°𝔻𝕖𝕖𝕡 𝕄𝕒𝕟𝕚𝕒° - (𝙈𝙤𝙫𝙞𝙚)

Conocías bien las consecuencias de hacerte la sorda, lo sabias bien, pero como adulta irresponsable que eres, decidiste justificar en base a los traumas.

Jamás podrías escapar de él, por mucho que quisieras. A la vez, no tenías ni la más mínima intención de dejarlo.

Él se había apegado a ti de la forma más inestable posible, y tú a él, con las más sanas y mejores intenciones que no fueron captadas por el contrario.

Era demasiado complicado procesarlo bien, pero tú sola te entendías. Crees.

Te agachas rápidamente en cuanto escuchaste su voz llamante con tanta desesperación en el tono.

El primero en advertirlo fue Sonic, de allí Maddie, Tom, Tails, ¡incluso Knuckles!

Y claro que había sido el erizo azul. Sonic es muy amable, respetuoso y afectuoso, a él siempre le gusta demostrar su afecto con contacto, y a ti no te molestaba que esa pequeña bolita azul desbordante de vibras positivas te quisiera y te lo demostrara de esa manera.

Pero, notabas sus celos a kilómetros, aunque muchas veces intentaste calmarlo, él siempre volvía a lo mismo. Comenzaste a preocuparte mucho más cuando Sonic había corrido a abrazarte, pero Shadow se interpuso en el medio.

Su cara molesta hacia el azul le había confundido bastante, y no fue único.

En su momento pensaste que era muy tierno, unos celos tan exageradamente inocentes, y te sentias querida de que pudiera reaccionar así a veces, porque demostraba que él realmente te quería, tanto como para ponerse celoso de alguien a quien no debería.

Pero... mientras más te apartaba del resto, más comenzaste a notar el patrón exageradamente insano.

En situaciones cómo: Ir a trabajar, no podías ni pasar la puerta porque él ya comenzaba a lanzarte aquella mirada de perro regañado junto a un pequeño berrinche o inventarse excusas para que te quedaras.

Muchas veces le esquivaste, y en varias de esas se lo habías compensado porque si te había hecho sentir sumamente mal, pero sus intentos comenzaron a escalar, y su manipulación fue tan buena, que solicitaste trabajar desde casa.

Su sonrisa feliz pero con un toque de arrogancia en el fondo, te perturba.

Estabas comenzado a acoplarte de la manera en la que él quería, ¿y lo peor? Que funcionaba.

—¡Sal, por favor! ¡Sabes que jamás me atrevería a hacerte daño! ¡Te amo tanto para hacerlo! —lo escuchaste, sus cántaros suplicantes y demandantes.

Tapaste tu boca para que ni tu respiración pudiera escucharse, pero bien sabías que no durarías demasiado escondida. Y Shadow también.

Debiste hacer algo desde el principio, pero se lo dejabas pasar, una y otra vez. Tu mente siempre trata de justificar sus comportamientos.

"Tiene miedo de perderte".

"Tiene miedo de no ser lo suficientemente bueno".

"Tiene miedo que le arrebaten todo de nuevo".

Sonic había ido a tu casa días antes de que lo peor sucediera, hablándote de los extraños comportamientos que notaba en Shadow, intentas convencerle de que él estaba bien, que sólo era su miedo e inseguridades manifestándose porque no sabía cómo mantenerlos bajo control, pero Sonic negó.

Seguía terco con lo mismo, y cómo una manera de proteger a Shadow de mala mirada, te molestaste con él. Seguías sin saber porque reaccionaste de tal manera.

Una charla bastante acalorada que al final dio los frutos que Shadow esperaba: Sonic jamás te volvió a dirigir la palabra.

Curioso que minutos después de que se fuera, llegara el erizo negro con una gran sonrisa feliz en su rostro. Que después disfrazó disimuladamente al verte llorar.

—¡Tú sabes que él no te merecía como yo! ¡Por favor, sé razonable!

Oh, si, la razón por la que te ocultabas de él.

El punto de quiebre en esta situación: Asesinó a tu pareja. ¿Cómo era posible que una bolita de pelos tan linda y con cara de no hacerle daño a nadie, pudo cometer una gran aberración?

No quisiste comentarle a Shadow en su momento, porque tenias un miedo profundo de su reacción. Y mantuviste a tu pareja en anonimato, o eso fue hasta que te fue a visitar. Increíble como un erizo de otro planeta sabía la manera exacta de asesinar a un humano.

Las consecuencias de tus decisiones te explotan en la cara. Literalmente.

No escuchaste más sus pasos, suponías que se había ido por otra dirección para encontrarte. Esta era tu oportunidad de llegar a la casa de Tom.

Miraste tu parámetro, ojeando la oscuridad del bosque. Todo parecía tranquilo, pero eso es lo que más miedo te daba.

Caminaste con lentitud, cuidando que tus pasos no se escucharan. Todo iba bien, ya podías ver la casa de Tom cerca.

Dudabas que todo tu tormento se acabaría, no había manera de detener a Shadow... o quizás sólo una, pero te destruía el corazón que tuvieran que usarla de nuevo.

No querías ni pensarlo, pero si no lo hacían, él jamás te dejaría ir.

Tu rostro pasó de serenidad a pánico, miraste el suelo, y escuchaste perfectamente el estruendo ruidoso que la rama bajo tu pie causó.

Fue cuestión de minutos para que el pequeño apareciera y se lanzará sobre ti, tirándote al suelo mientras te abraza con una gran sonrisa de alivio mientras que tu cara de pánico solo se expandía.

—¡Te encontré! —vitoreó con alegría, su rostro mirando tus ojos con aquella profunda obsesión que tiene sobre ellos— ¡Por un momento pensé que me habías abandonado! ¡No quiero que vuelva a pasar!

En cualquier otra situación sus demandas te hubieran parecido tiernas, esos ojos llenos de alivio por estar contigo te hubieran hecho un ovillo en el corazón caliente en mano, pero no había otra situación en esto.

La realidad golpea: Su pelaje lleno de sangre y pequeños trozos de carne que no querías ni saber de qué parte de tu pareja eran; te perturba la mente.

Esto era enfermiso, ¡él es enfermiso! ¡Debes detener esto!

Tu mente gritaba por huir, que lo empujaras lejos y llegarás a casa de Tom por el auxilio de Sonic, por mucho que el azul aún siga enojado contigo. Pero... el traicionero corazón impedía los movimientos que la mente trataba de hacer.

—No me vuelvas a dejar. Sé que hice mal, pero... no quiero que nadie más te obtenga. Robaste mi corazón, mi cuerpo y mi alma, ¿y tienes las agallas de entregar todo de ti a alguien más? No es justo —te miró a los ojos, rogando que te quedaras, a que lo aceptaras y a que lo amaras— Te quedarás a mi lado, ¿cierto? No me dejarás como María lo hizo, ¿verdad? Yo no sé qué hacer si no te tengo conmigo.

Sus ojos llenos de lágrimas y su rostro cubierto de sangre te mantuvieron de piedra por un momento.

No le contestaste, tu mirada hacia él no tenía ningún sentimiento de por medio. Y todo el miedo que sentías, te lo tragaste.

No pudiste, ya no podías con esto.

Secaste sus lagrimas, y lo abrazaste de vuelta, Shadow sonrió feliz y te abrazó también, su cola moviéndose hacia varias direcciones como un perrito feliz con su dueño.

Pero en este caso, el dueño no quería a su perrito, y aún así, se quedó a su lado. Por mucho que haya cometido el peor error.

Es difícil ocultar un cuerpo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top