OO9 | CONSECUENCIAS

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Hyunsoo y Sehyeon habían entrado a la habitación rápidamente, este dejando su maleta a un costado mientras ella colocaba seguro, para luego abalanzarse a sus brazos siendo recibida de manera gustosa. Su esposo volvió a besarla de manera hambrienta a la vez que las cortinas se movían al compás de la brisa fresca, permitiendo que entrara algo de luz por la luna.
Ella llevó sus manos temblorosas a su pecho para comenzar a desprender de manera torpe su camisa, lo que hizo que él decidiera ayudarla para quitársela y tirarla en algún lado de la habitación.

Sehyeon pasó las manos por su pecho desnudo sintiendo cómo este se estremecía, volviendo a besarlo mientras sus lenguas luchaban por el dominio, este tomándola con fuerza de la cintura para apegarla más a él. Comenzó a bajar los besos por su cuello, logrando escucharla jadear mientras llevaba las manos a su corto cabello, empuñándolo con algo de fuerza sintiendo cómo bajaba uno de los tirantes de su camisón para besar su hombro.

El deseo había asaltado a Hyunsoo desde que su esposa se abalanzó a él y su dulce aroma se le coló por las fosas nasales mientras la tenía entre sus brazos. No podía creerse que luego de tanto tiempo estuviera tocándola, acariciando su cuerpo sintiendo cómo reaccionaba ante él.

La ropa comenzó a caer al suelo mientras se dirigían a la cama, olvidándose de todo y disfrutando de sí mismos. Adoraban el hecho de que ya no hubiera oscuridad, sino que a causa de la luz de la luna que entraba por la ventana cuando las cortinas se movían, pudieran ver reflejos apenas iluminados que le daban forma a sus cuerpos, el de Hyunsoo moviéndose sobre ella mientras besaba el suyo desnudo, haciéndola jadear y suspirar al sentir sus labios, su húmeda lengua recorrerla, sus caricias que quemaban su piel.

Hyunsoo la hizo voltear, haciéndole sentir cómo empezaba a depositar besos en sus piernas y subía las caricias a sus nalgas, pero un jadeo sorpresa escapó de sus labios cuando este se metió entre sus muslos, besando su zona más sensible. Su lengua se abría pasó entre sus pliegues, haciéndole aferrar a las mantas mientras chillaba, más al sentir cómo dirigía sus dedos a su clítoris para hacer movimientos circulares.
Sehyeon levantó el trasero y se cubrió los labios con la mano en un intento de callarse, pero Hyunsoo introdujo la lengua en su interior, sintiéndose de satisfecho de notar cómo estaba enloqueciéndola.

Las caderas de ella se movían al compás de su lengua y dedos, intentando poder mantener el silencio ante el placer que estaba invadiéndola cada vez más. Se mantuvo así por un momento, hasta que él empezó a subir los besos por su espalda, escuchando cómo ella intentaba recuperar el aliento y jadeaba. Hyunsoo corrió su cabello para besarle la nuca, llegando a su cuello mientras pasaba una de las manos por este haciendo que inclinara la cabeza hacia atrás.

—No tienes una idea de cuánto te he echado de menos, mi amor —expresó con voz profunda, haciendo vibrar hasta su alma.

—Ven dentro de mí, por favor —pidió con la respiración entrecortada, sintiendo sus besos por el mentón, pero cuando levantó más el trasero, provocó que el miembro palpitante de su esposo rozara su zona sensible y ambos gimieran.

—¿Estás segura? 

—Te necesito, cariño —confesó llevando la mano a la mejilla de este que no pudo evitar sonreír y depositar un beso en sus labios—. No puedo soportarlo más.

—Te demostraré cuánto sigo amándote.

Hyunsoo llevó la mano a su miembro duro, venoso y húmedo por el líquido pre-seminal, para luego dirigirlo a la entrada necesitada de su esposa. Un ligero empujón bastó para demostrarle su amor, volviendo aquel placer único como siempre lo habían sentido sin importar en absoluto sus anteriores experiencias. Porque lo de ellos era único.

Este tuvo que cubrir la boca de su esposa con una de las manos, inclinando su cabeza hacia atrás a la vez que aumentaba el ritmo de sus embestidas.
Dominaba todo la lujuria dentro de ella, también su placer, sus gemidos, todo lo que estuviera dentro de Sehyeon. Hyunsoo tenía un gran poder que lograba también controlar su mente, su cabeza, volviéndola su sumisa. Y eso lo sabía perfectamente, lo que lo volvía loco, porque ese mismo poder tenía ella con él.

