☕️Sin azúcar
Cuando se presentó como alfa recibió una ola de felicitaciones por parte de su familia -no sus padres- y conocidos. "Tenemos a alguien con el carácter digno de un alfa", "serás imponente y respetado", entre otras frases de esa índole que asociaban sus características a una naturaleza determinada. De haber sido omega su carácter de mierda seguiría siendo el mismo, así que no entendía de qué iban las felicitaciones.
¿Privilegio de ser alfa? Si le hubieran dado a elegir habría escogido ser un simple beta, con respeto a su lobo que gruñe desairado cada vez que lo reafirma.
Se ahorraría bastante malestar siendo beta.
A los omegas de por sí les toca difícil en la vida y a los alfas -los pocos que no están enceguecidos por su posición y dan rienda suelta a sus fantasías y brutalidades justificándolas como instintos- también cargan con un peso enorme no solicitado y perpetuado por ellos mismos.
"Antes era peor, los omegas no asistían a la universidad y un alfa a tu edad estaría obligado a comprometerse, antes habría sido imposible emparejarse mezclándose con betas, no son tiempos terribles", le decía su madre, para Yeonjun equivalía a un comentario absurdo que le hacía fruncir el ceño por esas comparaciones de siglos pasados.
El mundo evoluciona, que bueno, aunque no tan rápido como quisiera.
Yeonjun ya se asumió como un alfa poco convencional, quizás hasta una torcedura de la naturaleza. Aunque cuando lo piensa con detenimiento, analizando el comportamiento de otras especies animales y de los mismos cánidos, lo que él ha hecho con su vida sexual no parece tan extraño. También piensa que no estuvo rodeado de convencionalidad, su madre es una omega de carácter sólido como las piedras que llevaba las riendas en su hogar y su padre un alfa firme ante el mundo, pero blando y sumiso con su omega.
Creció aprendiendo que las personas pueden forjarse fuertes y autónomas. No alfas fuertes, omega fuertes, betas fuertes. Solo personas y fuertes, curtidas en experiencias y con la frente en alto ante las adversidades.
Ser fuerte no tiene relación con la casta, ni es un atributo anulado por dejarse cuidar y guiar por quien se ama. Todo se basa es finos equilibrios y matices.
Yeonjun es fuerte.
La brecha que separa a Yeonjun de otros alfas es que no le gustan los olores empalagosos. Le satura cuando los omegas emiten llamados con sus feromonas porque con él no funciona. No conoce la razón, pero el dulzor le hace arrugar la nariz en señal de rechazo, hasta ahí... Todo en calma, había escuchado testimonios que sonaban casi como a leyendas con predestinados que les ocurría algo similar hasta que aparecía su pareja -la aguja del pajar-.
No lo sabe, hay una constelación de excepciones y variedades en el universo.
El conflicto interno se lo llevó al darse cuenta que en los probadores de la escuela se encontró disfrutando de los aromas fuertes de sus compañeros alfas. Diversos y potentes, amaderados, cítricos, especiados, ahumados, almizclados. Olores a alimentos, paisajes y elementos naturales. Un deleite para sus sentidos y para su lobo que agitando la cola quería arrojarse sobre el semejante, jugar y que hubiera fricción.
Afortunadamente la racionalidad era muchísimo más predominante que su instinto. Su lobo se quejaba -y lo sigue haciendo desde su encierro- y guardaba la distancia de otros alfas.
Aunque actualmente trabaja rodeado de varios de ellos y sigue manteniendo los límites -salvo una pequeña excepción, un dolor en el culo y no literal como quisiera-, ese chiquillo policía lo pone en el borde del abismo.
"Malditos alfas".
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¿Cómo le dices a otro alfa que experimente contigo? En su adolescencia hubo dos dispuestos cuyos lobos curiosos se acercaron a jugar con el suyo. Jeong Eui una vez, primera y última en una fiesta, luego de explicarle que fue un desliz feroz y divertido, pero su interés ya se enfocaba en un omega a quien llevaba meses cortejando.
También estuvo su mejor amigo, Kai. Le debía mucho respecto a sus primeras experiencias. Había algo compatible entre ellos más allá de una simple amistad, estaba -y está- seguro. Algo sobre sus lobos cómodos el uno junto al otro.
Kai se presentó como alfa un poco después que él. Desde ahí las naranjas tenían otro valor afectivo. Tan ácido que de respirarlo la saliva se acumulaba en su boca. Ácido, muy de cerca un poquito amargo y casi imperceptible cierto dulzor.
"¿Cómo no lo sientes? Es ácido y dulce" Había cuestionado Beomgyu en una oportunidad. Frunció el ceño y respondió un "No", a duras penas percibe dulzor en el aroma de su amigo.
Hasta antes de la fulminante atracción por Beomgyu -"Es que somos predestinados" dijo con ilusión-, llevaban encuentros con frecuencia. A su lobo le gustaba tener compañero de juegos y peleas, porque besarse a escondidas era todo un forcejeo, qué boca presionaba más, qué lengua empujaba más, quién dominaba entre mordidas y tirones de labios, apretando sus cuerpos, roce férreo de su pelvis apegada a la contraria. Se detenían cuando el aroma potente de dos alfas se esparcía en los espacios reducidos de la escuela.
