capítulo único.
mi anime favorito es Tom & Jerry
bueno, puse varias aclaraciones en la descripción, así que si no las han leído, ¿qué esperan?
aaa, posiblemente este sea un o. s medio aburrido, lo hice porque era una idea que me agradaba pero me desvíe mucho. perdón si hay varios errores o si no es de su agrado.
—— ¡Thomas! ¡Ven aquí ahora mismo!
Empezaba a pensar que el dejar que Jerry se quedara en su casa había sido mala idea. Cada día, ya fuera en la mañana, tarde o noche, la ama de casa siempre le reprendía ante los destrozos que su amigo hacía.
Maldita rata aprovechada.
Con molestia fue hasta la cocina, donde la de tez morena lo esperaba, con las manos en la cadera y golpeando el suelo con la parte superior de su pie, como si estuviera zapateando.
Y ahí estaba el refrigerador, abierto y con todo un caos dentro de él; queso mordisqueado, las botellas de leche vacías pero igualmente guardadas y bastante comida fuera de los recipientes en donde estaba guardada.
—— Ya te lo he dicho cientos de veces, debes de echar a ese animal de la casa, ¡o yo te voy a echar a ti!
Tom asintió rápidamente, con algo de temor ante el castigo que Mammy Two-Shoes podría darle.
La susodicha salió de la cocina, mientras el híbrido se asomaba por la puerta para ver hacia dónde iba. Miró como la morena agarraba su abrigo y un sombrero del parchero.
—— Voy a salir Thomas; ya sabes lo que tienes que hacer antes de que yo llegue. —— habló desde la puerta, mientras el nombrado seguía asintiendo.
No hacía falta especificar lo que debía hacer, ya que lo tenía bien claro: ordenar el desastre que estaba hecho el refrigerado e intentar sacar a Jerry de su casa.
[...]
Sacaba el queso mordisqueado y limpiaba las manchas que la comida fuera de su lugar había dejado, todo mientras pensaba en cómo echar a su mejor amigo de su hogar.
Sabía perfectamente que el castaño no tenía alguna otra casa en donde quedarse, por algo lo había dejado vivir con él en primer lugar, pero el mendigo ya se estaba aprovechando bastante; se había tomado muy literal el “siéntete como en casa”.
Aunque generalmente parecía que aquél chico ni estaba en casa, lo que hacia notar su presencia eran los destrozos que ocasionaba. Esas eran de las pocas molestias que generaba ese ratón, además de molestar a Tom; igualmente ambos estaban de acuerdo con eso último, o al menos la mayoría de veces. Eran mejores amigos después de todo.
Unos apenas perceptibles pasos sonaron, alertando al de cabello levemente azulado. Sabía perfectamente que era aquella rata de dos patas que tenía de compañero.
Jerry solamente bajaba por comida, ya que si quisiera ir al patio o a la calle el muy loco (o tal vez muy tonto) saltaba por la ventana o cosas por el estilo. Pero Tom no iba a permitir que nuevamente se acabara casi toda la comida.
Cuidando del no hacer ningún ruido, caminó hacia la parte derecha que quedaba junto a la puerta, apegándose a la pared intentando pasar desapercibido. Era un “plan” que posiblemente fallaría, pero igualmente iba a arriesgarse.
El ratón entró a la cocina, viendo hacia atrás para asegurarse que ninguna de las otras personas que vivían allí lo vieran. Una vez sin miedo a ser atrapado, caminó lentamente y casi de puntas hacia donde estaba guardada la comida, pero entonces sintió como una mano lo jaló del cuello de su camisa, sobresaltandose ante la sorpresa y el miedo que sintió tan de repente.
Tom levantó al ratón sin mucha dificultad, el cual intentó poner sus pies en el suelo para poder huir sin tener éxito algo.
El gato miró al contrario, con un ojo cerrado y el ceño fruncido y una mueca de completo disgusto, mientras el castaño sonreía como si fuera lo más casual del mundo; aunque, honestamente, era casual para ellos dos.
El más alto caminó hacia la puerta que daba al patio, sin soltar ni bajar ni un poco al ratón, y al abrirla lanzó con fuerza a su amigo, el cual cayó ruidosamente y de cara contra el césped.
