XVIII. Tontos temores

Soobin tiene encima los ojos mielaceos y curiosos de Beomgyu. Acababa de contarle algunos eventos de su semana, un par de ellos incluían salidas con Yeonjun, sin prestar atención de lo que hablaba hasta que fue demasiado tarde, su amigo parecía estar interesado en especial a este último detalle. Lo sabe, mira esa pequeña sonrisita que contiene una exclamación de esas que podrían escucharse en la ciudad entera.

Gyu lo observa fijo como exigiendo detalles y el policía alfa no sabe por dónde partir o siquiera si debería darle material a su mejor amigo para futuras burlas, pero el último par de semanas se ha sentido tan descolocado frente a las atenciones de Yeonjun y necesita canalizarlo de alguna manera.

Lo está cortejando, está seguro... ¿O será que sólo está sobre interpretando sus gestos amables? ¿Qué debería pensar de las tazas de café con tres cucharadas de azúcar y las donas, o las galletas o los panecillos rellenos que eran justo sus preferidos? También había noches en su apartamento que cocinaba para él o le regalaba un sándwich después de algún trabajo extenso o un agotador entrenamiento.

—¿Tu plan es que engorde o...Es tu forma de cortejarme? —recordaba haber bromeado nervioso y con el corazón se agitado. La respuesta lo dejó peor: Una pequeña y bonita sonrisa, y esos hombros que se elevaban.

—Tómalo como quieras, Soobin-ah.

¿Eso significaba un sí o un no? Si le gusta a su Hyung tal y como lo dijo esa noche entonces debe ser un sí. ¿Los alfas siquiera se cortejaban entre ellos?

—Beomgyu-ah, en algún momento...—piensa la mejor forma de plantear su pregunta sin que suene tonta. "No hay preguntas tontas, sólo gente estúpida que las hace, sin ofender, oficial Choi", se acordaba que un día le dijo Yeonjun cuando las provocaciones y la tensión era parte esencial de su relación. No puede decir que su Hyung rubio haya dejado de ser sarcástico a la fecha, pero se contiene bastante más antes de ser cruel gratuitamente con él. De vuelta a su interrogante... Traga saliva primero—. ¿Te sentiste cortejado por Taehyun hyung alguna vez?

—Muchas veces. Taehyunnie me llenaba de mimos y regalos antes de comenzar a salir.

—Es que es tan raro...

—¿Quieres cortejar a Yeonjun hyung?

No sabe cómo explicarle que ya lo ha estado intentando. Sólo siguiendo lo que cree que hay que hacer y su instinto. Lo ridículo de todo, es que aflora su innata competitividad. Entonces si su Hyung quiere hacer que ceda con mimos y ofrendas, él puede hacerlo el doble.

Partiendo por invitaciones a comer después de las jornadas, adelantarse a preparar el café o comprar donas. Yeonye lo aceptaba todo con sonrisas y esa mirada que decía: "¿Esto es una batalla?".

—Algo así. A lo que voy es que no tengo idea siquiera si entre dos alfas existe esta fase del cortejo, es decir, ¿Desde cuándo un alfa corteja a otro?

—Soobinnie, creo que te calientas la cabeza por nada. Esta fase del cortejo la tiene cualquier persona que quiere conquistar a quien le gusta —dice con un pequeño encogimiento de hombros—. También les hice regalos a mis Hyungs antes de salir con ellos, siempre creí que lo normal para cualquiera es poner un poco de esfuerzo para que la persona que te interesa se sienta consentida.

Asiente lento, fueron años en que le enseñaron rituales y comportamientos que debieran ser propios de su casta. Años en que su madre le decía que debía trabajar duro si quería sostener su propia familia y se enorgullecía cuando su hijo adolescente conseguía algún trabajo ligero después de clases y le pedía consejos para cortejar a algún omega que le gustaba, a dónde podría invitarle a salir, qué regalo debería comprar.

Ahora se siente en la otra vereda y su latidos retumban cada vez que su mayor lo mima. Como cuando encuentra un café y alguna golosina en el escritorio. Hace un par de noches estaba arropado con el cobertor, usando una de las camisetas holgadas de Yeonjun, quien caminó hasta el armario y le entregó una bolsita de cartón.

—Creo que podrían ser útiles —dijo con timidez, su voz era un poco más suave y su pulso endeble sacudió ligero la bolsa que colgaba de sus dedos.

