Cap 28: Zanik en el manicomio
Cap 28: Zanik en el manicomio
(Zanik P.O.V)
-¡Sáquenme de aquí! –grité furioso, estando encerrado en una habitación en ese manicomio, sentado en una silla frente a una mesa, con las manos esposadas a mi espalda, intentaba liberarme -¡Por favor! ¡Quiero que me liberen! ¡Hola! ¿Hay alguien? ¿Dónde se llevaron a Alicia? ¡Por favor, libérenme! ¡Quiero que me liberen! ¡Quiero ver a mi hijo!...¡Puta madre! –maldije cansado.
Ver que el manicomio era más terrorífico por dentro que por fuera, me empezaba a carmomer el terror de que Tarrant se encontraba encerrado en cualquier parte.Y más me preocupada ya que me arrebataron a Alicia cuando me capturaron y metieron en este hospital. El chico Stayne se hizo pasar como una buena persona y se llevó a la niña con la mentira que lo llevará aun luga seguro para aliviarse por la muerte de su madre y por haberla secustrado.
De pronto se abrió la puerta y en la oscuridad se encontraba Stayne -¿Cómodo, Hightopp? –me dijo con sarcasmo.
-¿Qué hicieron con Alicia? ¿Dónde se la llevaron?
-Calma, Hightopp, calma, tu "futura nuera" esta en perfectas manos. Mi hijo la cuidará muy bien.
-¡Mentira! Se la llevaron para hacerle sus cochinadas ¿Y Tarrant? ¿Dónde está mi hijo? ¿Qué hiciste con él? –pregunté indignado.
-Calma, él está bien por ahora, te lo cuidé bastante bien...
-¿Bastante bien? ¡Dejáste que ese asqueroso pervertido lo tocara, imbécil! –le grité furioso.
-¡Se lo merece! –me alzó la voz viéndome con una terrible mirara –Él tiene las mismas agallas de su madre, ¿no?...Agallas de puta. Y para que sepas, le van hacer la lobotomía.
-¿La qué?
-Le sacarán el cerebro para saber por qué quedó tan loco...¿y qué crees? Estás invitado para ver la función –le sonrió, haciéndome enojar más.
-¡Maldito! ¿Hasta dónde puede llegar tu maldad?
-No debiste engendralo, Hightopp, jamás debiste traerlo en el mundo...¡JAMÁS! ¿ME OÍSTE? – dijo con aire de venganza.
De pronto, entró ese tal Bennet. Con sólo verlo me dio pavor, se veía sus enfermizas intenciones en la cara. Traía consigo una botella de vino y un par de copas.
-¿Así que usted es el señor Zanik Hightopp? ¿el padre de mi paciente consentido? –dijo Bennet sonriéndome. Se acercó a mí, me sostuvo el mentón y me analizaba la cara –Ya veo de dónde sacó su hijo sus encantos, señor –dijo de forma picarona, mientras seguía analizandome la cara –Muy bellos encantos.
-Será mejor que los deje a solas –dijo Stayne retirándose, pero con una sonrisa burlona.
Me sacudí para que me soltara.
-¿Quiere un poco? –me sirvió una de las copas con vino -¡Ah, es cierto! Se me olvidó que su hijo me contó que a usted no le gusta la bebida.
-Prefiero un cigarro, si no le molesta –le dije.
El sacó una caja de cigarros, me metió uno y la boca y cuando iba a encenderlo, le escupí el cigarro a su cara -¡Puto puerco pevertido! –le insulté -¡Usted abusó de mi pequeño! ¡Puso sus asquerosas manos en él...dañándole su ángel....haciéndolo vivir el mismo infierno que el... mocoso del idiota de Stayne le ha hecho vivir! ¡Cerdo!
-¿Cómo supo eso? –me preguntó -¿Se lo dijo un pajarito? –dijo, sujetándome la cara para luego manosearla y bajar esa asquerosa mano a mi pecho y luego a mis piernas.
