O1O | FINAL
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Jungkook intentaba respirar con normalidad y mantener la calma mientras observaba a su costado a varios metros el mar. Estaba sentado en el capó del coche de Seokjin, el cual luego de que Hyunsoo se dirigiera a la casa, obligó al más joven a levantarse y que lo siguiera.
Había intentado negarse porque quería más que nada marcharse a su habitación y explotar, pero el castaño tiró de su brazo para obligarlo a que lo siguiera hasta su coche. Durante el camino, colocó música mientras que Jungkook mantenía sus manos juntas, apretándolas con fuerza y hasta pellizcándolas porque no sabía cómo manejar toda la rabia y dolor que estaba sintiendo, lo que hizo que Seokjin lo notase y decidiera aparcar en la carretera para bajarse.
Ahora ambos estaban sentados en el capó del coche, en completo silencio, el pelinegro deseando poder calmarse y sintiendo la brisa fresca que erizaba su piel al sólo llevar una camiseta negra y bermudas del mismo color.
—¿Quieres hablar? —preguntó Seokjin, logrando llamar su atención, pero este sólo se encogió de hombros mientras seguía observando el mar—. ¿Te atreviste a seguir ilusionándote con que algo pasaría entre ustedes? —Jungkook no respondió, tan sólo endureció sus facciones, pensando en que él no tenía idea alguna de todo lo que sucedió, lo que significaba que Jimin sí había guardado el secreto.
—Desde que la vi que ella realmente me volvió loco —explicó conectando sus miradas—. Sehyeon me buscaba, Seokjin.
—Pero...
—Estaba muy mal porque ese imbécil le había sido infiel. ¡Buscaba consuelo en mí! —aseguró sintiendo cómo la rabia parecía aumentar—. Yo sólo quería estar para ella, hacerla reaccionar que no merecía seguir en esa mierda...
—Jungkook...—suspiró bajando la cabeza—, lo que no entiendes es que su situación no es como la que tú pudiste haber pasado con alguna de tus exnovias. Es una mujer... mayor —hizo una mueca mientras ladeaba la cabeza al no encontrar las palabras correctas—. Ella al contrario de ti ha vivido demasiado, es experimentada, y está casada. Por más que pienses que porque le fueron infiel tiene que acabar con su matrimonio en ese momento, no es tan fácil. Llevan años juntos, y tú ni siquiera debes saber un cuarto de esa historia —aseguró encogiéndose de hombros—. A medida que los años pasan, te das cuenta que la vida, las decisiones que tomes, no son tan fáciles como cuando uno era joven.
—Pero ella no tan sólo buscaba que la consolara con mis palabras o abrazos —aclaró dolido, sorprendiendo a su amigo.
—Espera. ¿Pasó algo... sexual entre ustedes? —preguntó con los ojos abiertos a la por la sorpresa, ya que siempre estuvo seguro que el joven no llegaría a cumplir ninguna de sus fantasías con Sehyeon, por lo que solía burlarse.
—Y no sólo una vez, Seokjin, así que no sé cómo aceptar esta mierda —suspiró frustrado—. ¡¿Por qué tuvo que buscarla?! Ella me había aceptado...
—Carajo, ¿qué tanto ha pasado y yo no estoy enterado? —frunció el ceño, pero al notar que este no iba a contestar y sólo bajó la cabeza, hizo una mueca decidiendo dejar su curiosidad de lado—. Es a lo que voy, Jungkook. Tú no sabes todo lo que han vivido. Si, quizás le fue infiel, pero ¿acaso ella no le fue infiel contigo? ¿Tú sabes qué lo llevo a que él lo sea antes?
—Pero si se han traicionado de esa manera... ¿Por qué seguir juntos? —cuestionó confundido.
—No lo sé. Pero quizás el amor es más fuerte...
—¡No! ¡Cuando uno ama no hace todas esas mierdas! ¡No lastimas cuando dices amar, y mucho menos si has unido tu vida a la de esa persona! —alzó la voz molesto.
—Escucha, yo pienso como tú —aseguró apoyando la mano en su hombro—. Pero no todas las personas lo hacen. Y si ellos a pesar de todo eso, decidieron darse una oportunidad, entonces, ya no hay nada que puedas hacer.
—Pero lo que pasamos juntos...
—Jungkook, jamás eso podría llegar a reemplazar todo lo que ha vivido en años junto a su esposo —mencionó algo nervioso por cómo podría tomárselo, notando cómo el dolor se reflejaba en sus orbes oscuros brillantes por las estrellas de esa noche y, quizás, por las lágrimas que comenzaban a acumularse—. Hey, ¿estás bien? ¿Estás por llorar?
El más joven al darse cuenta de cómo su visión se tornaba cada vez más nublada y sus ojos ardían por las lágrimas acumulada, volvió a mirar hacia el frente. Sentía una gran presión en su pecho y cómo se le dificultaba tragar por el nudo que se había formado en su garganta.
No sabía cuánto más podía contener el llanto.
—No.
—No me mientas...
—Sólo me duele el ojo —mintió con un hilo de voz, bajando la cabeza.
—Ven aquí, JK —ordenó riendo ligeramente, mientras pasaba el brazo alrededor de sus hombros para atraerlo a él y envolverlo con ambos brazos—. A ti no te duele el ojo, lo que te duele es el corazón.
