OO5 | IMPULSOS
𝖂𝖔𝖒𝖆𝖓
Jungkook se había levantado más que animado luego de la madrugada que tuvo, ignorando completamente la resaca con la que cargaba. Al ver a Jimin y a Seokjin comiendo mientras conversaban animadamente, se sirvió la comida con una sonrisa en su rostro, llamando la atención de sus amigos que no quisieron despertarlo porque sabían que al contrario de ellos había bebido de más. Pues, el mayor tuvo que ayudarlo a subir las escaleras al volver porque temían que pudiese caerse, lo cual hizo reír a Jungkook.
Una vez que se sentó junto a ellos, lo miraron con curiosidad por su tan buen humor, ya que sabían perfectamente que cuando Jeon Jungkook bebía, entonces, al otro día lo tenían que soportar quejándose por haber bebido de más, prometiendo que jamás volvería a hacerlo. Pero, por primera vez, este actuaba completamente distinto, despertando una gran curiosidad en ambos.
Mientras lo veían comer perdido en sus pensamientos y por momentos sonriendo, se miraron obligándose a ser el primero en preguntar, pues temían arruinar el buen humor del más joven.
Estuvieron así por un momento hasta que el rubio, completamente frustrado por la negación de Seokjin, se atrevió a preguntar a qué se debía tan buen humor, pero Jungkook decidió mentir. Claro que no iba a decir lo que sucedió por llamada con Sehyeon, menos a sus amigos que sabía perfectamente que no le creerían y harían notar que lo sabían. Tan sólo dijo que se despertó de esa manera y quería disfrutar del día, lo que pudo notar que ellos no parecieron creerse demasiado.
Al darse cuenta de que no lograrían sacarle nada, se frustraron decidiendo darse por vencidos mientras Jungkook seguía comiendo sin poder ocultar su felicidad, por más que quizás debía pensar en que ella acabó la llamada sin contestarle nada en absoluto. Pero este prefería quedarse con lo que sucedió antes.
Por la tarde, Jungkook salió junto a Seokjin, ya que habían quedado en que ellos saldrían a comprar porque Jimin se había ido con Minhee, y sabían perfectamente lo embobado que parecía andar con ella. No querían molestarlo, a ambos les gustaba verlo tan enamorado por más que lo molestaran porque Jimin siempre había sido el más mujeriego de los tres, y además, siempre eran de molestarse entre ellos.
Una vez que estaba en el pórtico, vio a Seokjin rodear la casa para dirigirse al coche, pero el giró la cabeza viendo cómo a varios metros se encontraba Sehyeon y Siwoo. Ambas llevando bikinis y shorts, jugando al tenis, divirtiéndose.
Jungkook no pudo evitar tragar con dificultad mirándola de pies a cabeza, admirándola, hasta que la escuchó chillar cuando aquel golden retriever volvió a aparecer corriendo hacia ellas. Este ladraba rodeándolas porque quería la pelota, así que Sehyeon gritó asustada, lanzándola para que este corriera para buscarla y la dejara en paz.
La pelota cayó a pocos metros del pelinegro, por lo que el perro corrió a buscarla y Jungkook aprovechó para acercarse a este para acariciarlo con la intención de buscar a Ethan, ya que sabía que se le debió haber escapado.
—Vamos, Thor —habló reincorporándose, viéndolo con la pelota en la boca, lo que le hizo reír.
—¡Thor!
Aquel grito masculino a lo lejos llamó por completo su atención, por lo que giró a ver cómo el joven rubio se acercaba corriendo, llamando la atención de su perro.
—¡Suelta esa pelota que no es tuya! —reprochó inclinándose hacia adelante para así quitársela de la boca con algo de dificultad, ya que parecía que el golden no quería soltarla—. ¡Suéltala, Thor!
Jungkook volvió a reír al ver aquello, y cómo cuando Ethan se reincorporó el perro parecía quererla, esperar que se la lanzara.
—Diablos, lo lamento —hizo una mueca, entregándole la pelota algo húmeda a Jungkook—. Ya no sé qué hacer con él.
—Está bien. No tienes que preocuparte.
—Gracias. Nos vemos, amigo —palmeó su hombro, para luego ponerle la correa al perro y comenzar a caminar—. Vamos, Thor.
Jungkook observó la pelota en su mano, para luego levantar la mirada encontrándose con la de ambas mujeres, por lo que tragando con dificultad decidió acercarse.
