Cap 25: La Caza del Snark part 2
Cap 25: La Caza del Snark parte 2
(Zanik P.O.V)
¡Qué fiebre! Me ardía todo, no podía moverme. La cabeza me dolía, el cerebro me palpitaba que resonaba en mis oídos.
-Ya basta -le decía a mi propio malestar febril.
Pero, algo calmaba mi agonía...un aroma a lilas...lilas...la flor favorita de Tyva, el olor que suele perfumar a su piel. Era muy placentero. Sentí los carnosos y dulces labios de una mujer besando los míos. Era ella, le sonreí y la dejé que se acostara a un lado en la hamaca.
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-¡Hola, señor! -llegó el Panadero con una sopa de boojum para Zanik -Su hijo dijo que ya tiene...-pero notó que Zanik seguía dormido o soñando, gemía de forma placentera y murmuraba el nombre de "Tyva".
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(Zanik P.O.V)
Después de un momento delicioso y romántico con mi Tyva, ella me pidió -Tarrant está aburrido, ¿puedes llevarlo a dar un paseo? -vi a Tarrant, con sus cinco añitos, jungando con una vieja cubeta, aburrido. Yo le sonreí a Tyva -Claro -le dije.
Me levanté de la hamaca y me acerqué a Tarrant -Ven, hijo. Vamos a dar un paseo.
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-Oiga, señor...¿Señor Hightopp? -llamaba el Panadero a Zanik, quien se levantó de la hamaca y caminaba dormido, sonámbulo, subía a la cubierta -¡Oiga, no puede salir! Aún está débil y enfermo.
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(Tarrant P.O.V)
-Y esa fue la razón de porque debo de usar la Corona -terminé de contarles al Capitán y a su tripulación la Misión Hightopp.
-Vaya, eso si que es una historia increíble, imposible de creer -dijo el Capitán sorprendido. De repente apareció el Panadero -Oigan, no quiero ser aguafiestas, pero, al parecer el otro Hightopp está actuando raro -dijo.
-¿Cómo que raro? -pregunté preocupado.
-No lo sé, andaba diciendo "Tyva, Tyva" ¿Quién es Tyva?
-Mi madre.
-Y creo que es sonámbulo.
-¿Sonámbulo? -reaccioné. Y salí del camarote. Vi a mi padre caminando dormido al bauprés.
-¡Padre! ¿Padre, qué haces? ¡Padre, detente! -intentaba detenerlo pero no me escuchaba.
(Zanik P.O.V)
Tarrant y yo caminábamos a una playa. Tarrant creía y crecía a llegar a la edad adulta que tenía durante el camino.
-¿Te estás divertiendo? -le pregunté.
-Sí -me contestó al llegar a la orilla del mar.
Ambos teníamos unas batas blanca, la herida de cuchillo que me ocasionó el pirata empezaba a sangrarme, tornando el blanco de mi bata de rojo, pero no me dolía, ni lo sentía.
Vimos que el mar estaba seco, sin ninguna gota de agua y el suelo agrietándose.
Las pupilas se me dilataron -No hay vida -dije.
Sin embargo, vi que Tarrant tenía un cuchillazo en el pecho, sangrándole Ni siquiera parece sufriendo de dolor, ni parece sentirlo, su bata blanca se torneaba rojo y gotas de sangre cayeron a suelo seco y como agua, floreció cesped y flores.
-Sólo hay un modo de darle vida -dijo, derramando lágrimas y caminó al mar seco, conforme se alejaba, su sangre derramada al suelo hacía crecer cesped.
(Tarrant P.O.V)
-¡Padre, detente! -le gritaba a mi padre quien estaba sobre el bauprés y al parecer iba a arrojarse al mar, como si tratara de suicidarse -¡Padre, no! -corrí tras él.
(Zanik P.O.V)
El cielo se tornaba oscuro, como si iba a ver una tormenta, Tarrant ya estaba lejos, pero frente a él estaba una sombra oscura con una sonrisa maquiavelica: La Señora de Fantasmagoría.
-¡Tarrant! -llamé a mi hijo, cuando iba avanzar a él, lo oí gritar -¡Padre, no!
Unos brazos rodearon mi cintura con fuerza, parpadeé y vi que me encontraba parado sobre el bauprés de un barco, directito a caerme al mar, asustado, traté de mantener el elquilibrio, el que me sostenía me jaló, regresándome al barco.
