XXVI. Más de lo que esperaba

De repente la vida se esmeraba en ponerle señales —o terrores, como Tae prefiere llamarlo— por delante. Se topa con más comerciales de pañales y cremas para disminuir las estrías post embarazo. Incluso en uno de los especiales de cocina, cuando enseñaba coloridos menús infantiles para incentivar el consumo de verduras de manera creativa en los niños, le preguntaban recetas de papillas en lugar de comprar envasadas y Taehyun batallaba para decir que no era ni será su especialidad culinaria, que las buscara por internet.

Ahora es una de sus compañeras de set, una preciosa actriz beta, quien les cuenta, mientras las estilistas retocaban el maquillaje, que está esperando un hijo, por fin, después de varios intentos, tocándose el vientre con cariño.

Un escalofrío baja por su espalda, todavía está digiriendo su propia propuesta y aunque Beom y Kai le han dicho con toda la comprensión del mundo, besando sus mejillas y mesando su cabello, que puede retractarse si no lo desea. Taehyun no se siente capaz de hacerles eso, no después de haberles entregado una ilusión y verlos tan alegres, de hecho Beomgyu acude más tranquilo a sus controles médicos, no puede llegar y quitárselo.

Pero ¿Y él? ¿Puede? No lo sabe, sigue meditando todo lo que implicaría en su vida. No es que un embarazo pueda ocultarse por mucho, no faltará quienes pregunten más de la cuenta y ¿Qué explicaría exactamente? ¿Qué es una especie de préstamo a su amado omega y su novio alfa? Daría para buen titular de noticia farandulera, una que destacaría a un desviado omega que se interpuso entre una pareja destinada, seduciendo al adorable omega ingenuo y que ahora les prestaba el vientre.

¿De verdad estaba viéndolo como algo tan frío como un préstamo o es el temor llevándolo a racionalizar en exceso?

—Estás muy tenso, Taehyunnie —dice la omega que cepilla su cabello y rocía fijador—. Ni siquiera necesito tocarte para darme cuenta de lo rígido que está tu cuello —deja un corto masaje que baja hasta sus hombros duros.

—Exceso de trabajo —se excusa.

—Estás acostumbrado al exceso de trabajo, no le mientas a tu mayor.

—Pero si enfrento un exceso grande esta vez, tomé un banquete para el fin de semana, tendré que quedarme en el hotel dos días, además el viernes es la fiesta de aniversario del canal, no sé de dónde sacaré energías...—comenta, no es una mentira, esa carga de trabajo lo dejará tirado un día libre entero en la cama, pero sigue sin ser la razón central de sus preocupaciones.

—Nadie te manda a abarcar tanto —regaña suave antes de jalar un mechoncito de pelo escuchando un quejido—. Tengo el número de un buen masajista descontracturante.

—Envíame el número por mensaje.

Revisa una vez más la agenda de su día y de la semana, confirmando que ahora necesita juntar más dinero mientras pueda si pretenden seguir extendiendo la familia. Un embarazo lo dejaría un tiempo fuera de su agitado mundo laboral. Cada vez que lo piensa su vientre se aprieta.

—Taehyun, te están llamando para que vayas al set —le avisa su estilista rompiendo el espacio en el que estaba atrapado consigo mismo.
  
 

  
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Bosteza con el cansancio encima, espera a Yoongi en un local de fideos cerca del hospital donde trabaja su amigo. Mira al omega bajito por el ventanal, corre a zancadas, atraviesa la entrada y llega a su mesa con el cabello revuelto.

—Buenas tardes, Taessi —saluda tomando asiento al frente.

—Yoonie hyung, buenas tardes.

—Estás muy guapo hoy —destaca al ver las sombras suaves en sus ojos y el cabello arreglado en el límite que roza lo casual.

—Lo sé, siempre, gracias por notarlo —dice con arrogancia y una sonrisa amplia.

—También muy modesto.

—Déjame presumir en paz.

Un joven mesero omega se les acerca a tomar el pedido. Yoongi mira a su acompañante con sorpresa de que pida más comida de la usual. Está ansioso, necesita energía, quiere defenderse cuando los comprensivos ojos de su amigo continúan encima en tanto devora sin pausas. Apenas logra musitar un "Qué" antes de tragar.

