Cap 29: La Aldea del los Ratacaibos y la Guarida del Snark

Cap 29: La Aldea del los Ratacaibos y la Guarida del Snark

(Tarrant P.O.V)

-¡Auch! –me resbalé del hielo.

-¡Tarrant! –se asustó mi padre, ayudándome a levantarme.

-Hay que tener cuidado, es muy resbaloso –dije sobándome los raspones de mis rodillas.

El túnel, además estar congelado, estaba oscuro. Por suerte PetitDoigt nos daba algo de luz con su brillo.

-Mejor te agarro –dijo mi padre sosteniéndome –Camina despacio...despacio...eso...eso es, con calma...mantente tranquilo.

-Parezco un bebè aprendiendo a caminar –reí junto con él.

(Zanik P.O.V)

-¡Sí! –reí ayudando a Tarrant en caminar despacio, como si fuese un bebé enseñándole a caminar –De hecho, recuerdo cómo te enseñé de bebé.

(Flashback)

-Eso, Tarrant, con cuidado...eso es –le decía a Tarrant, cuando era un bebé de 10 meses, le enseñaba sus primeros pasos. Sostenía sus manitas para mantener el Equilibrio. Tyva estaba frente a nosotros, agachada y con los brazos abiertos –Ven mi bebé, sé que vas a lograrlo –decía ella sonriéndole a nuestro hijo.

-Creo que ya podré soltarlo –dije soltando de repente a Tarrant. El niño cayó al suelo. Empezó a llorar –No, no, no, no –lo levanté –No llores, no debes llorar, calma, calma, es sólo un tropezón –le decía con dulzura –Perdón, mi pequeñito, te solté muy pronto –le daba besitos. Ya se calmó.

-Vamos a intentarlo de nuevo–dijo Tyva –Pero, trata de soltarlo muy despacito –me dijo.

-OK –dije tomando a Tarrant –Despacio...muy despacito hijo...y...-con mucha suavidad y sin prisas, solté a Tarrant.

¡Tarrant ya andaba solito!

Logró llegar en los brazos de su madre.

(Fin del flashback)

-¡Mira! –dijo Tarrant, delante de nuestros pies había un agujero, miramos hacia allá. Se veía profundo -¿Qué tan fondo crees que esté? -preguntó

-Sólo hay una forma de saberlo –dije sacando una soga enrollada.

(Tarrant P.O.V)

Mi padre sacó una soga, la tomé, até el extremo en una roca y el resto lo bajé al hoyo.

-¿Listo? –le pregunté, empezando a bajar.

-Pues...-trataba de de decir nervioso –Al carajo, no nos queda de otra –dijo empezando a bajar después de mí. A PetitDoigt le era más fácil volando. Iluminaba el fondo del hoyo.

-Pues, no se ve tan mal –dije viendo para abajo.

-Para ti es facil decirlo –dijo papá –Tú estás abajo –observó para abajo –Ya, chinguen a su madre, ya me entró el miedo –comentó.

-Tranquilo...no...no pienses en ello –lo animaba –Piensa que vamos a lograr a obtener la Corona, regresaremos a casa, mamá se despertará del coma y muy felices seguiremos haciendo lindos sombreros para cabezas bonitas y mamá nos consentirá con un delicioso potaje.

-Sí –dijo mi padre más aliviado –Y mientras, tú andas tomando el té con tus locos amigos y yo...le voy hacer el amor a tu madre...tal vez intentemos darte un hermanito de verdad.

-Padre, no era necesario que me digas tus intimidades –le dije, riendo.

No sabemos qué fue, pero sentimos un jalón a la cuerda, una sacudida, como si se estuviera rompiendo.

-Oh, mierda –dijo mi padre.

Caímos.

PetitDoigt voló a nosotros, gritabamos conforme caíamos. Ya me imaginaba ese hoyo de conejo donde Alicia cayó para llegar a Infratierra, topamos a lo que parecía ser un tobogán. Como agua corriendo a una tubería, íbamos de un lado a otro hasta caer al fin a tierra.

(Zanik P.O.V)

-¡Ay, caramba! – dije aturdido mientras me levantaba –Después de una caída así, rodarse de una escalera no tendrá ni un chiste –comenté. Me imagino que Alicia hubiese dicho lo mismo tras caer al agujero de conejo -¿Estás bien? –le pregunté a Tarrant.

-Sí –me contestó-¿Y tú?