Sehyeon, al verlo, desvió la mirada queriendo poder ser capaz de desaparecer, y Jungkook pudo darse cuenta de eso. Pero la verdad era que él también se encontraba demasiado nervioso, más al poder admirarla de cerca, la forma en que su piel se veía tan suave, como podía ver tan bien el tamaño de sus grandes y redondos senos bajo aquel bikini rojo, su cintura, y cómo sus muslos gruesos resaltaban con el short negro que llevaba. Sentía tantas ganas de poder acariciar su piel que se veía tan suave, poder llevar las manos a sus senos y jugar con estos, poder llenar de besos su cuerpo.
Todo eso lo llevaba a recordar la noche anterior, cómo estaba alcoholizado y también demasiado excitado sin saber qué hacer, por lo que al no poder pensar con claridad, decidió escribirle. Pero al darse cuenta de que no lo ayudaba para nada, que tan sólo lo arruinaría todo, decidió escribirle a Hanna.
Necesitaba descargarse de alguna manera, pero fue sorprendido por otro mensaje de Sehyeon, lo que le hizo sonreír. Jamás se esperó que en la llamada que decidió hacerle iba a poder escuchar su respiración pesada, sus quejidos, sus gemidos, poder verla un poco desde la ventana mientras él la imaginaba bombeando su miembro, la manera en que se corrió tan intenso como nunca antes. Pero el haberse manchado ni siquiera le importó, porque aún no era capaz de reaccionar a lo que había pasado entre ellos.
—Ya, ¡entrega la pelota de una vez! —exclamó Siwoo, sacándolos de su trance.
—A-Aquí tiene —titubeó a causa de los nervios, entregándole la pelota, lo que provocó que Sehyeon hiciera una mueca de disgusto al sentirla húmeda—. Lo siento, Thor la tomó —su voz salió casi inaudible, y le medio sonrió aunque le salió más una mueca torcida.
—¡Jungkook, vamonos de una vez!
Al escuchar esa voz masculina, no pudo evitar sobresaltarse, girando a ver a Seokjin que se encontraba a varios metros, y pareció sorprenderse al ver a Siwoo, la cual sonrió acomodando su cabello ondulado.
Jungkook volvió su mirada a la pelinegra que desvió la mirada sin ser capaz de hablarle, por lo que este suspiró al darse cuenta de que en ese momento no lograría nada con ella.
—Que tengan buena tarde —murmuró antes de comenzar a caminar.
Se sentía completamente decepcionado por la manera en la que Sehyeon estaba actuando con él, aunque debió esperárselo por cómo acabó la llamada, pero es que decidió dejarse llevar por la ilusión. Quizás era demasiado tonto.
Al ver a su amigo aún boquiabierto sin dejar de ver a la pelirroja, llevó la mano al pecho de él, obligándolo a voltear para empezar a caminar.
—¿E-Esa es...?
—Ya, no vas a follártela ahora. Vamonos de una vez —ordenó intentando mostrarse normal.
(...)
Jungkook había salido de bañarse, todavía sorprendido de cómo aquel día soleado cambió por completo al nublarse y comenzar a lloviznar, por lo que decidieron quedarse en la casa. Jimin y Seokjin peleaban armando un rompecabezas, ya que el mayor quería encajar las piezas que no iban y el rubio al no tener nada de paciencia terminaba molestándose.
El más joven los observaba también sentado en el suelo, haciendo algunos comentarios por momentos y riéndose de ellos, porque estaba divirtiéndose con tan sólo verlos y escucharlos reprocharse, más cuando se golpeaban aunque lo hacían de manera leve.
—Oh, por Dios, cuéntale lo buena que está Siwoo, Jungkook —habló buscando alguna pieza que encajara.
—Cállate. Yo no la veo así —recalcó haciendo una mueca de disgusto—. Si quieres puedo hablar sobre el parecido que le noto a una víbora.
—Jungkook es ciego, pero no sabes, Jimin —levantó la cabeza mordiendo su labio inferior al recordarla—. ¡Tiene unos senos así de grandes! —exclamó enseñándole el tamaño con las manos—. Juro que cuando tenga la oportunidad, lo primero que haré será enterrar mi rostro ahí, y...
—¡Qué asco! ¡Haznos un favor y cállate! —ordenó arrugando el rostro, Jungkook, mientras que Jimin soltaba una risotada—. ¡¿Ahora cómo saco esa imagen de mi cabeza?!
—Sí, cállate, Seokjin. Recuerda que hay niños presentes —bromeó apuntando a Jungkook, el cual lo miró con el semblante serio haciéndole saber que no le agradó su comentario.
