XI. Caer
Soobin se siente tan raro, hay una especie de peso en su estómago y su garganta está seca. Algo similar a despertar y estar en una habitación que no es la propia y preguntarse cómo fue que llegó ahí. Una borrachera y tener los flashes de todo lo que hizo.
Tiene flashes de cada escena y está sobrio, pero no se siente como tal. Quizá las feromonas y el aroma a café se le subieron a la cabeza y eso lo está nublando.
Debe asumir que besó a Yeonjun, que nadie lo obligó, que estaba furioso y tenía enfrente su boca rosada y húmeda, entonces lo besó. No solo un topón del cual pudiera excusarse y decir: "Mira, me fui de bruces y choqué con tu boca, ¿Nunca te ha pasado?", no, los chupó, lamió y mordió, hizo cuanto quiso con esos labios.
Y Choi le correspondió...
El oficial Choi mayor no lo tomó por los hombros para alejarlo de golpe, sino que estrelló brusco sus labios, empujó sin delicadeza la resbaladiza lengua en su boca -claro, después que él hizo lo mismo y probó hasta el último rincón-. Yeonjun sólo respondió con la misma ferocidad con la que arremetió primero.
Un beso amargo. Un beso violento porque la piel delicada de sus labios ardía y estuvo más cerca de ser un ataque que una caricia.
¿Qué demonios había pasado?
Sí, se habían besado, lo tenía claro, aunque la explicación que le dio a Jennie omitió ese ínfimo detalle. Mentirle a ella no hacía que pudiera extender esa modificación de la realidad a sí mismo, por más que quisiera convencerse que fue otro de sus anormales sueños y despertaría aliviado bajo su cobertor calentito.
Cambió de pregunta: ¿Por qué había besado a Yeonjun? Ni la más mínima idea. Fue la rabia, el calor y unos labios que se veían mojados y apetecibles. Puede que algo tuvo que ver con sus ganas extinguir sus sentimientos por Yoongi-aunque su idea no era enfocarse en un alfa, sino conocer a otros omegas-, con su extraño sueño y ese llamado desde sus entrañas a devorar a ese sujeto insufrible que tenía contra la pared.
¿Por qué había besado a un alfa? Sin duda comienza a sopesar que necesita darse una pausa del trabajo y buscarse un omega. Tal vez se aproxima su celo y hay necesidades que saciar, debe chequear su calendario.
¿Por qué Yeonjun-otro alfa- le había correspondido sin un ápice de asco? De momento es su interrogante sin respuesta.
Hasta dónde recuerda nunca había sentido alguna de las esencias fuertes y picantes de otros alfas como algo atractivo. Le incentivaba a sentir rabia, querer pelear, competir, a veces rechazo, pero nada que lo asociara a la excitación con matices sexuales, porque asume que si Lisa y Jennie no hubieran abierto la puerta habría continuado restregándose entre las piernas se su compañero.
"Maldita vergüenza". Si ya después de soñar algo perturbador con su mayor era difícil mirarlo a la cara, qué quedaba para después de lo que acababa de pasar. Tenía un día entero para digerirlo, para llamar a alguna de sus aventuras casuales por si estaban disponibles, despejar su mente y después pensar cómo conversar el tema con Yeonjun sin morir en el intento.
¿Qué sentirá su Sunbae al respecto?
Él por su parte estaba jodidamente confundido, por último si el otro alfa hubiera iniciado, tendría un poco de responsabilidad que ceder y decir "No sé, solo me dejé llevar y no, no quería pelear contigo" y aún así su excusa hipotética sonaba vaga y penosa.
¿Por qué su lobo no se opuso?
No hay respuesta, su animal interno está igual de desconcertado.
"¡Maldición!", se trata de Choi. Compañero de trabajo, Sunbae, Alfa. Arisco e insufrible Alfa.
Se pasea por su apartamento como el animal enjaulado que siente que es. Prende el televisor pero no logra concentrarse, cambia de canales buscando algo de su interés, pero da la vuelta completa con su cabeza puesta en el beso. Suelta un quejido frustrado cuando las dos personas con las que cuenta para encuentros casuales no están disponibles.
[Para la próxima ;)]
Le había escrito Yoonji. Al menos no descarta la posibilidad para otro día.
Al final si termina con la compañía de un omega. La de Beomgyu que lo invitó a almorzar. Reclamando que en su día libre su mejor amigo debiera tener prioridad en sus planes y no ser la opción de descarte.
El problema es que estar frente a Gyu es una proposición a desnudar todos sus problemas y preocupaciones.
Y actualmente se siente atormentado...
Taehyun le sonríe a sus dos menores después de comer la mitad del plato de Tteokbokki que preparó por petición de su novio antes de levantarse de la mesa e ir a acurrucarse bajo sus frazadas.
-Tiene una cara terrible y comió la mitad del plato, ¿Está enfermo? -pregunta Soobin preocupado.
-Están con las grabaciones finales del programa y se acerca su celo -hace un pequeño puchero-, está muy cansado, así que como buen amigo me ayudarás a lavar platos y limpiar la cocina.
