OO8 | PASIÓN
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Era un nuevo día. Uno donde Sehyeon decidió no salir junto a Sohyun, Yunjae, Jimin y Minhee, ya que temía encontrarse nuevamente con Jungkook que sabía que seguramente se sumaría. Pues, cuando el día anterior llegaron al estacionamiento donde los esperaban la pareja, pudo notar con facilidad cómo Jimin los miraba sospechosamente, lo que hizo que se alterara mientras volvía a acomodarse el cabello y el vestido.
El pelinegro por más que lo intentó, al sentir la intensa e interrogante mirada de su amigo que siquiera lo dejó en paz en todo el camino, a pesar que hablaba con Minhee, acabó asintiendo haciéndole confirmar sus sospechas y que abriera los ojos a la par por la sorpresa, pero que dejase de mirar a Sehyeon, ya que sólo la alteraba más y no era algo que quería Jungkook.
Este no quería para nada que ella volviera a alejarse, por lo que al llegar y verla dirigirse rápidamente hacia la casa donde estaba quedándose, Jungkook no dudó en acercarse a Jimin, haciéndole saber a Minhee que quería hablar con él, por lo que siguió a Sehyeon. Había comenzado a atacarlo con preguntas respecto a lo que hizo con aquella mujer, pero Jungkook solamente le hizo jurar que no le diría a nadie, siquiera a Seokjin, pues ya era suficiente con haberle confirmado la sospecha y no quería decir más nada. No sólo porque sabía que si Sehyeon se enteraba que habló sobre lo sucedido creería que tan sólo lo hizo para sentirse un "ganador" por estar con una mujer mayor y casada, sino porque tampoco lo sentía correcto.
Jimin, a pesar de sentir demasiada curiosidad y querer saber todo con lujos de detalles, así como siempre fueron, incluyendo a Seokjin, decidió aceptar. De cierta manera, hasta le daba ternura poder notar los nervios de Jungkook, algo que nunca le había pasado al estar con una mujer.
Lo conocía demasiado, sabía que siempre luego de estar con alguien hasta bromeaba al respecto, fingiendo arrogancia, pero ahora tan sólo había notado sus mejillas sonrosadas, la desesperación en su mirada por temor de que pudiera decírselo a alguien.
Sehyeon por la noche se alivió de que no tuvieran que cenar con ellos, pero no dejaba de mirar a Minhee, intentando notar si sabía que algo había sucedido entre ella y Jungkook, pero la veía actuar con demasiada normalidad. Eso de cierta la aliviaba y a la vez alteraba al pensar que quizás tan sólo fingía, ya que notó cómo los miró en el estacionamiento.
El miedo se había vuelto parte de ella, por lo que luego de eso no quería volver a ver a Jungkook. El tan sólo imaginar volver a verlo provocaba que sintiese cómo su estómago se revolvía, le hacía recordar cómo le gruñía en el oído, cómo la embestía enterrando los dedos en su trasero, todas las sensaciones que le había provocado y por momentos deseaba repetir.
Necesitaba volver a mantener distancia de él porque estaba volviéndola loca.
Sehyeon caminaba de un lado hacia el otro en su habitación, intentando quitarse de la cabeza a aquel joven que llevaba ignorando hasta los mensajes que le envió por la noche. Siquiera era capaz de darse cuenta cómo tiraba de su cabello, cómo caminaba rápidamente de un lado hacia el otro, porque su cabeza era un caos y parecía querer hacer a un lado a su esposo.
Quería gritar de frustración, pero unos toques en la puerta llamaron por completo su atención, haciéndola fruncir el ceño. Pensaba en que quizás podía tratarse de Siwoo, por lo que decidió acercarse al decidir que podía ser una buena idea hablar con ella, confesarle de una vez lo que se atrevió a hacer porque sino iba a explotar si seguía callándoselo.
Prefería pensar que podía ser la primera vez que le diera un buen consejo, por lo que abrió rápidamente la puerta, pero en ese momento sintió cómo se estremecía al encontrarse con aquellos orbes oscuros de la persona que la tenía ahogándose en la desesperación y temor.