—Tienes un buen apetito hoy —comenta sin alejar la vista del peliplata con las mejillas llenas, le recuerda a los roedores cuando acumulan comida.

—Necesito energía.

—La ansiedad consume bastante energía —se encoge de hombros y saca una de las empanadas hervidas del plato de acompañamientos de su amigo.

Kang opta por la estrategia simple, dirigir la conversación. Le habla sobre el trabajo, de la fiesta del viernes y que debe conseguir acompañante, ya que Beomgyu y Huening no están disponibles, de preferencia que sea un alfa de confianza, necesita espantar a otros indeseables que bordean el límite del acoso y el cortejo pese a sus negativas, piensa en Yeonjun y Soobin esperando que alguno de los dos esté libre, también aprovecha de tener un minuto de chisme y preguntarle si el par de policías le ha dado detalles del fin de semana en la montaña.

Yoon riendo comenta algún par de detalles que logró sonsacarle a Yeon, fue poco apenas generalidades del lugar y el "Frío de mierda", pero si algo destaca es que su Hyung volvió oliendo a felicidad.

Le alivia hablar de todo menos de sus miedos y las presiones que se pone encima —las laborales no cuentan, esas han estado desde que tenía la oportunidad de valerse con sus habilidades culinarias, incluso de adolescente cuando ayudaba a su madre con su pastelería—, pero nota que la mirada de ojos finos lo traspasan, el olfato de Yoongi es tan agudo como su intuición. Lo corrobora al finalizar el bloque de almuerzo.

—Tal vez no quieres hablarlo conmigo ahora, pero sí deberías conversar con Beomie y Hyuka.

Min sabe de la locura de idea que cruzó por su cabeza, fue de las primeras personas en las que pensó en preguntarle sobre la factibilidad, sorprendiendo a su amigo omega, quien enseguida le comentó el par de experiencias que conoció sobre embarazos en similares condiciones.

Retoma su rutina de trabajo, su zona de confort, siempre que la vida le ponía tensiones se refugiaba en la cocina. Cuando tuvo que enfrentar a su familia, cuando apareció Beomgyu y después al momento que necesitó aprender a estructurar una rutina donde él sentía que el omega le repartía una ración de amor antes de entender que era mucho más que eso. Ahí estaba, detrás de una estufa, con una variedad de ingredientes en frente y más imaginación que nunca para experimentar.

Ahora no está haciendo magia con comida, pero si disfruta de enseñar, les explica sobre el respeto y las propiedades de cada alimento y el debido cuidado que tiene cada uno. Hoy es turno de las carnes y tiene el recuerdo fresco de sus tiempos de estudiante, cuando uno de sus profesores llegó a ponerse colorado de furia después que se le pasara el punto de la carne de ciervo, aludiendo delante de todos sus compañeros asustados que acababa de desperdiciar un carísimo ejemplar.

Al menos la noche la tiene libre, Gyu no ha regresado, se ha llevado a Toto en su bolsito portátil al trabajo. Encuentra un par de juguetes en el suelo del apartamento y se tienta a mirar los videos del perrito zamarreando un peluche con el hocico mientras está extendido en su cama aún sin cambiarse la ropa y con el móvil en alto.

Cae en cuenta que se durmió cuando una suave y blanda lengua acaricia su mejilla, se echa hacia atrás por mero reflejo y tiene cerca de su rostro a una bolita de pelos oscuros llena de vida y amor, seguida de una bella sonrisa honesta de ese bonito y dulce omega que se ha recostado a su lado.

—¿Día agitado? —pregunta antes de besar justo en la punta de su nariz.

—Un poco —le resta importancia, reacomodándose para sujetar su rostro con una mano y buscar sus labios, una pequeña presión para complementar el saludo de "Buenas noches"—. ¿Y el tuyo cómo estuvo?

—Bien, mis compañeros de trabajo adoran a Toto —sujeta al pequeño perrito—. ¿Quién no puede amarte?

—Es imposible no hacerlo —dice mirando al cachorro que asoma su lengüita rosada—, demasiada ternura.

—Le daré comida a Toto y calentaré algo para ti —el menor se levanta de la cama—, te consentiré hoy.