Tom frotó sus manos, como si estuviera quitando polvo de ellas, y con ambos ojos cerrados aún con sus cejas ayudandole a mostrar su descontento cerró de un portazo la puerta, mientras Jerry se levantaba adolorido por el golpe.
Que gato más grosero.
[...]
Lamentablemente para Thomas, Mammy Two-Shoes todavía no llegaba. Habían pasado horas desde que había salido, posiblemente para comprar más comida, pero en ese caso no tenía mucho sentido su tardanza.
Tal vez el castigo que le iba a dar era comer las sobras de lo que Jerry había comido, pero honestamente una tenía ganas de comer cosas que posiblemente tuvieran saliva del ratón.
Seguía mirando impaciente el reloj de la sala, siguiendo con sus ojos las manecillas de éste.
Tic tac. Tic tac. Tic tac.
Empezaba a ponerse de nervios.
Un gruñido lo distrajo, el cual provenía de su estómago. Rayos, ¿hace cuánto no había comido?
Rendido, fue hasta la cocina, dispuesto a comer aunque sea las sobras que su compañero había dejado, pero al entrar a la habitación vió a Jerry preparándose un sándwich, utilizando todo el jamón y queso que quedaba, teniendo como resultado un emparedado que parecía una clase de torre.
Tom se acercó a paso rápido y ruidoso. Por más fuerte que sonaran sus zapatos chocando contra el suelo, el ratón simplemente sostenía su sándwich como podía, intentando no “desarmarlo”. El más alto tocó el hombro ajeno tres veces para llamar su atención, con su expresión demostrando a la perfección su enojo.
Jerry volteó con tranquilidad, sonriendo al ver que solamente era aquél gato. Sin más le dió una gran mordida a su comida, intentando comerla lo más rápido posible para poder salir corriendo, pero al ver que no cabía ni la mitad del sándwich en su boca, para no perder tiempo sostuvo lo que quedaba del emparedado y lo estampó en la cara del otro, como si de un pastel se tratase.
No perdió más tiempo y comenzó a correr mientras el otro intentaba quitarse lo más rápido posible el queso y el jamón de su rostro para poder perseguir a aquél escurridizo ratón, aunque fuera con mayonesa y pan en el resto de su rostro.
¡Maldito enano! ¿Cómo es que siempre lograba escapar?
Al quitar el pan y jamón de sus ojos sin más empezó a correr lo más rápido que podía para intentar alcanzar al otro, aún si éste le llevaba ventaja.
Entre más avanzaba más podía escuchar la baja pero aguda y burlona risa de Jerry, pero al desacelerar aquellas risas se oían cada vez más leves, hasta que finalmente cesaron, y aquello no le daba un buen presentimiento.
Con su típica cara molesta pero dudosa caminó con cuidado hacia los lugares en donde el castaño pudo haberse escondido. El sótano, el cuarto de huéspedes, o incluso debajo de los muebles de las demás habitaciones; el esconderse no le resultaba difícil a Jerry, era pequeño y astuto, o tal vez Tom era muy tonto como para encontrarlo fácilmente.
Thomas, luego de varios minutos revisando hasta debajo de el sofá, se acercó a una de las varias ventanas de su casa, abriendola para asomarse y ver si aquél enano había salido de la casa, después de todo al parecer no había algún rastro de él y muy sencillamente pudo haber salido por una de ellas.
Cerró la ventana, algo confundido al no ver nada que pudiera indicar que Jerry estuviera afuera.
Luego de pensarlo por un momento, una nueva idea apareció en su mente, una tan brillante que incluso podía ver el típico foco encima de su cabeza.
Cerraría hasta con llave cada ventana y puerta que dieran al exterior, sin importar si el ratón estuviese afuera o adentro de la casa, así si estuviera afuera ya no podría entrar y si estuviera adentro podría molestarlo y luego echarlo. Incluso podía poner algunas trampas, que si no lograban inmovilizar al ratón, podrían sacarle algún grito de dolor, y así podría saber que si estaba por ahí.