-Conste que lo hago por Taehyun hyung -suspira pesado, aunque de acuerdo en facilitar la carga extra de sus amigos omegas.
-¿Y por mí?
-No -declara juntando los platos vacíos.
Además de ayudarlo con la cocina terminó sentado en el sofá doblando ropa mientras Beomgyu señalaba cuáles eran las prendas de Kai que dejaba en otra pila.
-¿Para esto me invitaste? -pregunta reevaluando el uso que le está dando a su día libre.
-Y porque quería verte -le sonríe travieso como un niño.
No le molestaba ayudar en tareas domésticas, aunque no es para nada su panorama predilecto. Su madre siempre le incentivó la importancia de saber hacer de todo en la casa -cocinar no se le da bien, pero lo intenta igual- para cuando viviera solo o si después formaba una familia no dejarle una carga extra a su pareja. Incluso ella lo promocionaba entre los hijos e hijas omegas de sus amigas diciendo que su adorado Binnie, además de ser un guapo policía, es muy hacendoso.
Su madre tiene un ligero complejo de miedo a la soledad que lo extrapola a él, destinando energía en buscarle una pareja antes de los treinta porque está convencida que su hijo ya debiera sentar cabeza. Cada ocasión que puede le recuerda que envejece y quiere nietos.
No es que no quiera, sólo que él quiere ser quien encuentre a una pareja de la que se sienta enamorado y no armar una relación apresurada por el temor a que pasen los años y la soltería se vuelva permanente al igual que la soledad.
Y sí, quiere una pareja, quiere mimos, panoramas caseros, viajes, más mimos, muchos, y toda la intimidad que se pueda compartir junto a otra persona. Quiere hijos, pero más adelante, todavía es joven y quiere disfrutar...
"¿Así como disfrutaste los besos con Yeonjun?".
Por queeeé, lloriquea para sus adentros. Su mente acaba de sabotearlo con maestría. Iba todo tan bien, estaba pensando en otras cosas. Estaba concentrado meditando sobre su vida, también en que la ropa quedara pulcramente doblada y al mismo tiempo no perder el hilo de la conversación incesante de Beom sobre una sesión de fotos canina que tuvo que realizar.
-Tan adorables, Binnie, ¡tengo que mostrarte las fotos! -Gyu pausa su entusiasmo y escruta la reacción nerviosa de su Dongsaeng que acaba de morder su labio inferior y estrujar la tela de la camiseta con los dedos.
El omega sabe que algo raro pasa con su amigo, respiró la preocupación apenas apareció en la puerta. Ha sido paciente, ha esperado que sea Soobin quien hable sin tener que presionar, pero su amigo pareciera batallar consigo mismo. Es como un bollito y necesita comprimir un poco para que el relleno explote por las grietas de la masa blandita. Porque Bin es blandito, aunque no lo admita.
-Ah, las fotos, sí, después me las muestras -dice sin mirarlo, limitándose a alisar la tela.
-Algo te pasa, lo sé. Te conozco desde que era un crío que me perseguía para que le diera vuelo en los columpios del parque y que lloraba a moco tendido cuando se raspaba las rodillas.
-Yah, también recuerdo esas cosas, no es necesario que las menciones.
-También fui yo quien te consoló cuando una omega te rompió el corazón y te alimenté con litros de helado.
-No sigas -traga saliva, sabe que su amigo tiene un amplio repertorio de recuerdos lamentosos de su niñez y adolescencia.
-Seguiré hasta que me digas qué pasa contigo, algo te preocupas -aclara Beom que clava la mirada insistente-. ¿Me dirás?
Bin traga saliva nervioso, su garganta acaba de secarse, traga de nuevo porque no sabe cómo trasladar la frase que formó en su cabeza a sus cuerdas vocales para que emitan sonidos coherente que no sea un pequeño quejido como el que acaba de soltar.
-Te vas a reír de mí...
-Seguramente lo haré, como tu amigo me reiré, pero también intentaré comprender y ayudar -sonríe con cariño.
El menor toma aire y vuelve a repensar la frase y la explicación. No puede ser tan difícil, pero entre los "Mira...", "Es que pasó algo que...", "No es como que lo hubiera pensado, sólo lo hice...".
Está siendo una tortura llegar al punto. Toma aire y cuenta hasta tres, como la primera vez que se perforó las orejas y le dijo a la chica "Hazlo rápido, por favor".
-Besé a Yeonjun -emite sin respirar, veloz y de corrido-. Ayer yo...
-¿Ayer tú besaste a Yeonjun? -repite el pelirosa incrédulo, parpadeando.
-Besé a Yeonjun -vuelve a decir y nuevamente las imágenes regresan prístinas a su mente confusa.
-¡¿Besaste a Yeonjun?! -alza la voz sorprendido después de procesar la información que al principio juró haber escuchado mal.
-¡Yah! -le da un manotazo en el brazo y su amigo deja salir un alarido-, no grites, Seúl entero te debió haber escuchado -masculla entre dientes.