Tae sonríe agradecido y se deja mimar. Beom se propone que su noche sea realmente buena. Está alegre, exuda aroma a entusiasmo, canela fuerte, picante combinada con el dulzor intenso y el ácido de las naranjas. Al principio le abrumaba imaginar que Kai sabía sin estar ahí todas las sensaciones de placer surcando en su novio destinado —Gyu una vez comentaba entre risas "Kai hyung debe estar pasándola muy bien junto a Yeonjun hyung"—, nada que el tiempo no le permitiera superar.

Deja de pensar, es difícil hacerlo cuando está recibiendo esa boca degustando cada porción de piel que iba descubriendo entre tirones de ropa. Gime al segundo que los dientes pellizcan uno de sus pezones, estruja el cobertor al sentir una caricia húmeda por su erección y la presión de un par de dedos que invaden su interior mojado.

Cierra los ojos, deja que su omega tome el ritmo y haga lo que quiera.

Lo tiene sentado en su regazo moviéndose y jadeando ronco. Resbaladizo y apretado, muchas veces destacan que la zona de placer por excelencia para un omega debiera estar justo en su culo, no lo niega, pero es aún más innegable que el placer de su pene atrapado entre los músculos ceñidos, de tener a su novio montándolo y la imagen espectacular que conlleva ver su expresión contrayéndose lo sacuden con fuerza. Logra alcanzar perfectamente un orgasmo sin tener nada metido.

Beomgyu acaba apenas con un par de segundos de diferencia, respira agitado, apoyado en su hombro reponiéndose de los espasmos. Tiene el cuello húmedo y dulce de su omega tan cerca de su boca que no duda en lamer su piel caliente, repartiendo mordidas, incluso besa con descaro y chupa ese fragmento con la cicatriz que dejó el alfa, siempre que lo hace el pelirrojo se sobresalta y ríe bajito porque hormiguea.

Ninguno de los dos quiere levantarse, pero es Taehyun quien insiste en una ducha corta para quitar el sudor y el restos de fluidos. El Dongsaeng se queja e intenta anclar a su novio a la cama, aunque termina por ceder.

—Me dejas sin energía —susurra Tae buscando un espacio en el pecho de su pareja.

—Corrección, acabo de ayudarte a que tengas el mejor sueño reparador —lo envuelve con sus brazos, dejando caricias circulares que relajan a su mayor.

Mañana no tiene que levantarse tan temprano, pero le toca ir a trabajar al prestigioso restaurante de uno de sus ex profesores como supervisor en la cocina, así que pretende disfrutar de cada hora de pereza junto a Beomgyu.

—Quisiera que fueras conmigo el viernes.

—También quisiera, el año pasado comí mucho y me tomé selcas con varios actores —sonríe sin detener las rutas por su piel, deslizando las yemas en patrones rectos a lo largo de su brazo—. Hyuka también lamenta no acompañarte.

—Intentaré convencer a Yeonjun o a Soobin.

—A Soobinnie seguramente le guste la idea —afirma imaginando que su amigo también estaría entusiasmado tomándose fotos con famosos.

Gyu continúa con caricias y conversaciones, habla bajito sobre una tienda con ropa muy bonita para perros, las prendas que piensa comprar para Toto y hacerle una adorable sesión de fotos. Tae asiente notando que sus párpados pesaban más de la cuenta. No tarda en caer profundamente dormido con el aroma a canela y naranja inundando su olfato.
 
  

  
  
Los días que lo separan del viernes transcurren antes de darse cuenta, el trabajo cumple bien su misión de mantenerlo lejos de los pensamientos, aunque a momentos vienen por cortos periodos a su cabeza. ¿También se le irían a hinchar los pies? ¿Qué tan elástica será su piel para lidiar con las estrías? ¿Y lo cambios hormonales? Por otra parte deberían comenzar a buscar un apartamento más grande o una casa, porque empezarían a vivir los tres, más bien, cinco —contando tanto a Toto como al bebé—. Tendría que pedir licencia y explicar en sus trabajos cuando ya deba dejar de asistir. A su familia siempre le ha parecido extraña su relación con el menor, aunque prefieran no pronunciar nada al respecto, y ni decir qué cara pondrán cuando les cuente las condiciones del embarazo.

Todo eso si no funciona el tratamiento en Beomgyu.

