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Ariadna estaba sentada en su cama con la vista perdida. Ya habían pasado dos horas y la chica seguía en el mismo lugar donde Michael la había dejado. Únicamente estaban sus primos en la habitación, dado a que miraba con miedo a la manada, sin saber que su primo también pertenecía a la misma.

Estaba en shock.

¿Quién no lo estaría?. Ante una situación así, hasta la mismísima virgen estaría en Shock.

Marlene estaba sentada en un banquillo que había en la habitación, y Michael estaba apoyando en la pared, ambos esperaban pacientemente que su prima hiciera algún tipo de reacción más que el rostro neutro y la vista en la nada. Comenzaron a preocuparse, ya llevaba tiempo así y temían que algo malo le ocurriese.

-Lo...lo..-Tartamudeo Ariadna, abriendo los ojos y comenzando a temblar nuevamente.

Marlene se levantó del pequeño asiento y se sentó junto a su prima, acariciando su corto cabello y tomando una de las temblorosas manos de la chica.

-Tranquila, Arid. Respira.-Murmuró Marlene, mirando a su pequeña prima.

-Lo...Lobos.-Formuló, con la voz temblorosa y quebradiza.-Son lobos.-Miró a su prima con los ojos abiertos y cubiertos de lágrimas.

Michael suspiró y se sintió pésimo al ver a su prima en ese estado. Marlene la miraba y acariciaba su cabello, tratando de calmarla. La chica no paraba de temblar.

-¿Los... vieron..?.-Preguntó temblando.-¿Estoy loca?.

-No estás loca, Arid.-Respondió Marlene, pasando un mechón rebelde de la chica detrás de su oreja.-Lo que viste, fue real.

Ariadna sintió su boca secarse y un nudo creándose en su garganta. Unas inmensas ganas de llorar se apoderaron de la chica, y con ellas una gran rabia. Soltó a su prima y se levantó de la cama, mirando a ambos West con dolor en sus ojos.

-¿Y ustedes lo sabían?.-Preguntó, comenzando a alterarse.

-Tranquilizate, Arid, y te explicaremos.-Dijo Michael, mirando a su prima con arrepentimiento en su mirar.

-¡¿Explicar qué?!.-Chillo.-¡¿Que son lobos enormes?!. ¡¿Que ustedes sabían y no me dijeron?!.-Miró a ambos, negando con la cabeza con cierta incredulidad.-¡¿O que mi madre me mandó aquí para estar protegida, de no sé que, y resulta que son más peligrosos?!.-Gritó a todo pulmón.-¡No quiero explicación de nada, solo quiero volver con mi mamá!.

-¡Ariadna, cálmate!.-Ordenó Marlene.

-¿Por eso tienes esa cicatriz?.-Le pregunto con miedo.-¿Cómo puedes seguir con ellos luego de eso?.

-¡Ariadna!.-Gritó Michael, viendo como su hermana arrugó el rostro ante aquello.

-¡Ariadna, nada!.-Gritó la pequeña.-¿Cómo es que no le temen?. ¿Saben lo peligrosos que son?.

-¡No son peligrosos!.-Defendió Michael.

-¿Cómo estás tan seguro?.-Preguntó desafiante.

-¡Porque también soy uno, y no somos como crees!.-Exclamó Michael.

Silencio. Un silencio sepulcral se instaló en la habitación. Ariadna miraba a su primo con temor, y dio tres pasos en reversa ante aquella declaración.

-Vete.-Susurro, mirándolo.-¡Vete!.-Le gritó aterrorizada.

Michael respiró con dificultad, y antes de decir algo, Sam apareció en la puerta.

-Tranquilos.-Pidió el hombre, mirando a su beta.-Michael, sal.-Ordenó con su voz de Alfa.-Michael.-Repitió, en tono de advertencia.

El West miró a su prima antes de mirar a su hermana, esta asintió levemente y luego salió de la habitación, pateando un adorno que había en el suelo. Sam miró a su novia, y ella solo negó con la cabeza, haciendo que lobo saliera de la habitación, cerrando la puerta. Ariadna miraba a la nada con la respiración irregular. Sentía que perdía la cordura poco a poco.

-Sé que tienes preguntas, y las responderé todas, pero cálmate.-Habló Marlene, levantándose de la cama y caminando hacia ella.

Ariadna se giró sobre sus talones y la miró. Ahí estaba ella, su prima, su hermana, con una mano extendida, su rostro tranquilo y pacífico, que aún con aquellas marcas en el, ella lucia hermosa. Ariadna suspiró y tomó su mano.

