Capítulo 19: Castigados.
*Gif hecho por mi. No pidan mucho, hice lo que pude. Xd
Ante último capítulo. Disfruten.
Pd: Wattpad me acorta los guiones (-), sorry.
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El sol salía, y los adolescentes estaban dormidos en el acantilado. Estuvieron hasta tarde, y la primera en caer dormida fue la peli-azul, el lobo no quiso despertarla, por lo que pasaron la noche allí.
El primero en abrir los ojos fue el lobo. Sonrió al ver a su impronta dormida en sus brazos, muy acurrucada en su pecho. Recordó la noche anterior y su sonrisa creció, al igual que su sensación de paz en su pecho.
FLASHBACK
Se separaron del beso y se miraron a los ojos, las sonrisas en sus rostros eran acompañadas por los sonrojos en sus mejillas.
-Ya decidí que quiero que seas.-Susurró Ariadna, mirándolo a los ojos.
-¿Qué?.-Preguntó.
-Mi compañero. Mi compinche. Mi cómplice.-Murmuró con una sonrisa.
-¿Quieres que sea tu amigo?.-Preguntó confundido.
-No, cachorro tonto.-Negó divertida.-Quiero que seas mi novio.
Seth sonrió y se mordió el labio.
-En ese caso..-Susurró, posicionando una de sus manos en su mejilla.-¿Quisieras ser mi novia, Aria?.-Preguntó mirándola a los ojos.
Ella solo le dio un pequeño beso antes de responder.
-Sí.-Susurró con los ojos cerrados.
FIN DEL FLASHBACK.
Seth se sentía feliz. Su lobo estaba feliz. Estaba con su alma gemela, con su impronta, y era su novia. No podía ser más feliz.
La joven comenzó a despertar, sintiéndose perdida. Se levantó de golpe y miró a su alrededor, estaba desorientada hasta que cruzó miradas con el chico frente a ella.
-¿No fue un sueño?.-Susurró ella, dormitada.
-No.-Susurró él. -Buenos días.-Saludó con una sonrisa.-Te dormiste y no podíamos volver, y luego yo me dormí.
-Mhjm... me doy cuenta.-Murmuró con una sonrisa.-Buenos días.-Le dio un pequeño beso en los labios. Sonreía muy alegre hasta que recordó.-¡MARLENE ME VA A MATAR!.-Gritó, levantándose del suelo y comenzando a colocarse las zapatillas con nerviosismo.
-¿Por que....?.-Comenzó Seth, hasta que cayó en cuenta.-¡NOS VA A MATAR!.
Ambos recogieron todo con rapidez y Seth se transformó para ir más rápido por el bosque a la casa de Marlene, donde, probablemente, morirán en manos de la misma. Llegaron al límite del bosque y Seth volvió a ser humano detrás de unos arbustos, se colocó una bermuda y un chaleco antes de salir y tomar la mano de la chica.
-Si morimos, morimos juntos.-Susurró Ariadna, sintiendo al lobo tensarse.-Si muero primero, tú muere por mi.-Murmuró.
-¿Y si yo muero primero?.-Preguntó pálido.
-Siempre te recordaré en el avión a China.-Contestó la chica.
Cuando llegaron al porche de la casa, vieron a toda la manada fuera de la pequeña casa. Todos tenían una expresión divertida al ver la pareja, menos Paul, obviamente, él estaba receloso. Leah sonreía con burla.
-¡HASTA QUE APARECEN!.-Gritó Marlene, saliendo de la casa con un Sam que tenía la cabeza gacha.-¡¿SABEN LO PREOCUPADA QUE ESTABA?!.-Puso sus manos en la cadera.-¡Están castigados!.
-Me podrás castigar a mí, pero a Seth no, Lene.-Murmuró Ariadna.
-Hablé con Sue, y me dio el permiso de castigarlo.-Dijo Marlene, mirando a ambos de forma severa.-Ahora, vayan adentro, coman bien, porque luego tendrán que ir conmigo a la librería a ayudarme con las remodelaciones.