No debería adelantarse tanto a los hechos.

Tal vez ni siquiera sea necesario.

Y de ser ese el caso, no puede desconocer que otro temor bien escondido que prefiere mantener enterrado en lo más profundo es que cuando Beom y Kai tengan la familia que siempre han querido inevitablemente comience a crear una brecha que termine por excluirlo. 

No quiere darle forma a pensamientos egoísta cuando adora a sus Dongsaengs.

[Hyung, ¿Cómo debería ir vestido? :( ]

El mensaje lo trae de vuelta a las tres camisas que tiene sobre la cama. Escribe un rápido "Semi-formal" y vuelve a su debate superficial ¿Camisa blanca o de algún color oscuro?

Se toma su tiempo en arreglarse, incluso aplica sombras con suavidad para darle una intensidad natural a su mirada. Ha examinado su rostro varias veces ante el espejo esperando no ver alguna nueva línea de expresión en su piel lisa, pero ahí hay un par que ni las cremas logran hacer desaparecer —publicidad engañosa, quiere alegar—.

Soobin aparece frente a su puerta al cabo de una hora, sonríe amplio y le dice que el taxi los está esperando abajo. Lo analiza de pies a cabeza y sí, luce atractivo, con su alta estatura y figura estilizada pasaría desapercibido como algún modelo, así que le pide una foto y le escribe a Yeonjun que tomará prestado a su guapo alfa por una noche.

El aludido escribe un escueto: "Aliméntalo bien".

La mirada de su Dongsaeng es como la de un niño en una tienda de juguetes, mira hacia todos lados rebosante de entusiasmo, conteniéndose de no jalar la manga del mayor y señalarle a algún artista paseando entre la gente.

—¿Crees que Jieun quiera una selca conmigo o al menos intercambiar un saludo? Es que la admiro —dice bajito cuando ve a la bella cantante omega pasar a pocos metros junto a una chica alfa.

—Lo podemos intentar más tarde —Taehyun se encoge de hombros.

Sin necesidad de palabras intercambian miradas y al mismo tiempo la dirigen hacia la larga mesa de bocadillos.

—La técnica es probar de todo en una cantidad moderada de minutos para que no nos miren mal, luego nos alejamos a la barra y volvemos cuando repongan la comida —explica el mayor como si se tratara del más sagrado de los secretos—, pero tiene que parecer casual y no como que llegamos sin almorzar.

Tae cruza los dedos para que nadie se acerque y le dejen llenar sus mejillas con los pequeños canapés en paz. Lástima que la aguda voz de una de sus compañeras atraviesa sus tímpanos con un alegre "Buenas noches". Traga antes de voltear, saludar y presentar a su acompañante.

—¿Es tu alfa? —pregunta sin ningún tipo de sutileza y grandes de ganas de acumular material para chismes.

—No, todavía —le responde a la omega antes de clavar su vista en el alfa cuyas manos sostienen un mini emparedado en la izquierda y un pastelillo en la diestra.

Soobin lo mira confundido unos breves segundos con las mejillas llenas antes de entender la situación.

—Taehyun hyung es un omega difícil de conquistar —responde antes de sonreír altivo y con coquetería.

—Y deberías esforzarte, varios alfas estarían felices de arrebatártelo.

Bin frunce el ceño en señal de desacuerdo. Agradece el tiempo junto a Jennie, a Beomgyu, a Yoongi e incluso los tirones de oreja de Taehyun, quienes le han ayudado a quitarse ese concepto arraigado de omega como perteneciente a un alfa decidiendo si lo toma o no. Incluso cuando piensa en las veces en que esperaba conquistar a Yoongi, alejarlo del beta y que fuera suyo, su omega y con su marca, se avergüenza de su propia terquedad. Que su animal fuera territorial no ayuda tampoco.

—La elección es siempre de Hyung, si no quisiera estar conmigo no es porque alguien llegue para arrebatármelo.

El omega sonríe con orgullo de su amigo.

—Cuánto has crecido, Soobin-ah —dice revolviendo su cabello—. Te recordaba más infantil.