Cuando vio un montón de tomos de sus mangas favoritos no lo pensó, echó los brazos a su cuello para un abrazo efusivo. Justo necesitaba los nuevos, pero lo que hacía que algo dentro de su pecho vibrara era tener la certeza que su Hyung se preocupaba de saber qué cosas le gustaban.

Soobin no quería quedarse atrás, invitarlo a cenar después del trabajo y tazas de café empezaban a ser poco...

Incluso, avergonzado decidió recurrir a otro de sus amigos en común para implorar dignamente un poco sabia orientación. Recurrió a Yoongi, ese omega no se reiría como de seguro lo haría Beomgyu. ¿Por qué Yeonjun nunca le había mencionado de su gusto por armar Legos? Necesitaba averiguar qué diseños conseguir para alimentar el pasatiempo de su compañero y de paso pedirle que le muestre sus creaciones, el par de fotos que le envió por mensaje no bastaban.

La competencia continuaba, Yeonjun sabía que le gustaban los animes igualmente y a veces llegaba con mercancía de los que más le encantaban. Soobin investigaba sobre el tipo de novelas que le gustaban a su Hyung para sorprenderlo con algún libro.

Una de las noches que regresaban después de visitar un nuevo local de fideos que se había transformado en uno de sus favoritos, caminaban por la calle iluminada y silenciosa, Yeon lucía tan atractivo con su ropa casual que apretaba sus labios y contenía sus ganas de estrecharlo fuerte y apegarlo a su cuerpo; debería hacerlo, notaba que su mayor estaba entumido, encogiéndose ligero cada vez que soplaba el viento frío. Le hubiera prestado su chaqueta o un chaleco si llevara uno, pero también se confió pensando que la temperatura se mantendría cálida.

Apenas había visto a un par de personas circular cerca, entonces decidió ignorar todo, quitarse la delgada bufanda de hilo que le regaló su madre hacía años y envolverlo en el cuello del de piel tersa y bonita, susurrando que el color rojo le quedaba bien, seguido de ceñir su cintura con los brazos.

—Puedes quedártela —dejó un corto beso en su nuca, hundiendo la nariz entre los cabellos rubios.

Bin siente que no hay forma de quitarse el olor a café impregnado en su memoria y de seguro sigue suave en su piel. Tampoco consigue que su corazón deje de brincar entusiasta cada vez que evoca los momentos en que Jun lo ha consentido.

Quiere que Yeonjun también se sienta tan mimado como él.

—Entonces, ¿Te gusta? —pregunta su amigo con una enorme sonrisa, inclinándose hacia delante en plena señal de interés.

—Lo que hacemos me gusta.

Le gusta.

Choi Yeonjun le gusta, por más admitirlo sea un golpe a su ego —se trata de un alfa después de todo, no sabe cuándo se acostumbrará a ello, si es que lo hace en algún momento—.

—Pero Yeonjun hyung, ¿Te gusta?

—Sí —admite resignado. Es eso o aguantar la insistencia y prolongar lo que ya es innegable. 

—¡¿Sí?!

—¡Sí! —gruñe alzando la mirada y con la cara que arde con la sangre acumulada en las mejillas—. Por eso me resistía decírtelo

Beom continúa sonriendo y Bin masculla sobre lo molesto que puede ser su amigo.

—Lo sabía sin que me lo dijeras, pero por fin lo admites.

—No es como si estuviera feliz sabiendo que me gusta un alfa —se queja sincero, después de todo siente que recién mira la punta de iceberg de lo que será su vida.

—No todos tienen la suerte de ser correspondidos.

"Claro, lo dice quien es correspondido por dos personas...", piensa con el sarcasmo en la punta de la lengua, pero no lo dice.

—Qué suerte la mía... —suspira no convencido. No podría afirmar que tiene suerte, es más, cree que sería mejor no gustarle al mayor, de haber sido rechazado de seguro su orgullo habría sido herido, pero con el tiempo lo superaría y todo seguiría un curso normal, pero ahí está Jun recibiendo cada beso, cada caricia, tentándolo a llegar cada vez más lejos.

Quiere rebatir respecto a que todo es una mala idea y que para peor recibe todos los incentivos y el apoyo para llevarla a cabo. "Hey, mira que tirarse del puente es una gran idea", sabe que es pésima, pero ya está planificado.

