Me encontraba sentada en el mismo lugar en el que estaba situada 6 años atrás, sin embargo esta vez mi espera estaba acompañada con un propósito distinto, esperaría al amor de mi vida y juntos marcaríamos un nuevo comienzo.

De nuevo me encontraba perdida observando los pasajes del cielo, en aquella ocasión sus matices  parecían ser flamas celestiales que incendiaban todo a su alrededor, por unos instantes me deje consumir por aquellas llamas, cuando de un momento a otro, el sonido de pasos acercarse me trajeron de vuelta a la realidad, gire mi rostro para encontrarme con el de Sehun, justo al borde de la puerta del jardín.

Busque sus oscuros ojos, aquellos que mostraban preocupación y desconcierto, me levante torpemente del asiento y como toda una chica decidida me dirigí hacia el laberinto, me sentía deseosa de poder encarar a Sehun a solas y en un lugar que me recordara todo lo bueno de él, Sehun descifró perfectamente mi lenguaje corporal y siguió mis pasos hacia los adentros del laberinto.

El caminar por aquellos gigantescos arbustos me traían excitantes recuerdos, en aquel lugar fui presa de sus labios por primera vez, aquellas paredes de arbustos resultaban ser murallas de recuerdos vivientes que me atormentaban y excitaban a cada paso.

Tras largos y tormentosos segundos, finalmente arribe al corazón del laberinto, instantes después Sehun lo hizo, tome un momento de valor y confianza antes te girarme y enfrentarlo, sin embargo Sehun comenzó el cruce de palabras de manera firme y contundente, dejándome helada y desprevenida para lo que venia.

-¿Qué es lo que sucede?- La voz de Sehun rugía como un rayo estampándose en tierra.- No contestas mis llamadas, tratas de evitarme todo el tiempo, y justo ahora impides verme a los ojos, ¿Cuál es el maldito problema?

-¡Te vi la otra noche....!- Mi rostro era una curiosa mezcla de miedo y de deseo, en el instante en que salieron mis palabras, tuve que girar a observar la reacción de Sehun, su rostro lucia pálido y desencajado, debía terminar lo que había comenzado.- ¡Te vi la otra noche en el bosque!

La  pálida expresión de Sehun se oscureció, estaba segura de que él sabia perfectamente de que hablaba.

-¿Qué es lo que viste?- trago saliva.

Tome la valentía necesaria de mis adentros para poder decir aquellas negadas palabras -Tú .... ¡No eres humano! - Aquello sonó como un susurró, Sehun inmediatamente frunció su ceño y apretó sus puños con fuerza, Sehun estaba molesto.

Vi sus pies acercarse, en aquel instante mí corazón dio un brinco y comenzó a palpitar mas rápido de lo habitual, en segundos sentí como el torso de su cálida mano acariciaba mi mejilla de una manera tan delicada y dulce, para instantes después transformarse en una mano asesina que estrangulaba fuertemente mi cuello, ¡Sehun me estaba ahorcando!

 Lentamente oprimía mi tráquea, impidiéndome así la libertad hacia el oxigeno, su rostro denotaba dolor y sufrimiento, sin embargo sus oscuros ojos dejaban ver a la bestia que llevaba dentro, trate con mis fuerzas restantes de poder quitarme aquella tortura de mi deficiente cuello, sin embargo Sehun se aferraba más a mi.

-¡S-Sehun!- Mis ojos comenzaron a lagrimear, mientras que mi voz resultaba ser todo una broma.- ¡Por favor!

-¡Puedo matarte justo ahora si así lo deseo!- La voz de Sehun era firme y grotesca, era todo lo contrario a lo que lucia su rostro, aquel hermoso rostro retorcido de sufrimiento por el crimen que él mismo estaba cometiendo, en aquel instante sentí mucho dolor por él,  Sehun resultaba ser victima de si mismo, de aquella bestia dormida en su interior y que en aquel instante lloraba a gritos ser liberado.

Fueron pocos segundos los necesarios para decidir luchar por mi vida y pasar la tortura de la vida en esta tierra junto a Sehun, no lo dejaría solo, no en aquel purgatorio, el amor enfermizo que yo sentía por él y que Sehun sentía por mi, me hacia entender que los amores que sangran juntos, tienden a disfrutarse mejor.

