al sentir los labios del mayor en su extensión.

YunHo lamió y besó la base deleitandose con cada gemido que el menor le regalaba, envolvió su sexo con sus labios y ahuecó las mejillas tratando de cubrir toda su extensión.

Entre gemido y gemido el menor inició un vaivén de caderas tratando de meter todo de si dentro de la boca del mayor, no dejaba de sentir placer y la cálida boca de Yunho solo aumentaba su erección. Se sentía tan bien, y lo hizo aún más al derramar todo su liquido dentro de YunHo quien tragó todo del menor.

—Jodidamente bueno —susurró mirando el rostro perlado del menor con un par de cabellos pegados en la frente, su boca entreabierta y sus ojos cerrados de placer. Había tenido tantas veces sexo tanto con mujeres como con hombres y en ni una se había detenido a observar el rostro de su acompañante, ahora mordía su labio viendo como Mingi respiraba agitadamente deseando más de él.

—Segunda ronda, pequeño —susurró en su oído.

—¡Pongan una almohada en la cama! —gritó HongJoong desde la sala—¡Y MinGi! ¡Gimes del asco, joder, acabo de tener espasmos auditivos!

°°°

Aiudaaa, son las tres de la mañana y le estoy chillando al YunHo :c

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