-¿Qué rayos? -pregunté asustado y vi a Tarrant abrazándome -¿Qué ibas hacer? -me preguntó aferrándose a mí, asustado.
Fueron alucinaciones, sueños, imágenes que no son ciertas, no entendía que me estaba pasando.
-¡Ay, hijito! -le decía a Tarrant , abrazándolo, tratando de calmarme -No sé qué me pasa. Estoy viendo imágenes raras, no paro de tener alucinaciones...y esas pesadillas...no sé si es la insolación o la fiebre -decía cuando nos soltamos.
-Aún estás débil -dijo Tarrant al notar que todavía no tenía fuerzas y la fiebre, todavía altísima -Ven, vamos a darte de comer -me llevó de regreso bajo la cubierta, sujetado por algunos de la tripulación ya que andaba muy debil para caminar.
Ya de vuelta a la hamaca, me dieron de comer sopa de boojum, jamás probé esa sopa, en realidad si era buena, pero para recomendarsela a alguien.
-Gracias -le dije al Panadero devolviéndole el plato cuando ya acabé. Sin embargo, sentí que el Boojum no quedó cómodo dentro de mi estómago lo cual hizo que...vomitara.
Todos hasta Tarrant se sorprendieron.
-Pero era un platillo perfecto, hasta para tomar el té -dijo el Panadero sintiéndose culpable.
-Lo siento -dije apenado tras acabar de vomitar -¡Mierda! -me desplomé en la hamaca -No sé cuánto me va durar esto.
-Me sorprende ver al hijo del viejo Lewis Hightopp de nuevo -dijo el Capitán Bellman -Cuando lo conocí, usted tenía el tamaño de un castor.
-Sí, lo sé, tenía tres meses de nacido cuando mi padre estuvo con usted para cazar al Snark.
-Lástima que fue un fracaso -dijo con tristeza el Capitán.
-Pues mi padre mecontó que fue increíble, eso es como se lo contaba a Tarrant, el mejor viaje que tuvo...bueno...a veces él exagera y eso que cosentía a este niño -señalé a Tarrant en forma de broma.
-¡Padre! -me dijo Tarrant riendo -Ya le conté al Capitán nuestra Misión, está dispuesto en ayudarnos.
-¿En serio? -pregunté.
Y de pronto, algo nos interrumpió, una palpitad del Corazón de la Corona, en el brazalete.
-¡Lo siento! -dije de repente -¡Puedo sentir la Corona! -presentí, de nuevo la Corona llamándonos.
(Tarrant P.O.V)
Corrí a la cubierta, y fui a la proa, alzé mi brazo y el diamante en mi brazalete brillaba más. Eso significa algo -¡Estamos en camino!
-¡Chuki! -dijo feliz PetitDoigt.
El Capitán Bellman, llamó a toda la tripulación y delante de ellos y a a lado mío decía:
-¡Amigos, nobles y campesinos, prestadme atención! ¡Hemos navegado varios meses, hemos navegado muchas semanas; cuatro al mes, podéis anotar, pero todavía, hasta este momento; y es vuestro capitán el que habla, no hemos visto, ni por asomo, un Snark! ¡Hemos navegado muchas semanas, muchos días; siete por semana, lo reconozco, pero nunca un Snark, sobre el que nos encantaría poner la vista, nos hemos encontrado hasta ahora! ¡Sin embargo, no vamos a tener esta nueva aventura para cazar el Snark, si no algo más! Joven Hightopp -me abrió espacio delante la tripulación -¡Este pequeño fabricante de bonetes, es el nieto del viejo Lewis Hightopp, que en paz descanse, él y su padre; Zanik Hightopp, hijo de nuestro viejo amigo, han viajado para poder cumplir una peligrosa misión en la cual dependera de ellos realizarla para poder salvar Infratierra que esta ahora en situaciones delicada! ¡En honor a nuestro querido amigo Lewis, ayudaremos a su hijo y nieto en cumplir la misión! ¡Al lugar del Snark! ¡A la Isla de Cristal!
Y todos soltaron tres hurras, después de beber a salud del capitán quien los invitó.
Me sentía tan emocionado, no esperaba recibir ayuda de esta gente.
(Zanik P.O.V)
-¡Auch! ¡Oiga! -me quejé cuando un tipo que llevaba puesto siete abrigos y tres pares de botas, me arrojo groseramente de la hamaca -¡Esa es mi hamaca! ¡Mía! ¡Mía! -me dijo de forma grosera.
