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Quiero vivir mil vidas más sólo así, junto a ella caminando a casa, con las manos cargadas de verduras y otras cosas: euforia, por ejemplo. Anhelo revivir este encuentro cada día de mi vida, aunque suene ambiciosamente descarado pedirlo. La quiero a ella volviendo a casa a mi lado cada noche, la boca llena de gomitas y alguna conversacion casual sobre qué tan mala es la gente que te aconseja pero no es capaz de seguir sus propios mandatos.

Ella es todo ingenio y suspicacias al hablar, al pensar y al existir. Mas de una vez me he preguntado si he dicho algo que me haya hecho quedar como un idiota. Estoy seguro de que lo he hecho, siempre lo hago. Pero que no me haya dicho nada solo puede significar que me tolera.

No me ama

No me quiere.

Pero que me tolere es un gran primer paso, no cualquiera soporta permanecer a mi alrededor por mucho tiempo.

No sé en que momento llegamos a mi departamento, con ella pierdo el sentido de los segundos. No recuerdo si está en condiciones, no sé si habrán restos de comida en la cocina o si los platos están limpios. ¿Cuándo fue la ultima vez que aspire la alfombra? ¿Lleve la ropa sucia a su cesto? ¡Demonios! Ni siquiera se si jale la cadena la ultima vez que estuve en el baño. Soy tan estupido, me tiemblan las manos y me equivoqué de llave por tercera vez mientras intento abrir la puerta. Me sudan las manos, estoy aturdido y me siento un imbécil.

Hasta que la escucho decir un mal chiste sin sentido debido a mi lentitud.

Es aún mas idiota de lo que yo podria haber dicho nunca.

Entonces me rio y recuerdo porqué me gusta tanto. Es porque ella es ácida y dulce a la vez, porque es tan simple en el mejor de los sentidos. No tiene pretenciones de aparentar nada, es agua cristalina y quiero beberla gota a gota. Su sencillez me hace sentir tan agobiado de tranquilidad. Es idiota de a ratos, hace malos chistes y dice lo primero que se le ocurre, no se guarda nada... Grita cuando quiere gritar, llorar cuando quiere llorar. Es humana, totalmente y lo asume como tal.

No va por la vida pretendiendo ser una dama, hablando correctamente y riendo con suavidad. Si fuera asi, no estaria tan enamorado como lo estoy. Pero no cualquiera resistiría a esta mujer letal, hay que ser demasiado valiente para atreverse a quererla en tu vida, hay que tener cierto sentido de la adrenalina y resistencia al vértigo. Éste tipo de mujer no están hechas para ser tomadas por cualquiera, son gemas preciosas que solo encuentras en las profundidades de la tierra y solo si tienes suerte puedes hallarlas, están distribuidas estratégicamente por el mundo para ser admiradas por los mortales convencionales como yo.

Incluso en su maraña de cabellos es una obra de arte.

Cuando por fin pude abrir paso hacia el interior, prendo las luces y ahora todo luce ridículamente ordenado. Jamas es asi, siempre es un caos aqui. Pero entonces lo entiendo todo, es ella la que pone en armonía todo a mi alrededor.

–Tienes un lindo lugar aqui– dice ella

–Enorme también – quiero que sepa que este espacio me queda grande, tan enorme que podria caber ella también, pero cuando ella está aqui, todo es mas preciso, cada ambiente tiene la medida justa.

–Espero que tu cocina tambien lo sea, porque eso si ganaría varios puntos–

–La ampliare si es necesario– Me rio y la llevo hasta el lugar, espero que sepa leer en mi porque estoy siendo demasiado obvio aqui.

–¡Woah, creo que tienes el premio mayor!– Exclama, sus ojos llenos de asombro por un lugar al que nunca le he dado mas utilidad que el que merece el cafe de cada mañana

–Tengo una cafetera también – Añado con esperanzas de que tambien le guste

–No te asustes cuando te visite por uno de esos por la mañana– Bromea y me da esperanzas.

Adoraría verla por la mañana, con sus ojos hinchados, sus labios secos y el pésimo humor que se que carga en esos momentos, no quiero profundizar en mis pesamientos porque seria desastrozo mostrarle cuanto la deseo.

