VIII. El beta más dulce del mundo

-Está sonriendo -señala la asistente omega junto a una expresión alegre y curiosa mientras lleva la carpeta entre los brazos-. Puedo preguntar qué es lo que le hace sentir feliz.

Jungkook sonríe más extenso y los pequeños surcos se forman en sus mejilla. Lisa piensa que son un bonito adorno que suavizan la expresión seria y analítica de su jefe, incluso le resta años, como si viera a un muchachito tímido, pero feliz.

-Siento que todo va bien últimamente, es extraño, pero hay que disfrutar de estos tramos de paz -se encoge hombros y mantiene su humilde y bonita sonrisa.

La policía asiente y desvía el camino por el pasillo a la sala de archivos. Kook continúa avanzando, mirando a la distancia a Yeonjun y Soobin, parece que discuten -eso no es nuevo- porque el menor se cruza de brazos y el alfa rubio reclama. Las peleas entre ese par no acaban, pero ya no los envuelve esa aura incómoda, ese ambiente que corta más que cuchillo recién afilado, todos lo notan y comentan que por fin se llevan mejor. Yeonjun no le ha pedido en más de tres semanas un cambio de turno.

Incluso, y para su absoluta sorpresa, una tarde los escuchó en el cuarto de archivos, estaban ordenando los documentos de la semana en tanto Yeonjun exhibía los talentos de su ágil lengua rapeando sin errar en ninguna frase, Soobin acompañaba con su voz armoniosa haciendo los coros. Tuvo que hacer una prueba de realidad, parpadear y recordarse fecha y año, después que el par de alfas chocaron los puños. Jungkook se alejó rápidamente sin intención de interrumpir.

Igual se lo estuvo cuestionando, sopesando la posibilidad de algún tipo de alucinación visual y auditiva producto de la falta de sueño y exceso de lectura.

Cuando le contó a Yoongi el omega sonrió con entusiasmo, exclamando un "Por fin" con tono cantarín, juntando las manos.

-Ellos son como el mar, ahora todo es tranquilo y hay marea baja, pero espera que cambie la posición de la luna y el viento agite el oleaje -había comentado intentando dar un vistazo al futuro a ese par de sustancias explosivas. Tan hormonales, tan territoriales, tan dominantes y aunque Yeon solía tener más temple, a veces su naturaleza saltaba con chispas, en otras ocasiones sus enojos eran silenciosos, pero aterradores-. De todos modos, me alegro demasiado que se lleven mejor.

-Yeonye es un buen domador de alfas -bromeó coqueto trepando a su regazo y envolviéndolo con las piernas.

-Creo que Soobinssi es... Especial para él. Lo mira distinto, al menos tengo esa sensación que no me puedo quitar de encima.

-¿Distinto cómo? - indagó curioso en la perspectiva del más alto.

-Como te miraba cuando te conocí -besó su frente y el peliazul se sonrojó , comprimiéndolo más fuerte con sus extremidades firmes.

Ahora Kook analiza a su amigo con un amago de sonrisa y las manos escondidas en los bolsillos mientras el oficial Choi Soobin se aleja echando humos. Incluso a la distancia que los separaba escuchó el tenue bufido del menor.

Pero Yeonjun...

El alfa parecía no ser consciente que mantiene una mirada anhelante y cargada de algo así como una ligera esperanza.

-¿Qué? -pregunta cuando se da cuenta que es blanco del escrutinio de su jefe y los labios que apenas se curvan, como si estuviera conteniendo la ganas de reír.

-Te ves feliz -dice sincero y se encoge de hombros con modestia.

-Quizá te empieza a fallar la vista, debe ser porque has envejecido.

Jeon ríe ligero, ya no aguantaba, y está seguro que su vista no tiene ningún problema.

-Eres mayor que yo por un mes.

-Pero no me falla la vista.

Mirar a Yeonjun es como un reflejo al pasado. Cuando conoció a Yoongi también se sintió anhelante y esperanzado, portaba una cara que lo delataba, se lo decían.

Y con el pasar del tiempo pasó a sentirse un torpe enamorado de aquel adorable chico "Beta".

