Cap 17: El Viaje Astral
Cap 17: El Viaje Astral
(Zanik P.O.V)
-Tarrant, ¿qué te dije de leer en la mesa? –le llamé la atención a Tarrant, que andaba hojeando el diario de Papa Reggi, en el desayuno. No soltaba ese diario para nada
-Lo siento –dijo cerrando el diario -¿Puedo retirame?
-Anda –le di permiso. Tarrant salió con el diario a la laguna acompañado de Petit Doigt.
-¿Desde cuándo se le aparecía ese fantasma? –preguntó Jaque.
-Desde pequeño –le contesté –Se le aparecía todas la noches...casi a las tres de la mañana...al principio pensé que era producto de su imaginación, hasta que lo llegué a ver cuando él tenía cinco años –contaba mientras observaba a Tarrant desde la ventana –Ya me contó lo que le pasó y a mi nieto –dije com tristeza.
-Era un niño muy lindo –me dijo Jaque –Se parecía mucho a él y a ti, por supuesto...fue muy doloroso la muerte del pequeñito –dijo con tristeza –Más para Tarrant.
-Si pudiera encontrar a ese Morath, yo con gusto le arrancaría la cabeza –dije con sed de venganza.
-La verdad tienes algo de verdugo en ti –comentó Jaque.
-Eso mismo dijo Tarrant...-comenté. Tarrant estaba sentado frente a la laguna, no paraba de leer el diario, quería memorizarse cada detalle.
(Tarrant P.O.V)
Hojeaba el diario de Papa Reggi, me volví adicto a él, quería saber más, tenía tantas preguntas sobre él, sobre cómo ayudó a mi abuelo, sobre esa corona, si tan sólo volviera su fantasma otra vez. Vi que en la última página, había una extra, la abrí y vi lo que resulta ser un mapa, un mapa de tesoro, muy parecido a los que usaban los piratas y había una clase de acertijo que decía: "Conforme el tesoro andará guardado, todo será un disparate, porque todo sería lo que no es y entonces al revés. Lo que es no sería y lo que no podría ser, sí sería"
Al final tenía el boceto de una llave.
La verdad era un acertijo muy raro, yo que sé de acertijos bobos este no le encontraba la lógica, digo, en este País de Maravillas no existe la lógica.
Ahora, más impresionado estuve cuando vi el corazón de la Corona brillando.
-¿Qué ocurre? –me pregunté y sentí que en el fondo de la laguna, algo me andaba llamando. No dudé en meterme.
(Zanik P.O.V)
-¿Qué está haciendo? –pregunté al ver que Tarrant se metía en la laguna, salí de la cabaña, ya Tarrant estaba nadando a una cueva en los más profundo de la laguna.
-¿Tarrant, qué haces? ¡Regresa aquí! –lo regañé metiéndome a la laguna -¡Mierda, está helada! –me queje al sentir el agua fría -¡Mierda, mierda y doble mierda!
Nadamos hasta bucear en lo más profundo de la cueva, PetitDoigt nos daba luz.
Salimos del agua, para obtener aire -¿Qué haces? –lo regañé -¿Por qué te metiste así en el...?
-¡El corazón, Padre! –me mostró el Corazón de la Corona en su brazalete que brillaba, al ritmo de un latido –Al parecer quiere que busquemos algo, ¡Ven! –se metió en el agua.
-Pero...¿De dónde saco lo testarudo? –me quejé entrando al agua.
(Tarrant P.O.V)
Mi padre, PetitDoigt y yo nadamos a lo muy fondo del agua, seguía guiado por el corazón, hasta que paramos a una puertecita en la rocosa y barrosa pared del fondo de la cueva. Regresamos fuera del agua para tomar aire.
-¿Viste eso? ¡Una puertecita! Quizas quieren que saquemos lo que lleva adentro –comenté.
-Sí, pero ¿qué crees que haya adentro? –preguntó mi padre.