-Sí –dije viendo el hoyo donde caímos -¡Quiero hacerlo otra vez! –dije con una sonrisa.

-¡Yo también! –río–¿Dónde estamos?

-Tarrant...mira –apunté hacia el frente.

Vimos una pequeña aldea, una aldea para gente con el tamaño de un ratón.

-De seguro es la aldea de los Ratacaibos –dije –Está todo desierto.

-Desierto...como un pueblo fantasma –dijo Tarrant mientras caminabamos a la aldea. En la entrada había un letrero que decía: "No pisar sobre los Ratacaibos"

(Tarrant P.O.V)

–Ya me da miedo –dije al sentirme incomodo de cómo estaba desierta la aldea.

-¿Qué es eso? –preguntó mi padre al ver que al final de la aldea había una escalera que llevaba un túnel –Podrá ser...¡La guarida del Snark!

-¡Vamos allá! –aceleramos el paso.

No nos dimos cuenta que debajo de nuestros pies, estaba una trampa. Un red. Nos encerró y se colgó al techo con nosotros adentro.

-¡Ay! ¡No más eso nos faltaba! –se quejó papá, incómodo en la red -¡Los muy graciositos nos tendieron una trampa!

-¡Deja de quejarte! –dije yo, igual incómodo -¡Saca tu cuchillo y corta la red! ¡Más fácil! –dije cortando la red con una tijera.

-Sí, ya voy –dijo mi padre empezando a cortar la red –Lo que sí va a ocurrir será larga caíd...¡AAAAAAA! –ya estamos libres y caímos -¡Justo a ya sabran dónde! –se quejó.

Nos íbamos a levantar, no sin antes ver que surgiendo del piso salían unas pequeñas cruaturas, peludas, que se le veían los ojos, cabecitas con mechones de pelos revoltosos de distintos colores. Se acercaban a nosotros lentamente, apuntándonos con lanzas. Eran una tribu.

-De seguro esos son los Ratacaibos –murmuré al hacer un ligero brusco, un ratacaibo me apuntó con su lanza, poniéndose a la defensiva -¡Cuidado, amigo! ¡Le sacarás a un ojo a alguien! –le dije apartando su lanza.

-¿Quiénes son ustedes? ¿A qué vienen? –preguntó uno de ellos.

-Venimos a..buscar...la Corona –trataba de decirles.

-¡Ladrones! ¡Son son ladrones!

-¡No! ¡No somos ladrones! –trató de aclarar mi padre.

-¡Nadie puede tocar la Corona del Rey Dorado, nadie menos su heredero y los Guardianes de la Corona!

-¡Lo sé...!

-¿Qué está pasando por aquí? –escuchamos a un Ratacaibo anciano.

-¡Intrusos, señor! ¡Ladrones! –dijo uno a él.

-¡No somos ladrones! ¡Somos....! ¡Ay! –mi padre sintió algo adentro de la manga de su abrigo, lo sacudió y de su brazo derecho salió un Ratacaibo -¡Este tipo trae un tatuaje en el brazo! ¡Es obvio que es un ladrón!

-¡Ay, éstos no dejan hablar! ¡No juzges a una persona por tener un tatuaje!

-Traigan al muchacho –pidió el Ratacaibo anciano.

Los Ratacaibos me tomaron, y me pusieron encima de ellos, haciéndome surfear en toda la tribu hacia él.

-¿Qué tienes en la muñeca? –me preguntó observando el brazalete. Se lo mostré. El Ratacaibo anciano abrió grande los ojos –El Corazón de la Corona...¿será posible? –me vio

-Le va sonar estúpido, señor...pero, yo...yo soy...

-El Príncipe Dorado –dijo el Ratacaibo anciano -¡El Heredero!

Los demás Ratacaibos se sorprendieron -¡El Príncipe Dorado! –gritó uno y todos gritaban con armonía.

-Estuvimos esperandolo por mucho tiempo, su Alteza –dijo con amabilidad el Ratacaibo anciano –Pero...¿quién es él? –preguntó viendo a mi padre. Él saludo con timidez.

-Es mi padre –contesté. Todos los Ratacaibos voltearon al verlo por un momento.

(Zanik P.O.V)

Todos los Ratacaibos voltearon hacia a mí –Tengo un mal presentimiento –dije al sentir sus miradas señalándome.

-¡Es el Rey Dorado! –gritó uno de los Ratacaibos y todos gritaron de felicidad.