Tanto años y sigue tan torpe y enamorado de Yoongi.


°°°



Jungkook juguetaba con su teléfono móvil, escribía y borraba el mensaje con las mejillas ardiendo. ¿Cómo podía ser tan difícil invitar a alguien a salir? Ya habían conversado algunas veces a través de textos con el Hyung adorable de la fiesta. De hecho, al día siguiente de conocerse le escribió para saber si llegó bien y cómo se sentía.

-Envía el maldito mensaje -dijo Taehyun impaciente, sin perder la atención de los cupcakes que decoraba con crema de colores.

-¡Yah, Tae, no es fácil! -se quejó revolviendo su propio cabello morado.

-Lo es, solo aprietas un botón y ya está -deja la manga rellena a un lado, sin pedir permiso coge el celular de las manos ajenas y presiona el "Enviar".

[Si tienes tiempo libre, podríamos salir, si quieres ;)]

-¡Taehyun! ¡¿Qué hiciste?! -exclamó con el pulso disparándose al cielo-. ¡Iba a borrar la carita! Qué vergüenza.

-Te estoy ayudando, tonto.

[Me encantaría, Kookie <3]

-Mira, si hasta puso un corazón, ese chico es adorable -el omega le devuelve el teléfono a su amigo y retoma la decoración a medio terminar.

Lo sabía muy bien, el chico mayor era dulzura pura. Llevaba pensando en él la semana entera. En esa tierna sonrisa de gomita con ojos cerrados y mejillas gorditas.

-Yeonjun me preguntó si te puede agregar a sus contactos, le conté que escuchas hip-hop y te gusta improvisar.

-Claro -asintió todavía mirando embobado el mensaje.

-Entonceees -pronunció largo y con diversión-, ¿Alguna idea para tu cita?

-Ni siquiera sé si se trata de una cita -respondió nervioso bajo la mirada fija de su amigo -, pero quisiera que fuera una -rascó su nuca. Imposible no estar deshaciéndose como gelatina al calor cuando recordaba esa sonrisa y ojitos que desaparecían en dos adorables líneas.

[Podríamos salir este sábado]

El beta emitió un ruido bajito, las mejillas le quemaban y el hormigueo se extendía por sus entrañas débiles, escribiendo cuidadosamente su respuesta, releyéndola antes de enviarla, meditando si agregar o no un emoticón.

Tanta exageración para mandar un sencillo:

[Sí, te invito a almorzar]

Quizá debió agregar el emoticón, se leía muy serio, como los mensajes que les escribía a sus profesores por mail. Solo le faltó el "Saludos cordiales" y un "Quedo atento a sus comentarios". Golpeó su frente con la palma.

[Creo que a Jungkookie le gusta consentirme]

Creía que podía morir, hasta las orejas le ardían mientras sonaba la estridente risa de Kang que le decía: -Este Hyung adorable te está coqueteando -su mayor continuó ahogándose con las carcajadas intentando hablar al mismo tiempo-. Estás sonriendo como un bobo, es tan divertido ver al templado Jungkookssi con esa expresión.

-Yah, es un beta demasiado adorable, sabes que me superan las personas adorables -puso las manos sobre sus mejillas intentando que enfriaran la piel afiebrada por la vergüenza.

-¿Beta?


Jungkook llega a la casa por la noche. Absolutamente silenciosa, solamente escucha sus pasos, prende la luz y avanza a la cocina. Yoonie aún no termina su turno, seguramente aparecerá en la madrugada.

Disfruta su vida tranquila.

Disfruta tener un tiempo para sí mismo.

Disfruta que no se desvanece esa sensación ansiosa de esperar a que su novio llegue y le bese la frente o sobre los labios cuando entras sigilosamente y sin prender la luz.

Se encierra en su estudio renovado. Todavía se siente aturdido y al mismo tiempo contento como un niño que le dan el minuto feliz en una juguetería. Está atiborrado de esa alegría que le hace querer reír.