-¡¿C-cómo pasó?! -todavía no se recupera del shock. Es decir, imaginaba que ellos dos podrían ser compatibles o que en algún momento de tensión podría pasar algo, justamente como lo que acababa de contar, solo que una cosa es fantasear con un romance o una aventura entretenida de su Dongsaeng y otra es que confirme que está pasando, que se besó con Yeonjun.
¡Besó a Yeonjun!
Quiere correr a despertar a Tae y contarle. Quiere escribirle a Kai también. ¡Está pasando!, tal y como le habían especulado...
-Baja la voz, maldición -se queja con un gruñido frustrado y evaluando si debió o no contarle.
-Lo siento, Binnie, es que me sorprendió. Continúa, por favor -pide suavizando la entonación, pero internamente está gritando.
-Estaba furioso, estábamos discutiendo, le reclamaba y sentía ganas de saltarle encima como un animal salvaje y no sé qué mierda pasó y lo besé.
-¿Y Yeonjun hyung qué hizo? -indaga tratando de sonar comprensivo, conteniendo el entusiasmo.
-Me besó de vuelta.
-¿Y qué pasó después? -comienza a fallar su propósito porque la emoción vibra en su entonación curiosa.
-Nos separamos justo cuando intentaban abrir la puerta.
Beomgyu realmente lo intenta, se muerde la mejilla por dentro, esconde el chillido de emoción, pero su imaginativa cabecita está recreando la escena como si fuera una película de romance, toda esa tensión sexual de la que hablaba su novio omega traducida en dos alfas que intercambian miradas salvajes y un beso que piensa como brusco y desordenado, lleno de mordidas y tirones de pelo, batallando por el dominio de la situación.
No puede más y las carcajadas brotan por cuenta propia y resulta peor mirar la cara de desconcierto de su amigo porque le da más risa y tiene que sujetar su estómago, duele y también siente que se ahoga.
-¿Por qué demonios te estás riendo? -reclama ofendido y con arrugas en el entrecejo.
-P-perdón -junta ambas manos, pero sigue soltando pequeñas risitas-, es que todo es tan... -aunque no sabe cuál de todas las palabras que se cruzan por su mente utilizar para definir la situación.
-¿Tan qué? -masculla con la mirada hastiada.
"Si hasta estás mimetizando algunas reacciones de Yeonjun hyung", quiere decirle enternecido.
-Ya sabes, el calor, las hormonas, a veces la rabia se tramita de formas graciosas -intenta explicarse a riesgo de ganarse otra expresión ofendida.
-¿Qué tiene de gracioso?
-Que te besaste con Yeonjunnie hyung, todavía lo estoy procesando.
-No entiendo por qué pensé que era buena idea contarte -rezonga con los brazos cruzados.
-Por qué soy tu mejor amigo y estás atormentado.
Está atormentado y sabe que su mejor amigo no lo juzgaría, he ahí el motivo, porque es a la única persona a la que a fin de cuentas se siente capaz de contarle.
-Besé a un alfa...
-¿Y cuál es el problema? -pregunta cansado de reír y dispuesto a contener a su agobiado amigo.
-Ese mismo, besé a un alfa.
No quiere ofenderse por la forma en que Soobin lo dice, aunque la primera vez que le comentó afligido que sospechaba que le gustaba Taehyun hyung, un omega, el alfa de cabellos negros hizo una tonta pregunta: "¿No te estarás confundiendo?". Y continúo con comentarios que si bien no eran malintencionados mostraba la realidad que tenía que enfrentar a raíz de sus sentimientos: "Lo siento, es que no es común".
-Pero quiero apoyarte Beomgyu.
Y entiende que ahora esté haciéndole frente a eso que escapa de su criterio de lo que es y no es normal. Ahora que lo está viviendo y no escuchando de parte de alguien más.
Soo seguramente está asustado y no lo admite.
-También beso a un alfa y a un omega varios días de mi vida y no veo el problema.
"Claro, seguro, tu relación es la norma misma, ¿Quién no tiene dos novios y una marca?", Soobin se traga sus palabras, está molesto y más propenso a esparcir comentarios mordaces.
-No me estás entendiendo -farfulla jugando con los dedos que comprimen la camisa de Kai-, besé a un alfa y no a cualquiera, al complicado, insufrible y sarcástico oficial Choi.
-Intento entenderlo.
-Nunca me había sentido atraído por un alfa, ni siquiera podría decir que me sienta atraído por Yeonjun...
"¿No?" y como sus pensamientos son unos traidores, le exhiben imágenes de su Hyung con el cabello revuelto y las mejillas rojas después del beso. Le enseñan esa mirada oscura, profunda y afilada que lo estremece. Le señala esas facciones y piel tersa que sabe que lo hacen atractivo...
-No te atormentes, Soobin-ah.
-Me pides algo difícil, me siento tan... Raro -aprieta sus labios y sus ojos están fijos en sus manos y la ropa que acaba de arrugar.
-No es raro, ni tan anormal como debes estar pensando -dice conciliador, agregando un par de palmaditas en su hombro-. Taehyun me ha contado algunas cosas curiosas que ocurren a veces cuando los alfas pelean, en ese momento son como bolsas de hormonas y feromonas revueltas, a veces entre el instinto y el deseo de dominar las cosas cambian y suben de tono.