-¿Qué hace? ¡No me toque! ....Le dije...que no...me...¡TOQUE! –con mis poderes lo aparté de mí, éste voló hasta topar con la pared.
Otro mareo sentí, cada vez me sentía más enfermo al usar mis poderes, sobre todo la telequinesis.
-¡Con que es usted telequinético! –dijo sorprendido mientras se levantaba –Muy interesante.
-¿Dónde...tienen...a mi...hijo? –resoplaba tratando de controlarme mientras recuperaba fuerzas –Quiero...verlo.
-¿Quiere ver a su hijo? –se acercaba a mí –Pues lo dejaré verlo, antes que le haga la lobotomía –me comenzó a acariciar el cabello.
-No le va hacer nada –le dije.
-Pero, lo voy a dejar a cambio de algo.
Yo ya sabía qué –A cambio que usted tenga un momentito conmigo, ¿no? ¿Como hizo con mi hijo? Jódese.
-Qué valiente es, señor Hightopp y muy rebelde, como su muchacho. Pues ni modos –se iba a ir –No podrá ver a su pequeñito, ni cuando le hagamos la lobotomía.
-¡Espere! –lo detuve –Esta bien, lo haré...todo para que me deje verlo.
(Tarrant P.O.V)
Me volvieron a encerrar en la celda y me volvieron a poner la camisa de fuerza, la cabeza me dolía por la terapia electroconvulsiva y mareado por las anestesias al grado de desmayarse, más fatal me sentía por esas cochinadas que Bennet me hizo en los baños.
Y no sabía por qué pero veía imágenes de mi Alicia en garras de Ilosovic en un carruaje, llevándola en un lugar tenebroso, en un barrio bajo de Londres. Me empezaba a asustar.
-¿Alicia?
(Zanik P.O.V)
-No lo hizo nada mal, para su edad no – dijo Bennet, arreglándose la ropa después de tener ese momentito conmigo, me dejó tirado en el suelo, agotado, adolorido y asqueroso, pero en realidad no me importaba.
-¿Ya puedo...ver a mi...hijo? –pregunté resoplando.
Tiempo después me arrojaron a una celda, una celda cuya cuatro paredes estaban alcochonadas, con una bmbilla dando luz y como único muebre un catre, en un rincón encontré a Tarrant, llevando puesto una camisa de fuerza.
-¡Tarrant! –lo llamaba, estaba drogado, era bovio que lo anestesiaba, casi desmayándose -¿Tarrant? ¿Mi niño?
Él abría sus ojos -¿Padre? –me reconoció impresionado -¿Qué...? ¿Cómo llegaste aquí?
-Íbamos a rescatarte, Alicia y yo...pero los Stayne nos tendieron una trampa y...
-¿Alicia? ¿Dónde está? ¿No estaba contigo? –preguntó asustado.
-Hijo, perdóname, hice lo posible para evitarlo pero...cuando me capturaron...el chico Stayne se llevó a Alicia.
-¿A dónde? ¿A dónde se la llevaron?
-No lo sé, cuando me metieron al asilo vi que la forzaron entrar a un carruaje, no tengo la idea en dónde se la llevaron.
Tarrant notó unas marcas de chupetones en el cuello -¿Qué te pasó –me preguntó -¿Fue Bennet?
-Sí, hijo fue Bennet, lo hice para que me dejaran verte.
-Ay, padre...tenemos que salir de aquí. Buscar cómo salir de aquí para encontrar Alicia. De seguro, esos deshichados la lastimarán.
-Lo sé, hijo...haremos lo posible para salir. Pero antes que nada, tenemos que permanecer unidos.
-Padre...hay algo urgente que me acabo de enterar –contaba Tarrant –El Viejo Stayne me confesó que...fue él quien...mató...al padre de Alicia –confesó.
-¿A Chucky? –me impresioné.
¿Stayne el asesino de Chucky?