Aprovecha el lapso de soledad, gran contribuyente de inspiración y la emoción cálida, ambas funcionan como impulsores creativos. Coloca los audífonos y se deja absorber por su propio mundo, lo demás desaparece en tanto el sonido envuelve sus sentidos, porque hasta percibe las vibraciones retumbando junto a sus latidos.

Se propone revisar sus trabajos y hacer algunos arreglos, quieres que estén rozando la perfección antes de presentarlos como proyectos. Hace una pausa para chequear el correo y responde un par, no los que impliquen el trabajo en la estación. También le envía las piezas listas a su amigo, quien como productor lanza sus trabajos al público, le da reconocimiento y un un buen porcentaje de las ganancias.

Le gusta ver cómo su trabajo anónimamente se abre paso. Se le escapan pequeñas sonrisas cuando escuchas esas piezas resultado de su preciado hobbie en las radios, en los videos musicales. Le gusta ser artífice. La mente tras alguna canción que toca el gusto y el alma de los oyentes. Le enorgullece que se llenen de vida interpretado por personas talentosas y apasionadas. Entonces "JK" puede cumplir uno de sus sueños de dejar un pedacito de sí mismo inmortalizado y a la vez llevar una vida normal y tranquila dentro de lo que se puede en su oficio.

Deja sus últimos y más concentrados restos de energía para su obra más preciada, solo la ha compartido con su amigo y compañero -YJ- quien le ha ayudado con los arreglos. Lo habitual era compartirlo con su novio, pero no aplica si pretende hacerle un regalo sorpresa.

Se siente como todo un adolescente pensando en una canción que hable sobre amor, pero no puede evitarlo. Adora a Yoongi y si alguien le ayudó a darle un sentido e interpretación a esa simple palabra fue su novio. Quiere transmitirlo todo, los aprendizajes, lo que significa en su vida, incluso los temores. Es tanto que alcanza el punto de no saber cómo ponerlo en palabras.

Finaliza antes de llegar a frustrarse. No quiere que al menos esa pieza se enturbie pensando en plazos imaginarios. Lo hace por gusto y amor, y quiere que se conserve así.

Yoon sigue sin llegar. Lo espera despierto bajo el cobertor, lo hace con la luz tenue de la lámpara y un libro en las manos. El cansancio le impide leer con fluidez, debiendo detenerse a repasar los párrafos.

Gi casi no hace ruido. Descalzo y pasos ligeros cruza el pasillo.

-Deberías estar durmiendo -besa fugaz sobre sus labios.

Kook, en efecto, se está quedando dormido, apenas enfoca bien cuando lo mira cambiarse de la ropa blanca de hospital al pijama, pero se esfuerza en esperar. Yoongi se mete a la cama y el beta lo atrapa entre los brazos. Un poco de mimos diarios son tan importantes como el agua.

-Hyouka me contaba que una de sus compañeras abrió una academia de baile con varios horarios y descuentos por inauguración...

-¿Estás proponiéndome ir contigo?

Cuando lo conoció además de ahogarse en libros, Yoongi adoraba bailar. Le sigue gustando, la música vibra en su cuerpo y el omega la traduce con gracia absoluta. Lo hace al mover sus pies al ritmo de la canción, al tamborilear con sus dedos las superficies al son de las melodías que le gustan. También al bailar mientras se desplaza por el pasillo y no puede olvidar cuando está desnudo sobre su regazo o balanceándose entre sus piernas.

Perfecto.

-Aunque sea una vez por semana -hace un puchero.

-Bien -acepta con un bostezo cansado.

Sabe que si se atreve a tomar clases y no temer de hacer el ridículo fue porque Yoonie lo ayudó a bailar. Le daba una vergüenza terrible lidiar con sus pies izquierdos. Incluso en una de las primeras citas -quinta, para ser exactos- vivió el terror de enfrentar una pista.

Han tenido montones de citas a lo largo de su relación, pero es imposible olvidar las primeras. Al principio no lo creía, pero el peliazul se lo confirmó a la tercera salida cuando le agradeció por "Las mejores citas que he tenido", su corazón había latido desembocado. Lo que Kookie estuvo tratando de no idealizar pensándolo como lo más concreto posible: Salidas a comer y paseos improvisados, fueron desde el inicio más que eso.

