Cap 37: La Señora de Fantasmagoría
Cap 37: La Señora de Fantasmagoría
(Tarrant P.O.V)
La lluvia de sangre empezaba ponerse fuerte, vimos que la herida de Lady Amalya se agrietaba revelando que toda ella era un disfraz, un disfraz que la misma Señora de Fantasmagoría se hizo. Como sorptesa, surgió de la tierra un brazo sosteniéndome, gritaba de terror -¡Tarrant! –se asustó mi padre ayudándome a quitarme, pero surgían más bestias. Eran los demonios de Fantasmagoría, convirtiendo todo los que estaba en nuestro alrededor en ese pantano viscoso que encontramos en el castillo de Witzend.
-¡A ellos! –surgió la Señora de Fantasmagoría, era una bestia enorme, viscosa carnosa, con tentáculos de alambres con espinos. Agarraba algunos miembros de la Secta despedazándolos -¿Entonces es cierto? ¿Ese Salvador es un Demonio? –dijo uno de ellos.
-¡Son unos tontos! ¡Cayeron en mi trampa! –se burló la Señora de Fantasmagoría, mientras los hacía pedacitos -¡Yo soy la Vida! ¡Yo soy la Muerte! ¡Yo soy la que te pone la carne de gallina! ¡Yo soy la Sanación! ¡Yo soy el Sacrificio! –decía al atacar y saborear la carne de ellos -¡Yo soy el Salvador! ¡Soy Dios y el Diablo!
-Por pendejos –murmuré, sintiéndo lástima por ellos.
-¡Corran! ¡Corran! –gritaba mi padre. Corríamos mientras nos perseguía. Era peor que mis pesadillas.
Por cada lugar que corríamos encontramos una bestia.
Era de terror.
Mi padre y yo entramos a una torre y surgiendo de una trampilla apareció la Señora de Fantasmagoría -¡Oh, Tarrant, vamos a jugar con tu abuelita! –dijo de tono burlón, iba agarrarme.
(Zanik P.O.V)
-¡Déjalo! –le grité a la Demonio, disparándole con una pistola en la cabeza, partiéndosela en dos.
-¡Sube! –le dije a Tarrant. Subimos a la escalera, pero se podía escuchar la voz de ese Demonio cantando con su satánica voz:
"Un murcielago pasó,
No sé dónde se escondió,
Por el cielo has de volar,
¿Cuál tetera tú...?"
-¡No la escuches, Tarrant! ¡Sigue! –le dije a Tarrant, pero en la mitad de nuestro escape.
-¡PADRE!
-¿CUÁL TETERA TÚ SERÁS?
Vi que la Señora de Fantasmagoría, surgió de una escalera, tomó a Tarrant de su pie izquierdo, el que tenía herido -¡MÍO! ¡MÍO! ¡ERES MÍO!
-¡Suéltame! –luchaba Tarrant para que lo soltara.
Pero la Señora de Fantasmagoría le mordió su herida, arracádole pellejo y haciéndo que sangrara más. Tarrant gritó de dolor, sus gritos era terribles.
-¡DÉJALO, MALDITA! –le dije agarrándo una antorcha y se lo acercaba en la cara, espantándola. Recordé que todos en Fantasmagoría les daba miedo la luz.
-¡Sigamos! –dije tomando a Tarrant quien estaba adolorido por la mordida en su pie, pero esta vez no se enfermó, ya la herida estaba hecha.
Entramos a una habitación. Cerré la puerta con llave.
-Ven –le dije, acercándome a él para ver su pie herido -¿Te duele? ¿No sientes veneno? –le pregunté por iedo que otro bicho de Fantasmagoría se metiera en él.
-No, no siento nada, creo que esta vez no tiene veneno, pero sí me duele –me dijo adolorido.
Una sorpresa llevamos al ver que a través de la puerta apareció el filo un machete.
-¡Es Jason Vorhees! –dijo espantado Tarrant.
-¿Quién? –pregunté.
-Un villano de una película de terror.
-¿Qué es una película?
-Es algo del futuro que me contó el Tiempo.
Este Tarrant, una de sus travesuras favoritas que hace junto con el Tiempo es adelantar en saber cosas del futuro que no han ocurrido.
Ese mismo machete apareció a através de la pared, como estábamos pegados ahí, me raspó mi antebrazo derecho, un corte pequeño pero me sangraba mucho. Grité de dolor.
-¡Padre! –se espantó Tarrant.
-¡Quítate de ahí! –le dije apartándolo de la pared, pero el machete surgía del suelo, avanzando hacia nosotros, topamos a la ventana.
