7 | Volver a encontrarnos







Llegué al lugar que me dijo Scott por mensaje, eran unas cajas gigantes (de las que transportan cosas) en un lugar abandonado fuera la ciudad. El alfa le rogó a Deucalion que nos enseñara a poder pelear sin ver, y como él antes era ciego, nos podría ayudar. Me adentré al centro de las cajas, estaba rodeada de ellas, me acerqué a Scott y Malia, que parecían buscar algo.

— ¿Dónde está? — pregunté refiriéndome a Deucalion — ¿acaso no vino?

— Prometió que estaría aquí — me respondió Scott. Volteó a verme. — ¿Derek ha contestado tus mensajes?

— No, nada aún. Lo he intentado llamar y al parecer no tiene señal — le conté. Suspiré. — no sé qué más hacer para contactarlo

— Lo buscaremos después si no aparece ahora — me apoyó poniendo una mano en mi hombro. Asentí.

— Esto va a ser inútil — los tres volteamos arriba de un contenedor, donde estaba Deucalion con su bastón — y se los digo, yo diré ciento veinticuatro horas para aprender a atacar estando ciego, ¿y quieres que yo te enseñe en veinticuatro horas, Scott?

— Sólo lo más importante. — dijo Malia — si no lo hacemos podemos morir

— ¿Crees que es fácil cerrar los ojos y evitar no abrirlos con algo a que le tienes miedo? — la mujer coyote asintió. Deucalion se bajó y se acercó a ella — ciérralos

Malia cerró sus ojos. Deucalion cogió una piedra del suelo y la chocó contra unos contenedores, mi amiga los abrió al instante volteando hacia allá — bueno, quizás no sea tan sencillo — murmuré mirándolo—  Deucalion, puedes enseñarnos. Eres el experto en esto.

— Si esto fuese una pelea, ya estarían muertos — suspiró. Me miró — al menos tú puedes hacerlo mejor que ellos. Sé que vienes del ejército y allá te enseñan a pelear con vendas. Tienes una ventaja.

— Algo así — susurré no muy convencida — ¿me vas a enseñar de todas formas?

— Sólo un poco menos que ellos dos — me respondió. Sacó algo de sus bolsillos y nos lo extendió. Unas vendas — pónganse esto. Iniciaremos.

Asentimos. Tomé una y la amarré a mi cabeza por la parte de atrás, suspiré y la bajé hasta mis hombros viendo completa oscuridad.

— Comenzaremos a que se guíen por el eco. Es lo primero que deben aprender — escuché la voz del hombre lobo mayor. Sentí un golpe fuerte en un contenedor — sus oídos son cien mil veces más fuertes que el de un humano normal, eso significa, otra ventaja.

—Si podemos oírlo, ¿cómo sabremos dónde está el oponente? — preguntó Scott

— Sus ojos. — hice una mueca — no pueden ver, pero pueden utilizarlos para hacerlo. Activen sus ojos y verán más claro.

Hice lo que dijo. Puse mis ojos de beta y pude ver un poco a través de la venda, sólo veía siluetas. — traten de seguirme. — escuché que la voz de Deucalion empezó a alejarse

Empecé a caminar lentamente tratando de salir de los contenedores y también oyendo los pasos del hombre. Oí un fuerte golpe a mi lado y sabía que Malia se había golpeado porque la escuché quejarse muy feo. Seguí mi camino un rato, hasta que los pasos pararon, al igual que los míos. Caí al suelo de boca al ser empujada por detrás.

— Mierda. — me quité la venda y miré. Scott y Malia se habían chocado por lo que me golpearon — tengan más cuidado, chicos...— me levanté.

— Okey. Alice, estás progresando — me habló Deucalion. Mis dos amigos se pusieron las vendas otra vez — Malia, golpéalo.

— ¿Enserio? — preguntó. Él hizo un sonido con la boca — de acuerdo...— Malia le dió un golpe en la mejilla, Scott se quejó fuertemente.

— ¿Y ahora qué hago? — preguntó Scott sin moverse. Deucalion suspiró cansado.

— Defiéndete— le indicó

El alfa le quiso golpear pero ella lo esquivó, Scott se volteó y recibió un golpe en toda su nariz. Se echó para atrás con dolor. Reí a carcajadas. — ¿estás bien? — pregunté entre risas

— Creo que sí... — me respondió. Malia se quitó la venda al igual que Scott y se puso a mi lado. Deucalion se puso al frente de él — ¿me vas a enseñar algo más?

— Golpéame. Sin la venda. — le dijo quieto. Scott lo miró confundido — sólo hazlo, llevo más entrenamiento que tú.

Mi amigo cerró los ojos, intentó atacar al hombre pero él se corrió a un lado, Scott cayó de boca al suelo. Se levantó e intentó otra vez, nada, golpeé mi frente con la palma de mi mano, él estaba haciendo un desastre. Scott respiro profundamente, Deucalion lo quiso atacar pero él lo esquivó y lo golpeó en el estómago dejándolo algo débil en el suelo.

— Creo que ya estás mejorando... — dijo cómo pudo con una pequeña sonrisa. Se levantó y nos miró a los tres — al menos pueden pelear un poco.

— ¡Scott! — todos volteamos a la derecha viendo cómo Lydia corría hacia nosotros con Peter y Gabe por la lluvia. — Scott, Monroe viene para acá con todos sus hombres.

— Tienen armas mejoradas, se las entregó a todas las personas en la ciudad, debemos tener cuidado — agregó Peter

Escuchamos varios disparos y después a Deucalion en el suelo casi muerto. Miré al frente y estaba Monroe con camionetas, hombres y armas. Empezaron a dispararnos, me escondí detrás de una columna cubriendo a Lydia.