A la cuarta cita visitaron un museo, la exposición fue novedosa y entraron a salones llenos de espejos y colores donde miraba al lindo chico a fragmentos. Ambos sonriendo y de la mano observaban sus reflejos felices. Caminaron todo el trayecto de vuelta a la casa del mayor con los dedos entrelazados y las palmas sudorosas. Un par de jóvenes torpes, nerviosos, comenzando a experimentar los estragos de un enamoramiento.

Se sintió morir esa noche cuando el adorable chico se paró en las puntitas de los pies, enrollando los brazos en su cuello. El beta se dijo "Ahora o nunca", el pálido había cerrado los ojos y Jeon se acercó lo suficiente para acariciar los labios suaves con los suyos, entonces Min ejerció más presión y sus bocas resbalaron húmedas. El tacto era tan suave y blando. Tan tibio. Justo como su corazón que se fundía igual que los malvaviscos calientes, también sus piernas. Sentía que se desarmaba, pero estaba entero siendo sostenido en un abrazo.

La quinta cita fue un enfrentamiento al terror, Yoongi prometió organizar una hermosa salida para los dos que incluyó una primera parada por la cafetería durante la tarde y una salida a bailar por la noche. Jungkook sabía que ni siquiera deberían aceptarles la entrada, en especial al chico con rostro aniñado y tiernas mejillas mullidas-con todo y que era el mayor entre los dos-, pero bastó mencionar el nombre de Taehyun al joven que custodiaba la puerta y el permiso fue concedido. El beta había suspirado resignado, pensando en como su amigo se reiría de él preguntándole si le pisó los pies a su acompañante.

-No sé bailar -había advertido con una dosis de terror corriendo por sus venas, pero tampoco queriendo rechazar los planes que le proponía Yoon. Lo que quería expresar era que lo intentaría, pero no prometía un resultado positivo y prefería dejar la advertencia hecha.

-Te enseñaré, Gukkie -insistió sonriendo a la par que sujetaba una de sus manos.

-Es que de verdad no sé -intentó explicarse rascando su nuca con la mano libre-. No se me da, para nada, te pisaré los pies -mientras más explícita la advertencia mejor.

-¿Me dejas ser tu profesor?

-De verdad te pisaré los pies...-trató de recordarle. No quería pisar los pies del adorable chico "Beta".

-¿Me dejas?

Terminó asistiendo y avanzó todavía agarrado al sujeto más bajito hasta un lugar disponible en la pista, entre varias personas que transpiraban y bailaban sin inhibiciones. Min dejó un par de besitos en su mejilla diciendo que se relajara y siguiera sus movimientos. Lo intentó, pero se sentía tieso como mármol. Los dedos del menor escarbaron sus costillas y se retorció con pequeñas risas.

-Así está mejor, más relajado - el mayor sujetó sus caderas e iba guiando el movimiento, Kook se dejó manipular como un muñeco mientras esas manos iban armando una secuencia simple-. No tenemos que preparar una coreografía para nadie. Solo disfruta de bailar conmigo.

Y sí que lo comenzaba a disfrutar a medida que la vergüenza se evaporaba junto al sudor. Rodeaba la cintura de Gi y se acercaba a su cuello que acariciaba con la nariz. Había una mezcla de aromas agradables, el toque salado de las gotitas que mojaban su piel y dulzor que atribuía al shampoo o al perfume. Se apegaba un poco más y el roce aumentaba, podría morir ahí mismo si el menor balanceaba las caderas tan arrimado a su pelvis. Suspiró sofocado, el entusiasmo del Hyung alegre lo ahogaba, su mirada oscura y llena de deseo lo hipnotizaba.

Era la presa de ese tierno chico.

Y otras personas miraban como una presa al chico adorable. Al principio creyó que era paranoia suya, pero luego, cuando se abrían paso hacia la barra, un sujeto delineo la cintura de Yoongi con descaro y se acercó a hablarle traspasando los límites del espacio personal. No pudo entender con el bullicio, pero se irguió molesto, preparado para actuar, pero su acompañante gruñó y con determinación apartó de un manotazo el agarre ajeno. Varios pares de ojos curiosos cayeron sobre ellos y el hombre se alejó sin siquiera unas disculpas.