-Hay averiguarlo...¡Abajo! –volvimos al fondo. Con mucho cuidado abrí esa puertecita, y saqué lo que había a dentro. Una llave, una llave de oro, la analicé bien y de pronto...
Salímos de la cueva y después de la laguna, tomé el diario y analicé que aquella llave era la misma del boceto.
-Esto es de locos.
Tiempo después...
-¿Cómo? –reaccionó mi padre tras escuchar aquel acertijo en el diario.
-"Conforme el tesoro andará guardado, todo será un disparate, porque todo sería lo que no es y entonces al revés. Lo que es no sería y lo que no podría ser, sí sería" –dije de nuevo el acertijo.
-¡No hay lógica! –dijo papá -¿Cómo resolver un acertijo que no tiene lógica? Creo que ya sé de dónde heredaste lo de hacer acertijos raros.
-Sí, pero yo tampoco lo logro entender, si el fantasma de Papa Reggi volviera aparecerme, de seguro le preguntaría eso...tendré que esperar hasta la noche.
De pronto, escuchamos que alguien tocaba la puerta. Rapidamente, mi padre y yo nos escondímos en un rincón. No vaya ser los de la Secta.
Jaque, con precaución, abrió la puerta y eran...
-¡Uff!, son tus amigos –me dijo mi padre, aliviado.
-¡Muchachos! –me sorprendí al verlos -¿Qué ocurre?
-¿Cómo siguen? –preguntó mi padre preocupado.
-¡Peor que nunca! –dijo Iracebeth –Tienen a los Hightopp prisioneros en su casa-sombrero.
-¡No mamen! –se quejó mi padre –Pero...¿los medicamentos para Tyva? ¿los...?
-Sí, por suerte logramos darle a su hermano las medicinas para su esposa, pero...-decía Mctwisp.
-Pero, ¿qué? ¿Qué pasa? –preguntaba, algo me daba espina.
-¡Es sobre el Mortifesoso Día! –anunció Dim.
-¡Y sobre ti! –anunció Dum.
-No me digan que ya va ocurrir el sacrificio –dijo preocupado mi padre.
-Bueno...sí –dijo Dim
-O lo contrario...pueda que no –dijo Dum.
-¿Cómo? No logró entender –decía confundido.
-Creo que esto te lo pueda aclarar –dijo el Tiempo mostrando un rollo de papel. Era el Oraculum.
Lo desenrollaron -¡Mira! ¡Mira! ¡Eres tú! –apuntaba Thackery hipercáctivo. Observaba una ilustación, era el Mortifesoso Día, el día que despertará la Señora de Fantasmagoría y que me devorara el corazón a las 3:33 de la mañana.
Pero ahí, no estaba como tributo de un sacrificio, ni ella me estaba devorando el corazón, más bien me estaba enfretando cara a cara con ella, tenía en mi cabeza la Corona del Rey Dorado y alargaba mi mano a ella como si lo estuviera diciendo "¡Ya basta!"
-¡Vas a detener a ese demonio! –dijo Mally emocionada.
-Y si logras detenerlo...-apareció Sonriente –Lograremos detener los Dominios de la Secta.
-Pero...estoy usando la Corona –dije atemorizado al verme en esa ilustración con la Corona de mi bisabuelo, el Rey Dorado, esa corona maldita que él uso muy mal su poder causando desgracias en su reinado.
-Sólo tu puedes detener a la Secta, Sombrerero –dijo Bayard. Observé a todos con miradas de esperanza, y luego a mi padre, igual preocupado, yo no sabía que hacer, ahora depende de mí detener a la Secta, pero...¿usando esa Corona y su poder? Ahora sé, cómo se sintió Alicia cuando la presionamos para destruír el Jabberwocky en el Frabulloso Día.
Rendido, los miré a todos –Lo siento...pero no puedo hacerlo...tendremos que buscar otra forma para detener a la Secta.