Podía escucharse sus gemidos, jadeos y gruñidos, como el choque intenso de sus cuerpos y los crujidos de la cama que acompañaban los movimientos desesperados de sus cuerpos mientras sus sábanas se mojaban y arrugaban.
Los sentidos de la mujer estaban dispersos y sus ojos lagrimosos, deseando poder gritar por todo el placer tan intenso que estaba provocándole, sin saber si era por el tiempo que llevaba deseándolo o por el hecho de que era, simplemente, su esposo.

Hyunsoo quitó la mano de su boca para juntar sus labios en un beso torpe y húmedo, adorando su lengua, gruñendo cuando ella se atrevió a morder su labio inferior. El cuerpo de ella se llenó de espasmos mientras chillaba al sentir cómo unas oleadas de placer la golpeaban por haber alcanzado el orgasmo, por lo que su esposo volvió a besarla en un intento de callarla.
En ese momento Sehyeon sintió cómo comenzaba a correrse dentro de ella, acompañado de sus gemidos y movimientos profundos para que pudiera obtener todo de él.

—Oh, Dios mío, cuánto te he necesitado
—expresó entrecortado a causa de que intentaba recuperar el aliento—. Te amo. Te amo tanto, Sehyeon —murmuró antes de juntar sus labios.

Este se salió de su interior sintiendo cómo sus fluidos se escapaban entre sus piernas, Sehyeon volteó y sin importarle que ambos estuvieran sudados, lo tomó de la nuca para volver a atraerlo hacia ella, rozando sus labios.

—Yo también te amo profundamente, mi amor —murmuró antes de juntar sus labios en un intenso beso.

—¿Recuerdas lo que te dije la última vez que nos vimos?

—¿Sobre qué? —frunció el ceño,  sintiendo cómo este llevaba una de las manos a sus piernas para abrirlas y acomodarse mejor entre estas.

—Que cuando volviera a pasar ésto, entonces, no te dejaría salir de la habitación por unas veinticuatro horas
—respondió con una pizca de diversión, lo cual hizo sonreír a su esposa.

—¿Cómo olvidarlo? No dejé de pensar en eso desde que llegué aquí —confesó soltando una risilla que hizo sonreír a Hyunsoo.

—Pues, ¿qué te parece si lo cumplimos?

—Estaría encantada de cumplirlo. Es más, lo necesito —confesó rozando sus narices, hasta que su esposo juntó sus labios de manera apasionada mientras ella pasaba las manos por su espalda.



















(...)
















Al día siguiente, Jungkook se encontraba en la isla de la cocina sirviéndose agua mientras escuchaba a los demás conversar animadamente, pues Minhee, Sohyun, Yunjae y Siwoo se encontraban allí ya que Seokjin los había invitado almorzar. Esa idea, en realidad, fue del más joven que quería tener una excusa para ver a Sehyeon, pero el no verla entrar con los demás, esfumó por completo su ilusión, provocando que sintiese una gran inquietud instalarse en su pecho. Tan sólo quería saber que cumpliría con su palabra de disfrutar junto a él los últimos días que le quedaban, porque pudo notar que a Sohyun ya no le gustaba para nada la cercanía que tenían, por lo que temía lo que pudiera haberle dicho cuando se marcharon de la playa. Eso hizo que durante la noche la llamara, pero le daba el buzó, así que decidió enviarle unos cuantos mensajes sabiendo que tampoco le contestaría en ese momento.

En cuanto se despertó, lo primero que hizo fue tomar su celular con la esperanza de ver mensajes de ella, pero eso no sucedió. Desde entonces sentía una amargo sabor de boca, sin poder evitar frustrarse al pensar que nuevamente se estaba alejando de él por miedo, por lo que debería buscarla e intentar que sacara esos malos pensamientos de su cabeza para así dejarse llevar por sus impulsos otra vez.

Estaba cansándose de eso porque sentía que no pensaba en lo que causaba en él que cada vez parecía estar perdiéndose más en ella, hasta no podía dejar de pensar en qué pasaría con ellos cuando tuvieran que volver a su vida normal. No quería pensar en el hecho de que ya no la vería y ella podría ser capaz de volver con su esposo como si nada. 