Había sido tan incómodo, para Min incluso más. Lo miró con los ojitos brillantes y angustiados cuando salieron esquivando a las personas. Jungkook no se resistió a abrazarlo apretado y preguntarle cómo se sentía y que por supuesto lo llevaría a casa porque no se veía bien y la preocupación lo carcomía.

-Odio a esos malditos alfas que se aprovechan en cualquier oportunidad...-guardó silencio, lo vio tragar saliva frustrado-, es decir, se veía como uno...-agregó nervioso.

-Vamos a casa, pediré un taxi y te acompañaré -sonrió con cariño besando su frente.

Yoon tembló y nuevamente lo estrujó con sus brazos fuertes.

Yoongi era fuerte. Jungkook se sentía comprimido e intranquilo. No entendía.

-Prometo continuar las clases de baile, pero en privado -dijo con un puchero triste.

-Cuando quieras -respondió antes de un beso corto en los labios y caricias en el cabello oscuro.

En esa ocasión no entendió porque todo se había tornado tan extraño e incómodo. Con el pasar del tiempo lo hizo. Cuando el pálido confirmó aquello que le tenía con montones de cabos sueltos.

El celo. Ese día de la quinta cita se aproximaba la fecha en su calendario biológico, por eso su aroma brotaba más intenso en el ambiente, mezclándose con tantos otros, pero atrayendo la atención no deseada de aquellos alfas con olfato agudo y hormonas bullendo.

Todavía le causa gracia. En aquel entonces solo paso como una experiencia extraña e incómoda. Con un Yoon que le decía por teléfono a un consternado Kook que solo se había enfermado del estómago.

Ahora su lindo novio despierta enfurruñado quejándose que se avecina el celo con retraso de algunas semana, pero que al menos su reserva de supresores estaba abastecida. Kookie sugiere que puede ser debido al estrés por los turnos extra que está tomando y que necesita darse un descanso. Se acerca a su cuello y percibe algo tan, pero tan ligero de pizcas de dulzor ácido y corrobora la afirmación. Se estuvo preguntando varias veces en el pasado si era sugestión hasta que su Hyung sonrió tan alegre cuando dijo "¿Frambuesas?" por primera vez.

Son pocas las veces que ha sentido aromas. Tan pocas y contadas con los dedos de una mano, quizás sumaba un par de la otra. Solo en momentos muy intensos y apenas lo percibe sutil, la reminiscencia del perfume luego de desvanecerse en la piel, un toquecito de olor, que fácilmente se confundía con otros estímulos olfativos del ambiente. Quizá con Taehyun un día de crisis y celo repentino. O el amargor tenue en otra ocasión que Yeonjun estaba furioso.

Frambuesa, la primera vez que Yoongi pasó un celo no planificado a su lado y sin supresores, suplicando por ayuda. Por supuesto que lo ayudó, asustado, abrumado, pero deseándolo como nunca. Después mientras dormía corrió a la farmacia más cercana y luego lo llenó de mimos y cuidados, incluyendo comida recalentada que su madre había dejado en el refrigerador.

Incluso tuvo que llamar a Tae para preguntarle cómo lo hacían sus parejas betas para lidiar con sus celos. Su amigo estalló en carcajadas agudas al otro lado de la línea diciéndole que le sorprendía que no lo estuviera buscando en internet -lo peor, era que sí lo pensó-. Después la segunda parte conflictiva fue saber que los padres de su novio estaban ofuscados de que su hijo no regresara en tres días.

De partida estaba claro que no le agradaba a los señores Min, al principio Tae le planteaba que quizá con otro peinado y ropas... Luego Yeonjun le confirmó que las cosas no iban por ahí, "Si hubieras sido alfa...". Jungkook se llenaba de culpa, no quería ser responsable de gatillar conflictos entre su novio y sus padres, pero él insistía que no se trataba de eso, que eran problemas inevitables si ellos se veían con el derecho de vetarlo de estar libremente con alguien a quien amaba. Ahí el corazón del mayor terminó por derretirse.