Contra toda posibilidad, trate de tomar la mayor cantidad de oxigeno y hablar.- ¡Tuviste muchas oportunidades de hacerlo antes!

La mirada asesina de Sehun se esfumó en instantes, al igual que su agarre en la curva de mi cuello, su mirada ahora lucia sorprendida y preocupada,  Sehun se posicionó detrás de mi, su mano mantuvo en resguardo a su presa, pero ahora brindaba cálidos masajes en aquellas zonas que segundos antes estaba comprimiendo, mientras que con su otra mano me envolvía la cintura y apegaba su cuerpo al mío.

Sehun suspiró desanimado.- ¡Este es mi verdadero ser, un completo asesino!, ¿Tienes miedo? - Sehun me hablo al oído.

-¡No!

Sehun suspiró de nuevo.- ¿Estas segura?.....¿Estas completamente segura de querer entrar a la boca del lobo?

Estaba completamente segura de querer hacerlo, las razones estaban de sobra.- ¡Sehun!, tú eres lo único que necesito y quiero para poder vivir...

Sehun suspiró por tercera vez en aquel momento, sus grandes manos me giraron y acunaron delicadamente mi rostro para después besar mis labios cariñosamente, se trató de un beso lento y hermoso, permitiéndome explorar cada centímetro y cada nuevo sabor de sus labios, juraría que durante aquel beso el planeta se detuvo por unos instantes, instantes que sentí infinitos, infinitos los cuales deseaba estar a lado de Sehun, era como si el mundo nos brindara un pequeño nosotros y solo para nosotros.

Instantes después, fui absorbida por los labios de Sehun, toda mi energía pasó a través de sus labios para instalarse en lo más recóndito de su ser, mi cuerpo se debilitaba, al igual que mi mente y alma, mis ojos se sellaron con el hermoso rostro de Sehun besándome, sus brazos sosteniéndome y sus ultimas palabras repitiéndose en mi oído una y otra vez.

-¡Duerme Gatita!

************

Mis ojos se abrieron unas cuantas horas después ante la constante melodía de "Come Together" de The Beatles, al instante en que mi vista se aclaró note que estaba en un lugar totalmente desconocido, las paredes eran totalmente blancas, llenas de libros, mangas, comics y CD's a lado de la inmensa cama de ceda estaba un enorme ventanal el cual tenia vista hacia los frondosos arboles que crecían ahí, el ambiente en aquel lugar era celestial, todo era tan cómodo y lleno de luz, que pude sentir una profunda paz recorrer mi interior.

-¿Te encuentras mejor?- Sehun se encontraba recargado en el marco de la puerta, estaba tan ocupada admirando aquella belleza de lugar que no pude percatarme de su presencia.

-¡Si!, Gracias.- dije tocándome ligeramente mi cabeza - ¿En donde estoy?

-En mi habitación.

Mis ojos se expandieron al escuchar sus palabras, me encontraba en aquel lugar que resultaba ser su pequeño espacio personal y privado que solo Sehun conocía y ahora me estaba abriendo las puertas a su privacidad, toque con gran delicadeza aquellas telas que acobijaban el desnudo cuerpo de Sehun en las gélidas noches, resultaba ser un todo un placer el poder estar ahí.

Sehun se acostó a mi lado y me atrajo hacia él, comenzó a provocarme con sus labios, delineando el contorno de mis entradas con sus dedos para después devorarlos desesperadamente, nuestros cuerpos se llamaban suplicantes y deseosos, nos encontrábamos hambrientos del uno al otro.

Sehun se apartó un instante de mi, recuperó el oxigeno gastado y comenzó su travesía por las montañas de mis pechos, sus dedos lucían elegantes y provocativos en la tarea de desabotonar mi camisa, nuestros cuerpos eran la prueba viviente de nuestro deseo mutuo, mis pliegues se encontraban completamente comprimidos, mientras que la polla de Sehun pedía a gritos ser liberada.

Sehun se encontraba a la mitad de su tarea en cuanto una voz a lo lejos reclamaba urgentemente su nombre.

-Sehun-ah... ¡Sehun-ah!