Por un momento tuvo el impulso de cerrar la puerta, pero este se lo impidió al colocar la mano, para luego atreverse a entrar cerrándola tras sus espaldas mientras que Sehyeon daba pasos hacia atrás sin quitarle la mirada de encima.
—¿Acaso va a volverse un círculo vicioso el que cada vez que algo pase entre nosotros, usted me ignore por miedo y yo tenga que casi rogar por seguir recibiendo su atención? —inquirió alzando una ceja mientras se acercaba de manera cautelosa.
—Tú sabes que no debió pasar...
—Y vamos de nuevo con lo mismo de que fue un error.
—Estoy casada, ¡¿Cuántas veces debo recordártelo?! —cuestionó alterada.
—¡Con un hombre que no deja de demostrarle que no le importa en absoluto perderla! —aseguró también alzando la voz, lo que hizo que ella se sobresaltara.
Sehyeon acabó sentándose en la cama bajo la atenta mirada de Jungkook, el cual se sorprendió al verla pasar las manos por el rostro, subiendo hasta su cabello para tirar de este por un momento, lo que le hacía notar que sus palabras le habían afectado. Le costaba mucho comprender porqué todo lo que le decía respecto a él lograba afectarle de gran manera, lo que le hacía pensar que, entonces, tenía toda la razón respecto a sus palabras.
Quizás su esposo no la amaba para nada, y ella lo sabía, pero prefería fingir que no era así porque seguía teniendo sentimientos por él. El sólo pensar en eso, lograba que Jungkook sintiese un gran enfado porque quería más que nada que dejase todo el temor de lado y se entregase por completo a él, pero eso no era posible gracias a Hyunsoo.
Soltó un suspiro intentando volver a mantener la calma, para luego colocarse en cuclillas frente a ella, buscando su mirada.
—Lo siento. No quise hablarle así, es sólo que... no soporto que siempre quiera alejarse de mí —confesó con suavidad, encontrándose nuevamente con su mirada almendrada, pero esta vez sintiendo su corazón estrujarse al notar que estaban cristalinos y la desesperación se reflejaba en ellos.
—No sé qué hacer...
—Escuche, no le estoy pidiendo que elija entre nosotros o algo así —recalcó acunando su rostro.
—Sigue estando muy mal —aseguró con la voz ahogada.
—Deje eso.
—Pero...
—Sehyeon, nada más concéntrese en mí —ordenó desconcertándola—. Estos días que nos quedan, olvídese completamente de todo, y disfrute a mi lado sin miedo alguno.
—¿P-Por qué haces ésto? —frunció el ceño por el desconcierto.
—Porque lo que me hace sentir me desborda —expresó por lo bajo a la vez que acercaba más sus rostros—. Me vuelvo completamente débil cuando se trata de usted, ¿acaso no se ha dado cuenta?
Sehyeon no sabía qué responder, estaba perdida en sus orbes oscuros dónde podía reflejarse un brillo de lujuria, no podía siquiera pensar con claridad. Jungkook, al notarlo, se acercó más rozando sus labios para hacerle saber cuál era su intención, relajándose cuando ella parecía no tener intención alguna de alejarse, por lo que decidió juntar sus labios en un beso suave y lento que fue completamente correspondido por la mujer.
Ella se sentía temblar ante él, deseando poder sacar de su cabeza todo aquello que la hacía dudar, que la hacía replantearse lo que estaba haciendo al seguir cayendo en los encantos de aquel joven.
Jungkook llevó la mano a su cintura para apegarse más a ella mientras deslizaba la lengua sobre la suya, tomándose el tiempo para saborearla, disfrutando de cómo sus dedos le empuñaban el cabello. Quería conseguir mucho más, pero estaba seguro de que no era un buen momento para intentarlo, ya que podía sentirla temblar y dudar de todo lo que hacía, por lo que decidió romper lentamente el beso.