Ambas se sentaron en la cama, una frente a la otra, y luego de unos minutos, Marlene habló:

-Arid, sé lo que sientes, yo también lo sentí alguna vez.-Comenzó, acariciando las manos de la más pequeña.-Pero debes entender que ellos no son peligrosos.-Llevo una de sus manos a su rostro, donde estaban las marcas.-Estas, que tú ves, son un error que cualquiera habría cometido.-Suspiro.-Sam perdió el control luego de unas palabras hirientes que le dije, esta fue su respuesta, pero no lo culpo.-Negó levemente con ma cabeza.-No es fácil controlar aquello, y aún más cuando se enojan...

-¿Tú también eres... eso?.-Preguntó Ariadna, interrumpiendo a su prima.

-No.-Soltó.-Yo no. Kim tampoco.-Agregó.-A lo que voy, Arid, ellos no son el peligro. Ellos son la razón por la que estás aquí, por la que tu madre te mando conmigo.

-Quiero saber...-Susurró, mirando sus manos.

-Tu padre, como mi madre, eran de aquí.-Comenzó a hablar nuevamente.-Ambos eran descendientes de uno de los antepasados cambia-formas. Algunas familias como: Los Black, los Ateara, los Clearwater y los Miller, y otros de apellidos desconocidos, eran descendientes de aquellos guerreros.-Mencionó.

-¿Leah y Seth...?.-Dejó la pregunta al aire cuando vio a su prima asentir.

-Sí, no hace mucho cambiaron de forma, pero ya hablaré de eso.-Dijo, retomando el tema principal.-Tu padre fue el único de su generación en cambiar de forma, fue cuando naciste tú, en texas.-Relato.-Los Cullen vivían allí en aquellos momentos.

-¿Cullen?.-Preguntó confundida.

-Un clan de vampiros.

-¿Existen los vampiros?.-Preguntó asombrada.

Marlene asintió e hizo una mueca.

-No vi uno de cerca, pero comentan que son amables. Al menos, ellos. Hay vampiros buenos y malos, pero ese es otro tema.-Señalo.-Lo importante aquí es, Arid, debes saber la verdad e la muerte de tu padre.

-Él murió en el bar por un asalto.-Dijo Ariadna, segura de sus palabras.

-Yo también lo creí así, hasta que supe que no.-Negó.-Tu padre fue asesinado por dos vampiros, no sabemos quienes son o que quieren, estuvieron por aquí unos días después, pero no han vuelto. No por ahora.-Soltó un suspiro. Ariadna procesaba todo en su cabeza.-Tu madre sabía de este mundo, luego de la transformación de tu padre, ella se enteró. Le tuvo miedo, como tú, pero cuando él cuidaba de ti, cuando tenías dos años, el entraba en fase y jugaba contigo hasta que llegara tu mamá.-Sonrió.

-¿Ese era el lobo que tanto soñaba?.-Preguntó Ariadna.

-Seguramente.-Sonrió con nostalgia.-No son malos Arid. Ellos están protegiendo a la reserva, al pueblo y a ti. No sabemos si los vampiros van detrás de ti. Están alerta.

-¿Por que no me dijeron?.-Preguntó-¿Y mi madre?.

-Ella es cuidada por Jake, un lobo que está en Inglaterra con su impronta.-Respondió.-Y no te dijimos, porque no era nuestro deber.

-¿De quien era, entonces?.-Miró el rostro de la mujer, apreciando la belleza que desprendía ella.-¿Qué es una impronta?.

-Eso no es algo que yo deba decirte, pero sé que pronto, lo sabrás, Arid.-Murmuró, antes de abrazarla.

Ariadna se sentía perdida, temerosa y algo dolida, pero solo era cuestión de ordenar sus ideas, y mucho más, sus prioridades.

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OKAY.

HOLA.

Vengo a decir 3 cosas.

1. Gracias por los votos, comentarios y leídas que le dan a esta historia y a las demás. Realmente lo agradezco, y ya estoy llorando.

2. Lo del linaje, cuando agregue a los Miller, es para darle sentido a que no son parientes de nadie y tiene el gen. ¿Ok?.

3. Sé que es un cap corto, pero estoy muy cansada :"(. estoy sin dormir hace días (maldito insomnio), pero no quería dejarlxs sin capítulos. Mañana subiré más.

Ah, y me olvidaba, aki en estas historias, voy a hacer que no son familia (porque no sé quienes son primos lejanos y quienes no, o de donde les sale el gen). Por si ven a alguna impronta con alguien que se le consideraría familia y por ende, incesto.

¿Qué les pareció estos capítulos?.
¿Intensos?