Necesitaba creer que había una posibilidad de que lo de ahora era sólo un comienzo para ellos.

¿Estaba mal desear eso?

Jungkook siquiera sentía ganas alguna de volver a la mesa y comer, no soportaba el hecho de ver a todos felices mientras él no hacía más que romperse la cabeza intentando comprender a aquella mujer que se había instalado en sus pensamientos. Sabía que Sehyeon no estaba bien, que era demasiado inestable, lo que le hacía pensar si siempre había sido así o se debía a lo que estaba viviendo por su matrimonio. De todas maneras, eso no le importaba en absoluto porque seguía siendo completamente débil por ella y deseaba volver a tenerla en sus brazos, que siguiera provocándole aquellos sentimientos tan desbordantes.

Sohyun dirigió su mirada a aquel joven, pudiendo notar cómo él parecía estar perdido en sus pensamientos y llegaba a adivinar porqué. Pues, desde que había cruzado la puerta junto a su prometido, pudo ver cómo la desilusión se reflejaba en el rostro de Jungkook al no ver entrar también a Sehyeon. Eso le causaba una gran frustración porque necesitaba que dejase en paz a su hermana, que no interviniera más en su matrimonio y ella volviera a ser la misma que antes.

—¿Y Sehyeon? ¿Por qué no vino a comer? ¿Se siente bien? —preguntó curioso, Seokjin, logrando llamar la atención del más joven al escuchar ese nombre.

Sabía que desde hacía tiempo había algo que estaba afectándole, pero también que por más que intentase indagar, ella jamás se lo confesaría porque nunca fue buena para abrirse, para contar sus problemas. Algo que siempre detestó de su familia, y agradecía ser quien marcara la diferencia, aunque también se lo debía a Yunjae.
No quería que su hermana cometiera un grave error con Jeon Jungkook, que él provocara más su inestabilidad, por lo que intentaría intervenir aún más para que abriera los ojos de una vez y se alejara, más que nada ahora que Hyunsoo estaba también allí.

—Oh, es que tuvo una muy buena sorpresa...

—¿Sorpresa? —frunció el ceño y llevó un trozo de carne a su boca—. ¿Qué sorpresa?

—Su esposo llegó anoche de sorpresa —respondió con una pequeña sonrisa—, así que decidimos dejarlos solos.

Jimin tanto como Seokjin no supieron qué decir más que demostrar una gran sorpresa, pero el primer mencionado no pudo evitar girar su cabeza a ver hacia donde se encontraba el más joven de ellos, pudiendo ver cómo sus ojos estaban abiertos a la par. Parecía atónito.

—Vaya, entonces, podremos conocerlo al fin —sonrió Seokjin.

Jimin no podía quitarle la mirada de encima, por lo que decidió levantarse llamando un poco la atención, principalmente de Sohyun, a la cual su sonrisa se ensanchó al ver a Jungkook intentando procesar la información.
Este se acercó rápidamente y una vez que llegó a su lado, pasó la mano por su espalda.

—¿Estás bien, JK? —preguntó por lo bajo para que no pudieran escucharlos, y el pelinegro salió por un momento de su trance, intentando asentir—. Hey...

—S-Sí, claro —respondió casi inaudible.

—Si no estás bien...

—Tengo que hacer una llamada —informó sacando el celular del bolsillo de sus bermudas negras, lo que hizo que Jimin pudiera notar que parecía demasiado histérico, pues hasta estaba temblando aunque intentaba disimularlo—. Ya regreso.

—¡Jungkook...! —murmuró observando cómo caminaba hacia la puerta.

—¿Está todo bien? —intervino Sohyun, llamando la atención de Jimin.

—Claro. Sólo tiene que hacer una llamada —medio sonrió falsamente, decidiendo volver a la mesa.

Jungkook salió de esa casa a la vez que volvía a guardar el celular en el bolsillo de sus bermudas, ya que no había sido más que una mentira. Necesitaba que lo que dijo Sohyun fuese una completa mentira, por lo que sin importarle en absoluto, apresuró su paso para acercarse a la casa de al lado.
En cuanto estuvo en frente con su mano temblorosa tomó el pomo de la puerta para abrirla, asomando su cabeza para asegurarse de que nadie estuviera allí y poder entrar. 

