Cap 12: Don Ass-co
Bien...es aqui donde les confirmo oficial mente mi retiro ;...C Bueno, no es un retiro, más bien unas pequeñas vacaciones en Wattpad, ya que tengo planeadas mis vacaciones de Navidad y además quiero iniciar los que es un trabajo relativo a mi carrera ya que soy Lincenciada XD. Así que como regalo de navidad, les dejo este capítulo con un bello contenido romance HALICE y un cameo sorpresa para los fans de Alicia en el País de las Maravillas. No se preocupen, cuando pueda continuare escribiendo para ustedes muchas gracias a JayluDelaCruzSanchez a RubiCarolinaAcuaHera y a todos y lo de el concurso Wonderland Fanfictios 2018, estaré pendiente. Ojalá logre ganar un premio ¡Ah, sí claro, no es cierto! Bueno. Disfruten, comenten y les deseo una feliz Navidad y próspero Año Nuevo...¡Viaje Bueno a todos! (Estilo Terminator) VOLVERÉ!!!
Cap 12: Don Ass-co
(Tarrant P.O.V)
Llegamos a la casa de los Ascot o de Don Ass-co como me gusta llamarlo, era una mansión grande y majestuosa sobre una colina, se alumbraban los faroles en la oscuridad, cuando nos bajamos del carruaje, el lacayo me observaba con rareza, al parecer mi rostro afectado por el mercurio no estaba bien protegido por el odioso pero elegante traje que llevaba puesto.
Al entrar en la sala principal de la mansión, todo estaba muy arreglado y limpio, tan limpio que me podría sentar en el suelo. Había mucha gente vestida elegantemente, incluso los caballeros llevaban puesto trajes muy parecidos al mío, incomodos, me preguntó cómo aguantan vestirse así, y las damas muy vestidas de forma de "alcurnia", cuando pasábamos a la multitud, ellos nos observaban, me veían con rareza, otros con curiosidad y otros frunciendo el ceño, incluso veían de mala gana el vestido de Alicia, nada más porque no llevaba corsé –Primero se viste de cirquera y ahora trae al Payaso –escuché un tipo entre murmuro.
-¡Señorita Kingsleigh! –apareció un hombre de aspecto amistoso -¡Qué gusto verla!
-¡Igualmente, señor Hartcourt! –dijo Alicia.
-Supe que la secuestraron, ¿cómo la salvaron?
-Fue Tarrant –me presentó -Es mi rescatador. Tarrant, él es mi abogado James Hartcourt. Señor Hartcour, mi amigo: Tarrant Hightopp.
-Mucho gusto, señor Hartcourt –le dije amistosamente al señor Hartcourt, estrechándole la mano.
-Igualmente, señor Hightopp –me sonrió amistosamente ese Hartcourt. Por lo menos a alguien más le caigo bien en Sobretierra.
Margaret nos vio, sonrió al ver a su hermana y madre, pero no cuando me vio.
-¡Alicia! ¡Madre! ¡Por aquí! Pensé que no lograrían llegar
-Ay, Maggie, tú sabes que siempre estaremos invitadas –le dijo Alica –Y ¿los Ascot?
-Vengan –ella nos guiaba hacia los anfitriones, en el gran comedor de la casa estaba la familia Ascot. Una mujer mayor, casi de la edad de la señora Kingsliegh nos observaba venir –Al parecer, Alicia trajo a su rescatador del que nos habló el señor Manchester –dijo mientras me observaba como intruso -¿Y cómo es? –preguntó un tipo de espaldas hacia nosotros –Velo por ti mismo –le dijo la señora, el tipo, que era un poco menor que yo, volteó para vernos. Aquel tipo, se le veía la cara de arrogancia y orgullo, se le inflaba el pecho como globo y alzaba tan alto la mirada que su nariz apuntaba el techo. Ese debería ser Hamish Ascot, o Lord Ascot o Don Ass-co. A lado de él, estaba una mujer de la misma edad de Alicia, igual se mostraba orgullosa y arrogante, pero cuando me observaba detalladamente, no le parecía un intruso.
-¡Alicia! ¡Qué sorpresa! –saludó a Alicia, ese saludo me pareció falso -¿Cómo va tu "exitoso" negocio? –le preguntó.