Me retiré –Tarrant, espera –me seguía mi padre, pero yo ya me fui.
(Zanik P.O.V)
-¿Qué tiene? –preguntó la Reina Roja.
-Le da miedo usar el poder de la Corona de su bisabuelo –conté –Por ahora, él es el único heredero de esa Corona, pero al enterarse lo que puede ocasionar ese poder...no quiere cometer esos mismo errores.
-Pero, la debe de usar –dijo Mally –Si no, no podremos detener a la Secta.
-Lo sé –dije rendida –Ojalá, Papa Reggi nos podría ayudar en este problema.
(Tarrant P.O.V)
Estaba en el cuarto, llorando, tenía mucho miedo. Todas nuestras esperanzas están dependiendo de mí, con sólo tomar mi lugar como el único heredero a la Corona del Rey Dorado. Pero no quiero, ni deseo acercárme a esa maldita Corona. ¡Cómo quisiera que sea de noche y encontrarme de nuevo con Papa Reggi! Él sí sabría cómo ayudarnos, pero ¿cómo le haré para comunicarme con él en esa luz fantasma? Pensaba y pensaba cómo, hasta que, recordé lo que investigué sobre comunicación con los fantasmas. Cómo entrar en las dimensiones de los difuntos. ¡UN VIAJE ASTRAL!
Salí del cuarto -¡Un Viaje Astral! –dije. Mi padre y mis amigos voltearon a verme.
-¿Perdón? –dijo el Tiempo.
-¡Así podré comunicarme con Papa Reggi! ¡Con un viaje Astral! Es cuando tu alma deja tu cuerpo para poder viajar en el tiempo y espacio incluso en otras dimensiones –conté.
-¿De dónde supiste eso? –preguntó Jaque.
-Estuve averiguando sobre fantasmas, cuando empezó aparecerme mi "Amigo Fantasma", estaba buscando cómo comunicarme con él y vi que esto de los viajes astrales es muy útil, de hecho anoté los pasos para hacer uno.
-No lo sé, Tarrant –dijo Mctwisp preocupado –Suena peligroso.
-Lo sé, al no ser que lo hagamos bien, sólo así me podré comunicar con Papa Reggi –dije. Todos me observaron con extrañesa –Mi tatarabuelo me estuvo visitando por las noches. A las 3:33 de la mañana.
-¿La hora de los Muertos? –reaccionó el Tiempo –A esa hora llegan los espíritus de los difuntos para estar entre los vivos y comunicarse con ellos.
-¡Exacto! Y como Papa Reggi, estuvo con el Príncipe Dorado cuando dejó la corona, tal vez nos ayude a buscar otra forma de detener la Secta, ellos fuueron quienes lo mataron.
Ellos me seguían observando con miedo, creo que comunicarse con fantasmas les sonaba riesgoso.
-Creo que debería, EN REALIDAD DEBERÍA vigilar MUY PERO MUY BIEN lo que lees, Tarrant –comentó mi padre.
A él tampoco le parece buena la idea.
Esa misma noche...
-Me da miedo que lo hagas, hijo –dijo mi padre preocupado, mientras me preparaba para el Viaje, me ponía mi camisón -¿Y si...quedas a trapado y no logras volver? Escuché que puede ocurrir eso si haces un viaje astral.
-Pueda que sí –le dije igual algo preocupado –Pero creo que así podré estar con Papa Reggi y hacerle varias preguntas que tengo, sobre cómo usar la Corona, si es que la necesitaré para detener la Secta, y eso que no quiero tenerla en la cabeza.
-Qué valiente eres, mi niño –me dijo suavemente mientras me sostenía la mano –Voy a estar contigo, no importa que vaya ocurrir y si tienes miedo en hacerlo, sólo dime, ¿va?
-Va, tranquilo, no tengo miedo –dije con confianza.
-¿Listo?
-Listo.