Aunque siempre era más factible explicarle al maestro que se trataba de una pelea y no de una sesión de besos y molestas erecciones atrapadas bajo los pantalones.
Y de besos intensos pasaron a manoseos poco pudorosos cuando no había nadie cerca.
Recordaba ese celo que intentó apaciguar con supresores. Kai apareció en su casa aquel viernes por la tarde en el que sus padres regresarían en la madrugada. Traía su tarea, pero poco le importaba. El olor cítrico llegó directo a su nariz y sobrecalentó su cuerpo, la erección palpitaba oculta dentro la ropa interior. Apenas atravesó el umbral, tomó su cara y estampó un beso brusco, lengua invadiendo su boca jugosa como las naranjas. Gemía ronco, besaba y restregaba su mejilla contra su rostro, en su cuello también.
Su lobo estaba deseoso y destilando energía. Eufórico.
–Me quieres marcar –decía cuando sentía su boca succionar la piel del cuello y dejar leves mordidas en la nuez abultada que vibraba por la risa–, me quieres impregnar tu olor –agregó cuando frotaba con sus blanditas mejillas y gruñía cerca de su oído–. No es que me moleste oler a café cargado, paso demasiado tiempo contigo, no es como si fuera extraño –aclaró gimiendo y separando las piernas para que las manos de su amigo agarraran mejor todo lo que buscaba bajo su pantalón.
El lobo de Huening Kai estaba contento de unirse. De pelear y revolcarse juguetonamente. El olor a café era tan fuerte y espeso que lo llenaba de calor. A veces pensaba que su amigo no era consciente de lo seductor que resultaba para omegas, betas e incluso algunos alfas, quienes para excusar su deseo "Denigraban" a Yeonjun diciendo: "Lástima que no fue omega". No sabían lo que se estaban perdiendo, que era esa fuerza arrolladora y al mismo tiempo su disposición a dejarse dominar, retomar el control y volver a ceder que lo transformaba en una montaña rusa de sensaciones y emociones. Una exquisita excepción.
Alguien que escondía tras ese aspecto letárgico lo bello y exótico. Fuerza y templanza.
Kai luchó empujando su cuerpo contra la pared de la habitación apegando las caderas entre sus piernas. Yeonjun buscaba dominar también y lo tiró sobre la cama sentándose en su regazo, restregándose duro.
El espacio mezclaba el intenso café y naranja. Ácido y amargo entre la batalla y forcejeo que les hacía rodar por el colchón, morderse y apretar la piel con los dedos tensos. A tirones despojaban las ropas que caían al suelo.
El lobo de Yeonjun se vio debilitado cuando los besos se volvieron suavecitos y las caricias circulares y amplias. Ricos masajes en la piel expuesta y húmeda por el sudor. Disfrutaba de los mimos que fueron una intempestiva trampa para tenderlo boca abajo.
Huening se frotaba contra las pálidas nalgas tersas que comprimía con ambas manos, repartiendo besos y mordidas pequeñitas en su nuca, bajando a los hombros.
Gestos que sobresaltaban a Yeonjun, adrenalina gatillada por la idea de jugar con el límite de ser transformado en delta, pero confiaba tanto en Kai que sabía que solo eran las técnicas que empleaba su amigo para arrastrarlo en ese placer un poquito torcido que enviaba escalofríos placenteros hasta el último rincón de su cuerpo.
Su lobo sometido luchaba, trataba de voltear y no podía. Intentaba reincorporarse y las manos contrarias lo devolvían a su posición. Jadeaba sin aire porque su pene sensible se restregaba contra las sábanas. Y Kai emulaba como si la fuera meter, rozando con la punta la entrada estrecha y haciendo fuerza flojita hasta sentirlo resbalar. O como si lo fuera a marcar y no lo hacía, solamente tanteaba con los dientes sin hundirlos.
Estaba caliente como el infierno mismo.
Finalmente se rindió gustoso cuando el otro alfa usando las manos mojadas con saliva redujo el espacio de su necesitada y dolorosa erección. Tuvo que enterrar el rostro en la almohada al segundo que los dedos concentraron el masaje en la zona abultada en la base. Largos y deliciosos minutos de caricias.
Se corrió sin pena en las manos de su amigo, sintiendo también la piel mojada con el líquido tibio escurriendo por sus muslos. Su fuerza se la llevó el orgasmo extenso y su lobo quería una siesta tanto como él. Durmió un par de horas dejándose envolver por el aroma cítrico y los brazos ajenos para después despertar ardiendo y con ganas de más.
–Mis padres pensaron que tuve una pelea contigo -le había dicho tranquilo y sonriendo un par de días después –. Ni aún con las ventanas abiertas toda la tarde y noche me deshice del olor de ambos.
No iba a mentir, le gustaba sus fuertes aromas mezclados. Perfecto para meter las manos bajo su ropa rememorando las caricias.