-Mejor que nunca, Lord Ascot, gracias por su invitación –dijo Alicia siendo amable con ese Lord.
-Típico, renunciaste todas las propuestas que te di para hacer tu vida mejor, te robaste a mi abogado...
-En realidad, yo decidí trabajar en ese negocio por mi propia voluntad –dijo el Señor Harcourt, defendiendo Alicia.
-Como sea –dijo sin importarle Hamish, ya me daba ganas de escupirle la cara al muy cabrón -¿Y quién es este noble caballero? –se dirigió hacia a mí.
-Lord Ascot, él es mi amigo, Tarrant Hightopp, él me rescató del secuestro que sufrí hace poco –me presentó.
-Es un placer conocerlo, Lord Ascot –le saludé. A pesar que me desagradaba el tipo, trataba de ser caballeroso con él, alargué mi mano para estrechar la suya –Sí –dijo él examinado mi mano, como si tuviese algo sucio en ella pero de todos modos me la estrechó –Igualmente, señor Hightopp y ella es mi esposa; Alexandra, Lady Ascot, para usted –me presentó a su esposa Alexandra, sí, ella era muy bonita, pero sí se ve "snob" como su esposo, ella era la única de los Ascot que me sonreía, pero algo en esa sonrisa le molestaba a Alicia –Madame –le saludé a Alexandra besándole la mano caballerosamente.
–No es muy común que Alicia, traiga ciertos amiguitos varones por el mundo –dijo muy coqueta, al parecer quería molestar a mi Alicia –Y más si es un príncipe que rescata a damiselas en peligro.
Casi me espanté cuando dijo la palabra "Príncipe".
-¿Y de dónde es usted, señor Hightopp? –me preguntó Hamish.
-¿De dónde cree que soy, Lord Ascot? –le pregunté en forma de broma.
-Pues, viendo su cabellera roja, y su acento, opino que es de Irlanda –dijo.
-En realidad soy de Escocia, mi lord –le dije –Solía vivir en el Lago Ness. Nessy, su supuesto monstruo, era mi vecino –bromeé. Atrás escuché al señor Harcourt tosiendo una risa, yo le sonreí, pensaba que los abogados eran aburridos, pero él era el abogado más divertido que he conocido, a demás de aquel que conocí en la Caza del Snark. Hamish, por lo contrario, no le parecía gracioso.
-Ahora, si me disculpan, debo presentar al señor Hightopp a los demás invitados, con permiso –dijo Alicia sintiéndose incomoda, yo igual me sentía así. Mientras nos alejábamos, Hamish y su madre me seguían observando con extrañeza –Es muy extraño ese hombre –dijo Lady Ascot.
-Aunque no se ve tan mal –dijo Alexandra viéndome de pies y cabeza con una sonrisa coqueta.
-¿Siempre es así? –le pregunté Alicia mientras nos alejábamos de los Ascot, ella isnsitió -¿Cómo chingados lo aguantas?
-No tienes ni la más puta idea –me dijo Alicia hasta que vio alguien que le devolvió la sonrisa -¿Profesor Dodgson? –vio a un tipo alto, con aspecto tímido pero amable -¡Profesor Dodgson! ¡Profesor Dodgson, por aquí! –lo llamaba.
-¿Quién es? –le pregunté.
-Era mi maestro de Matemáticas, viene de Oxford y es gran amigo de mi padre, se llevaban bien debido a que tienen el mismo nombre.
-¿A-a-a-Alicia? ¡Alicia, querida! –dijo feliz el profesor Dodgson acercándose y dándole un abrazo -¡Mira co-co-cómo has crecido! –dijo observándola –Te-te-te pareces mucho a t-t-tu padre –dijo tartamudeando.
-Típico, era su tocaya –bromeó Alicia.
-Oí que creaste tu propio n-n-negocio, felicidades, tu padre p-p-podría estar orgulloso de t-t-ti ¿Y él es? –me vio, pero no de mala gana como las demás personas, el me vio con curiosidad.
-Hightopp, señor, me llamo Tarrant Hightopp, mucho gusto –me presenté estrechándole la mano mientras le sonreía amistosamente, él igual me sonrió, su sonrisa era cálida. –Encantado, Charles Lutwidge Dodgson, para servirle.
