Cap 2: El Festival de Halloween

Cap 2: El Festival de Halloween

(Zanik P.O.V)

(Flashback)

Un año antes, durante el Mortiferoso día

-¿Papa Reggi? –llamaba a mi bisabuelito entre la oscuridad.

-¡Calma! ¡Todo va a salir bien!

Se veían las cara de los fantasmas, víctimas de Fantasmagoría gritando con toda la ira y fuerza, sus rostros parecían como mosntruos. Gritos de terror y furia de oía en la oscuridad.

-¡PADRE! ¡PADRE, NO REGRESA!

Abrí de nuevo los ojos, me sentía débil y tenía el pelo blanco. Tosía y vomitaba algo líquido, no era agua, sabía asqueroso vi que estaba tirado alrededor de cadáveres de extrañas crituras, estaban deshechos, de hecho todo estaba deshecho. Húmedo, carnoso, viscoso, pero podrido. Y todo estaba oscuro.

-Fantasmagoría –me dije a mí mismo. Me quedé atrapado en Fantasmagoría, pero ya muerta

-¿Papa Reggi? –llamaba a mi bisabuelo, quien me cubrió cuando le hicieron su juicio final a la Señora de Fantasmagoría -¿Papá Reggi, dónde estás? –emepcé a buscarlo, caminaba entre los cadáveres regados, olía asqueroso y no podía respirar -¿Papa Reggi? –empecé a sentir miedo, más por mi hijo.

-¿Padre? –lo escuché al fondo -¿Padre? ¿Padre, dónde estás?

-¡Tarrant! ¡Tarrant, aquí estoy! ¡Aquí estoy, hijo! – lo oía a través de una pared, en donde estaba el portal donde entramos. Ya estaba cerrado -¡Tarrant! –lo seguía llamando, dóndole golpes a la pared.

-¿Padre? –me buscaba -¿Padre, dónde estás? ¿Padre? ¿Dónde está mi padre? –lo seguía escuchando.

–Tarrant –escuché a Jaque –Sólo a ti logramos sacar del portal, se estaba cerrando muy rápido...tu padre...Zanik...tu padre...se quedó atrapado.

-¡Sigo aquí! –los llamaba.

-¡No! ¡Padre! ¡Padre, no! ¿Padre, dónde estás? ¡Padre! ¡PADRE! –seguía escuchando a Tarrant desesperado.

-¡TARRANT, AQUÍ ESTOY! –dije casi llorando. Golpeaba la pared, para poder a travesarlo.

-¡Zanik!

-¿PapaReggi? –escuché la voz de Papa Reggi en la oscuridad -¡Papa Reggi!

-¡Por aquí, Zanik!

Vi en el fondo una luz, caminé hacia allá -¿Papa Reggi?

-Zanik, ven –lo seguía oyendo –Calma, pequeño Nicky, estarás bien.

La luz provenía de una grieta en la carnosa pared, como si se tratara de un corte de bisturí.

-¿Estás seguro? –lo llamé desde adentro.

-Seguro –me dijo.

Pensé en hacerlo y muy despacio, abría esa grieta y lo atravesaba –Es como nacer de una cesarea –dije mientras lo atravesaba.

Logré salir, tome aire, vi todo blanco, limpio, fresco. Era la celda de luz.

-¿Zanik? –encontré a Papa Reggi en frente de mí.

-¡Papa Reggi! –corrí para abrazarlo -¿Qué pasó? –pregunté al soltarlo.

-Lo lograron, Nicky –me sonrió –Lograron vencer la Señora de Fantasmagoría, Fantasmagoría ha muerto.

-¿Pero ella?

-Sigue en Infratierra.

-¡¿Qué?! ¡Lastimará a...!

-No,no, no, cálmate, ya la capturaron. Tú hijo está a salvo por ahora –me calmó –Te llevaremos con él lo más pronto posible...pero antes...Zanik...hay algo que...

(Fin de flashback)

Desperté al día siguiente. Estaba recordando cuando me quedé atrapado e Fantasmagoría y lo que encontré por ahí.

-30 de Octubre –me dije a mí mismo. Tyva seguía dormida.