Siguen la estrategia de Tae entre la barra y la mesa. Soo trata de mantener la compostura cuando algún famoso de acerca a su mayor. Incluso en el transcurso de la noche obtiene algunas selcas, incluso una con Jieun después de tartamudear como un crío frente a la idol que le sonreía con dulzura.

Kang está aliviado que la presencia imponente de su amigo haya conseguido su propósito inicial de alejar a esos alfas no deseado que apenas lo han saludado. Se aferra al brazo de Choi y aumenta la cercanía, el más joven entendiendo el plan implícito más de una vez sujeta su mano o lo rodea con su brazo, piensa en lo extraño que le resulta, porque se había acostumbrado a llenar de abrazos a Yeonjun y sus hombros más estrechos.

—Es raro abrazarte —se ríe bebiendo del whiskey con hielo que acaban de servirle.

—¿Debería ofenderme? —pone una mano en su pecho para enfatizar el drama.

—No, es que eres más bajito y compacto que yo y Yeonjun es más alto y suavecito, siento como, no sé... —vuelve a reír tratando de hacerse entender—Como si mi cuerpo se hubiera adaptado al de Yeonjunnie hyung, como si al abrazar o sujetar la mano de alguien y no la de ese alfa... Es como si algo no ajustara.

—Suenas tan enamorado, Soobinnie. Debí grabar esto para enviárselo a Yeonjun.

El joven alfa sonríe con las mejillas aún más rojas, encogiendo los hombros. Vuelven a la mesa con comida cuando reparten trozos del pastel y sirven largas copas con espumante entre los invitados para brindar por otro año de éxito de la empresa.

—Hay varios alfas que tienen los ojos en ti —comenta Bin sujetando su mano tibia

El peliplata lo sabe. Se considera atractivo, aunque no exactamente del tipo de omegas de gusto general, más de una vez le han dicho que tiene más aspecto de beta o inclusive de alfa. Mandíbula varonil y cuerpo ejercitado y esbelto —demasiado para ser omega—. Varias veces escuchaba que le faltaban las caderas un poco más anchas, el cuerpo con formas más suaves, menos triangular y el culo redondito que se supone que tan atractivo le parece a los alfas.

Mejor. Le gusta su cuerpo así como es.

Aunque igual terminó siendo imán de alfas especialmente dominantes, como si vieran en él a un interesante desafío.

No, gracias. Nunca ha querido entrar en ese juego.

A él también le gusta la dulzura y la suavidad.

— Por lo mismo necesito tu ayuda —responde frustrado—. ¿Te das cuenta lo terrible que es? Es decir, expreso un "No me interesas" e insisten, como si necesitaran verme al lado de otro alfa para respetar mi negativa.

Asiente incómodo, pensando avergonzado en las veces que se comportó de forma avasalladora, dejándose llevar sin meditar lo dominante que tienden a socializar a su casta.

Tae tira de su brazo hacia la barra, diciendo que faltaba algo fuerte. El azabache está de acuerdo porque comida y bebidas gratis no son cosa de todos los días.

Han reído de demasiadas situaciones desde su rincón de observadores, recrean diálogos imaginarios entre las parejas a distancia. Incluso se toman un par de fotos que le envían a Yeonjun, quien les responde con una selca de su cara con un puchero enfadoso de sus lindos labios curveados y un vaso de café reutilizable esperando en el auto de patrulla, añadiendo que su compañero está coqueteando con las chicas de las donas.

Disfrutan de la fiesta —mucho más de lo que Taehyun esperaba—. El omega explota en carcajadas cuando ve salir todo ese lado escondido de fanboy cuando su Soobinssi corea las canciones de Jieun y le aplaude con el furor de diez personas juntas.

—Es que, Hyung, ella es espectacular —dice conmovido que no alcanza ni a advertir que el mayor acaba de sacar una foto.

—Un regalo para Yeonjun —menciona antes de enviarla con un mensaje adjunto "Todo un fanboy"—. Debí grabarte.

—Yah, si él ya sabe que ella me gusta. Me ha escuchado cantar sus canciones mientras me ducho o cuando lavo los platos —comenta abochornado.

—Quédate con quien te acepte hasta en tus momentos más ridículos —el chef sonríe con ternura—. Una de las tantas señales que Beomie era la persona indicada en mi vida fue que no me juzgara por mis chistes ácidos, y cuando me dijo que mi risa le gustaba como mis ojos grandes fue que me declaré por completo enamorado.