Entramos al cuarto que ya habían preparado todo Me recosté en la cama y al estar ahí, trataba de mantenermo lo más tranquilo posible, estar tranquilo era uno de los pasos.
Mi padre se sentó a lado de la cama sosteniéndome la mano.
-¿Te acuerdas de la canción de cuna celta que mi madre me cantaba cuando era bebé? –le pregunté. El sonrió -¿Quieres que te la cante?
-Si no es mucha molestia.
Mi padre con la voz más dulce que tenía comenzó a cantar esa tierna canción de cuna celta que mi madre solía cantarme desde que era bebé. La canción se llamaba: Jasmine.
https://youtu.be/xkh8yOLqOCc
Recordaba a mi madre cantándome la canción, yo siendo un bebé en sus brazos acunándome y cantándola con dulzura, y mi padre nos observaba tiernamente con una sonrisa
(Zanik P.O.V)
Al cantarle esa canción de cuna a Tarrant veía cómo se dormía tranquilamente, hasta llegar profundamente dormido. Recordaba a Tyva cantando esa canción a Tarrant cuando era bebé, acunándolo en sus brazos. Era una de las imágenes más bellas y tiernas que grabé en mi memoria.
Al acabar la canción, vi que Tarrant estab totalmente privado, observé a los demás al parecer estaban llorando por la canción –Perdón, es que...tengo una porquería en mi ojo –dijo el Tiempo conteniendo las lágrimas.
Jaque llegó y le colocaba a Tarrant unas piedras de distintos colores, desde su frente hasta su estómago. Eran chakras.
-¿Crees que funcione? –preguntó Jaque.
-Espero –dije observando mi reloj de bolsillo, ya eran la 1:00 de la mañana –Faltan tres horas.
-Hay que esperar –aseguró Jaque.
-Sí, hay que esperar –aseguré.
Tres horas y media después...
Todos quedamos dormidos, yo estaba a lado de Tarrant. Tarrant seguía profundamente dormido, hasta que...
-¡Uuhhh! –dijo PetitDoigt.
Nos despertábamos al presentir la luz del fantasma. Los chicos se asustaron al verlo.
-Tranquilos, no va hacerles nada –les dije a los amigos de Tarrant.
-¿Es él? –preguntó la Reina Roja, sorprendida al verlo.
El fantasma se acercó a mí. Lo tomé con delicadeza –Sé que esto es muy peligroso, pero es la única forma para saber qué es lo que quieres de nosotros –le decía esperando que Papa Reggi me escuchara –Sólo te pido que...me lo cuides bien...¿puedes...Papa Reggi? –le dije tiernamente y lo solté dejando que se vaya hacia Tarrant.
Ya estaba flotando sobre él, y de esa luz fantasmal salía una mano que lentamente se alargaba y toca la frente de Tarrant. Mi hijo seguía dormido.
El cuerpo de Tarrant se despegaba de la cama elevándose por el aire, muy lentamente hasta topar contra la luz (Como la niña del Exorcista).
La luz aumentaba su brillo, tan pero tan fuerte que iluminaba todo el cuarto, casi no se podía ver nada y una rafaga de viento estaba a dentro.
-¿Y ahora qué? –preguntó Bayard.
-¡Ni idea! –le contesté.
Y ahora la luz se empezaba a tonar débil, muy lentamente, hasta que quedó como estaba.
-¿Qué fue eso? –preguntaron los Tweedles en un unísono e impactados.
El cuerpo de Tarrant seguía flotando por el aire, pero ahora de descencía muy lento hasta llegar a la cama. Tarrant estaba inmovil.
-¿Sombrerero? –lo llamaba Mally, preocupada.
Jaque se acercó a él –No tiene pulso –dijo al revisar su pulso en su muñeca –Ni respira.
-¿Él...está...?-trataba de averiguar Mctwisp.
-Sí –dije con seguridad. Obsevé la luz –Está con él.
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