26 | Celos del licántropo











- ¡Maldita tarea de psicología infantil! - gritó Verónica molesta caminando por los pasillos - admito que prefería al maestro Charles que a la vieja nueva.

- Por favor, ni siquiera lo nombres. - le pedí mirándola - no me caía para nada bien ese tipo

- Tenía un poco de misterio pero eso no no quita que era guapo. - dijo Scarlett - que mal que se fue a otro país, yo quería que siguiera dándonos clases. Me gustaba su actitud.

- Sí, qué lástima... - murmuré frunciendo el ceño y sabiendo que no se había ido a otro país.

Las tres llegamos a la biblioteca, tomamos muchos libros de los grandes estantes y nos sentamos en una mesa apartada de los demás. Cada una empezó a hacer su tarea en sus cuadernos, ya que tendríamos que entregarla antes de que saliéramos de la jornada. Pasaron cinco minutos donde no hablábamos porque la señora encargada nos mandaría a callar enseguida. Sentí algo vibrando en el bolsillo de mi chaqueta y saco mi teléfono un poco viendo el nombre de mi esposo en la pantalla, sonreí. Me levanto de mi asiento y les hablo a mis amigas diciéndoles "ahora regreso". Me metí en los estantes y encontré uno vacío para poder hablar, contesto al no ver a nadie alrededor.

- Hola lobito - saludo con una sonrisa

- ¿Cómo está la mujer mas hermosa y sexy del mundo que me trae loco? - reí buscando en los cajones algún libro para leer en casa - ¿todo bien con mi cachorro?

- Se está portando muy bien - respondí - pero extrañamos a papi... Y apenas son las once del medio día.

- Qué bien que lo extrañen porque papi también los extraña. Pero tranquila, solo falta una hora para que salgan de ese lugar - escucho un leve estruendo del otro lado de la línea, fruncí mi ceño confundida.

- ¿Qué estás haciendo, Der? - pregunté escuchando a lo lejos el sonido de una olla

- El almuerzo, pero creo que esta vez no habrá arroz. O al menos no quemado. - reí - estoy tratando de hacer pollo al curry con arroz pero creo que lo último será reemplazado por... Papas asadas. Es lo único que tengo a la vista.

- Por favor recuérdame que no debo dejarte solo cuando estás cocinando porque no quiero que quemes la cocina o aunque sea la estufa

- Descuida mi amor, tendré cuidado. O al menos trato de hacerlo. - oí otra vez algo fuerte, suspiro y cojo un libro interesante que encontré

- Bueno, debo irme, tengo que terminar una tarea que debo entregar hoy mismo. Nos vemos en la salida.

- Okey, te amo, bebé. Uh... Creo que el arroz no va a ser lo único quemado, me tengo que ir, ¡adiós! - colgó.

Guardo el celular en el bolsillo de mi chaqueta nuevamente y regreso a mi mesa con mis amigas, dejo el libro que tomé al lado de mi mochila para que no se me olvidase. Seguí con mi tarea de psicología infantil. Los minutos pasaban bastante lento, lo único que quería era irme de aquí con Derek y volver a casa a comer hasta morir. La campana de salida se escucho en toda la escuela, tomé mis cosas pero dejé mi libreta afuera para llevarla en mi mano, salí junto con mis amigas y caminamos por el pasillo.

- ¿Les llevo los cuadernos junto con el mío? voy a hablar con la maestra sobre algo de lo que me tiene bastante estresada - dijo Verónica. Al final rodó los ojos. Ambas asentimos y le entregamos nuestras libretas, se adelanta y cruza la esquina del pasillo para irse al salón - ¡las veo mañana!

Caminamos directamente a la salida de la escuela que estaba al frente de nosotras, salimos encontrando al montón de estudiantes. Me despedí de Scarlett, ella se fue, me quedé cerca de la calle para esperar que Derek llegase. Todavía faltaban cinco minutos para las doce.

- Hola Alice. - me volteo detrás mio viendo a William, un chico que esta conmigo en la clase y es muy amigable - vi que en la biblioteca tomaste un libro, "Orgullo y Prejuicio", ¿no?

- Sí, es mi libro favorito después de muchos. - sonreí amistosa

- Siempre te veo leyendo en el descanso o en las horas libres, me preguntaba si te gustaría unirte a nuestro grupo de lectura. - me entregó una pequeña tarjeta donde había un número - se hace aquí en la escuela los sábados en la mañana, puedes llamarnos si estás interesada.

Iba a decirle algo más pero sentí unas manos en mi cintura de alguien que me jaló levemente hacia atrás pegándome a su cuerpo. Giré un poco mi vista viendo a Derek serio.

- Alice está ocupada los fines de semana, no tiene tiempo. - respondió por mí

- Uh... Está bien. No hay problema. - William sonrió, escuché que su corazón se aceleró y olí que tenía algo de miedo - debo irme. Adiós.

Él se fue casi corriendo, Derek tomó mi mano fuerte y me guió al auto, que estaba en el estacionamiento lleno de otros coches, me monté en el co-piloto y él en el piloto. Tomé su muñeca cuando iba a introducir la llave para encender el coche.