El pelinegro acabó rompiendo en llanto mientras correspondía a su abrazo por más incomoda que fuese la posición en la que se encontraban. Escondía el rostro en el pecho de este, dejando salir con su pequeño llanto la rabia y dolor que sentía, mientras que Seokjin acariciaba uno de sus brazos con una mano y con la otra su corto cabello.
No le gustaba para nada ver a su mejor amigo pasar por otra decepción amorosa, pero sí poder estar ahí para él, además que pensaba que a su edad era algo bastante normal.
Así se mantuvieron unos pocos minutos, hasta que el pelinegro logró calmar su llanto, aunque decidió quedarse otro momento en ese abrazo consolador. Cuando se separó, tomó una bocanada de aire mientras limpiaba sus lágrimas, sintiendo ahora sí algo de dolor en su ojo derecho que comenzaba a oscurecerse.
—¿Tanto te gusta esa mujer?
—¿No es acaso algo obvio? —cuestionó antes de sorber su nariz—. ¿Por qué más estaría así, mostrándome tan llorón?
Seokjin asintió mientras soltaba una ligera risa y Jungkook suspiró bajando la cabeza, detestándose por volver a encontrarse así. Lastimado nuevamente por otra persona.
—Es que... te lleva varios años y está casada —recalcó haciendo una mueca.
—Me lo dije muchísimas veces. En serio no sabes cuántas me lo repetí, pero eso no fue motivo suficiente para que dejara de sentir esto, Seokjin.
—Pero apenas llevas casi dos semanas conociéndola.
—¿Y eso qué? —cuestionó frunciendo el ceño—. No necesito que pasen seis jodidos meses para darme cuenta que me gusta. Yo no creo que exista un tiempo determinado. Puede tardar un tiempo o tomarte un jodido día como me pasó a mí desde que la vi una noche en la playa y nos presentamos.
Seokjin soltó un suspiró mientras llevaba la mano a la espalda de este para palmearla, sintiéndose algo frustrado de que fuese de esa manera. Pues, con los años que llevaba conociendo a Jungkook, sabía perfectamente que era así de intenso en cuanto sus sentimientos. Se ilusionaba demasiado rápido, y cuando se enamoraba daba todo de él sin pensar en que podría salir lastimado porque siempre esperaba recibir lo mismo.
Si él entregaba su corazón en bandeja de plata, si daba todo de sí mismo, y veía por esa persona buscando siempre lo mejor, ¿por qué no recibiría lo mismo?
Ahora al conocer a Sehyeon, sentía la necesidad de saber de ella, saber cómo se sentía, pasar el día a su lado, hablarle sobre él. Y es que creyó que al darle toda su atención, buscar distraerla, hacerle pasar unos mejores días, satisfacerla de cualquier manera, demostrarle todo lo que le hacía sentir, creyó que sería suficiente para ser correspondido y, quizás, que acabara con su matrimonio de una vez.
(...)
En la madrugada, Sehyeon se encontraba sentada en el taburete de la cocina de su casa, sintiéndose completamente ajena, quizás por las semanas que había pasado fuera. Su mirada estaba fija en la luna que se asomaba tímidamente por la ventana, mientras tenía sus manos en la taza de té humeante, esperando que eso pudiese ayudarla a relajarse y a poder dormir, aunque lo dudaba demasiado luego de lo sucedido.
En su cabeza no dejaba de repetirse aquel momento donde regresó a la casa junto a Sohyun y Siwoo, cómo ella bajó rápidamente cargando unas bolsas para así entrar con una sonrisa, emocionada por volver a ver a su esposo. Se sentía una adolescente de quince años, ilusionada, viviendo su primer amor tan intenso, y es que no podía evitarlo cuando parecía ser que nuevamente estaba conectada a él y sentía que estaba dispuesta a dejar el pasado atrás.
Pero, todo eso se derrumbó cuando lo vio bajar las escaleras junto a sus maletas y sus facciones endurecidas.
Siwoo y Sohyun lo miraron asombrados por eso, pero Sehyeon las miró tragando con dificultad, y por cómo Hyunsoo no podía apartar la mirada de su esposa, decidieron que lo mejor era dejarlos solos. La tensión era realmente asfixiante, y la mujer no sabía porqué, pero el miedo la había invadido por completo y más cuando este se acercó a paso cauteloso diciéndole que se marcharán a su hogar, por lo que ella intentó negarse al no comprender nada.
«Te largas conmigo o te quedas aquí con el miserable de tu amante, pero me pierdes para siempre, Sehyeon. Decide en este jodido momento» masculló tomándola con fuerza de la muñeca.
Sehyeon se sentía estremecer al ver cómo su mirada parecía haberse oscurecido y que si seguía apretando la mandíbula de la manera que lo hacía, sería capaz de rompérsela. Jamás había visto a su esposo de esa manera, estaba realmente atónita sintiendo cómo su piel comenzaba a arder por su agarre y se le dificultaba respirar al darse cuenta que lo había descubierto todo, aunque no sabía el cómo fue posible, pero tampoco le interesaba en ese momento.
Luego de eso, decidió asentir haciéndole saber que se iría con él, pudiendo notar cómo por más que intentó ocultarlo, algo de alivio se reflejó en la mirada de Hyunsoo.
Al salir y no ver a nadie, ni a sus amigas, suponiendo que podían estar en la casa de al lado, se marchó sin ser capaz de despedirse porque también sabía que su esposo no estaba como para hacerlo y la situación estaba siendo demasiada para ambos.