—Sí, niños que se bañan de madrugada —miró cínico a su amigo, el cual se tensó—. ¿Por qué te bañaste a esa hora, Jungkookie? ¿Qué estabas haciendo? Cuéntanos.
—Y-Yo... ¿Por qué tengo que...? —al notar cómo sus amigos se reían y aumentaban más sus nervios, suspiró—. ¿A ustedes qué les importa? Me bañé sólo porque... porque tenía calor, ¿bien?
—¿Ese calor se llama mano? —bromeó Jimin, provocando que Seokjin soltase una carcajada.
—¡Ya basta! —gritó avergonzado, inclinándose hacia adelante para desarmar el rompecabezas.
—¡¿Qué haces, demonio?! —preguntó indignado, empujándolo.
—Pónganse a armarlo de nuevo y déjenme en paz.
Jungkook se sentía demasiado avergonzado al saber que Seokjin lo había escuchado bañarse, y rápidamente darse cuenta de lo que pasó para tuviera que hacerlo a esa hora. Aunque había demasiada confianza entre ellos, no podía evitar sentirse de esa manera, por lo que necesitaba que cambiaran el tema de conversación y se olvidaran completamente de eso.
Este se levantó rápidamente, aún escuchándolos reprocharle porque iban a tener que volver a armar el rompecabezas desde un comienzo, siendo que ya iban por la mitad luego de tanto pelearse entre ellos. Jungkook, suspirando, se dirigió hacia la puerta ya que necesitaba tomar algo de aire porque seguía sintiéndose arder por la vergüenza, pero en cuanto abrió la puerta, para su sorpresa frente a él se encontraba Sehyeon. Ella abrió los ojos a la par al verlo, pues justo estaba por tocar la puerta y él le había ganado abriéndola un segundo antes.
—S-Sehyeon, ¿qué hace aquí? —preguntó sorprendido mientras ella bajaba la mano juntándola con la otra, intentando calmar los nervios.
—Necesito hablar contigo.
—Claro, pase —se hizo a un lado, pero al ver cómo ella negaba repetidamente con la cabeza, frunció el ceño—. ¿Por qué...?
—¿Podemos hablar aquí afuera? No quiero que alguno de tus amigos... Ya sabes, nos escuche.
—Oh, está bien. Entiendo.
Este salió rápidamente cerrando la puerta tras su espalda, para luego acercarse al banco de madera y tomar asiento, esperándola. Sehyeon lo observó algo insegura de qué hacer, pero acabó sentándose a su lado, detestando que fuese pequeño porque lo menos que quería era estar cerca de él, ya que los recuerdos de la llamada estaban invadiéndola, provocando que apareciera otra vez un cosquilleo en su vientre.
—¿Y bien? ¿Qué quiere hablar conmigo, Sehyeon? —inquirió girando la cabeza para verla.
Sehyeon observó cómo su cabello corto y oscuro caía por su frente, sus orbes redondos, oscuros y con un brillo especial donde se reflejaba la curiosidad, sus rasgos algo delicados que le provocaban una punzada en el estómago porque era demasiado fácil notar su juventud. En ese momento lo sentía hasta inocente, ingenuo, llenándola de culpa por aquella llamada donde decidió dejarse llevar por la intensa lujuria que le provocó aquel pelinegro.
—Creo que... puedes hacerte una idea de lo que quiero hablarte —mencionó casi por lo bajo, desviando la mirada.
—¿Por cómo anoche nos...?
—Sí —lo interrumpió rápidamente, sintiéndose arder mientras Jungkook tan sólo asintió.
—La escucho.
—Lo que sucedió fue... fue un error, Jungkook —aseguró provocando que este sintiese una presión en su pecho que intentaba ignorar mientras endurecía sus facciones.
—Entiendo.
—¿En verdad? —preguntó sorprendida, y él asintió con la cabeza—. ¿Le dirás a alguien...?
—No lo he hecho y no lo haré.
—Está bien. Gracias.
Sehyeon suspiró tranquila, levantándose para poder marcharse a la casa de al lado, pero Jungkook la tomó de la muñeca impidiéndolo. Se levantó quedando cerca de ella, la cual tuvo que levantar la cabeza para verlo, ya que este la pasaba por varios centímetros.
Al encontrarse con su intensa mirada, tragó con dificultad intentando esconder sus nervios.
—¿Qué sucede?
—¿Eso significa que va a alejarse de mí? —inquirió casi por lo bajo, dejándose notar algo afectado.