Soobin asiente devolviendo la sonrisa. La mayor parte de los detalles de esa relación los supo a través de su mejor amigo, pese al tiempo es poco lo que había escuchado provenir de Taehyun respecto a su lado de la historia.

—¿Cómo lo hiciste? —Recién ahora se atreve a preguntar— Digo, al momento que supiste que estaba Kai.

—En ese momento no tenía idea qué hacer, lo único que tenía claro es que no quería alejarme de Gyu incluso si ello conllevaba sólo a una amistad. Al final Hyuka y yo parecíamos estar de acuerdo en algo: Ver al omega que adorábamos feliz.

—Hasta ahora me sorprende como ese alfa pudo aceptarlo —comenta una de las tantas inquietudes—, no es como que estemos predispuestos con facilidad a dejar ir a un omega —aprieta los labios, siente que esa frase aplica para cualquier pareja cuando una de las partes está fuertemente implicada en la relación—. Por lo general, los alfas tendemos a ser territoriales —rasca su nuca, tal vez no todos, y él es uno de los varios que sí—. Bueno, no todos, a veces me doy cuenta que estoy impregnando a Junnie hyung con mi aroma y las ocasiones que siento el olor de Kai en mi alfa no es como si quisiera molestarme gratuitamente, pero el enojo de mi lobo me quema en el estómago y terminamos sintonizando. Entonces se da cuenta y me mira como si fuera un Mocoso tonto.

—También sentí celos, seguramente Huening también, con el tiempo fueron desapareciendo cuando entendimos que éramos igual de importantes en la vida de Beom, que no era una competencia y que ninguno quería desplazar al otro —explica sintéticamente lo que fueron meses y meses de adaptación—. No sé si has notado que Hyuka no es un alfa con una presencia imponente, es muy reconfortante estar a su lado, no te sientes invadido por él.  Es tan cálido, me fue imposible no quererlo con el tiempo.

—¿Qué sientes por Kai? —indaga curioso con sus negros ojos en la mirada sonriente de su Hyung.

—Hasta ahora me lo pregunto.

—Es que como pretenden a futuro tener un cachorro...

—Asumo que Beomie te contó.

—Sí, está entusiasmado con la idea después que los resultados no fueron alentadores —dice como si sintiera que acaba de tocar un tema vetado al ver que la sonrisa desaparecía—. ¿En serio lo harás?

—Si es que no funciona el tratamiento, .

—¿No te asusta?

—No te imaginas —termina el contenido de su vaso antes de volver a llenarlo—. Tengo que aprovechar, de ser el caso pasaré largos meses antes de volver a probar el alcohol.

Bin le da ese espacio que le permite bromear con el tema y los pormenores de los embarazos, le comenta de antojos extraños que han tenido algunas personas.

—Tendrás un estacionamiento especial cuando salgas y te cederán lugares en las filas del banco.

—Me harán varios baby showers y ahorraré comprarme bastantes cosas.

Se toman un par de selcas más camino al baño, Taehyun acaba de manchar con salsa su chaqueta, que no duda en enviar por acuerdo mutuo a Beomgyu y Yeonjun.

También graba un corto video diciendo: —Quiero ser el padre de tus hijos —y le arroja un beso.

—Y yo podría ser el mejor padrino de la tierra —agrega Soo riendo al lado del omega.

[Mandé a Kai hyung a buscarlos].

—Tenemos uber —sonríe amplio el mayor.

El mayor se sienta en el lugar de copiloto y el pelinegro en el asiento trasero.

—¿Vas a tu apartamento o al de Yeonjun? —pregunta Hyuka respirando una ligera incomodidad.

—Déjame en el apartamento de Yeonjun hyung.

Lo único que quiebra el silencio es la radio sonando bajito y un par de risitas de Tae mientras Soo se dedica a observar minuciosamente al conductor.

—¿En qué piensas, Binnie~?

—Kai es un alfa atractivo —dice frunciendo el entrecejo, sin detener su análisis.

—¿Acaso estás celoso? —cuestiona el más bajo antes de soltar una risotada aguda.