Durante el camino, fueron en completo silencio, uno que provocaba que Sehyeon sintiese cómo la presión en su pecho se intensificaba, pero no era capaz de decir nada en absoluto. Su celular sonó en un momento, llamando por completo la atención de su esposo que no dudó en ver cómo ella lo tomaba dudosa, relajándose cuando leyó el nombre de su cuñada.
Sohyun parecía realmente preocupada, pero Sehyeon tan sólo fue capaz de decirle que habían decidido irse, pero que todo estaba bien, que no tenía que preocuparse por nada. Sabía que su hermana no le creyó para nada, y eso era normal porque hasta su voz había temblado al intentar no romper en llanto y querer contar por primera vez lo que sucedía. También sabía perfectamente que su mejor amiga le llamaría o escribiría, por lo que decidió apagar su celular siendo observada por un momento por su esposo.
Este tenía ambas manos en el volante, apretándolo con una al intentar mantener la calma, pero cada vez se le hacía más difícil cuando su cabeza no lo dejaba en paz y se llenaba de más preguntas. Sehyeon limpió rápidamente las lágrimas que comenzaron a brotar, intentando disimular al mirar por la ventanilla, pero este pudo escucharla sorber su nariz, lo que le permitió saber que estaba llorando.
Su corazón se encogió, pero no se iba a permitir debilitarse cuando la rabia, el rencor y el dolor lo envolvían al imaginarla con Jungkook. Aquel joven que se atrevió a decirle en el rostro la aventura que tenía con su esposa, algo que jamás se había esperado y destruyó por completo su ilusión de poder continuar a su lado, como también de retomar todos sus planes para volver a ser felices.
Al llegar a la casa, bajar las maletas y entrar, ella se acercó a él, algo dispuesta a contarle todo lo sucedido, pero este se alejó negando repetidamente con la cabeza.
«Ya ha sido demasiado por un día, así que necesito pensar y descansar un poco. Dormiré en la habitación de huéspedes»
«No es necesario...»
«En este preciso momento, verte me hace daño, así que dormiré allí» expresó mirándola con sus ojos cristalinos, provocando que el corazón de ella diese un vuelco y no pudiera evitar llorar, aún cuando este volteó para subir las escaleras llevando su maleta.
Aquellos pensamientos que la habían acosado por tanto tiempo y la llevaron a lo que podría considerar cometer "un grave error", necesitaba liberarlos de una vez, por lo que sus lágrimas comenzaron a brotar.
Quería poder llorar con más fuerza para lograrlo, gritarlo aunque su esposo la escuchase, pero en ese momento ella escuchó unos pasos que la hicieron girar la cabeza y limpiar rápidamente sus lágrimas.
Hyunsoo entró con la bata azul que ella había echado de menos ver, y se pudo dar cuenta que este tampoco podía dormir esa madrugada. Estaba en lo cierto porque estuvo más de dos horas dando vueltas en su cama mientras su cabeza lo torturaba, por lo que también decidió levantarse a tomar un té, sin esperar encontrarse con su esposa en la cocina, ya que no estaban durmiendo juntos. Al ver la luz de la cocina encendida sospechó que se trataba de ella, pero decidió de todas maneras entrar, y quizás, enfrentar la situación de una vez.
—Hyunsoo, ¿podemos hablar? —su voz salió con un ligero temblor, mientras este tomaba una taza de la alacena, pero al escucharla se detuvo rápidamente.
—¿Ahora sí eres capaz de hablar? —preguntó con una pizca de cinismo en su voz.
Hyunsoo jamás le había hablado de esa manera, lo que hizo que ella se tensara, quizás podía molestarse por su manera de actuar, aunque debía entenderlo después de todo porque ella estuvo en su lugar meses atrás. Pero claramente las situaciones no podían compararse para nada, porque Hyunsoo fue capaz de confesárselo en el momento en que cometió el error, pese a temer más que nada perderla, ¿y ella?
Sehyeon decidió dejarse llevar por el miedo, y ahora se sentía una completa basura.
—Lo siento...—musitó con un hilo de voz, bajando la cabeza mientras cubría su rostro con una de las manos.
—¿Por qué lo sientes? —cuestionó volteando para comenzar a acercarse a la isla—. ¿Porque te quedaste callada? ¿O porque no pudiste evitar que me enterara de todas formas y por la boca de ese... jovencito? —bufó sintiendo cómo su sangre hervía—. ¡¿Cómo pudiste, Sehyeon?! ¡¿Qué rayos pasaba por tu cabeza?! —arrugó el rostro—. ¡Ahora mismo no estoy reclamándote lo que me hiciste a mí porque te dije que eras libre de estar con quien quisieras, pero no entiendo cómo pudiste haberte atrevido a estar con un muchachito! ¡¿Cuántos años tiene, por Dios?! ¡Dime cómo pudiste ser capaz!
—No lo sé... ¡No lo sé! —exclamó aún sin ser capaz de mirarlo.
—No te reconozco, Sehyeon —murmuró negando repetidamente con la cabeza—. Te veo y... ¡Carajo! Tú no eres mi esposa. No puedo reconocerte.
—Yo tampoco sé quién carajos soy —confesó entre sollozos, por lo que Hyunsoo tuvo que desviar la mirada y recordarse lo sucedido para no debilitarse.