“Que inteligente eres, Tom” se halagó mentalmente. “Gracias, Tom”.
Y sin más, el gato comenzó a llevar a cabo su “plan maestro”. Ahora estaba agradecido con que la morena aún no llegara, ya que así podría hacerlo sin recibir regaños.
[...]
Subía las escaleras lo más silenciosamente posible, con los ojos bien abiertos, viendo hacia todos lados alarmado. Hace bastante tiempo no escuchaba al gato, y eso lo generaba una inquietante tranquilidad. Sentía que en cualquier momento aparecería para agarrarlo de la camisa y nuevamente tirarlo. Le alegraba que el otro híbrido no hubiera revisado los barriles que estaban en el fondo de aquél cuarto.
Al ver que Tom no estaba cerca, se dispuso a ir al cuarto de huéspedes a encerrarse, o a cualquier otra habitación en la que posiblemente el más alto no estuviera.
Rápidamente percibió un delicioso e irresistible aroma. Sniff sniff. Respiró profundamente para asegurarse que no estuviese confundiendo, pero estaba en lo correcto, era queso.
El olor le parecía cada vez más intenso. Caminó con cautela, respirando lentamente. Un bocadillo no le haría daño.
Ya más despreocupado fue siguiendo el delicioso aroma que tanto le encantaba, aunque realmente le encantara la comida en general, mientras vigilaba que su compañero no estuviese cerca.
El queso por el que se estaba arriesgando estaba cerca de la entrada que daba a la cocina, en una típica trampa de ratones. ¿Tom creía que era tan tonto para caer en una de esas trampas o qué?
Estaba completamente seguro que del otro lado estaba el gato, esperando a que su presa cayera y así poder atraparla. Patético.
Se agachó lo suficiente para estar cerca del queso. Lo miró unos momentos, pensando en cómo quitarlo si que su mano quedara atrapada o algo por el estilo. Después de meditarlo unos segundo, se le ocurrió una mejor idea que le podría dejar comer más queso que ese simple pedazo.
Con su pie fue moviendo cuidadosamente aquella trampa, acercandola a la puerta que daba a la cocina. Se asomó por la entrada para ver si realmente Tom estaba ahí, confirmando sus sospechas. Ahí estaba, dándole la espalda a la pared, esperando al otro.
Jerry miró la cola de gato que tenía el otro, la cual se movía con tranquilidad de un lado a otro. Acercó la trampa a la cola ajena, calculando en dónde debería dejarla para que quedará atrapada en ella. Y entonces la cola de Tom fue atrapada.
“¡AAAAHHHHHHH!”
El gato dió un salto, con la cara Roja por el dolor que había sentido. Y entonces sujetó su parte lastimada, aún soltando quejidos.
A veces Jerry creía que de escuchar tan escandalosos gritos a diario se quedaría sordo.
Cubrió su boca con su mano derecha, mientras intentaba aguantar las ganas de reír; sin embargo, eso no fue suficiente para reprimir completamente el sonido de su aguda pera ahogada risa.
Tom volteó a ver al castaño, aún rojo y adolorido, pero con en enojo más que obvio. El otro lo vió fijamente, poniendo sus manos en su espalda, sonriendole nervioso para intentar disimular.
Sin pensarlo ni un segundo, el de cabello azulado se lanzó al contrario en un tonto intento por atraparlo, pero el castaño era más rápido que él, por lo que lo único que logró fue estrellar su cara contra el suelo.
Jerry se puso en cuclillas cerca del cuerpo de Tom, viendo si estaba despierto o si por alguna razón se había desmayado. Al ver que éste nisiquiera se movía comenzó a reírse del fracaso ajeno. Esa molesta risa que parecía más el sonido de un violín que tanto molestaba al gato.
Estúpido ratón burlón.
Tom levantó levemente su rostro, mirando al otro con una expresión de enojo, un sentimiento que ya era parte de su día a día.
Mientras el más bajo seguía riendo, el de camisa azul estiró su brazo hacia la pierna ajena, sujetandola con fuerza y jalandola con rapidez, provocando que el otro se golpeara la cabeza contra el suelo, soltando un chillido por el susto que le había dado.