—¿Qué?
—Bebí de más y fui un estúpido al haber actuado así. Lo siento —murmuró bajando la mano por su muñeca hasta llegar a su mano, mientras ella lo miraba confundida y con la intención de apartarla, pero este le dio un pequeño apretón—. No volverá a pasar, así que, por favor, no me aleje. Me gusta hablar con usted, que me cuente sus cosas y ayudarla en lo que pueda, Sehyeon.
—¿E-En verdad?
—No tengo motivos para mentirle.
—Está bien. Entonces haremos como que nada pasó.
—Sí. ¿P-Puedo abrazarla? —preguntó tímido mientras ella lo miraba sorprendida.
Acabó asintiendo no muy convencida, pero al sentir cómo las grandes manos de Jungkook pasaban por su cintura, apegándola a él para abrazarla, decidió corresponderle sintiéndose estremecer y embriagarse por el aroma a su colonia que la invadió, haciéndole desear poder enterrar el rostro en el cuello de este. Jungkook la estrechó con algo de fuerza con sus latidos se acelerándose, rogando que ella no pudiera darse cuenta. Le gustaba poder tenerla entre sus brazos, a pesar de que esa fuese la única manera por el momento, por lo que no quería soltarla aunque se sintiese dolido por lo que acababa de decirle. Pero de todas maneras, no pensaba en darse por vencido porque estaba seguro de que ella correspondía a su deseo.
(...)
Por la medianoche, Sehyeon fue a la habitación de su amiga ya que necesitaba que le hablara, que le aconsejara aunque sentía que era la peor a la hora de hacerlo, pero es que el pánico la estaba invadiendo cada segundo un poco más. Sucedía que no dejaba de pensar en lo que había hecho con Jungkook, sabiendo que debía ser sincera como lo fue su esposo, y confesárselo, lo que le daba pavor el pensar que luego de eso, quizás nunca más volvería a sentir todo su amor.
Al entrar a la habitación y no verla, arrugó la frente por el desconcierto, por lo que la buscó en el primer piso, desesperándose al no encontrarla en ningún lado de la casa, así que la llamó, sorprendiéndose al saber que había salido junto a Seokjin.
La mujer tomó una botella de licor, soltando un suspiro mientras se dirigía al pórtico, sentándose en uno de los escalones. Sacó del bolsillo de su bata los cigarrillos para así encender uno, dándole una gran calada y deseando poder relajarse un poco, pero hasta se sentía temblar de lo histérica que se encontraba en ese momento porque su cabeza no la dejaba en paz.
Al darle un sorbo al licor mientras observaba a sus lados, pensaba en cuánto necesitaba a alguien que la ayudase a calmarse, porque era capaz de llamar a su esposo en ese preciso momento. Tan sólo quería que se atreviera a buscarla, poder volver a su lado, ser los de antes aunque eso ahora ya le resultaba difícil luego de lo que había sido capaz de hacer. Y a pesar de que sabía que estaba mal seguir cerca de Jungkook, comenzaba a pensar que quizás en en ese momento necesitaba hablar con él.
Pues, desde que Jungkook la había consolado esa noche, comenzaron a hablar más de su matrimonio, de cómo se sentía ella con la situación, y eso la estaba ayudando a desahogarse. El pelinegro se estaba volviendo alguien con quien a ella le gustaba poder hablar, sin temor alguno a ser juzgada, pese a que sabía perfectamente que él no podría entenderla porque era demasiado joven y no sabía cómo podían llegar a ser los matrimonios.
Pero se sentía bien cuando lo tenía a su lado y notaba cuánta atención le prestaba, cómo trataba de buscar las palabras exactas para ayudarla aunque sea un poco.
Algo insegura, tomó su celular del otro bolsillo de su chaqueta decidiendo llamarlo mientras le daba otra calada a su cigarrillo. Sólo esperaba que no estuviese durmiendo, aunque lo dudaba demasiado porque era apenas de medianoche, y por lo que habían hablado anteriormente, Jungkook solía dormirse más tarde al estar de vacaciones.
—¿Sehyeon? —al escuchar su voz algo profunda, sintió un cosquilleo recorrer su vientre aunque intentó ignorarlo.
—¿Qué...? ¿Qué estás haciendo? ¿Te desperté? —preguntó haciendo una mueca.
—La verdad es que estaba durmiéndome
—respondió soltando una risilla.
—Oh, lo siento mucho. Creí que estabas despierto. Vuelve a des...
—¡No! —exclamó rápidamente—. ¿Sucedió algo? ¿Está bien?