Escuché a Tarrant conversando. Entré a su habitación y ahí estaba, sentado en su cama, charlando con PetitDoigt. Más bien le contaba las aventuras que tuvo con Alicia, mostrándole el dibujo que hizo de ella –Y así, ella subió a una torre muy, pero muy alta, mientras el Jabberwocky la perseguía –le contaba cómo mató el Jabberwocky –La pobre esba bien asustada, pero cuando ya ese maldito dragón la tenía a trapada...¡Zaz! Ella le cortó la cabeza con la Espada Vórpica.

-¡Uuuuuhhhh! –dijo impresionada PetitDoigt.

-Te levantaste temprano –le dije con una sonrisa.

-Dijiste que a las 6 en punto deberíamos levantarnos para llevar la sangre. Ya son las 6:30

-Lo sé. Me voy a alistar –me retiré.

(Tarrant P.O.V)

-¿Sabes, PetitDoigt? –le decía –Espero que muy pronto vuelva Alicia, te va agradar muchísimo. Además de ser mi mejor amiga, es alguien muy valiosa para mí –cerré mi libro –Aunque sí...espero que esté bien.

Me levanté para ir a ayudar a papá.

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PetitDoigt, se quedó un rato en el cuarto de Tarrant, observaba el libro de dibujo. Quería ver el dibujo de Alicia, otra vez. Así que abriò el libro como podía, pero llegó a ver los bocetos donde Alicia estaba en peligro. Se asustó y se fue volando, dejando el libro abierto.

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En Londres...

-¡Gatita bonita! ¿Quién es mi gatita bonita? –le decía Alicia a su gatita Dinan, en sus brazos mientras bajaba a desayunar.

-Alicia, ya te dije que no trajeras a Dinah en la cocina –le dijo su madre.

-Madre, es Dinha, se porta bien.

-Alicia.

-Bueno, está bien, si tu lo dices –soltó a Dinah, dejándola ir al otro lado de la casa.

Se sentó en la mesa, junto con su madre.

-Mi Lady, correspondencia –dijo Mary, la doncella trayendo una cartas.

La señora Kingsleigh leyó una de ellas –¿Puedes creerlo? –le dijo a Alicia –Los Ascot están a la quiebra. Desde que empezamos con nuestra compañía, ellos empezaron a perder gente, ganancias y casi no les queda ni un centavo.

-No modos, karma –dijo Alicia Aunque también me preocupa por Margaret. Su esposo trabaja para Hamish.

-Sí y si ellos quedan a la ruina, tu hermana y Harrison también. Van intentar sobrevivir haciendo una subasta. Subastarán el estudio del viejo Lord Ascot.

-Qué terrible, y ese estudio era el único recuerdo que tengo de él –dijo Alicia, hasta que –Oye...¿de casualidad sabes si en esa subasta está un espejo?

-¿Y para qué quieres un espejo, Alicia?

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Regreso a Infratierra...

(Tarrant P.O.V)

-Agh, esto es terrible –dije al ver las tiras cómicas que mi primo Pim estaba leyendo en el desayuno. Hablaban de historias de crímenes, de terror, de asesinatos, de damiselas en peligro. Pero lo que más me daba una presión el pecho es cómo tenían ilustradas a las mujeres en peligros. Hermosas sí, de buenos atributos también, pero me incomodaba verlas en peligro, en manos de un monstruo o de un psicópata o de cualquiera que quiere hacer le daño y las manteía amarradas y amordazadas, y entre más peligro estaban, más atractivas se veían.

-¿Con que huzmenado mis cosas? –apareció mi primo quitándome las revista.

-No, más bien ellas me huzmeaban –dije agarrando otras –Válgame, pobrecitas, ¿a quién se les ocurre eso?

-¿Qué?

-Ilustrar a sí a las chicas que están peligro, como si tenerlas atadas y amordazadas se verían más atractivas. ¿Quién en su sano juicio le parece atractivo tener una chica... así?

-Tú no tienes sano juicio y a ti no te parece atractivo –bromeó Pim.

-Más que tener un sano juicio, esto se ve muy...machista...más que machista, muy...muy...muy...sadomasoquista. Sí, esa es la palabra: Sadomasoquista.

-Es "Bondage" –contó mi padre apareciendo.

-¿Bondage? –dudó Pimlick.

-¿Bondage? Significa « Esclavitud » en francés –dije.

-Algunas personas les exita amarrarlas y amordazarla –decía mi padra analizando las tiras cómicas –Es parte del "Sadomasoquismo", el joven Stayne me lo hizo cuando me torturó con sus "juguetes"

-Pero, tú no eres una chica, tío –dijo Pim.