“¡Ugh!” se quejó Jerry, levantando la parte superior de su cuerpo, sosteniéndose con su brazo izquierdo y sobandose la cabeza con su otra mano. Y obviamente Tom empezó a reírse, pero del sufrimiento ajeno. Esa tonta y ruidosa risa que tanto irritaba a Jerry.
Con esa maldita expresión de loco, malvado o incluso psicópata, Thomas jaló la pierna del castaño para acercarlo a él, mientras éste intentaba patearlo para soltarse y poder escapar.
Cuando por fin el resto del cuerpo de Jerry estaba a su alcance, lo agarró fuertemente de los brazos, intentando inmobilizarlo mientras intentaba sentarse en el suelo.
¡Al fin tenía a esa aprovechado en sus manos! Pero, ¿qué debería hacer?
Lanzarlo a la calle era una opción, pero siempre que lo hacía volvía. De alguna u otra forma el roedor lograba nuevamente entrar a su casa. ¿Devorarlo o fingir que lo haría para darle miedo? Eso técnicamente sería canibalismo. No creyó que podría llegar tan lejos, así que no había pensado demasiado qué hacer, o tenía ningún plan bien elaborado. Pero tampoco quería que la ama de casa lo echara, ya que no solo se quedaría sin hogar, sino que también se quedaría él sólo con Jerry, ya que él siempre estaba donde el gato estaba.
Sentía que una angelical versión de él mismo estuviera en su hombro derecho aconsejandole que lo dejara quedarse, mientras uno diabólico y en su hombro izquierdo le dijera que sencillamente lo eliminara de alguna forma.
Jerry solo veía con rareza a su amigo. Incluso creía que aquél golpe le había afectado por lo tanto que se estaba tardando en hacer algo.
Tom sujetó el cuello de la camisa de Jerry, levantándose y levantando al otro, el cual intentaba poner sus pies en el suelo.
Abrió con llave la puerta principal, saliendo al pórtico, alejándose solo unos pasos de la entrada.
Con su mano derecha agarraba el cuello de la camisa ajena, mientras que con la izquierda agarraba el pantalón del otro, alzandolo mientras el otro estaba en una posición horizontal.
Con un ojo cerrado y el ceño fruncido, fingió tres veces que lanzaba al más bajo para calcular mejor su puntería y la fuerza que debería utilizar, y en la cuarta ocasión puso tanta fuerza pudo para lanzar a la calle a Jerry.
Chocó sus manos, como si estuviese quitando polvo de ellas, y cerró de un portazo la puerta, asegurandola con llave.
Hasta que llegara Mammy Two-Shoes, no dejaría entrar al ratón, pero en cuanto ella llegara y notara que éste no estaba, podría dejarlo entrar, ya que ya se habría evitado un gran castigo. Sin embargo Jerry no sabía ésto, por lo que la actitud ajena le había parecido más que descortés.
“Que minino más raro” pensó el castaño mientras se sobaba el trasero, ya que había sido lo que amortiguó su caída.
amo los separadores que le puse.
bueno, es mi cumple, y me gusta la idea de publicar algo el día de mi cumple, así que tomen esto¿¿
honestamente, me parece decente. es que de lo poco que hay de humans! T&J es del shipp y yo no los shipeo, aunque los vería más como un bromance.
donde tu mejor amigo te maltrate y te deje vivir en tu casa, ahí es
ahh, creo q acá utilicé algunos de mis headcanons, no sé si les agrade la idea de que los publicara o algo
también, tengo un par de ideas más para libros de humans! T&J, así que espero que les haya agradado esto, ya que tengo planeado un o. s y un fanfic. solo eso.
tengo tantas cosas que decir, pero el o. s fue muuuy largo, no suelo hacerlos de más de 2400 palabras aaaa
si tienen alguna duda o yo un error no olviden decirme, se apreciaría mucho 💞
los votos, leídas y comentarios en general también son apreciados sísí
próximamente subiré algo de uno de mis fandoms
perdón si no les gustó el o. s, a mí tampoco me gustó taanto.
¡hasta la próxima! 💞💞💞💞
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