"No es bueno para mí, ni una relación familiar sana si no aceptan que tengo autonomía para decidir que quiero hacer y con quien quiero estar".

Actualmente los señores Min lo toleran porque los años han pasado y no les queda una alternativa más amigable si desean mantener un lazo medianamente estable con su hijo.

-Disfruta de quedarte en cama un rato más -deja un beso en sus labios.

-Siempre tan atractivo con uniforme -le sonríe coqueto-. Que tengas una buena jornada, Jungkookie -desliza sus dedos por su cuellos, reclamando un segundo beso.

Le dedicó una sonrisa de conejito antes de tomar las llaves del velador. No ha llegado a la estación y ya presiente que será un largo día de trabajo. Cuenta las semanas para que sean vacaciones y arrancarse de la ciudad junto a su novio, pero todavía faltan algunos meses y todo tiene que estar en orden para no dejarle exceso de carga a sus subordinados, aunque Yeonjun solía recordarle que tampoco era justo que él tuviera que responsabilizarse de tantas tareas y que debiera delegar más, para después usar la frase que atacaba justo en la conciencia "¿Acaso no confías en tu equipo?".

Al llegar va saludando de una a las personas con quienes se cruza. Observa las espaldas de Jennie y Lisa que conversan sin reparar que está cerca, intenta no ser impertinente, pero no puede evitar que su atención descifre que hablan de Yeonjun y Soobin, algo respecto a que entrenan juntos más seguido. De paso recuerda que ha pasado tiempo de la última vez que practicó defensa personal junto a su amigo, debería proponérselo.

-Soobinnie me pidió las llaves del gimnasio ayer en su horario de descanso, se veía emocionado...

Lisa es la primera en voltear y con una pequeña venia saludar a su jefe, seguido de Jennie que calló abruptamente y sonrió, disculpándose por no saludar antes. Jungkook todavía no se acostumbra a que las personas lo traten con tanta formalidad, menos cuando hace un par de años atrás estaba en la misma posición que ellos.

-No te disculpes por eso -dice con su humildad característica y las dos mujeres le sonríen con cariño.

Sabe que es querido por la mayoría de los oficiales a su cargo, por eso no puede evitar esforzarse tanto para ser una persona confiable.

Además está planificando dejar todo listo y así poder tomarse sus días administrativos para el celo de su novio, aunque tomé supresores para paliar los síntomas, le gusta estar ahí para cuidarlo y consentirlo.

Cuando creía que todo estaba terminado, carpetas en orden, tareas repartidas, una llamada telefónica le hace masajear sus sienes. Están solicitando oficiales para participar en un operativo de allanamiento, siempre este tipo de cosas atrae la atención de los policías más jóvenes que prácticamente se pelean por un cupo. Suspira pesado y llama a Yeonjun, su amigo tiene buen ojo para elegir y es una buena mano derecha. Es uno de sus candidatos para dejarlo temporalmente en su cargo mientras se ausenta.

Al cabo de un rato Choi aparece en su oficina, tomando asiento con una postura relajada, como si se fuera a derretir.

-¿Cansado? -pregunta al verlo bostezar con pereza.

-De la vida.

-Qué dramático, Yeonye -dice bajito y sonriéndole.

-Este trabajo puede ser un drama.

-Lo sé -suspira, realmente lo comprende, aunque a veces se le olvida y todo se traduce en asunto de lógica y responsabilidad, obviando la gran carga emocional invisibilizada-. ¿Cuáles son las sugerencias?

Yeon enumera a los seis oficiales que ha seleccionado, explicando sus razones mientras Kook asiente de acuerdo, corroborando una vez más porqué confía tanto en su criterio.

-Pensé que incluirías al oficial Choi-comenta curioso, atento a las reacciones que puedan variar en su mayor, quien se mantiene imperturbable, salvo cuando sus dedos se desplazan por el borde del escritorio.