—¿Puedo acostarme a su lado? —preguntó con suavidad, rozando sus narices.
Ella tan sólo asintió mientras Jungkook se separaba unos centímetros para verla, por lo que una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, causando también la de la mujer al verlo tan tierno cuando sus paletas se asomaban.
Al recostarse no muy convencida al sentir los nervios a flor de piel, Jungkook no dudó en imitarla, observándola todavía con una sonrisa al pensar que estaba realmente avanzando con ella, porque por un momento creyó que aquella conversación podría acabar demasiado mal o que podría resultar más difícil convencerla. Todavía no podía creerse que aceptara, por lo que no podía dejar de mirarla y decidió acercarse más, buscando su mirada.
—¿Puedo abrazarla?
Sehyeon se sorprendió ante su pregunta, pero volvió a asentir pudiendo observar cómo su sonrisa se ensanchaba. Jungkook la rodeó con sus brazos, por lo que la mujer -no muy convencida-, apoyó la cabeza en su pecho mientras sentía cómo le acariciaba con suavidad la espalda.
En ese momento tan sólo deseaba poder desaparecer aquellas voces en su cabeza que seguían gritándole que estaba mal. Pues, hasta la inquietud en su pecho aumentaba, por lo que cerró los ojos con fuerza, intentando poder sentir algo de paz, aunque sea, un cuarto de lo que siempre sintió al estar en los brazos de su esposo. Pero eso parecía dificultársele demasiado.
(...)
Sehyeon había podido presenciar cuando Jungkook acabó durmiéndose al haber sentido la paz invadirlo al tener al fin a la mujer de sus fantasías en sus brazos, mientras que ella lo observó por varios minutos, intentando poder relajarse hasta que también se durmió. Tan sólo pudo dormir unos minutos, y al despertar, una presión se instaló en su vientre al ver nuevamente al joven frente a ella. Con los minutos comenzaba a cuestionarse su decisión de haber aceptado disfrutar junto a él los días que quedaban, aunque no tenía idea a dónde quería llegar con eso, si tan sólo quería seguirla follando y sentirse un triunfador porque era mujer varios años mayor y casada, o si había algo más. No lo comprendía para nada, pero aún así, seguía dejándose llevar por sus impulsos.
Observaba su cabello oscuro, cómo caía desordenado por su frente, sus cortas pestañas, sus mejillas regordetas y sus labios delgados y rosados que estaban entreabiertos. Volvía a verlo de una manera tan tierna e inocente que estrujaba su corazón al pensar en lo que hacía, cómo quizás, de cierta manera, buscaba saciar el deseo que llevaba intentando reprimir por meses.
Hacía demasiado tiempo venía cargando con una gran inestabilidad, y ahora no podía comprenderse siquiera un poco.
—Deje de mirarme así —ordenó con voz profunda, provocando que ella se sobresaltara y saliera de su trance.
—¿En qué momento despertaste? —arrugó ligeramente la frente, observando sus ojos hinchados por recién despertar. Este levantó la cabeza, sacudiéndola un poco para acomodar su cabello y luego refregar uno de sus ojos.
—Hace poco al sentir su mirada.
—¿Y cómo te miro?
—Como si siguiera considerando que soy un error —respondió volviendo a apoyar la cabeza en la almohada, notando cómo ella se tensaba.
—Jungkook...
Sehyeon quiso decir algo al respecto, hacerle saber que seguía pensando lo mismo respecto a que estaba mal, pero el sonido del celular de Jungkook llamó la atención de ambos. Este lo sacó del bolsillo delantero de sus pantalones negros, sentándose en la cama mientras una media sonrisa se dibujaba en su rostro al ver de quién se trataba.
—Vaya, hasta que te acuerdas de mí existencia, ¿eso es porque apenas has empezado a extrañarme? —preguntó divertido, y Sehyeon frunció el ceño por la curiosidad que comenzaba a crecer—. Creo que en una semana ya estaré de regreso, así que si no tienes nada más importante que hacer, podríamos vernos —sonrió escuchando lo que le decía la persona—. Ya, ¡está bien! También te extraño, bonita. Nos vemos en unos días.