—Yo te dije que eras una mujer libre, que no me dijeras si te atrevías a estar con otro hombre, pero que volvieras a mí —mencionó con un ligero temblor en su voz mientras miraba los anillos en sus dedos—. Lo dije, pero... terminé enterándome que sí fuiste capaz de estar con alguien más.
—Oh, Dios, ¡lo siento! —sollozó cubriéndose los labios.
—Creo que realmente me hubiera gustado no saberlo y poder seguir fingiendo que estábamos bien, que tendríamos el futuro que ambos deseábamos —expresó con sus ojos cristalinos y presionó los labios por un momento, deseando poder no derrumbarse—. Pero ahora que lo sé, necesito respuestas, así que, dime el porqué. ¿Por qué estuviste con él? ¿Cuál era la decisión que ibas a tomar al volver? ¿Qué demonios ibas a hacer conmigo y con nuestro matrimonio?
Sehyeon no sabía siquiera qué decir a sus preguntas, porque seguía realmente confundida por sus emociones tan abrumadoras, por todo lo sucedido. Tan sólo recordaba cómo estuvo meses sintiendo que la soledad la había envuelto en una capa invisible que llegaba a ser opresiva, y a pesar que tenía a su esposo a su lado, aquella soledad podía sentirla hasta en lo más profundo de su corazón.
Cargaba con esa sensación cada jodido día de su vida, aun cuando estaba en su trabajo y podía escuchar las voces y risas, porque su mundo estaba sumido en un silencio abrumador, y la tristeza resultaba ser desgarradora al sentir que no podía avanzar porque no podía dejar el pasado atrás.
Cada mañana se despertaba recordando lo sucedido, sintiendo el peso de la tristeza y de la decepción que parecía ser una sombra que no la dejaba nunca. No soportaba seguir viviendo de esa manera, sintiendo la felicidad tan lejana. Pero con aquel viaje, el conocer a Jungkook, algo cambió. Le había vuelto a dar emoción a su vida, como así también sentir que era capaz de dejar el pasado atrás.
—No lo sé —musitó con un hilo de voz, observando cómo este desviaba la mirada, para luego cubrirse el rostro con una mano en un intento de seguir ahogando el llanto—. Lo siento, Hyunsoo.
—¿Qué carajos...? —murmuró, pero acabó sollozando.
—Pero si hay algo que sé, es que te amo. ¡En verdad te amo! —aseguró desesperada mientras él se acercaba a ella negando repetidamente con la cabeza—. ¡Te amo! ¡Yo en serio...!
Sehyeon no pudo seguir hablando al sentir cómo los brazos de su esposo la envolvían con fuerza.
—Te amo. En verdad tú no tienes idea de cuánto te amo —murmuró con la voz ahogada, estrechándola más fuerza entre sus brazos, lo que hizo que Sehyeon se aferrara a él mientras se derrumbaba por completo y algo de calma la invadía al pensar que eso significaba que estarían bien.
Hyunsoo podía sentir su cuerpo temblar por los sollozos, aunque él también lo hacía porque ambos estaban dejando salir todo el dolor que se habían provocado, quizás sin intención alguna, y de eso eran conscientes, por lo que no podían odiarse de ninguna manera.
—Te amo tanto —expresó separándose unos centímetros para tomar el rostro de su esposa, limpiando sus lágrimas, mientras observaba el brillo de ilusión en sus orbes oscuros, pero él sentía su corazón estrujarse—, pero tú no sabes lo que quieres o sientes.
—¿Qué...?
—Ya no tenemos que intentar arreglar nada. No tenemos que seguir arruinándonos, Sehyeon —declaró con la voz ahogada, notando el desespero en su mirada—. Tan sólo... dejemos de luchar.
—No, no, no...
—Escúchame, yo no puedo seguir atándote a mí cuando no sabes lo que quieres, porque no te amo de esa manera. Lo haré fácil para ti, aunque me mate por dentro —expresó limpiando las lágrimas de su esposa, y ahogó un sollozo al querer creer que ella podía negarse porque tan sólo él estaba en su corazón.
—Hyunsoo, no puedo...—sollozó negando con la cabeza y bajando la cabeza.
—Vamos a estar bien —asintió repetidamente y sorbió su nariz—. Vamos a estar bien, y yo seguiré amándote de cualquier manera, cariño.
Sehyeon tan sólo podía llorar con más fuerza, asustada por la idea de estar sin su esposo luego de tantos años juntos, por lo que él volvió a envolverla en sus brazos con fuerza, sintiendo cómo ella se aferraba. Ambos estaban completamente rotos y lastimados en ese momento, pero eran completamente conscientes de que ya no estaban funcionando, que seguir juntos en ese momento tan sólo haría que su matrimonio terminase de arruinarse.
Y por el amor tan grande que se tenían, ya no podían seguir así.
(...)
Un mes había pasado.
Un mes donde Jungkook había aprendido a odiarse a sí mismo a causa de Sehyeon. Aún recordaba tan perfectamente aquella noche donde volvió junto a Seokjin, y sin importarle absolutamente nada, la buscó desesperado y listo para volver a enfrentar a Hyunsoo si intervenía, pero terminó enterándose por medio de una Sohyun enfada, que ella se había marchado junto a su esposo. En un principio no supo cómo reaccionar, sólo salió rápidamente de esa casa siendo seguido por Seokjin, marcando una y otra vez el número de la mujer, escuchando su buzón de voz. Eso hizo que cayera de rodillas en la arena, sintiendo una presión en su pecho mientras su amigo lo envolvía con sus brazos.