La puerta reventó, mostrando la enorme cara de la Señora de Fantasmagoría, sonriéndonos de forma maquiavélica -¡Son míos! –avanzó hacia nosotros. Pero alguien se puso entre ella y nosotros.
-¡PetitDoigt! –exclamó Tarrant al ver a PetitDoigt en frente. Ella,prendió su halo de luz tan fuerte.
Un choque hubo en esa torre, una esfera de luz caía hacia el suelo. Ahí, los chicos nos encontró tirados. Por suerte estamos sanos.
(Tarrant P.O.V)
–Bien hecho, PetitDoigt –dije con PetitDoigt en la palma de mi mano. Se veía mareada -¡Chuí! –dijo intentando mostrar que estaba bien. Quiso decir: Estoy bien.
-¡Stayne! –llamó mi padre al Viejo Stayne quien logró liberar su brazo cuchillo del mástil. Nos observó con amargura y se iba, dejándonos a nuestra suerte, el muy cobarde.
-¡Stayne! ¡No huyas, cobarde! –le gritó mi padre caminado hacia él -¡Tú trajiste esto! ¡Eres tú quien está condenado! –pero fue interrumpido cuando la Señora de Fantasmagoría surgió de la tierra -¡No tiene escape, Hightopp! –dijo mientras nosotros caminabamos de espaldas, alejándonos de ella -¡No podrán escapar de mí! ¡Yo soy la Vida! ¡Yo soy la Muerte! ¡Yo soy la que te pone la carne de gallina! ¡Yo soy la Sanación! ¡Yo soy el Sacrificio! –¡Yo soy el Salvador! ¡Soy Dios y el Diablo! ¡Yo soy el Anticristo! –dijo poniendo su voz más rasposa.
-¡No! –le dije enfretándome a ella -¡No eres más que una cobarde, escondida bajo tierra! –le dije -¡No te tengo miedo! ¡Eres tú quien me tendrás miedo!
-¡Ya veremos! –dijo alzando un tentáculo en forma de estaca hacia mí, pero alguien lo detuvo -¿Papa Reggi?
El Fantasma de Papa Reggi se reveló a su secuestradora, sostenía ese tentáculo mientras la veía con ojos llenos de venganza –A mis niños no, puta –le dijo haciendo que su halo de luz se aumentara para molestarla y romper el tentáculo.
(Zanik P.O.V)
Se manifestó el fantasma de Papa Reggi para rebelarse a la Señora de Fantasmagoría, salvándonos. Pero no era suficiente. La Señora de Fantasmagoría formó dos de sus tentáculos en manos y tomó la cara de Papa Reggi. Vimos que esas manos le quemaban la cara.
-¡Papa Reggi, no! –me espanté al escuchar a Papa Reggi gritando de dolor y agonía. Por más que intentaba aumentar su halo de luz, no lo lograba.
-¡La Corona, Tarrant! ¡Usa la Corona! –atinó en decirle a Tarrant.
(Tarrant P.O.V)
-¿La Corona? –pregunté. Tomé la Corona y vi que su corazón brillaba con una hermosísima luz. Ya era hora, era el momento como indicó el Oraculum. Me llené de valor, volví a ponerme la Corona en mi cabeza y caminé hacia la Demonio.
-¡ALTO! –le grité al mismo tiempo que la Corona brillaba más. La Señora de Fantasmagoría se espantó al ver la luz, liberó a Papa Reggi quien logró desaparecer -¡No más! ¡Ya basta! ¡Te ordeno que ya basta! –alargué mi brazo como si le estuviera diciendo alto, tal como estaba ilustrado en el Oraculum -¡Ya no más! ¡No más muertes! ¡No más víctimas tuyas! ¡Es tu juicio final! ¡Soy el Príncipe Dorado y te digo que ya no más!
-¡Maldito bastardo! –me dijo la Señora de Fantasmagoría -¡Te voy a...! –me iba atacar.
-¡Ya no más! –apareció mi padre agarrando una antorcha, se la acercaba a ella -¡Por el bien de todos, ya no más!
Luego legó Jaque, las Reinas, todos mis amigos, con diferentes objetos que traían luz y diciéndole "¡Ya no más!"
-¡Ya no más! ¡Ya no más! ¡Ya no más! ¡YA NO MÁS!
Y cuando más luz la acercábamos, ella se disminuía, como si hubiese bebido un pishalver, hasta llegar al tamaño de una persona, se arratraba hacia atrás llena de terror, mientras nos acercábamos a ella y le seguíamos gritando -¡Ya no más!
Se arrastró hasta topar a una pared.