–Pero sí fue una pelea –rio señalando las marcas moradas que había en uno de sus brazos y otra sobre el relieve que formaba el hueso de la cadera.
Muchas veces encuentros sexuales con otro alfa iniciaban como una batalla brusca. Pelea cuerpo a cuerpo, búsqueda afanosa de control con la adrenalina y hormonas al tope que fácilmente acababa en una erección y roces duros.
Ganó sus batallas también, como cuando sentía ese orgullo dominante el día que folló la boca de Hyuka, mientras su amigo amasaba sus glúteos y sus ojos se humedecían, pero sin dejar de chupar, sin dejar de recibir sus empujes. Gemir enviando vibraciones por la piel delicada. Yeonjun empezaba a convencerse de la grata posibilidad de morir envuelto en placer.
Se buscaban y no sólo cada seis meses porque los supresores disminuían bastante, pero no anulaban del todo el calor intenso de un adolescente. Buscarse era frecuente. Explorarse con manos y bocas, jugar a revolcarse y frotarse cesó el día que apareció Beomgyu -aunque a veces, en el tiempo reciente, caen en la tentación de revivir los recuerdos de la fogosa juventud-.
Yeonjun debió buscar nuevos espacios de exploración, aunque encontrar a otro alfa dispuesto a batallar y compartir mimos con él y con su lobo, siquiera esporádicos, era tan difícil como hallar tréboles mutantes de cuatro hojas. Hombres y mujeres betas siempre fueron más accesibles. Incluso estuvo más de dos años llenos de cariños y experiencias con un buen chico beta a quien recuerda con afecto.
También hubo algo varios meses con un delta extranjero llamado Seo Bum que se hacía pasar por beta, su olor era muy tenue, pero saboreaba la sal y se estremecía con la brisa del mar que desprendía. Recuerda que le gustaba besar con cariño la marca de sometimiento en su cuello que se esmeraba en cubrir con el cabello y la ropa. Recuerda con tristeza su mirada dolida al contarle una historia de amor y entrega que resultó en fracaso, en la pérdida de su estatus.
Casi se enamora. Casi promete ayudarle, demostrarle que no todas las historias terminan mal y la suya podría ser difícil, pero diferente, él no era de echar pie atrás. No alcanzó, el jóven estudiante de intercambio volvió a su país, regresó a su vida de "Beta" y el contacto a distancia lo fueron perdiendo con el paso de las estaciones.
Por más de dos años no pensó en buscar a alguien, sus celos los tapó en supresores y betas ocasionales dispuestos para polvos rápidos y sin compromisos. Dejó que el trabajo lo absorbiera e ignoró las quejas de su lobo que deseaba luchas, competencias y juegos con sus iguales. "Lobo tonto, entiende que no".
Solo que el "No" pareció no quedar claro cuando tenía al mocoso Choi oliendo a limón y jengibre a su lado. Cuando le sonreía con soberbia y lo sacaba de quicio con esa actitud impulsiva y competitiva, con los aires de muchacho jóven e ilusionado, lleno de ganas de aportar granitos de arena y hacer del mundo un lugar mejor.
Tonto, ingenuo. Se lo decía y recordaba cada vez que la justicia fallaba o se arriesgaba torpemente en pos de las buenas intenciones. Entonces gruñía y lo miraba desafiante, desprendía aquel olor ácido y picante que aguaba su boca y no tenía una maldita idea de cómo eso lo provocaba, porque su lobo se ponía en posición de juego, lo trataba de forzar a caer en sus instintos y arrojarse encima buscando ser correspondido.
Ceder y tomar el control. Roce hasta saciarse.
"Entiende que no, lobo tonto. A Choi Soobin no le gustan los alfas". Y siempre se jactó que su lado racional superaba con creces a su instinto.
Hasta esa noche...
Yeonjun se pregunta qué pasó con su fuerte lado racional.
Lo olvida por completo, no puede cuando el mocoso jadea sobre su boca y tira de su cabello negro. Soobin ataca sus labios, los muerde y Yeonjun también gime de gusto. Su compañero se acomoda entre sus piernas y la espalda casi le duele por la fuerza con que lo acorrala contra la pared.
Yeonjun se entrega a su instinto que lo guía a ciegas. Afirma sus caderas y lo aprieta contra su cuerpo.
Se deja acariciar por el aroma a limón y jengibre que lo arrastra a la locura.
–Maldito mocoso – lo besa más fuerte, más intenso –. No sabes lo qué haces.
"Lo que me haces".
¡Holis! Esta es una especie de introducción para la historia, sólo cambié los nombres y unos muy minúsculos detalles con párrafos separados o acentos, porque quiero lo máximo posible serle fiel a por supuesto el fic original. Claro, al ser adaptación se va a moldear a los personajes aquí presentados.
Los dos mencionados (Jeong Eui y Seo Bum) son los compañeros MC de Yeonjun en los Inkigayo uwu
¿Qué les pareció?
¿Qué tal la portada y el separador?
¿Les gusta el YeonKai/KaiJun? Es un ship que tendrá participación aquí.
¡Voten y comenten! 💛☕🍋
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