Yeonjun es como una experiencia símil a tirarse de un puente y Soobin  está trepando la barandilla sin arnés de seguridad, mirando con vértigo y asustado, aunque ansioso con el estómago apretado, haciendo cuenta regresiva para saltar. ¿Qué está esperando?

—Soobin-ah —pone ambas manos en sus mejillas y da pequeñas palmadas para sacarlo del trance—, sigues dando muchas vueltas. Te gusta y te corresponde mucho más de lo que imaginas, ese alfa está perdidamente enamorado de ti, ya verás que ni los miedos pueden hacerle tanto peso a la experiencia de estar con alguien a quien quieres —Gyu habla por experiencia personal—. No digo que no vayas a atravesar situaciones malas y que tengas que enfrentar muchas cosas, pero mira lo que han compartido, todo aquello que te atrapa de Yeonjunnie hyung y ahí ve si vale la pena, antes de que hagas cualquier estupidez.

—¿Por qué piensas que haré una estupidez?

La mayor estupidez que está haciendo es arrojarse del puente directo a los brazos de Yeon. Irracional, con las emociones revuelta ya saltó y no hay cómo devolverse mientras cae.

—Porque te veo con esa expresión angustiada. Hyung no merece eso y tú mereces a alguien que te quiera con locura.

—Yeonjun no me quiere con locura...

Sabe que le gusta, que le gusta mucho, pero de eso a estar "Perdidamente enamorado", "Quererlo con locura"... Es demasiado e injustificable. A momento se ha comportado como un crío tan insufrible como lo ha sido el alfa arisco, tiene que admitirlo. No entiende qué vio Yeonjun en él...

Se estremece pensando cuando hace pocos días lo miraba con ojos que brillaban con algo similar a la ¿Admiración? mientras enredaba los dedos en su cabello después de besarse. Esa noche quiso retroceder un par de pasos abrumado, pero sus brazos estaban aferrados a la cintura estrecha contraria.

—Tan ciego, Binnie —el pelirosa solamente ríe—. ¡Ustedes juntos se han transformado en mi pareja favorita!

—Nos vemos ridículos.

—Eso no les quita lo bonito.

—Estamos como en un juego de tira afloja, de perseguirnos, nos cortejamos mutuamente, nos vemos ridículos, parece más una competencia.

—Primero, no es ridículo, es bonito y divertido, déjate mimar. Segundo, Binnie, tú puedes transformar todo en una competencia.

—Lo peor es que me estoy quedando sin ideas, no puedo perder en esto...

—Dongsaeng tonto —dice con cariño antes de estrujar a su mejor amigo en un abrazo.

Beomgyu ya siente un alivio sabiendo la primera parte indispensable si quiere que las cosas funcionen entre sus dos amigos: Están enamorados el uno del otro. Sólo espera que Soobin no sea tan orgulloso y Yeonjun supere sus propios temores.

Ahora necesita compartir el entusiasmo y las teorías con los demás, necesita a sus novios, a Yoongi. Quiere hacer pequeñas apuestas como quién le pide primero al otro primero salir.
  
 

  
Beomgyu se divierte camino a casa recreando en su cabeza las escenas de cortejo que Soobin le estuvo relatando durante la tarde. Imagina cómo habrá sido ese momento en que ambos llegaron con regalos al mismo tiempo sumada a la mirada extrañada y curiosas de dos de sus compañeras y a su amigo deshaciéndose en nervios diciendo "Ofrendas de paz".

Tan tierno que es su Dongsaeng.

También recuerda el periodo en que Taehyun aparecía con una sonrisa y algún postre cocinado por él. Le preguntaba cuál era su platillo favorito para invitarlo a almorzar. Incluso en aquel periodo en que ambos sabían hasta dónde limitar la relación, su Hyung no dejaba de consentirlo.

Gyu sentía que debía hacer algo lindo de vuelta, señales que dijeran que el interés era mutuo, descartó cocinar desde que su primer flan nunca cuajó y Tae estalló en sonoras carcajadas cuando lo desmoldó frente a sus ojos y el líquido se desparramó en el plato y el mesón de la cocina.

—Pero qué...—Taehyun no lograba articular frases ahogado por la risa que retumbaba en las paredes— Mejor...—tomaba aire con lágrimas nublando sus ojos y las mejillas adoloridas—, Mejor... Puedo improvisar un postre.