Lo sabe por Taehyun, por Kai, por Yeonjun como fuentes cercanas, especialmente por estos dos últimos. Beom tiene presente que a veces puede ser un poco bocazas y sin necesidad que lo expriman soltar información, pero omite cualquier comentario sobre el policía rubio, aún sabiendo que podría ser hasta un alivio para Soobin decirle que no es el primer alfa con el que su compañero se ha involucrado. La intimidad de sus Hyungs es sagrada para él.
-Para ti nunca fue raro sentirte atraído por un omega...
-No, varias veces lo asumí como posibilidad. Me pareció más raro sentirme atraído por un alfa -se encoge de hombros.
-Nunca me habías comentado eso.
-Claro que no, era un adolescente asustado, no quería que pensarás que tú asombroso Hyung era una anomalía ambulante y dejaras de considerarme genial.
-Te consideré genial solo hasta que tenía diez, después solo pasaste a ser mi torpe Hyung.
-Pero soy tu Hyung, lo admites, ¿Por qué nunca me dices Hyung? ¿O que soy genial?
-Porque si te digo Hyung o que eres genial los humos se te suben la cabeza.
Beomgyu le dedica una sonrisa feliz y el aroma dulce a canela y vainilla funcionan como un relajante temporal. Si bien no siente un peso menos, la conversación le ayudó a bajar un poco el nivel de ansiedad.
La tranquilidad comienza a esfumarse cuando piensa en que se encontrará con Yeonjun al día siguiente y termina por desaparecer al segundo que suena su móvil, mira la pantalla y es su madre. Decide contestarle, siempre lo llama un par de veces a la semana para saber qué es de la vida de su "Pequeño hijo" y de paso, entre línea y línea, decirle que le gustaría tanto que conociera a la linda hija omega de su nueva vecina.
Suspira exhausto y responde un tal vez cuando vaya a visitarla. Antes vivía con su familia nuclear en Seúl y fue un alivio que sus padres decidieran volver a Busan, su tierra natal. Su madre insistió en que fuera con ellos, pero Bin miraba más por sus posibilidades de libertad e independencia que lo llevó a meterse a la academia de policía. Alfa, joven, buena condición física, buen reporte de calificaciones; fue un candidato más que bienvenido. Además fantaseaba con ayudar y usar uno de esos uniformes en los que seguramente se vería atractivo.
El tiempo jamás se detiene y su turno por la tarde se aproxima. Llega, no está preparado y encontrarse con Jun es inevitable. Su primera reacción al verlo es un maldito sonrojo, la sangre sube hirviendo y le quema las mejillas. Su compañero también luce notoriamente incómodo y ambos rehúyen el contacto lo más posible, inclusive tratan de evitar estar en el mismo sector.
-Convencí a Yeonjun sunbae de hacer el patrullaje conmigo hoy -dice Jennie con su sonrisa afable.
Esa omega es su salvadora y Soo le agradece aliviado y con creces, le promete comprarle algún bollito relleno de chocolate, ya que sabe que a su Noona no le gusta ir al trabajo en terreno y prefiere las labores administrativas, pero aún así fue capaz de cambiar el turno con Yeonjun, quien claramente no estaba en posición de negarse si tampoco quería estar junto a él.
Aunque los dos saben que no pueden eludirse por siempre, las horas alejados al menos sirven para digerir y enfriar la situación.
Yeonjun entiende que el chiquillo policía lo evite, por su parte también lo hacen. Lograron no coincidir por un día, cree que podrán continuarlo una vez más, al menos hasta que vuelva Jungkook al mando, pero de momento aprovecha de modificar un poco sus turnos. Necesita buscar a alguien más para que lo reemplace en el patrullaje...
-Hablé con Soobin para que cambiemos lugares, creo que estarás más cómodo en un auto conmigo que con él.
Siente que quiere más de lo normal a Lalissa que sin necesidad de pedirlo pareciera leer su mudo llamado de auxilio.
-Gracias -dice sonando pleno de alivio.
-Yeonjun sunbae, no podrás evitar a Soobin por más tiempo.
-Lo sé, pero necesitamos un poco de espacio, lo más que podamos conseguir.
La de mechas niega y palmea su hombro, dándole un empujoncito para que avance al mesón de recepción.
Al tercer día ambos están al borde de un colapso, jugar a esquivarse deja de ser posible ahora que Kook ha finalizado su corta ausencia e insiste en ponerlos en labores juntos como si intuyera algo.
Siempre intuye algo y fuerza las cosas entre los dos, Yeon está convencido. Ni siquiera intenta persuadir a su jefe para que lo envíe a otro sitio, a cursar partes o al centro comercial a recoger a los pequeños ladrones de tiendas, cualquier movimiento hará que Jungkook saque conclusiones.
¿Y si ya lo sabe? ¿Si el chisme ya llegó a Yoongi y Jungkook? No quiere arriesgarse a preguntar. Prefiere ser él mismo quien se lo cuente a su amigo omega.