Jungkook colgó intentando borrar la sonrisa de su rostro mientras que Sehyeon no apartaba la mirada de él, pues podía sentir su estómago resolverse al haber escuchado aquella manera de llamar a la joven con la que habló, ya que la llevaba a recordar con la que lo había escuchado hablar el día anterior.
¿Acaso era capaz de hablarse con aquella fémina teniéndola a ella a un lado cuando le pidió que disfrutara los días que quedaban junto a él? El tan sólo pensarlo le hacía querer dar marcha atrás y acabar con todo.
—¿Era la misma con la que te escuché hablando ayer? —preguntó llamando su atención.
—No. Claro que no —respondió rápidamente.
—¿Con cuántas chicas estás, Jungkook? —indagó frustrada—. Y por favor, no me mientas.
—¿Qué? —frunció el ceño—. Sé que hice mal en mentirle, pero con la que me escuchó hablar es la única con la que follo. No tenemos nada especial, sólo se trata de eso —explicó encogiéndose de hombros—. Ahora estaba hablando con Yewon, mi mejor amiga.
—¿Y le llamas de esa forma? ¿Bonita?
—Sólo... nos gusta ser cariñosos, ¿tiene algo de malo? —preguntó intentando reprimir la risa al notar que la mujer parecía algo molesta.
—Sólo que se me hace algo extraño, pero supongo que es algo de jóvenes —comentó encogiéndose de hombros, intentando restarle importancia y creer en sus palabras.
—¿Soy yo o... está celosa, Sehyeon? —interrogó acercándose más a ella, colocándose encima, lo que hizo que se sorprendiera.
—¿Qué cosas dices, Jungkook? —arrugó el rostro, colocando las manos en su pecho para intentar alejarlo.
—Entonces, ¿por qué tantas preguntas?
—Sólo... me cuesta creerte luego de que me mintieras...
—Y ya dije que lo siento. Ya no le contesté más, y si también le molesta la manera en la que trato a Yewon, puedo cambiarlo —sonrió.
—Ya, Jungkook, es mejor que te vayas porque pueden regresar en cualquier momento.
—No hasta que esto se resuelva.
—No hay nada que resolver...
—Diablos, cuando se pone de esta manera tan sólo me provoca más —murmuró apartando una de las manos que estaban en su pecho, para así acercar más sus rostros—. Me encanta, Sehyeon.
Jungkook estampó sus labios sobre los de ella, besándola de manera exigente, provocando un caos en la mujer que por más que pudiera escuchar las voces de su cabeza gritarle que lo apartara, pasó las manos por su ancha espalda.
Ella sentía cómo el deseo aumentaba, sorprendiéndose cuando los besos húmedos del joven bajaban por su barbilla.
—¿Q-Qué haces? —preguntó jadeando al sentir su lengua recorrerle la piel del cuello.
—Quiero volver a tocarla, quiero volver escucharla —respondió por lo bajo, bajando los besos por su pecho mientras sus manos se dirigían a su vestido, subiéndolo.
—Pero pueden llegar...
—Deje de pensar en lo que puede pasar y encárguese de disfrutar —la interrumpió acariciando con suavidad sus muslos.
Jungkook había bajado los besos a sus muslos, encantado de notar cómo parecía empezar a rogar por sus dedos, pidiéndole que le calmara las ganas que empezaron a nacer por sus besos, por sus caricias y sus palabras. En ese momento se daba cuenta de que parecía tener una obsesión con esa mujer, sintiendo cómo su miembro reaccionaba ante la manera en la que ella quería apretar sus muslos al acariciarle su feminidad sobre las húmedas bragas.