-Me lo dijo en mi cara. Él fue el ladrón que lo degolló.
-¿El ladrón? –recordé esa visión que tuve cuando me dio fiebre –Ese tipo...vestido de negro...el cuchillo...¡Stayne! ¡No! ¡No puede ser!
-Le hizo eso para vengarse de ella, por evitar que me matara...todo este tiempo estuvo aquí siguiéndola...y cuando supo que... es hija de...de Chucky...
Se oyó la puerta y era Bennet con dos enfermeros.
-Muy bien, Hightopp -nos decía –se les acabó la hora.
Yo abrazaba a mi hijo, tratando de protegerlo de él -¿No pueden dejarnos aquí en esta misma celda? –les pedí.
-Lo siento, pero así son las reglas, un paciente en cada celda –dijo sin parar de vernos con una sonrisa –Oh, no se preocupen, muñequitos de cabellera roja –nos manoseaban las caras –Ya cuando les haga la lobotomía, seremos una familia unida y feliz...los tres juntitos.
(Tarrant P.O.V)
¿La lobotomía ? Nunca oí de eso, pero sonaba más terorífico que la terapia electroconvulsiva.
La carne de gallina se me puso al ver que traían una camilla con correas.
-Señor Hightopp, si uested guste –le dijo a mi padre con una maquiavélica sonrisa.
-¡No! ¡A él, no por favor! –les rogaba cuando me arrebataba a mi padre. Él no sabía qué le iban hacer, ni por qué lo ataban en esa camilla.
-Tarrant, tranquilo –me decía mi padre mientras le ajustaban las correas –Vamos a buscar una manera de salir de aquí –me sorprendía cómo resistía el miedo -¡Saldremos de aquí y buscaremos a tu Alicia! ¡Te lo prometo! –lo sacaron de la celda.
-¡No, por favor! ¡No se lo hagan a mi padre! ¡No tienen derecho! –pero me cerraron la uerta con llave.
Estaba muy asustado, la preocupación me carcomía. Mi padre y yp encerrados en este asilo mental y Alicia en garras de los Stayne, por tercera vez.
-Mi querida Alicia, donde quiera que estés, mantente fuerte. Papá y yo buscaremos una manera de ayudarte.
En otro lado de Londres...
En una vieja fabrica de algodón, estaba Alicia, encerrada en el sótano, bien atada y amordazada, estaba tirada en el suelo tratando de liberarse hasta que alguien abrió la puerta. Era su hermana Margaret con Harrison.
-Mamá, ¿por qué la tía Alicia está amarrada? –preguntó el niño viendo a su tía amarrada.
-Mira, Harrison –le decía Margaret –Vas a quedarte aquí...con tu tía –decía nerviosa –La vas a cuidar, ¿sí?
-¿La puedo desamarrar?
-No, no puedes, porque Lord Acot, el señor Stayne y papá nos van a regañar, ¿quieres que nos regañen?
-Pero, papá nos regaña de todo, es un hombre malo.
-No le digas eso. Respeta a tu padre –le dijo –Quédate aquí.
Y cerró la puerta dejando al niño con Alicia.
-Tía Alicia –se acercó Harrison a Alicia –Tía Alicia me está dando miedo lo que están haciendo mis papás. Dijeron que con ese señor Stayne y Lord Ascot están planeando hacerles cosas feas a ti, a tu amigo el señor Hightopp y a su papá. Dijo que los van a acusar de que nos secuestraron, pero yo no quiero que les hagan anda porque son muy buenos contigo. ¿El señor Hightopp es tu novio, verdad tía? ¿Porqué quieren hcerle cosas feas si es tu novio?
A Alicia le partía el corazón al oír a su sobrino, quien lo forzaron a involucrarse en las porquerías de su padre –Mi padre es muy malo, tía. Me pega y mi mamá no hace nada, ella quiere seguir estando con mi papá, porque si nos deja, nos echarán a la calle y mi maamá no quiere eso ¿Qué vamos hacer? Yo ya no quiero estar con mi papá.