Suspira pesado y se mentaliza para su tormentosa jornada. Primero en la recepción junto al Mocoso y por la noche una agradable ronda juntos por uno de los sectores residenciales que tienen en la mira recientemente por actividades sospechosas que parecieran apuntar a tráfico de drogas.
Necesita un café. Muy cargado.
-Yeonjun sunbae...
El aludido frena en seco, siente cada músculo de su cuerpo rígido cuando la vocecita de su compañero atraviesa sus tímpanos.
Soobin sabe que les quedan largas horas por delante y le apremia empezar a darle resolución a eso impulsivo que hizo. Se fuerza a reunir valor y enfrentarlo, jalándolo del brazo a la cocina que se encuentra vacía, afortunadamente.
-Prepararé café -susurra nervioso-. ¿Quieres café?
-Sí, gracias -dice bajito también.
Tira de sus cabellos negros y piensa qué demonios decir. Lo del café sólo fue su rompehielo improvisado.
-Lo que pasó...-no sabe cómo iniciar-, mira sé que es raro que los dos...Es que yo nunca con un alfa...-maldice para sus adentros haber perdido la capacidad de elocuencia -fue...Olvidémoslo.
Ahí está su predicción. Lo obvio. Soobin sugiere olvidar y Yeonjun lo aceptará, porque no puede forzar a que el alfa alto lo mire distinto y le tome importancia a algo que no quiere. Yeonjun desea que la relación se mantenga llevadera, con bromas y sonrisas, con peleas tontas y sin importancia, como hace algunos días atrás, cuando pensaba en que se estaban llevando mejor.
-Bien, no hay problema.
-¿Sí? ¿No hay problema? ¿No estás...?
Y Yeonjun no sabe qué demonios pasa consigo cuando está con ese Mocoso y sufre de incontinencia verbal. Entonces sólo suelta eso que se supone que tenía escondido bajo llave en algún rincón de su mente.
-Un par de buenos besos, eso fue todo -dice sin variar la expresión de su rostro, aunque por dentro tiembla, sabe que acaba de emitir una estupidez y tiene que arreglarlo. Improvisar sobre la marcha-. No te armes problemas por nada -miente, porque para Yeonjun fue mucho.
Fue un exceso al cual nunca debió tener el permiso de acceder y probar.
Mira al menor boquear un par de veces como si intentara encontrar una respuesta, da rápido la media vuelta antes que sus propias mejillas delaten que también está más que avergonzado por semejante confesión. Se dedica unas sarcásticas felicitaciones por contribuir a la incomodidad.
"Bien, Choi, justo lo que buscabas".
Y el turno en la recepción fue: Concentrarse en registrar cada denuncia y no mirar a Soobin, puesto que hacerlo significaba querer enterrarse en un hoyo y no salir hasta que ambos tuvieran fallas en la memoria y omitieran que dijo una frase tan embarazosa.
°°°
Así que eso fue para Yeonjun. Su corazón da saltos agitados. Buenos besos. Sus mejillas se calientan con la voz ronca haciendo eco en su cabeza. Su lobo está con porte orgulloso y todo es tan raro. Lo embarga una pequeña cantidad de euforia que le hace querer reír. Estuvo atormentado pensando en el tema, queriendo -y al mismo tiempo no- saber qué pasaba por la mente de su mayor y básicamente acaba de darle a entender que le gustó...
Y es un mitigante a esa ansiedad que lo carcomía con culpa al admitirse muy a regañadientes que también lo disfrutó.
Ambos lo disfrutaron.
"¿Qué demonios pasa contigo, Choi Yeonjun?".
¿Cómo va a olvidar todo el asunto con lo que su compañero acaba de decir?
Si antes se sentía confundido, actualmente hay un caos de pensamientos y emociones arremolinadas.
-Vamos, nos toca -Yeonjun lo llama por la espalda y lo hace brincar ligero. Está lleno de calor y cosquillas por dentro.
Confundido a morir y sofocado dentro del vehículo con su Hyung. Sus aromas están mezclados, la combinación en fuerte y está cargada de incertidumbre. Nota que el mayor ha de sentirse similar a él.
"Un par de buenos besos", vuelve a repetirse.
Niega con un movimiento de cabeza y se regaña, tienen trabajo por delante y no debería estar pensando en todo eso que quiere olvidar.
Jun le pregunta si quiere hacer una pausa para ir por café. El alfa rubio pide un sencillo expresso, Bin prefiere algo más cremoso y dulce como un mokaccino y una dona con trocitos de oreo que tanto le gustan.
Soo limpia los restos de glaseado y migas de sus labios con la servilleta de papel. Nota que su mayor no lo mira, está más silencioso que nunca con la vista a sus pies.
Todo el patrullaje ha sido tan tenso. Lo podía respirar. No quiere que siga así, no cuando antes bromeaban y ponían canciones sonando bajito.
-Bueno, no sé por qué tanta seriedad entre los dos después que me besaste -dice en un tonto impulso por romper el hielo.