Esa noche siguió llamándola, escribiéndole mensajes pidiéndole que le hablara, que le dijera porqué se fue con él, pero jamás le respondió.
¿Y aun peor? No fue la única noche.
Al regresar a Seúl, a su departamento, cada noche se volvía una tortura para él que no comprendía qué pudo haberle hecho esa mujer. Pero es que no podía sacarla de su cabeza, aún podía sentir la sensación de sus labios sobre los suyos, aún podía sentir su suave y tibia piel, aún podía escucharla gemir en su oído. Era como si se hubiese vuelto su obsesión.
Siguió llamándola y escribiéndole, pese a que sus amigos le reprochaban eso y hasta se sabía sus diálogos de memoria.
«Jungkook, tan sólo fue algo de unos días»
«Si no te respondió ayer, tampoco va a hacerlo hoy, hermano»
«Contigo sólo fue para quitarse la calentura. Ya ha regresado con su esposo, así que ahora tienes que olvidarla, Jungkook»
«Ya han pasado semanas, no puedes seguir esperando una respuesta. Estás obsesionado, Jungkook»
«Olvídala de una vez. Busca a Hanna para follar o a otra que te guste más»
«Tampoco fue tan importante. Déjala ir de una vez, hermano»
Tan sólo los ignoraba porque sabía que ellos jamás podrían comprender lo que sentía, y lo que ella parecía haber hecho en él. Pero ya estaba cansado de no recibir respuesta alguna, de tan sólo escuchar el tono de marcado, lo que hizo que haya aprendido a odiarse por su edad, por no poder suficiente para ella que quizás no lo veía como un verdadero hombre por esa razón, así que seguía junto a aquel hombre que la había engañado anteriormente. Y lo que más odiaba era seguir teniendo la esperanza de alguna vez encontrársela, de que pudiera darle una jodida explicación porque estaba tan lleno de preguntas que hasta se le dificultaba dormir.
Sehyeon lo estaba volviendo loco aun con su ausencia.
El joven había vuelto a la Universidad hacía dos semanas, y a pesar de volver a ver a los tres amigos que tenía allí, los cuales podían ayudar a levantar su ánimo, eso no parecía funcionar. Y es que Jungkook parecía demasiado estresado y angustiado, por lo que todo lo irritaba demasiado rápido, lo que había causado algunas discusiones con ellos, a excepción de su mejor amiga.
Ella siempre parecía intentar comprenderlo, lo que a pesar de que Jungkook estuviese actuando de manera estúpida, le agradecía que se esforzara por levantar su ánimo.
Kim Yewon era realmente especial para Jeon Jungkook.
Ahora se encontraba saliendo de la Universidad, este suspirando aliviado porque estaba realmente agotado luego de tantas horas e intentar comprender. En ese momento se tenía que esforzar demasiado para hacer a un lado aquellos pensamientos tortuosos que no lo llevaban a ningún lado, porque, probablemente, nunca recibiría la explicación que tanto necesitaba para quizás así avanzar.
—¡Al fin aire libre! —exclamó mirando el cielo nublado que les hacía saber que en cualquier momento comenzaría a lloviznar, algo que le encantaba, más el sentir la brisa fresca.
—Qué exagerado.
—Por algo somos amigos, ¿no? —sonrió mirándola.
Yewon llevaba su cabello castaño corto hasta sus hombros, flequillo, largas pestañas arqueadas que resaltaban sus orbes almendrados y redondos, mejillas regordetas que la mayoría de veces lucían sonrojadas -algo que le encantaba a Jungkook porque le producía más ternura-, y labios pomposos rosados, llevando la mayoría de veces brillo labial.
Era delgada y de baja estatura, llegando al pecho a Jungkook, por lo que adoraba abrazarla, tanto como a ella tener la estatura perfecta para escuchar los latidos tranquilos de su corazón, pese a que el suyo en esos momentos siempre se aceleraba como loco. Pero claro que el pelinegro no lo sabía.
—Cierto.
Jungkook seguía observando cómo ella miraba hacia abajo como la mayoría de veces que caminaban juntos, pero luego miró la libreta que tenía en sus manos. Sin pensar demasiado, se la arrebató, llamando su atención por completo.
—Préstamela para copiar tus apuntes.
—¡No!
—Ay, Yewon, tú eres toda una cerebrito en Álgebra, en cambio yo no entiendo absolutamente nada —bufó—. Tienes que ayudarme.
—¿Por qué lo haría? —cuestionó deteniéndose para girar a verlo.
—Porque soy tu mejor amigo —respondió aunque sonó más a una pregunta.
—Siempre tengo que ayudarte porque eres mi mejor amigo —recalcó rodando los ojos—. Esta vez necesito beneficiarme de alguna manera.
Escucharla hablar así, fue una sorpresa para Jungkook.
—¿Hablas en serio?
—Mhm...
—Haré lo que quieras. Tú pídeme lo que quieras y yo obedeceré —aseguró mientras ella tomaba la libreta, acercándose a él mirándolo no muy convencida, por lo que este se inclinó hacia adelante para acercar sus rostros—. Hablo en serio.