— Quédate aquí, no salgas. — le advertí a la pelirroja mirándola. Ella asintió.

Caminé hacia delante rápidamente, golpeé a un hombre y tiré su pistola lejos. Ví que Monroe también empezó a disparar, la mayoría de personas que estaban aquí tenían armas que no parecían normales, se veían grandes y disparaban muy rápido. Me refugié detrás de otra columna, de pronto dejé de escuchar los disparos y sólo camionetas alejándose.

Me acerqué a un hombre que estaba inconsciente en el suelo y tomé la pistola de su bolsillo, le saqué las balas y eran de plata. Al parecer Gerard les dió hasta de este tipo. Metí varias en el bolsillo de mi chaqueta, me volteé caminando donde estaban todos reunidos.

— Scott, creo que... — alzé mi vista. Mi expresión cambió por completo.

Derek se volteó a verme de brazos cruzados, su mirada era tranquila y dulce en mis ojos. Caminó lentamente hacia mí, tomó mi mano, mi respiración se cortó en un segundo al sentir su tacto. Lo abracé por el cuello fuertemente sin esperar más nada, él me correspondió de la misma manera, ambos respiramos nuestro aroma.

— Te extrañé. — susurró sin separarse — perdón por no haber vuelto antes.

Me separé levemente de él, lo miré a los ojos. Quitó el cabello de mi rostro con nuestros ojos conectados y me besó de manera desprevenida. Le seguí acariciando su pecho. Se sentía diferente como necesitado y lento pero sin quitar esa pequeña dulzura. Separó nuestros labios y sonrió acariciando mi mejilla.

— Te ves más hermosa en persona — murmuró sonriente. Sonreí de igual forma.

— Oigan, sé que se extrañaron mucho y eso pero ¿pueden dejar de besarse? — habló Peter interrumpiendo — todos estamos viéndolos

Sonreí apenada. Me separé de Derek, pero él aún así entrelazó su mano con la mía dejándome cerca de su cuerpo. — ¡Alice! — gritó Stiles abrazándome felizmente — ¡estás aquí!

— Sí, no soy invisible, Stiles. — dije sarcástica con una sonrisa. Se separó de mí y sonrió bastante emocionado — pensé que estabas en Virginia trabajando con el FBI

— Bueno, me enteré de lo que pasaba aquí y al aparecer no me querían llamar — dijo lo último mirando a Scott con el ceño fruncido

Gabe se acercó a mí. Derek lo miró con seriedad, miedo e inseguridad y antes de que me tocase lo tomó de la camisa enojado poniéndolo contra una columna. Claramente estaba celoso.

— Uy, esto se está poniendo bueno — murmuró Peter. Todos rodaron los ojos por el comentario innecesario del hombre — ¿alguien trajo comida para ver la pelea?

— Derek, suéltalo. — le ordené mirándolo asustada, él podría hasta golpear a Gabe. No me hizo caso — es cazador

— Así más tengo que matarlo. — habló mirándolo molesto.  Suspiré y lo tomé del brazo tratando de alejarlo.

— Está de nuestro lado, es mi amigo — musité. Me miró a los ojos con el ceño fruncido — por favor

Suspiró volviendo la vista hacia Gabe. Lo soltó de un empujón y se cruzó de brazos no muy agradable. Escuchamos algo extraño en el Jeep de Stiles por lo que fuímos allá, Scott se puso en el asiento del copiloto y tomó el walkie-talkie. Gerard empezó a recitar unas palabras de Shakespeare.

— ¿Sabes algo sobre Shakespeare, Scott? ¿sabes lo que sigue? — preguntó al terminar. Miró a Derek el cual asintió a mi lado y tomó el comunicador respondiéndole — bienvenido de vuelta, Derek Hale. Ha pasado mucho tiempo.. Dime, Scott, ¿te gustó la pequeña reunión familiar que hice para tí?

— ¿Porqué no vienes y te lo agradezco? — preguntó de regreso

— Ojalá pudiera porque... Ni siquiera alguien como Jackson Whittemore se negó a volver a Beacon Hills. Dí unas palabras, Jackson.

Escuchamos unos gritos horribles al fondo. — ¡vuelve a hacerme eso y te meteré ese palo por el trasero, viejo! — escuché la voz del hombre mitad Janina mitad hombre lobo

— No ha perdido su encanto. — siguió Gerard — Scott, debiste reunirte con todos tus amigos y por desgracia caíste en mi trampa. Tu padre quiso regresar a San Francisco pero mis policías lo detuvieron, tu otro pequeño beta está atrapado en el hospital con cazadores y tengo a Jackson. ¿Qué planeas hacer?

Se quedó en silencio. Scott dejó el comunicador en el tablero del coche.

— Gerard está haciéndolo. — murmuró Lydia — está declarando una guerra.

— No, Lydia. — negó Scott — ya estamos dentro de la guerra.

Suspiré y me alejé un poco de ellos mirando las luces de la ciudad desde donde estaba. Derek no tardó en venir a mi lado, tomó mi mano.

— Todo va a salir bien. — murmuró mirándome — ya vencimos a Gerard una vez, lo volveremos a hacer.

— Eso no es lo que me preocupa — susurré mirándolo. Sacudí un poco mi cabeza y sonreí levemente — se me olvidó decirte lo guapo que te ves después de seis meses

Rió levemente. — tú me ganas por mucho.

Besó mis labios. Y en ese momento sólo estábamos los dos, besándonos como hace mucho tiempo sin importar más nada. Había vuelto con Derek







































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