-Elegí por experiencia, ellos saben hasta dónde se limitan sus funciones. Solemos tener todavía ese problema con algunos oficiales jóvenes.

Y aunque Yeonjunno lo exprese abiertamente, se preocupa por sus compañeros, en especial por sus Hoobaes a quienes instruye y cuida un poco más.

-Gracias, oficial Choi.

-Es extraño cuando me llamas así -finge un escalofrío.

-Lo mismo digo cuando eres formal conmigo.

Vuelve tranquilo a casa cuando anochece. Le hace feliz que Yoongi lo reciba con un abrazo efusivo. Que lo estreche con sus brazos tan firmes e incluso con una risa juguetona se incline hacia atrás para levantarlo de suelo.

Es adorable. También es pequeño -Yoongi luce bajito a su lado o quizás él es muy alto- y fuerte, siempre han sido las tres palabras en las que piensa para empezar una descripción de su novio.

-Me quedaré contigo un par de días en casa -besa la punta de su nariz.

El mayor sujeta su rostro y lo besa con ganas, él responde ladeando el rostro para un mejor acceso a su boca, envolviendo su cintura. El omega comienza a empujar con sus caderas, apenas se separa de sus labios para dejar clara su exigencia con una sola palabra: "Cama" y el murmullo cosquillea y se siente tibio.

El policía beta está más que feliz y dispuesto a complacer a su novio, quien ya se ha encargado de quitar con ansias las ropas de ambos. Sus manos buscan cada zona sensible que pueda estimular, desciende a su entrepierna para un completo recorrido que acabe donde se concentra la humedad que baja por el interior de sus muslo. Está tan listo que sus dedos se deslizan fácil dentro de su cuerpo.

Min demanda que se tienda de espaldas en la cama para sentarse en su regazo. A Jeon le encanta cuando su novio saca esa faceta dominante, agarrando sus muñecas, comprimiendo sus costados con las piernas, montándolo al ritmo que se le antoja.

Jungkook quiere cerrar los ojos para centrarse en todo el calor y el hormigueo que lo sacude, en el ligero aroma dulce y ácido, pero a la vez no quiere perderse la belleza de imagen que tiene al frente. Esas mejillas rojas, la mirada hambrienta y los labios mullidos que se entreabren para susurrar su nombre. Su novio es muy varonil, ser omega no opaca sus manos masculinas y otros detalles.

Cuando afloja el agarre Kook extiende las manos para aferrarse a su nuca, atraerlo hasta su cuerpo y robarle un beso lento lleno de cariño, escondiéndose en su cuello mientras recupera el aire, dejando cortas caricias. El omega enreda los dedos en su cabello y le recuerda lo mucho que lo ama en un murmullo en su oído.

Dulce. Yoongi es tan dulce.

Fue curiosos porque tuvo todas las señales por delante. Algunas pistas evidentes y otras a medio esconder, y por más que lo sospechaba no estaba en sus planes que su relación con Min, bajito omega mentiroso -le había dicho antes de besar su linda naricita el día que lo confesó-, fuera algo que no tuviera futuro.

"Y yo que pensaba que solo eras un beta muy, muy dulce", había reído antes de besarlo de nuevo.

Ahora seguía riendo cuando recordaba aquella anécdota curiosa en su relación y Yoongi se sonrojaba avergonzado. La misma que ambos se esmeraban en alimentar cada día.

°°°

Si conocen a BTS, sobre todo a Yoongi y Jungkook, sabrán ver esto como divertido (En realidad, se invierten los papeles en cuanto el baile en la realidad, puesto que JK es de la dance line, y es bastante buen bailarín. Aunque en lo personal, pienso que todos en Bangtan lo son uwu). Además que el Yoongi que aquí narramos es bastante más masita que el real asjkapsm

Yo amo el Yoonkook, es mi Otp, como ya he dicho ¿Ya habían leído un fic con ellos? Yo he escrito y leído varios owo De hecho, el fanfic original de esta adaptación es YoonKookgi.

Ya se están viendo más indicios de YeonBin, en el próximo capítulo verán más 7u7

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