—Por supuesto que sí —se lamenta—. No quisiera estarlo, pero es atractivo y brillante, Yeonjun hyung lo quiere y sé que Kai también. He podido olerlo antes —juguetea con sus dedos.

Huening no dice nada, sólo mantiene la mirada en el camino, sintiendo su rostro ganar calor. La risa del mayor no ayuda a aminorar el extraño ambiente dentro del vehículo.

—Acompáñalo, no quiero que se caiga por las escaleras —pide el peliplata ignorando la protesta del Dongsaeng respecto a que puede por su cuenta.

Hyuka regresa tras pocos minutos y suspira pesado.

—¿Cómo te fue?

—Dejé al cachorro en los brazos de Yeonnie hyung.

—Estabas muy tenso, ¿Te sentiste intimidado por un cachorro alfa?

—No fue tan así, pero no podemos negar que la presencia de Soobin puede ser imponente —comenta alzando los hombros aún con la incomodidad encima—. Es de esos alfas que irradian territorialidad.

—Soobinnie es competitivo por naturaleza, fue muy útil hoy, me quite a un par de molestos alfas de encima —dice sin borrar la sonrisa—. Todavía recuerdo cuando estaba encaprichado con Yoonnie. Si las miradas y las feromonas mataran, Kookie estaría muchos metros bajo tierra.

La tensión se disipa a medida que Taehyun le cuenta diversas anécdotas de la fiesta con una animada canción de fondo.

—Bien, te traje sano y salvo —menciona acompañándolo a la entrada del elegante edificio.

—Quédate, a Beom le gusta cuando despierta al lado de los dos —pide con suavidad apenas apretando su hombro.

Kai no logra leer con claridad al mayor, tampoco entiende bien los límites de su relación. Siempre ha sentido que la aceptación de Tae hacia él pasa por Gyu y por la búsqueda de hacerle feliz.

Sabe que Taehyun lo aprecia, pero ese aprecio tiene un origen justamente en el omega que actúa como punto en común de ambos.

—¿Y a ti, Hyung? ¿Qué es lo que quieres tú?

El más bajo permanece largos segundos observando la expresión tranquila del alfa. ¿Qué es lo que quiere?

Quiere estar al lado de Beomgyu. Quiere que la presencia reconfortante de Kai siga acompañándolo también.

—No querría que Beomie se aleje de mí, tampoco quiero alejarte de su lado —no sabe si se está explicando como desea, pero sí que refiere a un temor inicial desde que empezaron hace años—. Así como tampoco quiero que te apartes de mí.

A Hyuka lo toma por sorpresa esa última parte. Extiende sus manos para acunar y acariciar las mejillas del omega. La cercanía genera en el mayor una cuota grande de tensión que hormiguea en su estómago y el roce de los labios tan cerca de la comisura de los suyos terminan por agitar todo.

—Ni Beomie, ni yo nos pretendemos alejar, sea la decisión que tomes.

—No he cambiado de parecer, es sólo que estoy asustado y la mitad de mis miedos suenan tan tontos que ni siquiera querría decirlos en voz alta y sentirme ridículo.

—No son tontos, no los menosprecies.

—Incluso si son tan ridículos como temerle a los cambios de mi cuerpo, a las estrías y la piel que tardaré en reafirmar —confiesa uno de varios.

—No es un miedo tonto, Hyung —ahora besa su frente en un gesto que se le hace protector.

No sabe si porque Kai nunca ha tenido una presencia imponente o porque su aroma se mezcla con el de Beomgyu y ambos a veces parecieran ser una entidad, pero expone su cuello. Su lobo pareciera relajarse sabiendo que pertenece a una pequeña manada, que todos sus fantasmas de exclusión son sólo eso, fantasías. Kai deja un casto beso y susurra un "A dormir" cantado y armonioso.

Y esta vez es Taehyun quien duerme cálidamente envuelto entre dos pares de brazos como si sostuvieran cada parte de él.
  
  

°°°

¿Les gusta el acercamiento entre Kai y Taehyun? A mi me encanta, viva el poliamor y el Tyunning uwu 

Soobin es adorable, todo celoso y territorial con Yeyo cuando él lo adora por igual TT

Espero pasen una feliz navidad ¿Cómo la celebrarán, si es que la celebran? 🥰

¡Voten y comenten! ❤️

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