Regreso al manicomio....
(Zanik P.O.V)
Me encerraron a una celda alcochonada, similar a la de Tarrant, me pusieron una camisa de fuerza y para el colmo, me vendaron los ojos para no usar mis poderes. Estaba mareado, debido a que me daban medicamentos para anestesiarme con dolor de cabeza después de que me hicieron esa terapia electrocnvulsiva. Era doloroso, sentía que me iban a quemar el cerebro, ¿cómo pueden arreglar la mentalidad de una persona con esas cosas, si lo que llega hacer es empeorarla? ¿Acaso, la gente curada con esas mierdas se tiene que mostrar como zombie ante la sociedad? ¡Qué sociedad más cochina!
-¿Padre? ¡Padre! –escuché a Tarrant, comunicándose por mi mente.
(Tarrant P.O.V)
-¿Padre? –lo llamaba con la mente a mi padre.
-¿Tarrant? ¿Qué ocurre? –me dijo, se oía débil.
-Padre, ¿crees poder comunicarte con Alicia a través de la mente?
-Hijo...no lo sé...me siento muy débil, esa mierda de la terapia electroconvulsiva de está dando dolor de cabeza.
-¿Puedes intentarlo? Así sabremos dónde la tienen.
-Está bien...oye, ¿crees que hay que decirle también sobre su...?
-Se tiene que enterar de todos modos.
-OK...Voy a intentar.
(Zanik P.O.V)
Aún con malestar, traté de comunicarme con Alicia.
-¿Alicia? Alicia, nena –la llamaba con la mente -¿Puedes oírme, preciosa?
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Alicia en el sótano empezaba a escuchar voces, no eran de sus captores ni de Harrison, ya que era de una voz adulta, Harrison se encontraba dormido a su costado.
Esa voz prpvenía de su mente -¿Alicia? Alicia, nena, ¿puedes oírme, preciosa?
-¿Señor Hightopp?
(Zanik P.O.V)
-¿Señor Hightopp? ¿Es usted? –escuché a Alicia en mi mente.
-Sí, mi princesa, soy yo. Tranquila, no te asustes...me estoy comunicando a través de tu mente –le decía.
-¿Está usted bien? ¿Y Tarrant? ¿Su hijo está bien? –preguntaba preocupada.
-Sí, nena, sí, estamos bien, tranquila ¿Y tú? Tarrant pregunta por ti, ¿estás bien?
-No...me tienen amarrada en un sótano con Harrison.
-¿Tu sobrinito?
-Sí. Margaret lo tiene encerrado conmigo. Al parecer planean acusarlo a Tarrant y a usted por secuestrarlo también. Margaret lo está haciendo para mantener a Lowell a su costado.
-¡Coño! ¿Hasta dónde va llegar tu hermana, Al? ¡Ahora, mete al niño! –me quejé –Aalicia, dime, ¿dónde te tienen? ¿Dónde te tienen encerrada?
-No lo sé. Sé que me tienen encerrada en el sótano de una fábrica abandonada....pero, no sé de qué.
-Observa bien. Analiza en dónde estás, mira a tu alrededor ¿Puedes investigar dónde estás?
-Estoy en...hay algodones...¡Algodónes! ¡Es una fábrica de algodónes!
-Algodónes...bien –decía –OK, Al. Tarrant y yo buscaremos una forma de cómo salir del manicomio y luego encontrarte a ti y a Harrison. Por favor, princesa, te quiero fuerte...no tengas miedo...¿confías en mí?
-Sí...pero, tengan cuidado, que no les hagan nada –me rogaba.
-Calma, todo va a salir bien y...Alicia...hay algo muy duro que Tarrant descubrió –me preparaba para contarle esa terrible noticia –Es sobre...
-Alguien viene –dijo asustado y de ahí...¡Puff!
Ya no la escuchaba.
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