-Hombres y mujeres, el genero no importa, sólo te amarran y...ya –dije recordando un mometo terrible cuando experimenté igual el "Bondage" en un tiempo oscuro.

Afuera de la casa, ayudábamos a subir las cubetas en una carroza, que jalaba nuestro Bandersnatch –Pues amí, me tendría inquieto ver a una chica en ese aspecto, que le hagan "Bondage" –le dije a mi primo.

-¿A poco?

-¡Claro que sí! Si se trata de...de...

-¿De Alicia?

-¿Qué?

-Vamos, Tarrant, todo sabemos que estás enamorado de Alicia –dijo Pimlick -¿Te daría miedo encontrar a Alicia amarrada pidiéndote que la salves? "¡Oh, Tarrant! ¡Tarrant! ¡Ayúdame! ¡Ayúdame!" imitaba una voz femenina y hacía que tenía atadas las manos –"¡Estoy amarrada! ¡Me duele mucho! ¡Tarrant, ayúdame!"

De pronto sentí un mareo y un dolor ligeroen mi pie izquierdo, cuando una visión de Alicia en peligro como en mis pesadillas se ilustró frente a mí.

-¿Tarrant? –me llamaba mi primo -¿Estás bien? ¿Tarrant?

-¿Qué? Sí...sí, estoy bien.

-¿Seguro? ¿Le digo al tío Zanik que...?

-No, no, no –lo detuve –No, déjalo.

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(Zanik P.O.V)

Llegamos a la aldea de Marmoreal, quienes todos andaban preparando todo para el festival de Halloween. Mctwisp andaba analizando que todos no llegaran tarde y trajeran sus decorativos.

-¡Tarrant, pásame una cubeta! –le decía -¡Tarrant! ¿Tarrant, no me oíste? –volteé y vi que Tarrant no estaba -¿Tarrant? Pim, ¿dónde está Tarrant? -le pregunté a mi sobrino.

-Pues...dijo que iría por el pan que le pediste –dijo.

-Yo no le dije que fuera por un pan, ¿por qué...? ¡Ay, mierda! –ya atiné a dónde se fue.

(Tarrant P.O.V)

-Lady Amalya, su nietastro vino a verlo.

Me dejaron entrar a la celda donde estaba encerrada mi abuelastra. Entré y vi a Lady Amalya, encadenada en su catre. Más débil, más delgada y más fea. Un poco me dio al verla así, tanto que me quería alejar más.

Ella me vio con repugnancia –Dulce o truco, imbécil –me dijo.

Yo saqué un pan que le compré, con la mano temblorosa iba a darselo. Ella me lo arrebató y lo dvoraba como salvaje -¿Qué quieres? ¿Por qué viniste solo sin tus padres?

-Mi padre ya me prohibió verla –le dije, llenándome de valor –Pero...necesito hablar con usted. Verá...usted...me mordió un pie del cual perdí tres dedos, pero...pero...

-¿Te duele la patita? –se burló -¿Te duele? ¿Por qué no le pides a tu mami que te lo cure con besitos?

-Desde que me lo mordió empecé a tener visiones...pesadillas. En ellas veo a...una amiga mía siendo secuestrada, ¿tiene relación o ono? Porque cuando tengo estas pesadillas, me duele donde me mordió...usted me metió algo en la mordida, ¿no es así?

Ella me vio con repugnancia, yo esperaba su respuesta. Pero que hizo, escupió –Lárgate.

Regresé a casa sin descubrir nada, ya que no me dijo ni pito Lady Amalya. Cuando subía a la escalera oí un severo -¿A dónde fuiste? –de mi padre. Volteé y me lo encontré con el ceño fruncido –Fui con Thackery a comer unas galletas –le dije sin verlo en la cara.

-Pues tu primo me dijo otra cosa. Que fuiste a comprar pan ¿Para quién era el pan, Tarrant? ¿Para Lady Amalya? ¿Volviste a ver a tu abuelastra? –me hablaba, tal como lo hacía cuando era muy severo conmigo –Tarrant, contesta. O si no, no irás al festival.

-Iré para el proximo año.

-Tarrant –me regañaba -¿Fuiste a ver a tu abuelastra?