-OK, perdón no lo sabía -le dije tratandode calmarlo -Pero puede tomar otra.
-¡No! ¡Es mía! ¡Usted duerme en el suelo! -me dijo el tipo.
-¡Mire, señor...Sea cual sea su nombre! -le trataba de hablar -¡Yo...!
-¡Padre! -oí espantado a Tarrant -¿Qué te pasó? -se acercó para ayudarme a levantarme.
-¡Ese señor...quien quiera se llame, me arrojó! -acusé al tipo.
-¡Oye! -se quejó Tarrant con el tipo.
-¿Me hablas a mí muchacho? -dijo de forma vulgar el tipo.
-¡Sí, Buñuelo de pelo! ¿Cómo se atreve tratar así a mi padre? ¿No ve que está enfermo?
-¡Eso no me importa, niño bobo! -cuando le dijo eso Tarrant quedó tieso, como si esa grosería le hizo recordar algo.
-¡Mire...Queso Tostado! -le dije al tipo.
-¡¿Cómo me llamaste, imbécil?! -me dijo muy furioso.
Nuestra pelea paró cuando oímos una campanada, era el Capitán quien tocó su campana -¿Qué está pasando aquí? ¡Cabo de Vela! ¿Qué tienes?
-Esos intrusos, Capitán, ¡esos maleantes entraron a nuestro barco, se robaron mi hamaca! -nos acusó el tipo.
-No son intrusos, son nuestros invitados, y le prestamos su hamsca a Hightopp porque está enfermo, así que cálmate o ya verás que pasar.
El tipo, refunfuñando nos vio con repugnancia y se retiró.
-¿Qué pedo con él? -preguntó Tarrant mientras me ayudaba a acostarme de nuevo en la hamaca.
-Disculpenlo -dijo el Capitán -Qué tipo, ¿no? Famoso por olvidar varias cosas al subir al barco: su paraguas, su reloj, todas sus joyas y anillos, y la ropa que había comprado para el viaje. Tenía cuarenta y dos cajas, empaquetadas con gran cuidado, con su nombre escrito claramente en ellas, pero, como se le olvidaron, todas se quedaron en la playa. La pérdida de sus ropas no importaba casi nada, porque cuando llegó al barco llevaba puestos siete abrigos y tres pares de botas. Sin embargo, lo peor era que había olvidado totalmente su nombre.
-Ha de tener amnesia -aseguré.
-Probablemente -dijo el Capitán -Contestaba a cualquier "¡Eh!" o a cualquier otro grito, como "¡Morralla!" o "¡Buñuelo de pelos!", o "¡Sea cual sea tu nombre!" o "¡Como te llames!", pero,especialmente, a "¡Ese!". Algunos quienes preferían usar expresiones más enérgicas, recibía distintos nombres, sus amigos íntimos le llamaban "Cabo de vela", y sus enemigos, "Queso tostado".
-Con razón se enojó cuando lo llamé "Queso Tostado" -comenté -¿Y por qué se unió a la tripuación? -pregunté.
-Ah, bueno... su apariencia es desgarbada, su inteligencia poca ¡pero su coraje es perfecto! Y al fin y al cabo, eso es lo que se necesita para cazar un snark.
-No lo sé, Capi -decía Tarrant inseguro -Se me hace sospechoso, siento que lo había visto antes.
-Tonterías, mi muchacho, nada por aquí te va pasar -le aseguró el Capitán -Y bien, ¿cuándo cree usted que podrá hacernos las gorras y bonetes, Joven Hightopp -preguntó el Capitán.
Tarrant sonrió -Cuando usted quiera, Capi -dijo.
Y así se fue el Capitán -Nos van ayudar, padre -me dijo muy feliz -Nos ayudarán en llegar, y cada vez estamos cerca...por fin vamos a liberar a Papa Reggi y salvar a mamá.
-Lo sé, hijo -dije muy débil pero orgulloso -Puedo sentirlo.
-Padre, por favor, haz lo posible para recuperarte -me dijo -Me gustaría que...tú...quisiera que tú me coronaras cuando encontremos la Corona. Como hiciste con las Reinas Roja y Blanca.
-Haré lo posible, hijo, haré lo posible, hasta lo imposible -le dije con una sonrisa.