-Genial, porque a mí me hubiese gustado que mi maestro de Matemáticas fuese como usted, digo, no me iba mal, pero mi maestro era ciego –bromeé, haciéndolo reír.
-Oiga y de casualidad, ¿ya está trabajando con el libro? –preguntó Alicia con ansiedad.
-Oh, querida, t-t-tú sabes q-q-que soy un hombre ocupado con eso de dar Matemáticas, pero descuida, un día de estos t-t-te lo escribiré, te lo prometo, todavía no sé c-c-cómo titularlo.
-¡Oh, mira! ¡Un vals! –dije viendo que bailaban ciertas personas. Mientras nos despedimos del Profesor l pregunté a Alicia -¿De qué libro hablabas?
-Te voy a contar algo –me dijo entre susurros –El profesor Dodgson es de las pocas personas que le conté mi primera vez a Infratierra; claro cuando pensé que fue un sueño, y le gustó tanto mi historia que me dijo que algún día iba a escribir un libro sobre mi viaje.
-¡Guao! Ya me imaginó yo como un personaje de libro –dije.
Observabamos el vals. La verdad tenía ganas de bailar con ella -¿Quieres bailar? –le pregunté.
-¿Sabes bailar el vals, ademàs del Futterwacken?
-Un poco –dije con timidez –Mi madre me enseñó cuando era niño. Aunque siempre terminaba pisoteándole los pies.
Nerviosos, entramos a la pista. Trataba de recordar cómo tomar a Alicia y ya que me di cuenta cómo.
Bailabamos suavemente, pero la musica no era adecuada para nuestro vals.
-Mala combinación, ¿no? –dijo Alicia, desilusionada con la música.
-Úsemos nuestra imaginación –le dije –Vamos a imaginar que están tocando una canción más suave, más tierna, más...
-¿Romántica?
-Sí...romántica –dije sonriéndole con timidez. Y nos imaginamos una canción tan dulce y romántica.
(La canción está adelantada para la época, pero no dudo que es una canción bella para un vals AMO A SAM SMITH!!!!) Imaginen a Alicia y Tarrant bailándola.
Una sensación bella y suave tenía en mí al tener a Alicia bailando conmigo. Sentía estar por las nubes y el delicioso perfume de rosas que Alicia llevaba en su piel. Pienso que Alicia sentía lo mismo. No nos deteníamos.
La gente, incluso los que bailaban nos observaban, unos maravillados como la Señora Kingsleigh, Hatrcourt y el Profesor Dodgson. Pero tanbién otros con envidia como Don Ass-co y su mujer, viéndonos juntos, Alexandra arrugaba la nariz con sólo ver a Alicia conmigo y Hamish, pues...sólo tiene cara de que no se la estaba pasando bien. Hasta Margaret siente frustación que su esposo quien en lugar de charlar sobre negocios, no quiere llevarla a bailar en la pista.
La presencia de Alicia me tenía hipnotizado. Ninguno de los dos nos dimos cuenta que nuestros rostrs se acercaban más y llegar a topar nuestros labios para un beso.
Poniéndose verde de la envidia, Don Ass-co le pidió a un mayordomo que anuncie algo.
-¡La cena está servida! –anunció el mayodormo.
¡Casi! ¡Pero, casi iba a dar ese gran paso! Pero, Don Ass-co me la interrumpió. Aunque pienso que él estaba satisfecho en haberlo hecho. Si hubieran visto su "carita feliz"
Mientras, en la cocina de los Ascot...
-Debe de ser muy cuidadoso –le decía el Chef a un nuevo cocinero, dejándolo entrar, el nuevo cocinero resultó ser Jaque, disfrazado y a escondidas, Thackery y Mally entraban a la cocina ocultándose entre las especies –Lord Ascot es de una delicada digestión, se estriñe con facilidad –le decía el Chef de forma estricta. Mally rio al oír eso –Imagina qué cagará si llega a comer un Upelckunchen, le crecerá todo él o lo que tiene adentro –bromeó haciendo reír a Thackery.
-Tranquilo, señor Chef, conozco todo tipo de comida como un caballero que conoce todo tipo de caballo –aseguró Jaque –Ja, ja, yo lo inventé.
Una criada se llevaba el plato principal.