—¿Seguro de que puedo pedir lo que quiera? —examinó alzando una ceja, Jungkook sintiéndose algo extraño al notar un brillo de picardía en sus orbes almendrados, pero aún así asintió.
—Sí...
Este quiso continuar hablando, saber si realmente estaba formándose una tensión...
—¡¿Jungkook?!
Aquella voz femenina provocó que sintiese cómo un escalofrío recorría su espina dorsal, por lo que volteó rápidamente encontrándose con aquella mujer que lo seguía volviendo loco con su ausencia. No sabía cómo actuar, no sabía qué sentir, pero su corazón brincaba de emoción.
—¿S-Sehyeon...? —su voz salió casi inaudible mientras se acercaba sintiendo que en cualquier momento sus piernas podrían fallar. Esa mujer le provocaba miles de sensaciones sin siquiera tener intención alguna.
—Necesito hablar contigo. Sube —apuntó su coche antes de rodearlo, abriendo la puerta del lado del piloto.
Jungkook podría haber dicho algo al respecto, pero no podía siquiera pensar con claridad, al punto de que se olvidó por completo de Yewon, la cual miraba la situación desconcertada. Él tan sólo pudo obedecer a lo que Sehyeon dijo.
(...)
La tensión era demasiada, Jungkook siquiera sabía qué hacer o si era correcto decir algo. Y es que no sabía cómo se sentía luego de tantas semanas al ahora tenerla finalmente a su lado, era como estar jodido, una rabia mezclada con dolor y a la vez con emoción. Para él era horrible, desesperante sentirse de esa manera, pero no podía apartar su mirada de ella que condujo por unos pocos minutos hasta que aparcó en una calle donde pasaban pocos coches, frente a unos departamentos.
En el momento en que ella suspiró intentando mantener la calma y giró a verlo, pensó en reprocharle por toda la ansiedad que había provocado en él al marcharse y no darle explicación alguna, pero a la misma vez quería hacerla suya en ese mismo instante.
Estaba luchando consigo mismo para saber qué hacer porque ella tampoco parecía saber si hablar o no, hasta que sin soportarlo más, siguió su impulso llevando la mano a la nuca de ella para estampar sus labios en un beso intenso.
Pasó la lengua por los labios de la mujer obligándole a corresponderle, sintiendo cómo se aferraba a sus brazos mientras él pasaba el otro brazo por su cintura para apegarla más a su cuerpo, sintiendo su calor corporal. Comenzó a recorrer su cavidad bucal, convirtiéndolo en un beso húmedo y desesperado, escuchando cómo ella hacía un sonido involuntario con la garganta y se debilitaba.
Estaba completamente hechizado al tenerla en sus brazos, al estar besándola nuevamente. Necesitaba fundirse en ella.
Ambos sentían cómo les faltaba el aliento, por lo que ella rompió él beso, pero Jungkook volvió a juntar sus labios porque no soportaba la idea de no saber qué pasaría luego. Quiso volver a profundizarlo, pero la mujer no se lo permitía, lo que le hizo gruñir.
—Béseme, Sehyeon —ordenó por lo bajo, rozando sus labios sintiendo cómo ella se debilitaba, pero no lo suficiente cómo para ceder por completo.
—Jungkook...
—Lo necesito —expresó juntando sus labios en un beso pequeño—. Béseme, por favor....
—Tienes que escucharme —dijo bajando las manos a su pecho en un intento de impedir que siguiera besándola.
—La necesito, Sehyeon —murmuró casi lloriqueando de la frustración, y ambos abrieron los ojos.
—Por favor, hablemos —pidió llevando la mano al mentón de él, para limpiar con su pulgar la mancha roja de su labial.
Este suspiró asintiendo, dándose por vencido porque sabía que ella no cedería, por lo que se acomodó nuevamente en el asiento mientras se limpiaba con las manos los labios y mentón manchados, al igual que Sehyeon lo hacía.
Este la observaba, cómo su cabello oscuro y liso caía por sus hombros, cómo vestía elegante y de negro, pensando en cómo una mujer como ella pudo ceder anteriormente a él. Le estresada de gran manera y le hacía volver a sentir ese odio por sí mismo porque recordaba a Hyunsoo, cómo era todo un hombre, haciéndole sentirse un jovencito estúpido e inmaduro.
—¿Cómo supo dónde estaba?
—Le pedí a Minhee que me pasara el número de Jimin. Me comuniqué con él para saber dónde encontrarte.
—¿Por qué no atendió mis llamadas? ¿Por qué no contestó mis mensajes?
—preguntó sintiendo cómo el rencor volvía a él.
—Cambié de número, Jungkook —respondió sin mirarlo, por lo que soltó una risa amarga.
—Lo sé, pero las primeras semanas no fue así —replicó mientras ella lo miraba tensa—. ¿Por qué me ignoró de esa manera? ¿Acaso no cree que merecía una explicación?
—¡Claro que sí!
—Entonces, ¡¿por qué desapareció de esa manera de mi vida?! ¡¿Por qué jamás respondió?! ¡¿Por qué esperó hasta ahora para buscarme?! —cuestionó molesto.
—¡Porque todo estaba siendo demasiado para mí! ¡Mi cabeza era un caos, Jungkook! ¡No sabía qué sentía, ni porqué me atreví a algo así! —explicó histérica, y Jungkook soltó una risa amarga.