No escuchaba absolutamente nada, por lo que decidió dirigirse a las escaleras sintiendo cómo sus latidos se aceleraban por los nervios, y al estar en el pasillo a paso cauteloso comenzó a caminar hacia la habitación de la mujer, pero unas voces lo hicieron detenerse rápidamente. Sentía que su corazón iba a salirse de su pecho, pero aún así, al darse cuenta que aquellas voces provenían del baño, se acercó para poder escuchar mejor.

Jungkook se sentía frustrado al no poder escuchar bien lo que aquella voz masculina decía, por lo que apegó más su oreja a la puerta, tratando de ignorar sus nervios de ser atrapado.

—¡¿Por qué no me buscaste antes, Hyunsoo?! 

—¡No tienes una sola idea de cuánto luché conmigo mismo para no seguir mis impulsos y buscarte, porque sé que luego de cómo te lastimé, lo mínimo que puedo hacer es respetar tus decisiones!

—¡Cállate! ¡No me mientas!

 —¡Tenía miedo de arruinar más lo nuestro si te buscaba! ¡Estaba volviéndome loco, cariño! Escúchame...

Jungkook intentaba seguir escuchando lo que este decía, pero se le dificultaba demasiado al haber bajado la voz.

—No, ¡déjame! ¡No me toques! —sollozó.

El joven llevó la mano al pomo de la puerta con la intención de abrirla y alejarlo de ella, pues no lo conocía para nada y no sabía de lo que era capaz, por lo que solamente quería ayudar a Sehyeon. Estaba a punto de hacerlo, pero comenzó a escuchar cómo este le murmuraba y ella sollozaba agudo por lo bajo, lo que hizo que no supiera qué hacer. Se debatía consigo mismo, pero no estaba soportando para nada escucharla llorar de esa manera, ya que le recordaba la primera vez que se abalanzó a él, pidiéndole que la abrazara fuerte mientras sollozaba. Eso le hacía odiar mucho más a aquel hombre, así que decidió que lo mejor era entrar, hasta que estuvo a punto de girar el pomo, pero un gruñido lo hizo detenerse rápidamente.

—Oh, ¡Dios mío! —gimoteó la mujer, provocando que Jungkook sintiese cómo se estremecía, por lo que apartó rápidamente la mano—. ¡Soy tuya! ¡Solamente tuya, Hyunsoo!

El pelinegro se alejó de la puerta mientras se le dificultaba respirar y su corazón daba un vuelco, por lo que ya no podía seguir allí escuchando aquellos gemidos, el choque de sus cuerpos que resonaba. Volteó para caminar hacia las escaleras, bajándolas rápidamente tropezando por momentos con sus propios pies, sin importarle en absoluto que pudieran escucharlo al dar un portazo al salir de esa casa.

Corrió hacia la suya sintiendo sus latidos acelerados y entró llamando la atención de los presentes, escuchando a Jimin llamarlo cuando se dirigió hacia las escaleras, pero pasó por completo de él porque estaba seguro de que era incapaz de hablar. Tan sólo entró, cerrando la puerta tras su espalda y deslizándose sobre esta mientras escuchaba los toques.

—¡Jungkook, ábreme! ¡¿Qué sucede?! —preguntó preocupado—. ¡Habla conmigo! ¡Vamos, abre! 

En ese momento comprobó que no era capaz de hablar, hasta sentía su garganta arder y una presión en su pecho, por lo que cubrió sus labios deseando poder ser capaz de gritar para liberarse del caos de emociones que lo habían envuelto.














(...)









Cuando el sol comenzó a ocultarse, Sehyeon decidió acompañar a Sohyun y a Siwoo al mercado, por lo que invitó a su esposo al sentir ganas de no despegarse de él por más que por momentos discutieran. Eso era algo que antes no sucedía tan frecuentes, menos varias veces por día, porque más que Hyunsoo había cometido ese error, Sehyeon no estaba tan inestable como ahora que no podía sacar de su cabeza lo que se atrevió hacer, cargando también con ella una gran culpa.
No se animaba a hablarle de eso, mucho menos en aquella casa donde estaban todos, sabiendo que confesárselo podría desatar una gran discusión.
Necesitaba esperar a que volvieran a Seúl, a su casa, para que pudieran hablar solos y enfrentar las consecuencias de sus actos. Pero el miedo de que la dejara parecía ser cada segundo más fuerte, provocando una presión en su pecho.