-¡No! ¡No, no, no, no, no, no! ¡No soy...! ¡No soy el Rey! ¡Soy su padre, pero no el Rey! –trataba de explicarles.

Pero ellos me tomaron y me hicieron surfrear sobre ellos hasta llegar donde estaba Tarrant y el Ratacaibo anciano.

-Señor, no soy el Rey...yo, yo, yo soy el padre de él pero no el...

-Calma, señor, no es necesario que me dé explicaciones –me dijo el anciano. Y veíamos que los Ratacaibos cantaban y se inclinaban a Tarrant, alabándolo. Reía un poco viendo a PetitDoigt imitándolos.

-Hemos esperando al Príncipe por un largo tiempo –contaba el anciano –Cuando dejaron la Corona, estuvimos aquí bajo la tierra, sin poder ver la luz del día.

-Me doy cuenta –dije viendo el techo –Nosotros venimos por la corona, debido a que...la Secta de la Tierra Real, los que asesinaron al abuelo de Tarrrant y a mi bisabuelo, están tomando el control de Infratierra y quieren a mi hijo para ser sacrificado por la Señora de Fantasmagoría.

-¡¿FANTASMAGORÍA?! –se espantaron los demás Ratcaibos y empezaron a correr aterrorizados como si la Señora de Fantasmagoría vendría para atacarlos.

(Tarrant P.O.V)

-¡No, esperen, tranquilos! –trataba de calmarlos -¡Por favor! Pero era inútil.

-¡Silencio! –los calmó el anciano –Su Alteza real quiere hablar con nosotros.

-OK...lamento en haberlos asustados...pero lo que mi padre y yo queremos es que nos den el paso para llegar a la Corona. La tendré que usar para lograr detener a la Señora de Fantasmagoría y a la Secta, Infratierra corre peligro ella dependerá de que use la Corona y quizas eso les ayudará a deshacer el invierno y su tribu volvera a estar bajo el sol...y no, mi padre no es el Rey, es un Guardián de la Corona –les corregí. Mi padre rió u poquito.

-Ya oyeron a su Alteza Real, escóltenlo junto con su padre a la Corona.

Y unos cuantos Ratacaibos se unieron formando una flecha y apuntaban el camino a la Guarida del Snark.

-Aquí tienen el camino...¡Ah! Y otra cosa –nos decía el Ratacaibo anciano –Para que el Snark les dé el paso, usted, por ser el Príncipe, tendrá que cantarle la Canción de la Sopa, le gusta mucho esa canción.

-OK...gracias –le dije.

-Sí, Gracias –agradeció mi padre.

Caminamos al camino donde nos señalaba los Ratacaibos que era una cueva muy oscura.

-No son mortiferos como dijo la tripulación –comentó papá.

-Quizas exageraron –dije riendo –No veo nada –me quejé al estar rodeado en la oscuridad de la cueva -¡PetitDoigt, la luz, por fa'!

PetitDoigt iluminó el camino y vimos que la cueva estaba llena de restos de cuerpos, esqueletos, cráneos y otro tipo de huesos.

-Creo que son ingredientes de la sopa del Snark –comenté un poco aterrorizado.

-O, ¿sabes que sería peor? –comentó mi padre –Su...-tose -...baño.

-¿Su ba...?¡Agh! –me dio asco -¿Tu crees?

-It doesn't smell like caca to me, señor –dijo mi padre con una voz rasposa acercándome un hueso en la cara -¡Guácala, aleja eso de mí! –me espanté mientras reía -¿Tienes que hacer eso? -¡Hueso con pupu! –seguía bromenado mi padre mientras arrojaba el hueso -¿Qué se siente haciendo travesuras odiosas? –dijo recordándome todas las travesuras que le hice que lo a hecho enojar.-Ya, demasiadas venganzas has tenido –le dije riendo –Ahí está la salida –apuntñe lo que era la salida a la cueva.Ya cuando salimos. Vimos que estabamos dentro de un pozo, un enorme y profundo pozo y ancho or a cantidad del agua. En la orilla estaba una balsa. Era obvio que era la Guarida del Snark.-¡Mira! -apunté al otro lado del agua una escalera en la pared que subía a una puerta –Quizas ahí está el Tesoro y la Corona –y sí, al ver que brillaba más el Corazón, era obvio que ya estábamos cerca.

NOTA:Cuando Zanik dice - It doesn't smell like caca to me, señor –sabrán a lo que me refiero, si llegaron ver IT (ESO) jajajajajaj!!!!!!

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