(Tarrant P.O.V)
Ahí, íbamos avanzando a esa Isla, con ayuda de los mapas que ellos trajeron, con el que traía el diario de Papa Reggi y con el Corazón estábamos avazando más. Ayudaba a la tripulación en indicar la dirección correcta para llegar a la Isla. Incluso encontramos extrañas frases y adivinanzas que nos decía algo sobre llegar al tesoro, incluso uno con idiomas extraños, cosa que rapidamente los logré traducir. Había uno que me llamaba la atención, uno que decía: Sólo podrán entrar el verdadero Heredero y los que no trae la Codicia en su corazón.
El Capitán Bellman y su tripulación, en serio eran la onda, muy buenos y generosos, incluso el Castor, el que menos me agradaba era aquel tipo con siete abrigos y tres pares de botas, nos veía a mí y a mi padre como intrusos, yo seguía sospecando que se me hacía conocido. Además de ayudar a la tripulación cómo llegar a la Isla, hacías gorras y bonetes, bonetes y gorras para ellos, al mismo tiempo que los hacía, cuidaba a mi padre, y atendiéndolo. Por lo menos lo tenía a mi lado para ayudarme un poco en la fabricación de bonetes, a pesar de su malestar.
Por suerte, cada tripulante tenía un turno para cuidarlo mientras trabajaba con seguir el camino a la Isla, a veces lo cuidaba el Capitán, aveces, el Limpiabotas, El Abogado, el Banquero, el Tasador, El Panadero, todos menos el tipo de los siete abrigos.
(Zanik P.O.V)
-¡Debo decirle esto, Hightopp; su muchacho trae consigo un ángel! -me decía el Capitán, era su turno para cuidarme mientras Tarrant ayudaba en analizar el camino a la Isla.
-Lo sé, es mi más grande orgullo -dije con una sonrisa, pero todavía me sentía mal en peor, la fiebre no me bajaba, al contrario, cada vez era más fuerte.
-Y dígame -decía el Capitán, colocándome un paño mojado en la frente -¿Cómo es que el Príncipe heredero de esa poderosa Corona, es el hijo de un humilde sombrerero.
-Es una larga historia -le decía -Resulta que...cuando era más joven...todavía era aprendiz para mi padre...me enamoré de...la Princesa Tyvidiana, quien es...la Princesa Dorada.
-¡Ah, ya sé! Usted tuvo un: ¡Chica chica bum bum, bombón, bum! con la Princesa -bromeó el Capitán.
-Sí -reí, hasta que -Oiga...¿hace frío? -sentía mucho frío.
Al caer la noche, Tarrant seguía trabajando con los bonetes. Mientras que yo seguía con ese asqueroso malestar. Y ahora con frío que el Capitán me tuvo que dar su saco.
-¡No lo entiendo! -dijo Tarrant preocupado -Te hemos atendido como se debe y no se te había bajado la fiebre.
-Sí, es muy raro -le dije -No entiendo tampoco, me arde la herida, por más que me la limpien me sigue ardiendo, me duele todo el cuerpo, me hace mal la comida...y cada vez que la vomito, me sale de ahí sangre...
-¿Sangre? -reaccionó Tarrant asustado.
-No paro de tener pesadillas y alucinaciones...quizas ese cuchillo que me clavaron tenía una cochinada.
En realidad esa enfermedad que tenía preocupaba mucho.
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Ya estábamos durmiendo, juntos en esa hamaca. Aun durmiendo me sentía mal, la fiebre más alta y tenía mucho frío que me daba cunvulsiones junto con la fiebre.
-¿Tarrant? -decía entre gemidos -¿Tyva? ¿Tarrant? -desperté y vi que Tarrant volvió a ser un bebé -¿Tarrant? - y vi una sombra que se acercaba, sacó un cuchillo y lo colocó en su gargantita. De ese corte salía sangre en su pielecita.
Abrí los ojos...otra pesadilla...Tarrant ya adulto, seguía vivo.
-¿Hasta dónde va parar esto? -me pregunté a mí mismo.
¿Qué otra cosa saría peor? Esto: tenía ganas de toser.
(Tarrant P.O.V)
-¿Padre? -escuché a mi padre tosiendo. Mi padre tosía muy fuerte -¿Padre, qué tienes?
-No...no lo sé...pero...me...siento... muy mal -dijo mi padre a la vez que tosía, tsía y tosía, no podía respirar y tosió más fuerte que de ahí salía sangre.
-¡Padre! -me espanté -¡Capitán! ¡Capitán!
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