Mientras tanto, Hyunsoo se encontraba dirigiéndose en el baño del piso de abajo. Había notado que su cuñada y Siwoo podrían querer estar solas, aunque Sehyeon lo había mirado rogante como si no quisiera separarse de él, lo cual le hizo sonreír en ese momento porque tampoco quería separarse de ella. Deseaba poder seguirla teniendo entre sus brazos, pero al notar la mirada de ambas de mujeres, decidió negarse a ir con ellas, notando la decepción en la mirada de su esposa. Este tan sólo dejó un beso en sus labios y le dijo que fuera con ellas, recordándole que tan sólo sería poco más de una hora que no estarían juntos, lo que hizo a su mujer reír algo avergonzada, pero acabó asintiendo para subir al coche.

Lo que no se esperó Hyunsoo al rodear la casa para volver a entrar, es que en la ventana de la casa de al lado, estuviese mirándolo un joven.

El hombre escuchó la puerta de la entrada al entrar al baño, pero no le dio importancia alguna al creer que podría tratarse de Yunjae, ya que sabía que él había salido a caminar en la playa junto a Seokjin.
Tan sólo se acercó al lavabo para abrir el grifo y llevar las manos bajo este, pero escuchó unos pasos acercándose más, lo que hizo que levantase la cabeza y mirara por el espejo cómo entraba un joven de cabello oscuro y corto, provocando que arrugara ligeramente la frente por la confusión al no conocerlo para nada.

—Usted es Hyunsoo, ¿no es así?

—Sí, pero ¿tú quién eres? —preguntó alzando una ceja.

—Jungkook. Jeon Jungkook.

Al escucharlo, asintió mientras continuaba lavando sus manos que tenían espuma por el jabón, recordando que su esposa en unas llamadas lo había nombrado.

—¿Y qué haces aquí? ¿Nos conocemos o algo como para que entres con esa confianza? —cuestionó, provocando que Jungkook soltase una risilla por lo bajo, desconcertándolo más—. ¿Qué es lo gracioso?

—¿Qué hace aquí? ¿Por qué decidió buscar ahora a Sehyeon?

—¿Por qué debería responderte eso a ti? ¿Qué puedes saber tú de nuestro matrimonio? —preguntó tomando la toalla para secar sus manos, mientras seguía mirándolo por el espejo cómo este medio bajaba la cabeza a la vez que humedecía sus labios e intentaba reprimir la risa.

—Sé mucho más de lo cree.

—Sehyeon me dijo que no eras como todos los jovencitos de tu edad, que eras agradable, pero sólo estoy viendo como te metes donde no debes —espetó alzando una ceja—. Así que, no busques ser una molestia para mí y vete con tus amigos, ¿sí?

Eso podría haber hecho molestar al pelinegro, era lo que se esperó, pero al contrario sólo provocó la risa cínica de este, haciendo que Hyunsoo comenzara a molestarse más.

—Como dije, usted y yo no nos conocemos para nada, pero su esposa y yo es todo lo contrario —confesó con una sonrisa triunfante, provocando que este medio girara rápidamente a verlo—. Usted quizás estuvo entretenido con otra de sus amantes en vez de luchar por su matrimonio, mientras yo me ocupaba de ella, de consolarla, de darle todo lo que necesitaba. Porque sí, nos conocemos muy bien, al punto de que hasta nuestros cuerpos lo hacen, así que ha llegado muy tarde por ella —escupió sin miedo alguno, notando cómo las facciones de Hyunsoo se endurecían y empuñaba las manos—. Sólo márchese y déjela en paz, porque está claro que no le importa en absoluto y que no le hace nada bien.

Sin más, Jungkook salió del baño para comenzar a dirigirse hacia la salida, dejando a un Hyunsoo que sentía su sangre hervir e intentaba procesar toda la información. Su respiración se había vuelto pesada y sus latidos se aceleraron ante la idea de que podía ser verdad lo que le dijo, que podía ser cierto que Sehyeon se entregó a él, por lo que volteó nuevamente golpeando el lavabo con una de sus manos empuñadas.

Días atrás sentía que estaba perdiendo la cabeza al imaginar que su esposa podría estar interesándose en otro hombre, que ya no regresaría a él, por lo que por más que intentó luchar contra sí mismo y mantener la palabra de darle su tiempo, su espacio para pensar, acabó perdiendo. No podía imaginarse una vida sin ella, no podía imaginarse jamas a acostumbrarse a despertar sin su esposa al lado, sin poder abrazarla y besarla, no podía imaginar vivir con aquel dolor constante en su pecho.