-Y quiero que despelleje estas libres –le mostró unas libres ya muertas que eran el plato. A Thackery se heló todo al oír eso –Despelléjalas muy pero muy limpiamente, hasta el más diminuto pelo.
-Sí...sí, chef –dijo Jaque, sin saber reír o morir del miedo al ver esas libres. Cuando el Chef se fue, Mally y Thackery salieron de sus escondites -¿Quiénes son esos bueyes? ¿Carnivales? –preguntó Mally sorprendida.
-¿Quieres verlo, eh? ¿Quieres ver a tu primo? –le preguntaba Jaque a Thackery mostrando la libre muerta –Ya lo vi desde aquí, muchas gracias –dijo Thackery con asco.
-¡No, mira! ¡Es tu primo! –le decía acercándoselo más mientras Thackery se alejaba pidiéndole que lo dejará, pero Jaque seguía acercándoselo más. Thackery pasó por la estantería de los aderezos, agarró una salsera con mayonesa y se lo iba arrojar a Jaque, pero falló -¡Ay, idiota! –le dijo cuando vio el mayonesa en el suelo con la salsera de porcelana rota -¡Ay, no! –se alarmó Mally.
-¡Pendejo, de seguro estaba en el plato de la cena! –le dijo Jaque.
-No fue mi culpa, armadura oxidada, deberías atraparlo –se defendió Thackery.
-Hay que buscar cómo limpiar eso, antes de que venga el chef –dijo Jaque, preocupado
–Hay servilletas por allá, úsalas –apuntó Mally unas servilletas. Jaque las agarró y empezó a limpiarlas con las astillas de la salsera.
-No, así no, así no funciona –lo corregía Mally –Primero recoge las astillas y luego...
Pero, de repente, Jaque se resbaló de la mayonesa tirada al suelo, para mantener el equilibrio se sujetó a la estantería de los aderezos, pero su peso hizo que se le cayera encima de él al suelo, batiendo todos los aderezos al suelo y al él -¡AY, PUTA MADRE! –se quejó atrapado en la estantería con salsa picante en la cara.
-¡AY, NO! ¡QUÉ HORROR, NO! –gritaban Mally y Thackery, viendo el desastre. Mally tosía del asco al oler uno que era de cebolla.
-¡Puta madre! ¡Mierda! ¡Tengo algo picante en la cara! ¡Lo tengo en los ojos! ¡Me arde mucho! ¡Ay, no mamen, se metió en la boca, me arde! –se quejaba el pobre Caballero Blanco.
-¡Hay que limpiarlo! ¡Y rápido! –dijo Mally alertada. Ella y Thackery iban a buscar algo de limpieza, mientras Jaque seguía tirado y atrapado en la estantería con los aderezos embarrados -¡Oigan, pero primero sáquenme de aquí!
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La cena de por sí era muy aburrida, ningún tema interesante, era tan aburrida, que no sabía si usar mis técnicas para que la fiesta sea divertida, no quería matar de la vergüenza a Alicia, hasta el vino que servían era asqueroso y seco, tenía que escupirlo a escondidas de nuevo en la copa, conversaban del negocio con lo de la Iglesia Católica. Hamish decía que ya era hora que tomemos la religión como un negocio y no usarla con filosofías absurdas de fe y Espíritus Santos. "Pinche incrédulo sin muchosidad" eso quería decirle, igual aprovechaba en decir cosas que las mujeres no deberían trabajar con trabajos de hombres porque eso podría hacer que las dejaría estéril, todo nada más para burlarse de Alicia ¡Qué pendejo!
-En eso estoy de acuerdo, mi lord –dijo Margaret –Ya ve que los que no están en la religión católica, se vuelven herejes –me dio de forma acusadora.
-Gnósticos -la corregí viéndola de la misma manera que me miraba.
-Y dígame, señor Hightopp –me llamó la atención Hamish -¿Qué negocio maneja usted? ¿En su negocio igual se puede contratar mujeres?
-Fabrico sombreros, Lord Ascot –le dije con cordialidad –Soy Sombrerero.
Al decir eso, todos me observaban con extrañeza, tenían a un humilde sombrerero ante una comunidad de muy alta sociedad, salvo Alicia y el Profesor Dodgson, que le parecía interesante -¿Un sombrerero? –dijo Hamish arrugando la nariz.