—Soy dulce, podría ser el postre —respondió impulsivamente con una pequeña sonrisita mientras tendía un trapo seco sobre su desastre. Taehyun se atoró con la saliva y las mejillas suaves se colorearon de un lindo rosado—. Es broma, Hyung —se excusó al ser plenamente consciente de su insinuación. El peso de su vínculo con Kai marcaba los márgenes de hasta dónde podía llegar.

—No eres tan dulce como para ser un postre.

—¿Cómo qué no? —se quejó con un puchero.

Beomgyu optó por invitaciones y regalos. Su Hyung todavía conserva en la sala de estar el cactus que le regaló el día que compartieron el primer beso, envuelto en sentimientos encontrados y una enorme angustia en el pecho.

Taehyun se aferraba a su cuerpo y sujetaba su rostro, buscando una y otra vez sus labios salados, secaba sus mejillas con los dedos y lo estrujaba nuevamente con los brazos. Beom lo besaba variando la intensidad, suave primero, fuerte después, convenciéndose que por fin estaba pasando.
  


°°°


  
 
Lo primero que hace al llegar al apartamento de Taehyun es colgarse de su cuello al abrazarlo. Su mayor retrocede un paso para mantener el equilibrio, seguido de ceñir su cintura y devolver el corto beso de saludo.

Mira el cactus en la mesita de centro, al lado de una suculenta que les regaló Kai para aumentar el verde en el espacio.

Entre risas el menor le cuenta a su novio algunos detalles interesantes que averiguó sobre el par de alfas, poniendo a hervir agua en una olla por petición del mayor.

—Soobinnie me pidió hace poco una receta simple para hacer galletas —comenta Kang mientras saltea las verduras y la carne que acompañarán los fideos de arroz—. No tenía muchas esperanzas, pero me mandó una foto y quedaron bastante bonitas.

—No me contó que le preparó galletas a Yeonjun hyung—se queja con un pequeño puchero.

—Tampoco me dijo que eran para él, lo supe porque Hyuka envió a nuestro chat una foto de Yeonjun con las mejillas llenas, migas en la cara y una de esas galletas en la mano, ¿Acaso no revisas la conversación?

—Esta semana se acumuló mi trabajo entre sesiones y ediciones —saca de inmediato el celular del bolsillo para darle un vistazo a todas las notificaciones pendientes de todos los chats grupales que silenció.

—¿Kai viene a cenar con nosotros? —pregunta apagando la estufa.

—Viene atrasado.

—Tendrá que recalentar su porción —hace una seña con la mano para que Gyu se apartara y poder retirar la olla.

El más alto se encarga de llevar los platos a la mesa, el peliplata termina de mezclar todo en una fuente. Observa a su omega con la mirada perdida y no resiste abrazarlo por la espalda, estrechando su cintura, apretándolo cuando su Dongsaeng brinca ligero.

—Soobin es un pequeño cachorro asustado —comenta echando el cuello hacia atrás, apoyándose en uno de sus hombros amplios.

—Yeonjun también lo está, par de alfas tontos —acaricia su vientre con suavidad.

Beomgyu sólo responde con un suspiro relajado, accediendo fácilmente a los masajes que lo reconfortan.

Taehyun continúa, no se anima a preguntar nada. Desde que regresó del celo que compartió junto a Huening asume cuál fue el resultado y aunque Gyu no le diga, puede oler rastros de decepción.

—Otro celo más que no funciona —comenta finalmente, con la vista fija en las manos que reposan sobre su abdomen.

—A veces demora, pueden influir varios factores...

Choi piensa sobre la adaptación de su cuerpo tras dejar los supresores anticonceptivos que tomó por años, pero el tiempo que lleva sin ellos empieza a no ser una justificación suficiente.

—Supongo —dice inseguro apretando las manos tibias de Tae.

—Puedo acompañarte al médico —vuelve a repetir su sugerencia. La misma posterior a cada celo y test con resultado negativo.

—Puede ser un llamado de la vida a cuidar el medio ambiente y no tener bebés.

—Dejemos que los exámenes lo digan —rasca su nuca no queriendo sonar insistente, pero sabe que el tema de a poco comienza a ser un factor de ansiedad para el menor—. No me hagas llamar y pedir la hora en tu lugar, no te comportes como un cachorro.

—Es que no debería ser tan importante, a veces creo que es una búsqueda absurda. Hay más formas de llevar la paternidad.