-¡Ya no puede más, Lady Amalya! ¡Está condenada, e irá a su propio infierno! –le dije.
-¡No sin ti! –dijo ella, tocando la pared y de ahí se abrió un portal. Un portal hacia Fantasmagoría -¡Adios, amigos! –Se metió ahí.
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(Zanik P.O.V)
Vimos que la Señora de Fantasmagoría abrió un portal a su refugio: a Fantasmagoría o como yo lo llamaría al Infierno.
Viendo que no hay señal de ella, Tarramt volteó hacia nostros y dijo un simple:
-Ya estuvo.
Pero, sin que nadie se diera cuenta, unos tentáculos se enroscaron en sus piernas y lo arrastraban hacia el portal.
-¡TARRANT, NO! –grité.
-¡AYÚDENME! –gritó cuando ya estaba adentro.
Corrímos al portal, pero una de sus bestias apareció asustándonos.
Ya cuando se fue, vimos que el portal se cerraba lentamente -¡No! ¡Tengo que sacarlo de ahí! –dije apunto de entrar.
-¡No, Zanik! –me detuvo Jaque.
-¡Tengo que hacerlo! –le dije -¡Lo tengo que hacer! –le aclaré.
Jaque me vio y luego el portal que continuaba cerrándose. Soltó un suspiro.
-Lo sé...tienes que hacerlo...porque es tu hijo, ¿no? –preguntó.
-No –le dije –Lo hago porque lo sobreprotejo –bromeé.
-"Dejpué" de mí, camarada; tú "erej" má' fiera que nadie –dijo Snarko admirado.
Notamos que el portal se puede mantener más abierta si usáramos la luz. PetitDoigt iba a acompañarme usando su halo de luz. Tomamos una cuerda, até mi cintura con el inicio de ella y los chicos sostenían el resto -¡Cuando les diga, jalen! –les dije.
-¡OK!
Agarré mi hacha y junto con PetitDoigt corría para entrar -¡Hay les voy! –entramos.
PetitDoigt con todas sus fuerzas mantenía más fuerte su halo de luz y vimos que Fantasmagoría era como aquel habitación que encontramos en el castillo de Witzend pero peor. Era como estar dentro de un cuerpo, por lo carnoso que se veía.
Estaba llena de las misma criaturas.
En frente vi a la Señora de Fantasmagoría con Tarrant enroscado entre sus tentáculos.
-¡Padre! –me vio.
-¡Hightopp! ¡A él!
Las Bestias corrían hacia a mí. Yo pensé rápido, los cortaba en pedacitos para apartarlos de mi camino, hasta los mataba a balazos y PetitDoigt los asustaba con su luz.
-No le será fácil a tu papi salvarte esta vez –le dijo la Demonio a Tarrant mientras alzaba un tentáculo agijón hacia él, para después...
-¡TARRANT! ¡NO! ¡NO! –grité al ver que Ella le clavó su agijón en el corazón a Tarrant. Y Tarrant sufría cuando ella succionaba su energía vital, llenándose de fuerzas. Tarrant agonizaba, se veía más débil, pequeño y delgado, su cabello se tornaba en blanco conforme le quitaban la energía -¡NO! ¡NO! ¡A MI HIJO NO, MALDITA! –le grité tratando de quitarle ese agijón -¡SUÉLTALO!
-¡Oh, cómo molestas! –se quejó ella.
-¡SUÉLTALO! ¡SUELTA...! ¡AHH! –me clavó en mi espalda, directo en el corazón y comenzó a succionar mi energía vital -¡Pero tu energía vital es muy deliciosa! –dijo ella saboreándome.
Yo igual me sentía débil, me sentía delgado, enfermo, mi cabello se torneaba blanco como le ocurría a Tarrant, era un dolor indeseable, pero no quería soltar a mi hijo, aunque estaba perdiendo fuerzas me aferraba a él.
-Qué buen gusto tiene Tyvidiana, porque están deliciosos –se burló la Señora de Fantasmagoría.
(Tarrant P.OV)
Ya no podía más, me sentía fatal, débil, peor que perder la muchosidad, mi padre estaba en los mismo, ambos estábamos perdiendo la energía vital, sin embargo, mi padre me abrazaba con todas las fuerzas que les quedaba –Tarrant...-me dijo con debilidad –Tú...y tu madre, son lo que más atesoro en esta vida, siempre...y...igual debes saber que...no importa cómo te tuve...no importa que en el pasado no tuvimos una buena relación...debes...siempre...saber algo...te amo.
Mi padre dijo que me ama, en serio lo dijo –Te amo...siempre te he amado y siempre te amaré.