Iba a luchar por ella, por su matrimonio, por su amor, sin importar qué.

Al buscarla, al haberle hecho luego de tanto tiempo el amor había logrado que se quedase tranquilo porque nada de lo que sentían el uno por el otro se esfumó, pero ahora, al saber que podría ser cierto que estuvo con alguien más, estaba despertando algo que jamás imaginó.

Hyunsoo salió del baño hecho una feria, apresurando el paso al escuchar la puerta de la entrada cerrarse. Salió rápidamente para bajar las puertas del pórtico sintiendo cómo la brisca fresca golpeaba su rostro y despeinaba su corto cabello, pero continuó su camino, provocando que Jungkook al escuchar sus pasos, volteara confundido.

No estaba pudiendo contener sus impulsos, por lo que lo tomó de la camiseta haciendo que este levantara la cabeza para enfrentar su mirada, pese a que, en realidad, sentía su corazón golpear con fuerza contra su pecho por el miedo que le generaba.
Jungkook siempre había sido alguien demasiado tranquilo, por lo que jamás tuvo un enfrentamiento, jamás peleó con alguien, así que no tenía idea alguna de cómo defenderse.

—Atrévete a repetir en mi cara lo que me dijiste en el baño —ordenó entre dientes, pero este intentaba no demostrarle el miedo por más que su respiración estuviese volviéndose pesada—. Vamos, pedazo de mierda, hazlo. Ten las pelotas para volver a decir algo así de mi esposa.

—No dije nada que fuera mentira —aseguró de manera casi inaudible—. Yo estuve para ella porque me buscaba por estar mal por su culpa, hasta que comenzamos a dejarnos llevar por nuestros impulsos. Sehyeon me deseaba...

Jungkook no pudo terminar de hablar porque Hyunsoo soltó con una de las manos su camiseta para empuñarla e impactarla en su rostro, provocando que cayera a la arena.

—¡Jungkook! —exclamó asustado una voz masculina.

Ambos podían escuchar los pasos, y Hyunsoo tomó una bocanada de aire mientras cerraba los ojos, empuñando con más fuerza sus manos, preguntándose cómo diablos había permitido dejarse llevar de aquella manera.

—¿Qué carajos sucede? —escuchó la voz de Yunjae, lo que hizo que abriera los ojos y pudiera ver cómo Jungkook llevaba la mano a su ojo derecho.

—¡Jungkook! ¡¿Estás bien, hermano?! —preguntó preocupado, Seokjin, mientras se colocaba en cuclillas acercándose más a él, pero este se apartó y conectó su mirada nuevamente con Hyunsoo.

—Agradezca que respeto a las personas mayores, porque sino no dudaría en devolverle el golpe —masculló todavía cubriéndose el ojo.

—¡¿Qué rayos le pasa?! ¡¿Por qué golpea así a mi amigo?! —cuestionó molesto y levantándose, pero Yunjae lo tomó del hombro para impedir que se acercara a él—. ¡¿Está loco?! ¡Yo puedo devolverle tranquilamente el golpe...!

Hyunsoo lo miró por un momento, todavía con sus facciones endurecidas y su respiración pesada, pero volvió su mirada a Jungkook que gemía de dolor por la punzada que sentía en su ojo.

—Ten por seguro que no volverás a acercarte a mi esposa. No lo permitiré.

Yunjae tanto como Seokjin abrieron los ojos a la par por la sorpresa, mientras que Jungkook endureció sus facciones a la vez que sentía cómo su sangre hervía, pensando que quizás esas eran las consecuencias que debía enfrentar por haberse atrevido a meterse en aquel matrimonio.

Hyunsoo decidió marcharse, dirigiéndose hacia el pórtico para subir los escalones. No quería pensar en lo que se había atrevido a hacer al dejarse llevar por la rabia, por el dolor, los cuales no paraban de aumentar. Pero estaba decidido a una cosa y esa era que se llevaría a su esposa de allí.

¡Hola!

¿Qué les pareció este anteúltimo capítulo? ¿Se esperaban que Jungkook se lo confesara a Hyunsoo así y que saliera golpeado? ¿Qué creen que suceda ahora? ¿Cómo piensan que va a acabar esta historia?

Espero que les haya gustado este nuevo capítulo, si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos en el capítulo final!

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