No se suponía que diría eso. Sólo quería un comentar algo similar a un "¿Por qué tanta seriedad?". ¿Qué está pasando con su autocontrol y filtro?
-¿Qué yo te besé? -suelta ahogado.
A Soobin le entran las ganas de reír cuando ve a su Hyung tratando de disimular que acaba de atragantarse con el café. Sus hombros se sacuden, cubre su boca y escucha un ligero carraspeo.
-Bueno, no tan así. Te besé, me besaste, sé que nos besamos -está siendo espontáneo y disfruta de la expresión de sorpresa ajena-. Sólo que a veces me gusta provocarte, es la costumbre -sus labios se extienden en una sonrisa y sus ojos se entrecierran-. Después de todo fue un par de buenos besos, ¿O no?
Y un par de buenos besos no pueden ser considerados como nada. El alto no quiere que sean nada, pero al mismo tiempo la vocecita del sentido común le dice que lo deje así, que estuvo todo el condenado día buscando excusas para olvidar la exquisita boca blanda del alfa que está a su lado con semblante incrédulo. Es un peso en el estómago lidiar con sus propias contradicciones, tirante de un lado y del otro, se siente como una cuerda a poco de romperse.
-Ni siquiera debí decirte eso -comenta desviando la mirada claramente avergonzado.
Quiere un par más de esos buenos besos, es un grito desde lo instintivo, de su lobo orgulloso que puede poner una pata sobre el del otro Choi. Una necesidad. Su boca que se hace agua con solo enfocarse en esos labios rosados, un poco curveados y peculiares, tan perfectos que se le antoja devorarlos.
"Suficiente, deja de hablar, deja de mirar su boca", el pelinegro se exige a sí mismo desde el sentido común que quiere salvarlo de caer.
-Pero Hyung~, me alegro de saber que beso bien, ¿No te alegra saber que hiciste un poquito más feliz a Dongsaeng? -no puede dejar de hablar, apenas alcanza a procesar las frases que va construyendo.
¿Acaso el Mocoso le está coqueteando? Le sonríe ladino y sus ojos brillan como los de un chiquillo ansioso de realizar la próxima gran travesura de su vida.
-Guarda silencio, bébete el café y retomemos el patrullaje. Nos estamos retrasando -reclama nervioso, intentando desviar el tema.
-Tan mandón, Hyung. Podría silenciarte si quisiera.
¿Por qué le está coqueteando con tanto descaro a Yeonjun? El plan inicial era hacer como si no ocurrió... Aunque no esperó esa halagadora respuesta del mayor y algo, como un torrente de deseo, rebasó de su contenedor y ahora se desparrama por su vientre mientras no puede dejar de mirar esos labios rosados y húmedos. Jugosos como una fruta dulce. No, dulce no, ácida y amarga.
Una boca tentadora como un café en un día frío.
La tensión en el auto se ha vuelto sofocante porque sus esencias se han intensificado y está atrapada entre los vidrios polarizados.
-No te atrevas, Mocoso -nota que Soobin estudia su boca con los ojos oscuros y desafiantes.
Su lobo entiende que hay una proposición de juego implícita y se agita emocionado. "Tonto animal, ahora no", ruega para sus adentros.
-¿Qué no me atreva a qué?
Yeonjun sabe que si habla será como desafiarlo. Un alfa joven y tozudo como el que tiene en frente caería si lo hace...
Él mismo seguiría cayendo más profundo si lo hace.
No alcanza a morderse la lengua y quedarse callado. Lo hace:
-A silenciarme.
Muy tarde, Soobin se había inclinado hacia delante y atrapado el labio inferior del oficial Choi entre los suyos, succionando ligero y mordisqueando suavecito antes de soltarlo. Una acción para tentarlo y ahora el mayor no puede hacer más que seguir cayendo.
-Maldito mocoso -toma su rostro con ambas manos y lo acerca a su boca para reclamar un beso hambriento, lleno de todas las ganas que estuvo escondiendo celosamente desde que lo pusieron a su lado.
°°°
Bin se pregunta qué demonio están haciendo. No se supone que debiera estar al lado de alguien -un alfa- como Jun, recostado en su sofá, dejándose devorar los labios mientras se frotaban con el uniforme puesto. Es consciente que intercambiaron un par de besos más, intensos y bordeando lo agresivo, antes de seguir con su labor, que conectaron muchas veces las miradas ansiosas durante lo restante del turno, luego tan impulsivo como todas sus últimas decisiones, preguntó: -¿Dónde continuamos?
-Podemos ir a mi apartamento.
Y ahora todo se reduce a sus bocas juntas y empujes duros. Está rígido bajo el pantalón y no deja de moverse acompasado a su compañero que emite ruidos roncos contra sus labios. No resiste, tampoco lo piensa, está con una sobrecarga de información táctil, emocional, y novedosa. Su nariz pica con los aromas fuertes. Está intimando con un alfa, eso basta para que haga cortocircuito.
"Estoy besando a un Alfa, estoy besando al jodido oficial Choi Yeonjun... Otra vez".