-Sip, y a mucha honra –dije –Toda mi familia se dedica a la fabricación de sombreros y sí, permitimos que las mujeres entren al negocio y no sabes las que han logrado fabricar unos bellísimos sombreros, dignos de un rey. Desde pequeño, mi padre y mi abuelo me enseñaron muy bien lo que es el arte de fabricar un sombrero, he fabricado sombreros para reyes, reinas, príncipes, para cortesanos y campesinos, cómo no, hacía para cabezas grandes y pequeñas.
-Tarrant y su padre son unos excelentes sombrereros, ellos y su familia son los mejores que pude conocer –dijo Alicia –Yo misma pude ver el arte de Tarrant. Su padre incluso está muy orgulloso del sombrerero que se ha convertido.
-Con que un sombrerero –dijo Hamish sin importarle -Escuché que puede ser un negocio muy peligroso ya que los sombrereros suelen quedar locos por pasar mucho tiempo exponiéndose al vapor del pegamento y les causa el envenenamiento por mercurio –me veía la cara, creo que se dio cuenta de mi envenenamiento.
-Por eso hicieron l-la-la frase esa, ¿no? Loco como un Sombrerero –dijo el Profesor Dodgson, todos voltearon a verlo -¿Q-q-qué no oyeron esa frase? ¿No? ¿Loco como un Sombrerero? Suena divertido –dijo el profesor. Yo le sonreí, cada vez me agradaba ese maestro tartamudo de Matemáticas que iba hacer un libro donde yo sería un personaje.
-Sí, estoy de acuerdo con eso, Lord Ascot –dije –Yo mismo he pasado ese destino de sufrir el envenenamiento por mercurio cuando apenas era aprendiz para mi padre, por suerte y con su ayuda logré cómo dominarlo.
-Cielos, eso suena interesante –dijo el señor Harcourt maravillado.
-¡Ah, por fin! ¡El platillo fuerte! –anunció Hamish, cuando trajeron bandejas de plata a cada silla. Abrieron las bandejas ¡Más pinche carne! Y lo peor es que no estaba un perrito para dárselo a escondidas quedándome nada más con la ensalada y papitas. La sangre se me heló cuando oí que aquel platillo era Carne de Liebre Ahumada... ¿LIEBRE? ¡No vaya a comerme un familiar de Thackery!
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-¡Ya, ya está! –dijo Mally cuando terminaron de limpiar la cocina -¡Qué colores más raros tienen los aderezos!
-¡Ay, no! ¡Mezclamos los aderezos! –dijo alertado Thackery.
-¿Qué? –se alarmó el Caballero Blanco -¡Ay, no me chinguen! ¡Nos van a...!
La puerta se abrió, Mally se escondió dentro de una salsera y Thackery en una bandeja de plata, sin darse cuenta que se lo iban a llevar al comedor -¿Qué ocurre? ¿Qué estuviste haciendo? –preguntó el chef malhumorado a Jaque –Nada –dijo él muy nervioso. Cuando colocaron la bandeja donde estaba Thackery escondido en un carrito de comida, Mally gritó -¡No puede ser! ¡Se llevan a Thackery!
-¿Qué fue eso? –oyó el chef, la voz de mi amiguita lirón desde la estantería de aderezos. Aterrorizada, Mally se cubría haciéndose bolita, cuando el chef se acercaba a la estantería. Agarró la salsera donde Mally se escondía, ella de repente brincó y le picoteó la nariz con su espada-aguja -¡AUCH! –se quejó el chef, Mally cayó a la mesa y cuando la criada la vio y comenzó a gritar de terror -¡UN RATÓN! ¡UN RATÓN!
-¡Soy lirón, pendeja! –se quejó Mally tratando de huir del cuchillo que el chef le iba atacar, cuando llegó a un sartén ahumando la carne de liebre, haciendo que se queme la mano el chef -¡AGARREN A ESA RATA! –rugió el chef sacudiendo su mano quemada y agarrando más cuchillos arrojándoselos, pero Mally era veloz. Jaque golpeó al chef en la cabeza con un sartén.