-Padre –le dije sosteniendo el brazo con la que me aferraba –Yo...también te amo –le dije. Nos unimos más con nuestro amor de padre e hijo, tanto que ese amor llegó a la Corona, su corazón se iluminada, al igual que los nuestros. Esa luz se tornó más fuerte, atravesando a los agijones que nos clavó la Señora de Fantaasmagoría se deshacieron.
-¡¿QUÉ ES ESTO?! –gritó de terror cuando vio que un resplandor nos cubría lastimándola a ella y a su criaturas.
Ya estábamos libres, gracias a esa luz recuperamos algo de fuerzas y el corazón de la Corona se iluminaba más -¿Qué sucede? –pregunté viendo que en nuestro alrededor había más luces deshaciendo a las criaturas de Fantasmagoría y la Señora estaba agonizando, deshaciéndose -¡Ni idea! –dijo mi padre.
-¡PetitDoigt! –vi que PetitDoigt, se desmayó del cansancio al usar su halo, toda Fantasmagoría se estaba destruyendo.
(Zanik P.O.V)
-¡Rápido, ven! –le dije a Tarrant, me desaté la cintura y con esa misma soga até la de Tarrant -¡Sujétate bien! –le dije. Pero, no me di cuenta que la Señora de Fantasmagoría enroscó sus tentáculos en mis piernas yme arrastraba a ella -¡Padre, no! –me gritó Tarrant.
-¡Ahora! –grité hacia el portal.
-¡Rápido, jalen! –le dijo Jaque a los chicos y empezaron a jalar la cuerda llevándose a Tarrant.
-¡Maldito! –me dijo la Señora de Fantasmagoría -¡Todo es por tu culpa! –pude liberarme de ella cortándole sus tentáculos con mi hacha.
-¡Zanik! –apareció el fantasma de Papa Reggi, me tomó y me abrazó -¡No veas esto! ¡Cierra los ojos! –me dijo cubriéndome la cabeza con sus brazos.
Noté que el fantasma del Príncipe Dorado; el padre de Tyva junto con otros fantasmas, caminaban hacia la moribunda Señora de Fantasmagoría.
-¿Qué le harán? –le pregunté a Papa Reggi.
-Su juicio final.
El Príncipe Dorado vio cara a cara a la Señora de Fantasmagoría, había venganza en su mirada –Nunca te perdonaré el daño que le hiciste a mi familia y es por eso que estás condenada, hasta el fin de Infratierra –le dijo.
Todo empezó a ponerse oscuro no se veía nada -¿Papa Reggi? –llamaba a mi bisabuelito.
-¡Calma! ¡Todo va a salir bien!
Sólo se veían las cara de los fantasmas, víctimas de Fantasmagoría gritando con toda la ira y fuerza, sus rostros parecían como mosntruos. Gritos de terror y furia de oía en la oscuridad.
(Tarrant P.O.V)
-¡PADRE! –gritaba mientras me seguían jalando para regresar. Pero mi padre quedó atrapado en la oscuridad de Fantasmagoría. El portal ya se estaba cerrando conforme todo este infierno se andaba destruyendo -¡PADRE, NO! ¡REGRESA! –seguía gritando.
-¡Jalen! ¡Jalen! ¡Con todas sus fuerzas! –seguían jalando. Al fin salí de ahí, junto con PetitDoigt, la Corona y el hacha de mi padre, al mismo tiempo que el portal se cerró. Pero a llegar a tierra firme, terminé desmayado por el impacto.
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El portal de Fantasmagoría se cerró. Todo lo que quedó de ella era una Lady Amalya más débil, más vieja y más fea.
-¡Malditos! –maldijo a todos -¡Miren lo que me han hecho!
-Usted misma se lo hizo, no nosotros –dijo la Reina Roja, viéndola con miedo.
-Estarán condenados, porque Dios...
-¡Ya no meta en Dios en esto, Lady Amalya! –la calló la Reina Blanca –Ya sabemos quién es usted. Y en nombre de mi primo, el Príncipe Dorado, y en memoria de los quienes fueron víctimas de su Secta será condenada a cadena perpetua en la prisión de Marmoreal, hasta el fin de Infratierra.
-¡No si ese príncipe sigue vivo! –gritó Lady Amalya corriendo para atacar a Tarrant quien estaba inconsciente en los brazos de Padre Guillermo.
Jaque la detuvo apuntándola con su espada –Alejen a esta arpía de mi ahijado –le órdeno a los guardias.
-¡Me voy a vengar, malditos! ¡Me voy a vengar! –gritaba mientras los guardias de la llevaban lejos de Tarrant.
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