—Siendo sincera... no. No estoy bien —soltó una risa amarga.
—¿Quiere hablar sobre eso?
—Estoy sentada en el pórtico con una botella de licor y un cigarrillo por si quieres venir —medio sonrió—. ¿Qué dices?
Sehyeon esperó una respuesta de su parte, pero al no recibirla, bajó el celular dándose cuenta de que este había colgado la llamada. Abrió los ojos a la par por la sorpresa, preguntándose si acaso había hecho mal o lo había agotado, pero fue cuestión de unos dos minutos cuando escuchó la puerta de la casa de al lado.
Rápidamente dirigió su mirada allí, observando cómo un Jungkook que llevaba un suéter y bermudas negras, bajaba las escaleras echando su cabello hacia atrás. Podía notar que parecía algo cansado y sus ojos se encontraban algo hinchados, lo que le daba un aspecto más tierno para ella que no pudo evitar sonreír y sentirse algo culpable por haberlo despertado.
—Te hubieras quedado descansando —mencionó cuando este estuvo frente a ella, refregando uno de sus ojos.
—Prefiero beber con usted y escucharla —confesó con una media sonrisa tímida—. ¿Puedo sentarme a su lado?
—No tienes que preguntar.
Sehyeon tomó la botella, por lo que este se sentó a su lado observando cómo llevaba el cigarrillo a sus esponjosos labios para darle una calada, mientras miraba a la nada aún con la botella en sus manos. Llevaba su cabello liso cayendo por sus hombros y una bata blanca que dejaba notar un poco el camisón rosado que llevaba debajo.
Jungkook la veía realmente hermosa frente a él, deseando poder besarla de una vez aunque pudiese sentir el sabor a licor mezclado con cigarrillo. Y es que se trataba de la mujer que lo llenaba de deseo, que despertaba su más intensa lujuria volviéndolo completamente loco, sin importarle, por primera vez, nada en absoluto.
—¿Quiere contarme ahora? —preguntó tomando la botella de licor que le pasaba Sehyeon.
—Creo que ya es fácil de saber.
—Su esposo.
—Por más que trato de no darle tantas vueltas al asunto, Hyunsoo...
—¿Así se llama? ¿Hyunsoo? —frunció el ceño y ella asintió.
Jungkook comenzaba a sentir cada vez más curiosidad por el esposo de esa mujer, y ahora que sabía su nombre, quería poder ponerle un rostro.
—Sé que se supone que debo volver con una respuesta, sabiendo lo que quiero realmente para nuestro matrimonio, pero me siento cada día más confundida—confesó frustrada mientras él le daba un largo sorbo al licor—. ¿Y sabes qué? Aún así me encantaría que él me buscara, a pesar de saber que eso sólo lo empeoraría todo.
—Pues, yo creo que debería comenzar a disfrutar más sin él —opinó llevándose una mirada de confusión—. No creo que sea muy sano la manera en la que lleva sintiéndose estos días sin él.
—Jungkook...
—Tampoco creo que se merezca otra oportunidad.
—Él sólo cometió un error —replicó tomando la botella, y él negó con la cabeza presionando los labios.
—Ser infiel no es un error, es una elección, ya sea porque se le hizo más atractiva la otra persona, por su personalidad, sólo por sexo, no lo sé. Pero de lo que estoy seguro es que, si amas verdaderamente a alguien, jamás vas a pensar en perjudicar, en lastimar, en engañar a esa persona —explicó mientras ella lo escuchaba con atención, sintiendo una presión en su pecho—. Por eso creo que... usted no debería condenarse a vivir con inseguridades y desconfianza junto a su esposo. Piense realmente qué es lo que quiere sin sentir miedo por comenzar de nuevo, porque en verdad el tiempo lo cura todo.
—Vaya, no deberías ser tú quién me dé estos consejos, sino yo a ti —soltó una ligera risa amarga, sintiendo un nudo en su garganta.
—Bueno, yo no tengo novia, así que no puede aconsejarme sobre cómo resolver problemas de parejas —recalcó soltando una risotada, tomando la botella.
—Ojalá fuese todo tan fácil así como dices, pero el matrimonio es distinto. Juré estar a su lado...
—Y él juró serle leal. En los matrimonios se jura eso, ¿verdad?
—¿Siempre tienes que tener una respuesta para todo? —preguntó molesta mientras él sonreía inocentemente.
—Piénselo, Sehyeon.