(Esta frase de Jaque al estilo de Taken, porque me imagino a Liam Neeson siendo Jaque)
–No sé quién eres, no sé qué quieres, pero si lastimas a esa lironcita, te encontraré y te mataré y te...–le decía, pero hizo que el chef se enojara más agarró un cuchillo más grande casi un hacha hacia Jaque, pero él le arrojó en la cara la salsa picante que se le había tirado encima de la cara -¡Pronto, Mally! –llamó a Mally, ella trepó a su cabeza, escondiéndose en su gorro de cocinero, agarraron un carrito y huyeron de la cocina -¡Se están llevando a Thackery! –gritaba alertado mientras iban al comedor -¡Anda, córcel de metal! ¡A rescatar a los prisioneros! ¡Voy a patearle el culo a Zanik!
-¿Está casado, señor Hightopp? –me preguntó Hamish, al parecer me quería molestar.
-No, mi lord, para nada –dije serio –Nunca tuve una novia.
-Creo que usted y Alicia harían un buen equipo, tienen tanto en común, ambos no lograron encontrar parejas y a ustedes se les ocurren ideas fuera de lo común para sus negocios –hizo que varios invitados incluso Lowell se riera. Alicia estaba más seria que yo. Vi que trajeron más bandejas de plata, cuando le dieron a Lady Ascot la suya, la abrieron y una sorpresa me llevé cuando vi una liebre viva, sosteniéndose con sus patas traseras y estaba vestido. La gente del comedor se sorprendió -¿Thackery? –reconocí la liebre. Era mi amigo, Thackery, la Liebre de Marzo. Lady Ascot gritó como neurótica, a igual como otras mujeres gritaban del terror, asustando a Thackery y comenzó a correr sobre la mesa causando un desastre -¡Thackery, no! ¡No hagas eso! ¡Cálmate! -trataba de detenerlo -¡Esto no es como nuestras horas del té!
-¡Agarren a ese animal! –ordenó Hamish, manos de lacayos trataban de atrapar a Thackery causando más el desastre. No me quedó de otra que subir a la mesa para detener a mi amigo y su caos, pero no lograba ni doblar mi pierna por el traje -¡Pinche traje de mierda! –me quejé doblando mi espalda y luego estirarme, rompiendo el traje, sentí que me he liberado de unas ataduras. Me subí a la mesa y empecé a perseguir a Thackery, hasta que bajó de ahí. Vi a Hamish con un mosquete apuntando a Thackery -¡No te atrevas! –grité saltando de la mesa, aterrizando encima de Hamish, cuando estuvimos en el suelo, Hamish soltó el gatillo hacia arriba, disparando hacia una cadena que sostenía una araña del techo, la araña cayo a la mesa -¡Corre, Thacky! ¡Corre, sálvate! –le grité a Thackery.
-¡Busca la madriguera! –le gritó Alicia.
-¡La madriguera! ¡Oh, sí, la madriguera! –dijo Thackery huyendo -¡Ahora vi, por qué McTwisp no quería venir!
-¡Quítate, imbécil! –me dijo Hamish, quitándome encima de él -¡Ibas a chingar a mi amigo! –me enfrenté a él. Cuando nos levantamos oímos un... -¡Cuidado que ahí voy! ¡Hay que evitar las mordidas de los tiburones! –un carrito de comida con un cocinero sobre él se deslizaba a toda velocidad hasta chocar contra la mesa, el cocinero voló al aire y aterrizó sobre la mesa hasta topar a la araña destrozada.
-¡Oh, qué viaje! ¡Ya puedo respirar!–dijo levantándose, y cuando se dio cuenta que estaba ante los invitados, él no hizo otra cosa que sonreírles y decir -¡Hola todos! ¿Disfrutando la fiesta? ¡Buena victoria! ¡Excelente! –animaba la fiesta. Yo reconocí a tal cocinero -¿Jaque? –reaccioné al verlo. ¡Era mi padrino!
-¡Ups! –nada más dijo eso cuando lo descubrí.
-¡Fiesta! –se oyó una vocecita, de su gorro de cocinero salió una lironcita y se deslizó hasta llegar sobre la araña -¡Ya sé! ¡Les voy a contar la historia tres hermanas que vivían...! –trataba de animar la fiesta.
-¿¡Mally!? –la reconocí.
Ella volteó y me vio en frente –¡Mierda, la cagamos! –se quejó cuando me vio.
-¡Oh, oh! Zanik está en problemas –murmuró Jaque.
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