Se está deshaciendo lentamente. Soo se pregunta desde cuando los besos son algo tan intenso. Está lejos de ser el primero, ha compartido varios anteriormente, ha tenido sexo varias veces también -con omegas, claro está-, pero nunca se había sentido tan excesivamente consciente de todo. Aroma tostado, sabor a café, calor, chasquidos mojados, respiraciones pesadas mezclándose y lenguas que resbalan al contacto. Cree que es mucho, demasiado, excesivo cuando ve que el ruvio se despega de sus labios y finos hilos de saliva conectan sus bocas.
"Estamos mal", piensa abochornado, pero no frena y su Hyung tampoco parece tener intenciones.
Un poco más. Sus bocas se unen húmedas otra vez y su Sunbae empuja con todo lo que tiene. Lengua sobre la suya y las caderas cómodamente situadas entre sus piernas abiertas.
Jun lo aplasta y sospecha que no solamente porque no hay espacios entre sus cuerpos.
Está duro, hay una necesidad urgente abajo, palpitante y caliente. Yeonjun también lo está y se restriega con un vaivén que lo hace jadear en medio del beso. Las descargas llegan de cada zona estimulada. De su boca, de la ingle, especialmente ahí, epicentro del hormigueo que producen sus nervios tan activos que no dejan de recibir y transmitir un bombardeo de información que lo tienen gimiendo aturdido.
"No deberíamos". Piensa separando más los muslos, alzando las caderas, la fricción lo trae al filo de fundir su sistema. Quizá la falta de sexo le juega esta pasada, porque la idea de un encuentro semejante con un alfa amargado como Choi no debería sentirse así de bien. De hecho, no debió ni siquiera estar dentro de sus planes, pero nuevamente dio pie a que esto pasara, lo invitó a continuar.
Y nuevamente Yeonjun no lo rechazó.
Ahora están en una batalla, los labios arden y cuando el más bajo los muerde sólo atina a gemir y apretar los dedos en sus hombros. No hay aromas dulcecitos y la sensualidad suave de un omega. Todo es brusco y caliente. "No tendría que sentirse así de bien...", pero su pene pareciera estar en desacuerdo, se alza más que feliz con los roces placenteros y dolorosos.
-Soobin-ah -pronuncia ronco y el aliento acaricia sus labios mojado. Las cosquillas viajan directo a su entrepierna.
-Esto no está bien -murmura ahogado, sin soltar al mayor.
-Entonces, ¿Nos detenemos? -presiona con su pelvis, un empujoncito corto y Binsisea arqueando la espalda.
"Por favor", pero sus manos viajan directo al culo de su Sunbae y lo atrae más fuerte. Cierra los ojos y siente a cabalidad la extensión rígida, estima el grosor y la longitud. Incluso su mente aventurera y curiosa comienza a recrear una imagen de lo que no ha visto. Piensa en un omega igual de pálido que su Hyung con quien estuvo algunas veces, recuerda los subtonos cafés que lucían más como un rosado clarito en los adorables pezones y en el glande que se veía apetecible. Se pregunta si será así cómo se verá su Hyung en contraste con su piel íntima de tonos más oscuros, recrea en su cabeza la punta mojada de líquido preseminal y la forma en que se empieza a abultar la base. Le gustaría sentir directo el tacto del nudo grueso presionando sobre el suyo.
"Qué mierda..." se espanta de sus pensamientos y lo erótico de la imagen de Yeon desnudo. Tanto como la que tiene ante sus ojos, aún si lleva el uniforme se ve increíble. Su Hyung de cabello desordenado, con una fina capa de sudor, labios rojos después de varios besos y magulladura con los dientes. Aquella expresión que se contrae y a Soobin se le corta el aire.
Vuelve a degustar la lengua escurridiza de Choi y antes de siquiera darse cuenta con el cúmulo de sensaciones abrumantes acaba de tener un maldito orgasmo, llega de golpe, un placentero tirón en la ingle y cortos espasmos con los ojos cerrados. Uno como si fuera un tonto adolescente. Está tan avergonzado que evalúa la posibilidad de tirarse por la ventana, aunque Yeonjun viva en un tercer piso y existan más posibilidades de salir vivo y con fracturas múltiples que muerto -si es que la vergüenza no lo mata primero-.
No quiere levantar el rostro y toparse con un semblante burlesco de parte del mayor. Uno que le recuerde lo penoso que fue correrse con la ropa puesta solamente por un poco de fricción y besos. Aprieta los labios y se arma de valor, a la primera señal de que el rubio vaya a mofarse le dirá: "¡Lo más bien que te estabas frotando entre mis piernas, maldito Hyung alfa pervertido!", pero lejos de toparse con el panorama esperado, el policía de cabellos rubios tiene el mismo rostro que transita entre la sorpresa y la confusión, también nota la mancha húmeda en el pantalón del contrario.
-Esto es un desastre...-murmura Yeonjun con la voz rasposa. No sabe si lo dice por los pantalones o porque acaba de tirarse al pozo del que no podrá salir-. Quítate esa ropa -y acaba de sonar tosco y Soobin lo mira con ojos aún más grandes-.Traeré ropa limpia, ve al baño. Cámbiate, lavaré eso -se explica con mayor claridad, mejillas rojas y señalando la prenda sucia.