El pelinegro al verla removerse y tratando de reprimir su lloriqueo por la manera en la que estaba torturándola, decidió quitarle las bragas. Sehyeon jadeó aliviada sintiendo cómo recorría su cuerpo con los dedos, subiendo más su vestido para acariciar su cintura, dejando besos húmedos por sus muslos. Ella soltaba gemidos ahogados, empuñando su cabello al no poder soportarlo más, porque si bien estaba encantada de cómo sus dedos le recorrían el cuerpo, necesitaba que la tocara en aquella zona palpitante, que los introdujera de una vez y la saboreara.
—Basta de juegos, Jungkook —ordenó entrecortada, empuñando con más fuerza su cabello—. Lo necesito.
Él sonrió porque le gustaba cuando se comportaba de esa manera, le encantaba por primera vez ser el que obedeciera. Jungkook comenzó a subir sus besos hasta llegar a su húmedo sexo, lo que hizo que Sehyeon llevara la mano libre a la manta al sentir su húmeda y cálida lengua recorrerle los pliegues.
—Oh, ¡sigue así! —gimoteó al sentir su lengua adentrarse a su cavidad interna e introducirla suavemente.
Este se encontró con sus orbes almendrados, pensando que con sólo mirarlo lo derretía, lo enloquecía, sabiendo que podía manipularlo fácilmente a su antojo porque a él le encantaba obedecerle hasta sus deseos más oscuros. Separó más sus piernas pasando la lengua por su clítoris mientras dos de sus dedos se deslizaban con gran facilidad hacia su interior, haciéndola jadear por la sorpresa.
—Sabe que es en vano que intente alejarme porque le fascina esto que nos provocamos —murmuró observando cómo juntaba las cejas y sus mejillas estaban sonrosadas.
Sehyeon arqueó la espalda mientras sus manos se cerraban con más fuerza y gemía, ya que Jungkook aumentó el movimiento de sus dedos, rodeando el clítoris con sus labios, lamiéndolo de manera salvaje. Las piernas le temblaban, su cuerpo estaba llenándose de espasmos mientras sus latidos estaban acelerados, haciéndole saber que estaba demasiado cerca del orgasmo.
Sentía cómo la invadía un orgasmo abrumador, lo que hizo que se retorciera e intentase cerrar las piernas con fuerza mientras Jungkook seguía, hasta que empezó a limpiar sus fluidos, saboreando cada gota de placer que le había provocado.
Al acabar apoyó el peso en sus brazos, para volver a subir, observando cómo su pecho subía y bajaba al intentar recuperar el aliento. Al ver su rostro enrojecido, sus labios húmedos, sonrió.
—¿Le gustó?
Sehyeon tragó con dificultad al saber lo que ahora quería, lo cual la ponía demasiado nerviosa.
—Tienes que irte ahora.
—Sehyeon...
—Por favor...—pidió tomándolo de la camiseta para acercar más sus rostros, haciendo que sus respiraciones pesadas se mezclaran—, no quiero que vayan a encontrarte aquí.
Este suspiró queriendo poder negarse porque necesitaba saciarse él, pero acabó asintiendo.
—Pero ya no volverá a escapar de mí, ¿está bien?
Ella asintió haciéndole sonreír nuevamente, pero luego la tomó con suavidad de la barbilla para juntar sus labios en un beso lento, deseando poder saborearla como tanto quería, hasta que la mujer rompió el beso.
—Ahora vete.
(...)
Sehyeon había decidido darse por vencida con el hecho de seguir esperando que su esposo la buscara, empezando a realmente disfrutar sus días allí y dejándose llevar por lo que aquel joven pelinegro le causaba. Llevaban dos días de que había aceptado, intentando ignorar la voz en su cabeza aquel día nuevo en el que se encontraban todos en la playa disfrutando del día soleado.
Al ver las motos de agua todos se emocionaron, decidiendo dividirse en grupos de a dos para alquilarlas, Jungkook intentando esconder su sonrisa al ver que tan sólo quedaba él con Sehyeon. La invitó a subirse con él, notando cómo ella bajaba la mirada para esconder su sonrisa, fingiendo dudar de lo que quería hasta que acabó asintiendo.