—Mejor hablemos de otra cosa —murmuró frustrada, a lo que él luego de darle un sorbo al licor, soltó una risilla asintiendo con la cabeza.
Así los minutos comenzaron a pasar mientras seguían bebiendo, y Sehyeon acabó fumándose otro cigarrillo bajo la atenta mirada de Jungkook, el cual buscaba hacerla distraer y también reír porque era algo que comenzaba a gustarle. La mujer estaba realmente disfrutando de la compañía del pelinegro, pensando que nunca antes se hubiera imaginado que podría conectar tan bien con alguien tan joven.
—¡Por eso siquiera se detuvo a saludarme! —apuntó indignado mientras ella reía cubriéndose los labios.
—¡Lo siento! Creí que eran tan desagradables como la mayoría de jóvenes.
—¿Mi cara acaso le dice eso?
—Un poco —respondió aún riendo, provocando que él se indigne más.
—¿Y ahora que piensa de mí? —indagó antes de darle el último sorbo al licor, para luego dejar la botella a su lado mientras ella le daba una última calada a su cigarrillo a la vez que pensaba.
—Que eres alguien muy agradable, amable y hasta tierno —asintió con una sonrisa y volviendo a conectar sus miradas, notando cómo él arrugaba el rostro.
—¿Por qué sigue diciendo que soy tierno? Nadie me lo dice, usted es la única.
—Lo eres. A veces tartamudeas y hasta te pones todo rojo por la timidez cuando hablamos —explicó mientras él sentía ganas de desaparecer al pensar en lo que tan sólo ella le provocaba, porque jamás le había pasado con alguien más, quizás porque Sehyeon era la primera mujer que le llevaba tantos años por la que estaba sintiéndose atraído—. Oh, y cuando sonríes también. Me gusta tu sonrisa y la manera en la que tus ojos se vuelven pequeños con esas arruguitas...
—Ya, ¡es suficiente! —exclamó sintiendo su rostro arder—. ¡Deténgase, por favor!
—¡¿Lo ves?! Justo ahora estás rojo y te ves muy lindo.
—¿Le parezco lindo? —preguntó con una sonrisa.
—Sabes que no me refería justamente a la manera en la que crees.
—Bien, pero puede responder.
—Sí tuviera diecinueve años menos, probablemente estaría en la larga fila que debes tener de chicas que mueren por ti —confesó con una sonrisa
—¿Por qué diecinueve? Podría ser quince tal vez —se encogió de hombros —. No nos llevaríamos muchos años.
—Siempre me han gustado mayores que yo, Jungkook.
—Pues, yo podría ser la excepción —replicó con una sonrisa ladina, inclinándose hacia adelante conectando sus miradas, pero ella soltó una risotada.
—Lo dudo demasiado.
—Yo no lo dudaría tanto si fuera usted. Estoy seguro de que puedo serlo.
—Ya debe haberte hecho efecto el alcohol.
—No voy a negarlo, pero sé perfectamente lo que digo y lo que hago, Sehyeon —aclaró con una sonrisa.
—Bien, ya es hora de descansar —se levantó rápidamente—. Gracias por haberme acompañado en hablar y beber, Jungkook.
Este levantó la cabeza, detestándose por haber provocado que la tensión apareciera, porque podía notar cómo ella estaba construyendo un muro que los dividía, que le hacía saber que no permitiría que cruzara los límites otra vez. Aunque le gustaría más que nada derribarlos, decidió levantarse con la intención de marcharse, pero acabó mareándose, por lo que tuvo que sostenerse de la madera llamando la atención de la mujer.
—Bien, creo que sí me ha hecho más efecto de lo que creí —mencionó riendo.
—Tu sistema no soporta mucho el alcohol, ¿verdad?
—Por eso cuando hemos salido sólo he bebido cerveza —confesó provocando la risa de ella—. Intentaré no caerme de la escaleras como casi me sucedió ayer, si no fuera porque Seokjin me ayudó a subir.
—Oh, no. Si llega a sucederte, me culparán por haberte hecho beber. Te ayudaré —dijo decidida para tomar su brazo y pasarlo por los hombros de ella—. Vamos.
—No es necesario...
—Vamos, y no te apoyes tanto en mí.
A medida que caminaban hacia la otra casa, este trataba de obedecerle, ya que a pesar de ser más joven, la pasaba altura y también era pesado para ella porque le gustaba ejercitarse demasiado, por lo que tenía un cuerpo fornido.