Solté un suspiro y me acerqué a él –Sí, padre. Sí fui a verla –le dije al fin. La cara de papá mostraba decepción –Pero, sólo...

-Tarrant, sabes perfectamente que no tolero que me desobedezcas y a parte, ¿fuiste a verla solo?

-Pero no me pasó nada –le dije.

-¿Y si te hubiera pasado? Tarrant, entiende que esa mujer es peligrosa, te puede hacer daño.

-Sólo quería preguntarle sobre...las pesadillas que he tenido. Si hizo algo para que las tuviera.

-¡Y dale con eso! Tarrant, ¿cómo puede ser que ella hizo algo? Lo de tus pesadillas son traumas. Entiende, traumas, debes superarlas como todos en la familia.

-¡Pero cuando las tengo, me duele el pie que me mordió!

-¿Y eso qué? A tu madre le da migraña en los golpes de cabeza que le hizo la Secta y la dejaron en coma.

-¿Y no le da pesadillas como a mí? –nos dimos cuenta que estabamos peleando como hacíamos antes. Así que paramos para tomar una respiración y evitar que se empeore el tiempo.

-Padre, perdón por desobedecerte –le dije con tranquilidad –No fue mi intención. Y para que estés tranquilo, ya no volveré a verla...no quiso decirme nada.

-Está bien –dijo mi padre soltandoun suspiro –Y perdón por regañarte, pero es que...me tenías preocupado.

-Lo sé...debí haberte avisado.

-Bien...ahora...para pasar algo agradable, ve a prepararte, recuerda a las seis es la fiesta –me dijo mostrándome una sonrisa.

Ya depués de arreglar estos asuntos con mi padre, subí a mi cuarto y gran sorpresa me llevé al ver a mi madre, agarrando mi libro de dibujos, viendo asustada los bocetos de Alicia en peligro.

-Tarrant, ¿qué es esto? –me preguntó.

Yo empezaba a buscar cómo explicarselo –Es...es...es una ilustración –dije tomando el libro –Es una ilustración de un cuento de terror que contaron por ahí.

-¿Estás seguro?

-Sí.

-Ah, bien...pero...¿es ella tu amiga que te ayudo a buscarnos...Alicia? ¿Por qué ella..?

-Ah, bueno es que...es mi musa –le sonreí como tonto.

-OK, OK, no digo más.

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En Londres...

Alicia llegó a tal subasta que los Ascot estaban haciendo los Ascot. Iba acompañada por el señor Hartcourt, su abogado, quien antes era abogado de los Ascot.

Al estar presente frente a personas de muy alta sociedad, unos la miraban con discreción otros con repugnancia. Todavía nadie estaba acostumbrado de las grandes cosas que logró debido a que es mujer joven desperdicia su tiempo navegando en lugar de casarse y tener hijos y que metió a su madre en ese mundo, todavía no aceptado. Hasta los Ascot no les parecía agradable su visita, pero trataron de ser lo más amable con ella. Sólo su hermana la recibió bien.

-¡Alicia! ¿qué haces?

-Vine a ver si hay algo en la subasta –dijo así no más.

-¿Y qué buscas en realidad?

-Un espejo.

Todos no entendían para qué necesita ella un espejo.

-¡Ahí está! –dijo feliz Alicia al ver el espejo.

-Pero, ese espejo se ve muy...simple –dijo Margaret.

-Más que eso –dijo Alicia feliz –Ahora podré visitarlos cuando quiera.

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(Tarrant P.O.V)

-Tres...dos...uno...¡Gente de Infratierra, bienvenidos a el festival de Halloween! –anunció la Reina Blanca, ella y su hermana cortaron un listón para darle entrada a la gente.

Había de todo, juegos, sustos, niños disfrazados buscando dulces con la clásica frase "Dulce o truco", concurso de disfraces y por su puesto, la actracción favorita de todos: La Casa de los Espantos.

Papá, el tío Poomaly, Bim y yo estábamos en un puesto de sombreros atendiéndolo, decoramos el puesto con brujitas ahorcadas ya que mi padre y mi tío venían disfrazados de peregrinos de Salem, yo como vampiro y Bim con el clásico disfraz de fantasma, o sea una sábana blanca con dos hoyos para los ojos.