Contornea su cadera al rededor, la ayudo a preparar los ingredientes y admiro como hace su alquimia de amor para mi. Como sus manos toman cada vegetal y lo transforma en trozos de ellos, cómo vierte cada cosa en una cacerola diferente y la manera casi mágica en la que mi hogar empieza a perfumarse con el aroma de la albahaca y el amor.

–Nunca habia visto algo tan asombroso en mi vida– pronuncio sin saber si lo estoy diciendo por ella o por su agilidad en la cocina, lo nota, entonces bajo la
mirada a mis manos–Juro que ya no veré a los tomates con los mismos ojos después de esta noche – Tengo que agregar para salir del apuro

–Los tomates están bien, deberias aprovechar este lugar. Es el sueño de mi vida– Rie mientras toma los fideos para meterlos al agua caliente

–No me molestaría tenerte aqui otro dia... Digo, para que la uses –

Sus ojos hacen contacto con los mios, ella desde el otro lado de la cocina, con su cuerpo apoyado en la mesada y los brazos sobre el lindo delantal azul que tomo de algún lugar. Me pierdo momentáneamente en sus pupilas y luego vago por los mares profundos de sus pestañas hasta sus labios. Siento los mios cobrar vida y temblar, casi puedo sentir el cosquilleo en mi estomago y la tempestad de emociones embarcarme.

El silencio es largo pero no se torna incomodo. Entonces lo sé, ella tambien lo piensa. También adivinó que la quiero como nunca he querido a nadie. Mis pies se sacuden, quieren ir hacia ella como un imán hacia el metal, no puedo evitarlo.

Solo el vapor de la pasta y el agua burbujeante llenan el ambiente, el sonido de la salsa cocinandose. Mi cuerpo se mueve por inercia y en mi proximo parpadeo ya estoy frente a ella. Hay unos escasos dos centimetros entre ella y yo pero que se sienten como un kilometro, nunca voy a estar suficientemente cerca como para sentirla mia. Tiene que levantar la vista para encontrarse con mis ojos y veo su iris temblar.

–Namjoon...– Susurra con miedo, pero no de mi, sino de lo que va a pasar, sabe que si algo ocurre hoy ya nada podrá ser igual y que arriesgarlo todo hoy significaría un mundo de cambios. Salir de su zona de confort y arriesgarse a comenzarlo todo de nuevo, ser un barco a la deriva dentro de un nuevo mar.

Su aliento choca en mi cuello, me estremese. Entonces levanto mis dedos y me atrevo a acariciar su piel con mis yemas, su cuello y sus mejillas.

–No se si esto es lo correcto... –

Tiene una voluntad inquebrantable, pero no es inmune a mi. Estoy seguro de eso, porque mantiene sus ojos cerrados y se entrega a mi ligero toque.

–No lo digas –

Le suplico, le ruego que no hable porque eso arrebataría el poco valor que estoy juntando. Me inclino hacia ella, puedo percibir el perfume tan delicioso de su piel al natural hasta que mi boca llega a la altura de la suya pero no la toco, sigo a la espera de que me rechace, de que acabe con esto y me devuelven a mi sitio con una sola palabra.

–Besame – Murmura tan suave y despacio que podria nunca haberla escuchado, tal vez fue un anhelo de mis pensamientos, una alucinación auditiva. Así que no lo hago, no la beso.

Entonces siento mi camisa ser tomada y mi cuerpo entero ser arrastrado hacia su boca... No podria haber sido diferente, ella es la valiente entre los dos.

Puedo ver los fuegos artificiales estallar sobre mi cabeza, mi boca se deleita en la delicia de sus labios finos, en su toque brusco y la desesperación de sus movimientos. Sujeto su cintura y la pego a mi mientras mi boca la saborea, ahueco mi mano en su nuca y tomo el control.

No es suave, no es delicado, ni mucho menos tímido. Es pasional y caliente como ella. Y me arrastra de la oscuridad hacia la luz absoluta de su ser, acabó de descubrir mi lugar en el mundo entre el sabor frutal y mentolado de sus labios rosas. Tan perfecto, tan mágico como solo ella podria serlo. Y permanezco asi. moviendo lentamente mi boca mientras grabo el mar de sensaciones para siempre en mi alma, porque, pase lo que pase, no quiero olvidar este momento nunca mas.

Que la noche siga y nos encuentre asi, juntos, compartiendo más que el calor de la estufa, más que el roce de labios. Que continue y que el sol nos sorprenda amándonos hasta el final.

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