—¿Y yo estaba bien?
—No quiero que pienses que no me importaba cómo te sentías...
—Pues, eso es lo que parece.
Jungkook asintió mordiendo ligeramente su labio inferior, intentando contener la rabia que estaba sintiendo, hasta su garganta ardía por el nudo que había comenzado a formarse, aunque no sabía si era por el dolor que había reprimido o porque no toleraba verla de esa manera, limpiando sus lágrimas que estaban empezando a brotar.
—¿Y ahora sabe lo que quiere? —su voz salió débil y conectó sus miradas
—Sí.
—Sólo dígame si aquello que quiere, hace que yo forme parte de su vida —pidió mirándola con algo de temor, mientras ella parecía sorprendida.
—Jungkook...
—No, ¿verdad? —preguntó dolido.
—No sería correcto...
—¡¿Qué demonios se le hace correcto?! ¡¿Sólo follar conmigo y luego desaparecer como si nada?! —alzó la voz histérico.
—¡Claro que no! ¡Eso también está mal! ¡Siempre lo dije!
—Eso es lo que decía, pero cuando estaba conmigo disfrutaba y se olvidaba de lo mierda que era su matrimonio —escupió molesto.
—¡Tienes que entender que no es correcto que tú y yo estemos juntos!
—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué diablos no es correcto?! ¡¿Por unos imbéciles que piensan en los malditos años que nos llevamos y nos juzgarían?! ¡¿Sólo por eso?!
—¡¿Por qué tienes que ser tan terco?! —preguntó frustrada cubriéndose el rostro con las manos—. ¡Tú tienes que estar con alguien como tu amiga!
—¡¿Qué carajos...?!
—Ella está enamorada de ti. Eso es algo demasiado evidente —explicó mientras este se tensaba, negando repetidamente con la cabeza—. Mereces estar con alguien como ella.
Jungkook no podía pensar en que Sehyeon lo apartaría por completo de su vida, aún siquiera podía asimilar que estuvieron junto. Para él fue como un sueño, y ahora no podía creerse que pudiera provocarle tanto y hacerle sufrir por los límites con los que lo encadenaba.
Necesitaba volver a tocarla y sentirla, vivir esas veces donde fue suya, una y otra vez hasta el fin de sus días.
Quería volver a hacerla suya y ser completamente suyo.
Así que, no. No aceptaría que quisiera sacarlo de su vida.
—¡Yo quiero estar con usted, y que deje de importarle lo que piensen los demás!
—¡Por Dios, Jungkook! ¡¿Cómo puedes no ser consciente en las distintas etapas que nos encontramos?! —cuestionó desconcertada.
—¡Eso no importa! Así como tampoco importa lo que piensen los demás de nosotros.
—¡Claro que importa! ¿O qué? ¿Tus padres se lo tomarían bien si me presentaras como tu pareja? —examinó alzando una ceja, mientras Jungkook desviaba la mirada y masajeaba su nuca como si estuviese pensando.
Mientras más lo pensaba, más se tensaba, porque sabía perfectamente la manera en la que ellos pensaban. A la única joven que había presentado era a Hanna, y a pesar de que eran apenas adolescentes, a sus padres no les gustó para nada porque no la veían como una buena chica con la que pudiese tener un futuro. En un principio eso había molestado demasiado a Jungkook, que estaba tan enamorado que no podía ver nada malo en ella, hasta que pudo darles la razón al haber sido engañado.
Con la siguiente joven no pasó los dos meses, por lo que jamás llegó a presentarla, pero temía hacerlo al saber que no estaba en su mismo nivel económico y eso no iba a ser del agrado de sus padres.
Así que, ahora, si lo pensaba bien, pese a que sabía que Sehyeon estaba a su mismo nivel económico, que era una mujer seria y madura, lo cual sería perfecto ante los ojos de sus padres, jamás aceptarían que fuese diecisiete años mayor que él y divorciada. Eso no sería bueno ante los ojos de nadie con Jungkook en sus casi veintidós años.
El sólo hecho de pensarlo, aumentaba la inquietud de su pecho, porque, quizás, Sehyeon tenía toda la razón. Pero no podía aceptarlo al no querer que lo sacara de su vida.
—¡No importa lo que ellos piensen! ¡Lo único que importa es lo que sentimos el uno por el otro, Sehyeon!
—¡¿Cómo puedes seguir con eso?! ¡No estamos en la misma página, Jungkook!
—¡¿De qué demonios habla?! —arrugó el rostro por el desconcierto—. ¡Eso tampoco...!
—¡Yo quiero un matrimonio e hijos! ¡Tú no puedes darme eso! —explicó frustrada y pasó la mano por su frente, mientras Jungkook bajaba la mirada—. Tú apenas estás en tus primeros años de Universidad. Estás comenzando a realmente vivir, así que no puedes darme eso que necesito. Y lamento decirlo, pero hasta tus padres te mantienen, así que, dime, si estás conmigo y no lo aceptan, ¿qué harás? —frunció el ceño—. ¿Tendré que mantenerte hasta que termines la Universidad y busques algún trabajo?
—No quiero eso —musitó mirando hacia el frente, cómo había empezado a lloviznar—. Pero buscaría un trabajo...