- William es buen chico, no estaba coqueteándome, simplemente estaba siendo amable. - le hablé algo molesta. - realmente no sé porqué debo darte explicaciones.

- ¿Enserio? ¿no estaba coqueteando? - rió falso - hubieras visto la forma en que te miraba, te estaba comiendo con la maldita vista.

- ¿Eres idiota, Derek? ¡claro que no! imaginas cosas porque estás celoso.

- Obviamente estoy celoso. Si no hubiera llegado quizás hubieras aceptado ir a ese grupo de lectura, y quién sabe qué hubiera hecho ese chico para aprovecharse cuando estuvieran solos.

- Yo no soy ese tipo de chicas. - me tiré en el asiento y me crucé de brazos mirando a la ventana

- No, tú no. Pero él sí es el tipo de chico que se aprovecha de las chicas, y lo sé por solo verlo.

Lo miré, volteé mi cuerpo hacia él enojada - yo nunca dejaría que alguien más me tocase que no seas tú, lo sabes bien, pero al parecer te entra por un oído y te sale por el otro. Además, ¡estoy embarazada!

- Por eso mismo tengo que prevenir que alguien en quien no confío se acerque a tí, ¿acaso no recuerdas lo que pasó con Charles? casi te mata a tí y al bebé.

- Sí, lo sé, no tienes que recordarlo porque yo lo maté y por eso mismo me convertí en alfa. - me acomodé en la silla y me tiré en ella otra vez sin mirarlo - ahora llévame a casa

Suspiró, empezó a conducir rápidamente. El resto del camino ninguno dijo nada, yo estaba enojada, y sé que él también pero no tanto como yo.

[...]

E

ran las diez de la noche y ya me encontraba acostada para poder dormir, Derek estaba en el baño cepillando sus dientes. No le hablé en toda la tarde, almorcé en la habitación y me quedé encerrada aquí hasta la cena. Realmente no tengo hambre. Lo ignoré todo el tiempo, no quiero verlo ni en pintura, lo de Charles no es un tema que me entusiasme, lo único que puedo recordar es su sangre en mis manos con mis ojos rojos. Admito que quedé un poco traumada.

Siento leves punzadas en mi estómago desde la pelea con el hombre lobo, es seguro de que el bebé necesita a su padre, que le haga mimos y todas esas cosas, pero mi orgullo es muchísimo más fuerte. Sé que sueno egoísta, y odio ser así.

Sentí un leve hundimiento detrás mío y sabía que era él, se acostó dándome la espalda porque no sentí su mirada para nada. Era la primera vez que ambos nos estábamos dando la espalda cuando dormimos, siempre descansamos abrazados. Miré al frente de mí viendo la luna casi llena desde la gran ventana. En la habitación no se escuchaba nada, solo podía escuchar el sonido de los autos pasando cada poco tiempo.

Me sobresalté un poco cuando sentí a Derek pegándose a mí, uniendo su pecho desnudo contra la tela de mi pijama. Hundió su rostro en mi cabello suelto y empezó a jugar con el. Lo ignoré, otra vez.

- Lo siento, amor... - susurró un poco - sé que soy bastante celoso pero es que enserio te amo y no quiero que nada malo te pase.

Me quedé en silencio. Al ver que no le prestaba atención dejó pequeños besos en mi espalda con dulzura, sus manos acariciaron mis brazos, tuve un pequeño escalofrío por sentir sus manos calientes en contacto con mi piel fría.

- ¿Me disculpas? - preguntó en un murmuro - sé que mi cachorro quiere a su papá porque siento su dolor, por favor, te necesito.

Cerré mis ojos tratando de dormir, pero sintiendo su cuerpo semidesnudo con solo un bóxer cubriéndolo, sus caricias en mi cuerpo y su respiración leve en mi cuello, se me hacía demasiado difícil.

- Eres mía y yo soy tuyo, ¿recuerdas? - dió una lamida a la mordida que me unía a él. Reprimí un jadeo como podía. Sabía que trataba de provocarme

Sentí los pelitos de su barba rozando contra mi hombro. No aguanté más. Me volteé en la cama, quedando a su frente, sus ojos verdes se iluminaron gracias a la luz de la luna que entraba. Uní mis labios con los suyos en un beso desesperado, él me correspondió poniendo sus manos en mi cintura. Bajé mi mano derecha por su abdomen llegando al elástico y apreté su miembro por encima de la tela, gimió en mis labios. Me separé, pero sin acortar distancia.

- Ese es tu castigo por ser así - murmuré mirándolo. Quité mi mano y dió un gemido doloroso - a dormir, lobito.

Cerré mis ojos para empezar a dormir, pero los abrí al sentir algo muy suave. Derek se había convertido en su forma de lobo negro. Se metió debajo de mi brazo para que lo abrazara, lo cuál hice, dió lamidas en mi abdomen. Sabía que se había convertido ya que en lobo la erección se le pasaría más rápido, creo que funcionó mi malévolo plan.


















































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