Una vez que se colocaron los chalecos salvavidas, ambos se subieron, Sehyeon aferrándose a la cintura de Jungkook que estaba encantado por esa acción, queriendo poder ignorar cómo su corazón se agitaba. Ambos podían ver a sus amigos a lo lejos, por lo que el pelinegro comenzó a acelerar con suavidad.
Jungkook fue acelerando más a medida que tomaba mejor el control de la moto, encontrándose con sus amigos, lo que hizo que comenzarán a divertirse aún más, escuchando los chillidos de las mujeres cuando tomaban una ola y tenían que levantarse, ellas temiendo caerse.
Aquella tarde estaba siendo de las mejores para todos, Sehyeon aferrada a Jungkook, conversando por momentos, este buscando la manera de hacerla chillar y luego reír, disfrutando en todo momento. Y cuando llegó el momento de devolver las motos de agua, la mujer comenzó a relajarse al caminar por la arena, sin poder evitar desviar la mirada a su lado donde estaba Jungkook que pasaba los dedos por las hebras de su cabello húmedo y corto, echándolo hacia atrás. Miraba su torso musculoso, algunos tatuajes que llevaba en su brazo derecho, sus bermudas negras.
Estaba completamente embelesada con aquel joven.
Este pudo sentir su mirada, por lo que volteó a verla con una sonrisa, escuchando cómo Seokjin gritaba su nombre, pero prefería hablar con la mujer que no podía sacar de su cabeza.
—¿Se divirtió?
—Claro que sí, ¿no fue obvio? —arrugó ligeramente la frente.
—Sólo quería escucharlo —respondió riendo.
—Hacía mucho no me divertía de esta manera —confesó con algo de timidez, provocando que Jungkook abriera los ojos a la par por la sorpresa.
—Pues, me alegra saber que pude lograr que lo hiciera después de tanto —mencionó acercándose más a ella, lo que hizo que la mujer levantara la cabeza para conectar sus miradas, tragando con dificultad al sentir un cosquilleo en su vientre—. Espero poder lograr nuevamente que los días que nos quedan aquí, siga divirtiéndose.
—Jungkook...
—Voy a aprovechar cada momento a su lado para hacerla olvidar de todo lo que le afecta, Sehyeon —aseguró acomodando un mechón de su cabello desordenado por la brisa, detrás de su oreja, sintiendo cómo ella se estremecía.
—¡Sehyeon!
Al escuchar ese grito femenino, ambos se sobresaltaron y voltearon encontrándose con Sohyun, la cual se acercaba con el semblante serio.
—Iré con los demás —informó nervioso, volteando para comenzar a caminar.
Al pasar por el lado de Sohyun, este bajó la cabeza al notar que parecía haberse dado cuenta de la situación y no agradarle para nada, lo que hacía que se detestara por no poder controlarse cuando tenía a Sehyeon cerca, aunque parecía ser que ahora ella tampoco podía porque no había puesto la distancia de siempre.
—¿Qué sucede? —preguntó intentando ocultar sus nervios.
—Esta vez tú te vienes conmigo y con Yunjae.
La pelinegra se sorprendió por su manera de hablarle, ya que ahora ella parecía la menor de las dos, pero aún así no se atrevió a decir nada, tan sólo asintió para seguirla.
Sehyeon ayudó a juntar sus pertenencias, sintiendo por momentos la intensa mirada de Jungkook, pero debía ignorarlo porque sabía perfectamente que su hermana pudo notar algo entre ellos, lo que provocaba que comenzara a arrepentirse de estar ignorando aquella voz de su cabeza.
Una vez que se subieron al coche, Yunjae iba conduciendo en completo silencio, sintiendo cómo se le dificultaba respirar por la gran tensión que se había formado por las dos mujeres que iban con él, Sohyun en el asiento del acompañante y Sehyeon en el trasero.
—Ya, habla de una vez —ordenó frustrada, Sehyeon.