Este al estar apegado a la mujer mientras subían las escaleras, conteniendo la risa, podía sentir cómo el dulce aroma a su colonia se colaba por sus fosas nasales, sentía su mano en la espalda y unas intensas ganas de aprisionarla contra la pared, pero intentaba no seguir sus impulsos que parecían estar intensificándose por el alcohol.
—Es esa —señaló la última puerta blanca de madera.
—Bien, ¡llegamos! —murmuró entrando a la habitación.
Sehyeon observó cómo su habitación era prácticamente igual a la suya, lo cual debía esperarse, ya que las casas por fuera eran idénticas.
Ella quiso caminar hacia la cama, pero para su sorpresa, Jungkook se dejó caer en el sofá tirando de su cintura, lo cual la hizo chillar, pero tuvo la fuerza suficiente para no caer junto a él.
—¡¿Qué haces?! ¿No vas a recostarte?
—Estoy cansado, pero no es lo que quiero —respondió pasando las manos por su rostro, hasta llegar a su cabello—. Hay algo que no puedo sacarme de la cabeza.
—¿Qué es? —indagó curiosa.
Jungkook bajó las manos, conectando sus miradas, permitiéndole notar cómo la suya parecía haberse oscurecido y sus facciones endurecido. Sehyeon tragó con dificultad, sintiendo la tensión volver a aparecer, pero esta vez no siendo la misma que lograba incomodarlos sino una que provocaba que la temperatura pareciera aumentar.
Este la tomó desprevenidamente de la cintura, haciéndola chillar cuando de espaldas la hizo caer sobre su regazo, apegándola a él.
—¡¿Q-Qué haces?! ¡¿Qué intentas?! ¡Suéltame!
—Shh... van a escucharnos si grita.
—Entonces, ¡suéltame! —ordenó llevando las manos a sus brazos que la tomaban con fuerza—. Estás ebrio. No hagas una tontería, Jungkook.
—No puedo sacar de mi cabeza todo lo que quiero hacerle, Sehyeon —confesó acercando los labios a su oreja, provocando que ella sintiese estremecerse—. Por más que lo he intentado desaparecer, mi deseo por usted crece intensamente —murmuró rozando la nariz contra su cuello, aspirando su dulce aroma. Sehyeon cerró los ojos sintiendo cómo su respiración se volvía pesada e inconscientemente inclinaba su cabeza hacia un lado para darle más accesibilidad a Jungkook, el cual ahora rozaba sus húmedos labios—. Ya no puedo seguir reprimiendo ésto.
—Está mal. No puedo hacer lo mismo que él —dijo en un murmuro casi inaudible.
—Él dijo que es una mujer libre, así que no va a fallarle como él lo hizo con usted —refutó subiendo las manos al nudo de su bata para así soltarlo y abrirla para poder deshacerse de esta, sorprendiéndose de que ella no lo impidiera.
—Sigue estando mal.
—Sé que me desea tanto como yo a usted —Jungkook comenzó a dejar besos húmedos por su hombro mientras llevaba las manos a los gruesos muslos de ella, subiendo su camisón—. Ya no piense en nada más. Dejémonos llevar por nuestros impulsos, Sehyeon.
Jungkook acariciaba sus muslos dándoles algunos apretones y subiendo lentamente, notando cómo ella estaba dejándose llevar, por lo que eso fue suficiente para que se atreviera a pasar uno de sus dedos por la tela de sus bragas blancas, comprobando que él no parecía ser él único que estaba deseándola tanto porque podía sentir su humedad.
Sehyeon intentaba pensar con claridad, escuchar esa voz en su cabeza que le gritaba que se marchara, pero su cuerpo ya no lo estaba soportando más, ardía por las ganas de ser tocado por ese joven. Rogaba que le arrancara ese pedazo de tela e hiciera algo al respecto, pero Jungkook parecía torturarla por la manera en la que seguía pasando sus dedos por encima de sus bragas, mientras con la otra mano seguía acariciando y apretando uno de sus muslos.
—Ya, Jungkook...
—¿Qué es lo que quiere sentir específicamente? —preguntó con voz profunda cerca de su oído—. ¿Quiere sentir mi boca, mis dedos o mi pene? Dígame y obedeceré.
Sehyeon inclinó su cabeza hacia atrás, apoyándola en su hombro mientras cerraba los ojos y jadeaba al sentir cómo apoyaba la mano completa en su vagina haciendo presión, comenzando a mover la palma para estimularla.
—N-No está bien...
Intentaba hablar, escuchar aquella voz en su cabeza, pero un gemido terminó escapando de sus labios al sentir cómo este golpeó su vagina con la mano, haciéndole saber que no le agradaba que volviera a eso.