—Para ti es importante —besa suavecito su nuca, un poco más arriba de la marca que dejó el alfa. Lo entiende muy bien, para Tae la idea de llevar un hijo sigue sin parecerle atractiva, es más, si le dijeran que no puede tener ninguno, no se quejaría; pero su novio es diferente, él realmente desea un cachorrito de su destinado, y como ha sido a lo largo de su relación, está dispuesto a apoyarlo, incluso si eso implica arrastrarlo a un médico para salir de dudas.

—Es que, Hyung... Sé que estoy bajo esta lógica romántica de pensar en una mezcla de mis genes con los de Kai hyung como si fuera lo más excepcional del planeta, casi como si fuéramos a traspasarle nuestra herencia mágica o algún súper poder—ríe acurrucándose contra el cuerpo del mayor—. Me gustaría tanto ver a quién se parecerá más y todas esas fantasías bobas.

—Hay que agotar las opciones antes de precipitarse, sabes que te acompañaré en esto.

Beom asiente, pasando saliva por su garganta. Tae deshizo el abrazo para servir la cena antes que los fideos se enfriaran. El menor de los omegas aprieta los labios armándose los escenarios mentales, recuerda que de niño fue reacio a los controles médicos y varias veces sus padres debieron recurrir a pequeños engaños en los que caía pensando que visitarían la juguetería, pero en lugar de ello, estaban frente a la consulta en un lugar con olor a limpio y gente de batas blancas que arrancaban lágrimas y sollozos de un pequeño niño con fleco que escapaba de la vacunas. ¿A quién le gusta ir a que lo pinchen, saquen sangre y diversidad de exámenes invasivos?

Si ya a regañadientes su madre lo llevó a realizarse un perfil hormonal al tiempo después que se presentó como omega y su interés en los alfas era tan escasos como su ganas de que insertaran una aguja en alguna vena del brazo. También recuerda con incomodidad el tacto y la vergonzosa exposición, aunque fuera tonto porque ese profesional revisaba montones de genitales en todas las formas y colores a cada casta.

La última vez que hizo una visita fue para pedir los supresores adecuados, luego buscaba excusas para saltarse los controles, al fin y cabo no tiene dolencias que justifiquen reservar una hora. Taehyun es quien insiste en controles periódicos y Beomgyu pucherea diciendo que no siente nada inusual. Le basta con pagar por sufrir en el dentista, está convencido que hay que ser un alma sádica por excelencia para disfrutar de ver a alguien con la boca abierta y extraer muelas.

Su labio inferior se abulta involuntariamente antes de notar que revuelve los fideos con los palillos. Imagina largas mañanas en el hospital, no solo le tomarán exámenes de sangre famélico por las horas sin comer, piensa en las ecografías y los instrumentos que introducirán dentro de su cuerpo y no, no quiere.

—No te comportes como un cachorro, Choi Beomgyu —lo regaña con cariño el omega, intentando ocultar la sonrisa enternecida—. Le escribiré a Yoongissi para que nos recomiende algún médico de su confianza.

—Gracias, Hyung —dice con la cabeza gacha y Kang siente que mira a un pequeño lobo asustado con la cola entre las piernas.

—Al menos hoy no estás evitando el tema —reconoce, recordando que Tae siempre cambia las conversaciones cuando proponía un asesoramiento profesional—. ¿A qué le temes, Tae-Tae?

Gyu ni siquiera sabe bien a qué, son mucho temores, algunos muy tontos, otros difusos, otros sobre pesimismo anticipado de aquellas cosas que prefiere no saber...

—No quiero estar una posición vergonzosa y que me metan un objeto extraño...

—Tontito, no es tan terrible como lo haces sonar —deja escapar una risa dulce y aguda—. Además Kai mete algo bastante más grande y qué decir de los juguetes —guiña un ojo divertido de la expresión de ojos grande de su novio.

—Y-yah, son contextos diferentes —responde con la sangre calentando sus mejillas.

Kai llega sonriente saludando a los dos omegas, dejando un beso sonoro en la cabeza de cada uno, antes de sentarse agotado tras un largo día de ensayos y clases. Agradece al mayor por la comida, el aroma deliciosos incrementa el hambre y su estómago ruge reclamando atención.

—Deberías recalentarla.