Los adolescentes solo asintieron silenciosamente y caminaron a la casa tomados de las manos. La manada veía todo con diversión, hasta que Marlene los volteo a mirar con las manos aún en su cadera.
-¡Y ustedes!.-Los señaló, todos temblaron, no porque se vayan a transformar, sino del miedo.-Van a ir a cazar a esos estúpidos vampiros y luego vendrán a limpiar la casa. ¿Entendido?.-Todos asintieron, y luego Marlene salió para la casa nuevamente.
Todos estaban castigados. Hasta el Alfa. Marlene West era el orden de la manada, y cuando esta se enojaba, todos la pagaban.
-Acomoden esos sillones por allá.-Ordenó la azabache.-Y luego, pongan estos libros nuevos en los estantes.-Señaló la gran pila de libros cerrados que estaban en el mostrador, para después salir de allí.
-Es injusto que te castiguen, es mi culpa que hayamos salido.-Murmuró Seth, moviendo el sofá rojo escarlata a un lado sin esfuerzo.
-Pero fue mi culpa que no volviéramos.-Agregó la chica, tomando algunos libros y caminando a las estanterías.-Al menos nos tocó estar juntos.
-Quería ir a pasear hoy, pero pasaremos todo el día aquí.-Dijo Seth, moviendo un poco el sofá.
-Conozco a mi prima, solo estaremos por hoy aquí.-Comentó la chica, mirando a su novio.-Ahora que quiere que su librería sea un "Café-librería", no nos querrá aquí estorbando.
-Oye, no somos un estorbo.-Se quejó Seth, mirándola con una sonrisa.
-No. Somos esclavos de una mujer perfeccionista con problemas de paciencia.-Murmuró la joven, sacando una risita de su pareja.
Ambos continuaron acomodando las cosas y hablando por horas, hasta que tocó la hora de volver a la casa. En el camino pasaron por el supermercado, donde Seth le compró varias barras de chocolate a la pequeña, y donde Ariadna compró algunas bolsas de patatas para el lobo. Ambos eran gordos y felices, ¿qué más podían pedir?.
Cuando llegaron a la casa, vieron como los chicos limpiaban a velocidad extrema la casa. Habían hecho del vago hasta que oyeron el carro de Marlene, y pusieron manos a la obra si no querían ser castigados nuevamente.
Paul limpiaba el área de living, acomodando el sofá reparado y la mesa ratonera con Brady. Embry, Quil y Collin limpiaban la cocina. Y Jared junto a Sam el comedor. Y Leah limpiaba el porche. Todos unos amos de casa. Todos traían delantales de flores que pertenecían a la humana mayor, y traían tarros con desinfectante en sus manos. Era una escena graciosa.
-¡Así los quería ver, esperancitas!.-Exclamó Marlene, dejando las bolsas de las compras en la barra.
-Debemos hacer que Marlene deje de ver esas telenovelas latinas.-Susurró Jared.-Kim me pide que sea como Juan Reyes, ¿Quién carajos es Juan Reyes?.
Todos los lobos elevaron los hombros y siguieron en lo suyo. Marlene fue a la cocina a ver como iban los chicos y de paso guardar las compras. Ariadna y Seth fueron a la habitación de la chica y se recostaron en su cama, mirando al techo.
-Estoy feliz.-Murmuró Seth.
-Yo también.-Respondió Ariadna.
Sus manos estaban entrelazadas, sus respiraciones pacíficas y sus ojos cerrados. Todo era paz y armonía, hasta que...
-¡EMBRY CALL Y QUIL ATEARA, DEJEN ESOS SÁNDWICHES QUE SON PARA MÁS TARDE!.-Vocifero Marlene desde la cocina. Se oyeron los pasos apresurados de los lobos y risas de los otros.
-Sigo estando feliz.-Murmuró Seth con una risita.
-Yo también.-Continuó la pequeña, riendo con el lobo.
Oían perfectamente como los chicos gritaban y corrían, también como Marlene los regañaba. Pero ellos no le prestaban atención, estaban muy concentrados en ellos, en su burbuja. En paz. Y en el poco silencio que los demás le dejaban.
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