El policía más joven asiente, aunque no está procesando bien lo que acaba de decir. "Acabo de meterme con un alfa, con mi compañero, con Choi Yeonjun", es lo único que pareciera estructurarse con sentido en su mente aturdida llena de palabras inconexas.
Camina hacia la puerta que le señala el mayor, atraviesa su cuarto pulcro y ordenado, al entrar al baño está en las mismas condiciones. Su Hyung le entrega una toalla y ropa deportiva holgada. Asiente mientras piensa: "Acabo de tener un orgasmo con un alfa, con el maldito oficial Choi Yeonjun, qué-estoy-haciendo-con-mi-vida".
Está tan avergonzado que cosas que habitualmente haría, como dar un vistazo curioso a los productos de la repisa, quedan relegada a segundo plano. Se da una corta ducha aturdido, apenas cavilando que su cabello olerá un poco como el de Yeon porque está usando su shampoo.
"El cabello de Yeonjun huele bien. Yeonjun huele bien".
Tira de sus hebras negras con frustración. No está logrando frenar los pensamientos que descienden como una cascada.
Se viste con la ropa limpia, el aroma del suavizante es ligero y agradable, si su mente no fuera un caos le preguntaría qué marca está usando. El pantalón de buzo le llega ligeramente más arriba de los tobillos y la camiseta es un par de tallas más grande. Imagina que el ojos oscuros debe nadar dentro de esa prenda.
"Adorable", lo imagina y es ... Adorable con su rostro de mejillas suaves, cuando sonríe y sus ojos se achican con pequeñas arruguitas. Una dualidad en contraste a su expresión salvaje.
Arrastra los pasos hasta la sala de estar. El rubio le informa que la ropa está en la lavadora al pasar por su lado en dirección al baño.
Bin traga saliva, está sensible, porque hasta la tela se siente como una caricia. No lleva ropa interior y el roce lo percibe aterciopelado entre sus piernas. Se niega a pensar en los besos y en los cuerpos frotándose, justamente en el sofá que está sentado esperando con kilos de timidez encima.
Los aromas inundan el ambiente, fuertes e intentos. Piensa que el café no debiera mezclarse con el limón y el jengibre.
Yeonjun llega y se ve guapísimo con la camiseta blanca y un pantalón delgado que caen sueltos. Lo mira caminar al sofá y la prenda no deja mucho a la imaginación. "Suficiente, Soobin", se regaña.
-Ya falta poco, luego meto tu ropa la secadora... Si quieres puedes llevarte lo que traes puesto, te puedo prestar una chaqueta o algo por si tienes frío -se sienta a su lado, pero guardando la distancia.
-Esto es raro...-dice Soo sin pensar, así como varias de sus acciones del día. No sabe por dónde partir, si porque está siendo tan amable o que ambos son dos alfa que acaba de tener una sesión de besos y sexo seco.
-¿Qué cosa?
-Todo, que seas amable, lo que hicimos recién -intenta explicarse, no logra sostener su mirada. Ninguno de los dos-. ¿No fue desagradable? Digo, soy un alfa después de todo.
-¿Te pareció desagradable? -pregunta el mayor, pasando saliva por su garganta, esperando cualquier respuesta, pero sabiendo que no terminará bien de todas formas.
Soobin niega apenas. No quiere mentir, al menos no esta vez que fue tan evidente que lo disfrutó, gimiendo, besándolo y no por nada le dejó un espacio entre sus piernas.
-Aún así, lo siento, Hyung. Partí con esto -admite avergonzado-. Digo, provoqué esto de los besos y no sé qué mierda estaba pensando, y menos qué pensabas al corresponderme. Debiste empujarme.
Yeonjun reprime el amago de sonrisa resignada que quieren formar sus labios. Lo había estado deseando por tanto tiempo que hubiera sido imposible empujarlo. ¿Acaso no se daba cuenta? Ha respondido a cada una de sus tentativas, se ha tirado voluntariamente al pozo del que ya no saldrá, ¿Y pensaba que lo rechazaría cuando hasta admitió que le pareció bueno besarse con él?
"Mocoso tonto", pero él se siente aún más tonto porque sabiendo que no saldrá nada positivo, tomó todo lo que pudo antes de quedarse sin nada. Aunque a veces obtener y perder, se siente peor a nunca haberlo tenido.
-¿Podemos simplemente no dejar que las cosas sean incómodas entre nosotros a pesar de este...Desliz.
"Un desliz". Eso fue para Soobin y Yeonjun tenía en mente desde el primer beso que la conversación concluiría en ese término al que ya estaba tan acostumbrado.
Por desgracia, no dejaba de ser un pequeño pinchazo en el corazón. Una ligera angustia que cerraba su garganta.
-Como quieras, Mocoso.
°°°
Soobin, te vas a arrepentir de esto asjakmapa
Opiniones aquí ><
¿Les gusta la imagen al inicio? La edité yo uwu
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