                (El disfraz de vampiro de Tarrant)

-¡Ah, Hightopp! –aparecieron las Reinas. Mirana vestida de gata negra (No, no de Gatúbela) e Iracebeth de diabla –Déjenme adivinar...¿Peregrinos de Salem?

-¡Le atinó, majestad! –le dijo mi tío.

-¡Brujas! –fingió mi padre en broma.

-¿Y las señoras Hightopp? –preguntó Iracebeth.

-Se quedaron para darles dulces de dulce o truco a los niños –contó mi padre -¿Van a la Casa de los Espantos?

-Sí y vinimos a invitar a Tarrant –dijo Iracebeth -¿De qué se difrazó?

-Aquí-fff...-f-f-festoy –dije algo incómodo con los colmillos postizos de mi disfraz.

-¿Festoy? –dudo Bim.

-Esfff—que...mis colmillos no me defff-jan haffffblar bien –dije.

-Pues no los tengas todo el tiempo –dijo mi padre quitándomelos.

-Qué guapo estás con tu disfraz, Tarrant –me dijo Mirana –Así podrás hipnotizar una chica para chuparle la sangre –bromeó.

-Sólo hay una que quiere chuparle la sangre. A Alicia –bromeó mi tío. Yo morí de la vergüenza –Padre, por favor.

-Ya sé, hijo –me entendió mi padre y le dio un manotazo en la cabeza a mi tío –Tarugo.

-Entonces, ¿vas a la casa? –preguntó Iracebeth –O tu padre, todavía no te lo permite ir.

-Esta vez, sí va ir, majestad –sonrió mi padre.

-¿Yo también puedo ir? –pidió Bim.

-No, Bim –le dijo mi padre –Estás muy joven para ir.

-¡Pero, tío Zanik! ¡Por favor!

-No.

-Vamos, Nicky, ya tiene 15 años, hasta Tarrant lo cuidará.

-Sí, padre, prometo no quitarle la vista, anda –le dije.

-Esta bien, vayan –nos dejó –Pero los quiero de vuelta a las nueve en punto, no más tarde.

(Zanik P.O.V)

Dejé a los chicos ir a la Casa, aunque no quería que Bim fuera, peor lo dejé.

-En serio, hermano, ya pensé que se te quitó la absurda regla de que los niños no vayan a la Casa hasta que tengan la mayoría de edad.

-Bueno, sí exagero en eso, ya me di cuenta de que los niños pueden entrar, es que en ese tiempo no había autoridad en la casa –dije recordando un halloween pasado, cuando Tarrant tenía 7 años.

(Flashback)

-¡Dulce o truco! –escuchaba a los niños cuando pedían dulces en las casas vecinas. Yo andaba trabajando en el taller, esperando niños en pedir dulces y a Tarrant que regresara cuando acabó de pedir. Llegó, estaba disfrazado de murciélago y se veía desganado, quizás no consiguió dulces –Hola, hijo ¿Cómo te fue con el dulce o truco? –le pregunté.

(Disfraz de murciélago del pequeño Tarrant)

-Bien –dijo sin ánimos.

-¿Qué te pasa? ¿No conseguiste muchos dulces?

-Sí –dijo sacando todos los dulces que tenía en su canasta. Era un montón

-¡Válgame! ¡Obtuviste más que el año pasado! –le dije –Y,¿ por qué estás triste?

-Es que todos en la escuela fueron a entrar a la Casa de Espantos, menos yo, porque tu no me dejaste ir –dijo triste –Por eso, volví.

-Ay, hijo –lo animaba –Ya sabes que no puedes, eres muy pequeño.

-Pero, todos mis amigos van y sus padres les dieron permiso, ¿por qué a mí no me dejas?

-Porque sus padres son irresponsables, no saben que es peligrosa la Casa –dije con seriedad. Pero, volví a sonreírle –Calma, cuando seas mayor, te dejaré ir. Ahora ve con tu abuelo que te va contar una historia de fantasmas y comparten los dulces, ¿sí?

(fin de flashback)

-Por lo menos, Jaque la está vigilando bien –comenté.

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En otro lado de Marmoreal, en la cárcel...

-Ya casi, ya casi...-decía Ilosovic Stayne tratando de abrir el calabozo donde estaba encerrado, lo abría con un clavo. Lo logró –Por fin...-dijo con aire de venganza –Ahora sí, Tarrant y Zanik Hightopp, la pagarán muy caro...

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