—¡Todos, absolutamente todos, somos conscientes de que está sucediendo algo entre tú y Jungkook, y esta vez no puedes negarlo! —apuntó volteando a verla mientras su prometido la miró asombrado por un momento, ya que no se había esperado para nada que reaccionara tan alterada.
—¿Qué carajos...?
—¡¿Cómo crees que reaccionaría tu esposo si viera cómo dejas que se te acerque Jungkook, cómo te mira, cómo busca cualquier excusa para ponerte las manos encima?! —preguntó arrugando ligeramente la frente—. Discúlpame por cómo estoy hablándote, pero no sé qué diablos está pasando contigo. No es agradable presenciar cómo le faltas el respeto a Hyunsoo, aún con los años que llevan juntos y sabiendo que él te ama más que nada.
Sin más, Sohyun volteó fijando su mirada en el camino, mientras la visión de Sehyeon era nublada a causa de las lágrimas porque sabía que su hermana tenía toda la razón.
Ni ella misma era capaz de reconocerse.
(...)
Sehyeon estaba en el baño del piso de arriba, intentando contener las lágrimas luego de salir de bañarse. Se miraba en el espejo cómo su cabello estaba húmedo y ondulado, su piel resaltaba por lo pálida y sus mejillas al igual que la punta de su nariz sonrosadas por el llanto, su labio inferior temblaba, hasta una presión se había instalado en su pecho.
En ese momento se detestaba más que nunca por haber decidido dejarse llevar, porque ahora al haber sido descubierta por su hermana reaccionaba realmente al gran error que estaba cometiendo.
Volvió a enjuagar su rostro ya de por sí empapado por la lágrimas, para luego sacárselo, tomando bocanada de aire para intentar calmar el llanto, decidiendo descansar por más temprano que fuese y que no haya querido cenar al no ser capaz de enfrentar a su hermana y a Yunjae.
Ya no estaba pudiendo con ella misma, ni con el hecho de que le faltaba días para volver a Seúl.
¿Cómo podría ser capaz de enfrentar a su esposo luego de haberse atrevido a estar con Jungkook?
Sehyeon salió del baño tomando una bocanada de aire temblorosa, volteando para caminar hacia su habitación, pero el sonido de unos pasos y una maleta, hizo que voltease confundida.
En ese instante sintió cómo su sangre parecía abandonar su cuerpo, cómo se paralizaba por completo al ver que se acercaba rápidamente un hombre de cabello oscuro y echado hacia atrás, camisa café con las mangas dobladas hasta sus antebrazos, pantalones negros y zapatos del mismo color.
—¿Hyunsoo? —su voz salió débil.
Su corazón comenzó a agitarse como loco, por lo que apresuró su paso para acercarse a su esposo, abalanzándose. Fue recibida rápidamente por él que la envolvió con sus brazos, enterrando la nariz en su cabello, aspirando su aroma mientras cerraba los ojos.
Sehyeon, sin poder evitarlo, rompió en un llanto desconsolado que llegó a desconcertarlo, por lo que hizo que se separase unos centímetros, acunando el rostro de su esposa entre sus manos.
—¿Realmente creíste que era capaz de perderte? —preguntó arrugando ligeramente la frente mientras limpiaba sus lágrimas con los pulgares, notando la desesperación, pero a la misma vez el alivio en su mirada—. Eres la mujer de mi vida, Sehyeon —expresó con voz profunda antes de juntar sorpresivamente sus labios, siendo correspondido por ella que pasó los brazos por sus hombros, sintiendo su corazón y cuerpo arder por aquel hombre que la besaba con pasión.
¡Hola!
¿Se esperaban que Hyunsoo decidiera buscarla? ¿Qué creen que pase ahora que él está presente? ¿Qué puede llegar a hacer Sehyeon con Jungkook? ¿Puede llegar a ser capaz de confesárselo a su esposo?
Capítulo dedicado a mv1904408, gracias por el apoyo y espero que te haya gustado el capítulo, cielito ♡
¡Nos leemos en el anteúltimo capítulo!
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