—Jungkook, si mi matrimonio comenzó a arruinarse con Hyunsoo, fue por el hecho de que no puedo tener hijos —confesó sorprendiéndolo, pero luego frunció el ceño confundido—. Nosotros antes del viaje hablamos sobre la posibilidad de adoptar porque creímos que eso haría que nuestro matrimonio se arreglara, no lo sé —suspiró—. A lo que voy es que, yo necesito un hombre, alguien con quien pueda tener algo estable y acepte el hecho de que no puedo tener hijos, que tendremos que recurrir a otros métodos como la adopción. Tú apenas estás comenzando a experimentar sobre la vida, así que no puedes darme nada de lo que necesito, Jungkook.
—Carajo, yo no necesito experimentar para saber que la amo —declaró molesto.
—No arruinaré tu vida de esa manera. No quiero que el día de mañana tú mires hacia atrás y te des cuenta de que no eras lo que realmente querías, que no lograste disfrutar de tu juventud por culpa de una mujer mayor —habló decidida—. Tienes toda una vida, mientras yo ahora busco algo completamente distinto como formar la familia que tanto deseo.
Jungkook estaba temblando y su visión se había tornado nublada mientras sus facciones estaban endurecidas. No era capaz de mirarla. La verdad era que desde el inicio sabía que Sehyeon era tan sólo su deseo prohibido, y que no tenían futuro alguno.
—En verdad... fue encantador conocerte, Jungkook —expresó tomando su mano, pero terminó jadeando cuando este la apartó bruscamente—. No te enojes conmigo. No hagas que esta despedida sea mala para ambos, por favor —pidió angustiada mientras él se mantenía en silencio con la mirada baja—. Dime algo.
La respiración del joven se había vuelto pesada mientras sus ojos ardían por las lágrimas retenidas, y es que no quería odiarla, pero sentía un gran enojo al pensar en cómo había estado perdiendo la dignidad con ella. Ahora era completamente consciente de que, quizás, seguía amando a su esposo y por eso no lo elegía, aunque no se lo decía directamente, lo que empeoraba la situación para él.
—¿Quiere que le diga unas últimas palabras? —preguntó riendo cínico.
—Quiero que esto acabe bien, así que, sí —habló con suavidad y sus ojos cristalinos.
—Sólo le diré...—giró a verla con los ojos cristalinos y una pequeña sonrisa amarga—, púdrase, Sehyeon.
Sin más, este bajó dando un portazo, sintiendo cómo su sangre hervía por la rabia, ignorando por completo que estaba empezando a mojarse por la llovizna. Una parte de él tenía la ilusión de que ella se bajase del coche, que le dijese que estaba arrepentida de la decisión, que quería estar con él, pero esa ilusión se esfumó por completo cuando pocos segundos después vio cómo su coche se alejaba.
En ese momento la desilusión lo golpeó al igual que el dolor, provocando que se arrepintiera por completo de cómo había actuado porque no había sido para nada una buena despedida. Pero ¿por qué engañarse uno mismo? Era consciente de que nada de lo pudiese decirle en ese momento iba a hacerla cambiar, porque ella no lo veía suficiente, y no podía obligarla a escogerlo, a amarlo como sentía que la amaba, aunque, hubiese dado todo porque la mujer pudiese ver lo bueno que hay en él, pese a su edad.
Y ahora, Jungkook sollozaba mientras su corazón ardía a montones porque el frío también llegaba a quemar, siendo la despedida de Sehyeon que provocó que la soledad lo envolviera realmente después de un mes atrás haberlo tenido en sus cálidos brazos. No sabía cómo aceptar que no quería que fuese él, mientras a Jungkook le dolía saber que él sí quería que fuese esa mujer, y la hubiese escogido por encima de cualquier cosa.
Todo se volvía tan abrumador, y no podía dejar de sollozar mientras estaba seguro de que lo iba a olvidar porque hasta lo sentía en el lado izquierdo de su pecho.
Y Jungkook tenía toda la razón, porque mientras Sehyeon conducía, una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro al pensar que buscaría a Hyunsoo que estaba en la Empresa, y le pediría volver a luchar por su matrimonio. Quería más que nada volver a su lado, porque en el tiempo que estuvo sola, se dio cuenta que seguía amándolo con la misma intensidad que lo amó el día que aceptó ser su esposa. No podía imaginarse rehacer su vida con ninguna otra persona. Siempre sería Hyunsoo.
¡Hola!
Ya se esperaban un final así, ¿verdad? No sólo por el hecho de que muy pocas historias mías tienen ese "final feliz", sino porque ya con el anterior estaba claro que Sehyeon no se enamoró de Jungkook. A pesar de eso, ¿qué les pareció el final?
Sé que puede haber a quienes les disguste, pero en verdad siento que no podían quedar juntos. Desde un principio se sabía que Sehyeon quería poder tener hijos, aunque tuviera que adoptar, y Jungkook está muy jovencito, ni siquiera pensaba en matrimonio JAJSJS Así que espero que entiendan el porqué este final, por lo cual no va a haber extra ni nada por el estilo.
Espero poder haber escrito algo decente para ustedes, porque como dije antes la historia ya no me inspiraba y había pensado en mandarla a borradores. En verdad odio obsesionarme poco tiempo con las historias que publico y ya perder toda inspiración luego, así que perdón por haberme tardado en actualizar algunas veces JAJAJS
En serio gracias por todo el apoyo que le brindaron a esta historia, adoré como siempre leer sus comentarios ♡
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