—Como seguirá con eso, no me deja más opción que tener que elegir por usted en este momento.
Sehyeon al escuchar el sonido de su boca, giró un poco la cabeza para verlo confundida, sorprendiéndose al notar cómo había llevado dos dedos a su boca.
Este también la miró, notando cómo sus pupilas parecían dilatarse al ver cómo los chupaba, succionando con fuerza hasta que consideró que estaban lo suficiente lubricados.
Bajó la mano sintiendo cómo ella abría más sus piernas, presionándose contra su erección, lo que hizo que tuviera que reprimir un gemido mientras hacía sus bragas a un lado. Comenzó a palpar lo húmeda que se encontraba, deslizando sus dedos con gran facilidad hacia su interior, curvándolos para enfocarse en encontrar su punto sensible, provocando que ella gimiendo llevara la mano a su nuca.
—¿Le gusta? —preguntó con voz profunda, comenzando a repartir besos húmedos en su cuello.
—Mhm...—ella asintió con su respiración pesada.
Jungkook comenzó a embestirla con los dedos, subiendo con los besos hasta llegar a su mentón, queriendo más que nada poder probar sus labios, pero ella parecía no dejarse, por lo que llevó la otra mano a su mentón para poder obligarla, y aún así, no se dejó.
—Déjeme besarla.
—No...
—Por favor, déjeme besarla —pidió con la respiración pesada, volviendo a intentarlo, jadeando al sentir cómo comenzaba a mover sus caderas sobre su erección por los movimientos de sus dedos.
—No puedes hacerlo.
—¡¿Por qué?! ¡Lo necesito!
—Porque no, Jungkook.
Este sentía hasta ganas de llorar de frustración, pero decidió provocarla más Al aumentar los movimientos de los dedos, mientras con la otra mano acariciaba su abdomen hasta llegar a uno de sus senos, dándose cuenta de que encajaba perfectamente con el tamaño de su mano. Comenzó a amasarlo con algo de fuerza pudiendo sentir su pezón erecto, por lo que lo pellizco sobre la tela de su camisón, escuchándola jadear.
Sehyeon seguía restregándose sobre su erección que pareció crecer, pensando en cómo se sentiría tenerlo dentro, y es que movía demasiado bien sus dedos dentro de ella, tanto así, que el deseo por él crecía al punto de querer ser follada aunque podía seguir escuchando la voz de su cabeza.
—Entonces, déjeme follarla, por favor.
La mujer gimió sintiéndose demasiado cerca, sorprendiéndolo al quitar su mano, lo que hizo que este la mirase con algo de temor de que se haya arrepentido de lo que estaban haciendo.
—Bájate los pantalones —ordenó levantándose.
Jungkook la miraba con sus ojos abiertos a la par, pero no dudó ni un segundo en obedecer, emocionado al pensar en que finalmente sucedería. Sehyeon al observar su miembro erecto y venoso, con la punta rosada, sonrió colocándose de rodillas frente a él que frunció el ceño al verla de esa manera porque se esperaba algo distinto.
—¿Qué hace?
—¿Quieres besarme y follarme?
—Sí, por favor —pidió mirándola rogante.
—Dime, Jungkook...—murmuró acariciando su miembro, provocando que él se estremeciera al sentir su suave y cálido tacto—, entonces, ¿podrías soportar no correrte hasta que yo te lo diga?
¡Hola!
¿Se esperaban que Sehyeon volviera a caer tan rápido ante Jungkook? ¿Creen que en el siguiente capítulo Jungkook soporte y pueda finalmente cumplir esa fantasía?
No pensaba actualizar hasta el domingo, pero a pedido de armyday206 decidí hacerlo. Espero que te haya gustado el capítulo, cielo
Desde ahora quiero decirles que me queda un capítulo más en borradores, pero no lo subiré este fin de semana sino el siguiente, ya que ahora que regresé a clases y me inscribí en más materias de la que quizás debí, no sé cuando pueda volver a escribir. No me está yendo nada bien en el regreso, ya llevó desaprobando tres veces, así que además de que ando con tremendo bloqueo, el estudio no me va a dejar escribir como antes jajsjsjs ando demasiado estresada
Espero que puedan entender que ya no les actualice seguido en esta historia, ni en las demás, aunque en lesbian me quedan dos capítulos en borradores creo
Sin más que decir, espero que les haya gustado este nuevo capítulo
¡Nos leemos pronto!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top