—Todavía no está fría —responde enseñando sus dientes en una sonrisa amplia, sus ganas de devorarse los fideos anulaban cualquier pormenor que distanciaran los segundo entre la comida y su boca—. ¿Por qué Beomie está rojito como un tomate? —pregunta luego de tragar un par bocados grandes.

Choi siente la presión del par de miradas y se encoge en su lugar antes de explicarle a su novio finalmente su decisión de acceder a una ayuda profesional. Huening alegre brilla más que el mismo sol, su aroma cítrico llena el ambiente tan vibrante como su entusiasmo, también se llenaba de ansias cada tres meses esperando que en algún momento su novio confirmara que resultó, aunque a la vez procuraba hacer lo posible para no terminar abrumando a su pareja  y luego restándole el peso diciendo "Ya llegará el momento".

—¿Cuándo comenzamos? También tendré que hacerme exámenes.

Continúa encogido en su posición y los dos mayores lentamente dejan de sonreír cambiando a una expresión preocupada.

—Beomgyu, lo siento, no tiene que ser ahora.

—No quiero que sientas que tenemos que apresurarnos —Kai suaviza la voz y acaricia ligero el cuello de su omega percibiendo el traspaso de su miedo y ansiedad.

—Está bien, me asusta todo esto —admite con una sonrisa triste—, y necesito que me empujen un poco o solo por mi cuenta no lo haría nunca.

Sabe que cuenta con apoyo, que ha atravesado todo un camino para formar una relación fuerte con los dos sujetos que le sonríen con cariño. También sabe que los miedos no se acaban y siempre pueden aparecer nuevos a sumarse al repertorio, pero no está solo y todavía puede darse el lujo de asustarse como un crío teniendo dos pares de brazos en los que refugiarse.

Si lo pone en una balanza su temor actual es menor al que enfrentó el día que le contó a Kai que estaba enamorado de Taehyun, un omega. Estuvo aterrado por semanas planeando cómo decirlo y pensando en muchos resultados catastróficos.

Menor al miedo de que Hyuka quisiera irse de su lado por sentirse engañado. No habrá superado ninguna barrera de contacto físico en aquel entonces, pero en su mente había fantaseado un montón con esos labios llenos contra los suyos y por todo el resto de su piel, lo cual tenía un peso en su conciencia y dedicaba disculpas silenciosas a su novio.

Menor a creer que Tae se aburriría y terminaría marchándose, después de todo lo arrastraba a una relación limitada, aunque llena de insinuaciones que solo quedaban en posibilidades imaginarias, el omega podría haberlo culpado y sentiría que era totalmente justo.

Menor al haber enfrentado a su familia que hasta ahora cuestiona sus decisiones.

—Es mi omega —recuerda haberles dicho con las piernas que temblaban.

—¿Qué estás diciendo?

—Es mi omega, estamos juntos...

—¡¿Y Kai?!

—No ha dejado de ser mi alfa.

No culpa a sus padres por haber hiperventilado. Si pudiera retroceder el tiempo, lo único que habría modificado sería decirlo con más tacto y prepararlos antes de soltar una bomba como si fuera una mala broma. Nunca fue su intención que sonara como broma, sólo que el pánico lo hizo inexpresivo mientras por dentro se derrumbaba aferrándose al brazo de Taehyung para no caer.

No se arrepiente de sus decisiones por más que alguien crea tener el derecho a invalidarlas.

Ahí está su omega que da un par de palmaditas a la cama. Su alfa que sonríe alegre con una camiseta holgada y blanca cortesía de Tae, quien le recuerda que debe dejar más de su ropa, que no por nada le hizo un espacio en el armario. Gyu se siente como un chiquillo mimado, aún más cuando dos pares de labios recorren suave y con cariño la piel expuesta.

El alfa lo abraza por la espalda y la punta de su nariz hormiguea en su nuca, el aroma a naranja le aporta seguridad. Se acomoda sobre el pecho duro del otro omega, la fragancia dulce, consistente y floral de la vainilla cremosa lo reconforta.

"Ni los miedos pueden hacerle tanto peso a la experiencia de estar con alguien a quien quieres". Cuando se lo dijo a Soobin también era un recordatorio a sí mismo. Puede seguir enfrentando lo que sea.
  


  
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Amo mucho el Taegyunning uwu

Ya Soobin ha caído por Yeonjun 7u7 Se vienen cosas INTENSAS

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