05
Sí, no debía. No debía de buscar a TaeHyung para pedirle una explicación, él se la tenía que dar por su cuenta. No ir a pedírselo.
Y aun así salió de la gran casa, con sus ojos húmedos, nariz roja y labios retenidos. ¿Para qué? Para ir a buscar a TaeHyung. Ya no sabía si seguían siendo novios, aunque bueno, era claro que no.
V andaba con Irene.
Agarró su bolso y lo colgó en su hombro, tratando de reprimir su llanto. Sí, aún tenía ganas de llorar, tantas que podría llorar toda la vida...
Pero no lo haría, no quería ahora. No lloraría frente a TaeHyung, no mostraría lo vulnerable que era. Ya no.
Caminó a paso rápido con notable ira. Eso sentía; ira, dolor, tristeza, enojo, impotencia, decepción. Todo mezclado. Secó una lágrima que salió sin permiso, apretó los puños y estrujó el haza del bolso entre estos.
Tenía que calmarse.
Tal vez sólo es una broma, TaeHyung no lo haría.
Su subconsciente seguía insistiéndole tontamente. TaeHyung le había dicho que lo amaba esa misma tarde, ¿Mintió? Él lo sintió tan sincero, como siempre.
Una vez estuvo frente a las puertas de la agencia y entró. La encargada lo miró y al verlo con los ojos rojos frunció el ceño.
—¿JungKook?—la femenina voz hizo que volteara a verla.
—Ahora no, Lisa...— bajó la mirada y la chica se le acercó.
—Te enteraste...— habló ella con tristeza.
JungKook la miró a los ojos. La mirada de la chica era de lastima y sus ojos al instante se llenaron de lágrimas.
—Yo...
—Lalisa.—otra voz femenina captó su atención. Ambos giraron a ver y JungKook apretó su mandíbula enojado.
MinAh se acercaba a ellos con seriedad y aura amenazante, para Lisa, porque JungKook no le tenía miedo.
—¿Sí, señorita MinAh?—la voz de Lisa salió un poco nerviosa.
—¿Qué estás haciendo?—lo dijo mirando a JungKook de mala forma y gracia a la vez.
El azabache la miraba con furia, no sería amable esta vez.
—Es que el joven Jeon vino y-
—Ya no lo dejes pasar, ¿Entendiste?—la pelirroja se tensó.
—¿Qué?
—Lo que oíste, él ya no tiene nada qué hacer aquí. Que se retire—dejó de mirarlos para dar media vuelta dispuesta a irse.
—Pero, señori-
—¿Te quieres ir también?—le dio una mirada asesina a la chica quien negó con la cabeza.
—JungKook, lo siento, yo...— miró al chico disculpándose. JungKook negó con la cabeza no dándole importancia.
—MinAh—la llamó con su voz ronca y enojada.
La mujer giró a verlo desafiante.
—¿Qué quieres?
—¿Dónde está TaeHyung?—trató de que su voz no se quebrara.
—Ya no lo busques. Ya no le interesas y te lo advertí, JungKook—se acercó a él riéndose de su dolor.—Te lo dije.
Y al instante se escuchó el sonido de una puerta abrirse acompañado de una risa femenina y otra que conocía más que bien.
Del camerino de V, salió él y ella. Riendo de algo, la castaña chica sujetando la mano de su novio. ¿Cómo una sola imagen te podía doler tanto? TaeHyung la miraba sonriendo, cómo una vez lo miró así a él. Sintió sus piernas temblar, el aire faltándole, sus lágrimas traicionándole y su corazón quebrándose.
Notaron que estaba ahí y el rubio chocó miradas con él, su sonrisa desapareciendo. Irene sólo frunció el ceño.
—¿MinAh?—dijo la castaña. Al parecer eran amigas, la otra mujer giró a verlos sonriente.
—Ah, JooHyun, no se preocupen. El chico ya se iba.
Pero JungKook sólo estaba concentrado en mirar como TaeHyung esquivaba su mirada, no dijo nada, sólo volvió a mirar a la chica a su lado. JungKook estaba tan impactado y decepcionado a la vez...
¿Qué le hicieron a TaeHyung?
—Okey, ¿Nos vamos, TaeTae?—le preguntó la castaña y el rubio sólo asintió.
Caminaron hacia él, pues estaba parado justo en la entrada. Creyó que TaeHyung si quiera le miraría, y se terminó de destruir en cuanto sólo lo pasó de largo. Se giró a ver como se alejaban del lugar y no resistiendo más gritó.
—¡TaeHyung!—pero él no se detuvo. Sólo Irene volteó a verlo con extrañes.—¡TaeHyung, te estoy hablando!
El mayor lo ignoró de nuevo.
—¡Eres un idiota!—gritó dolido y el rubio se detuvo junto con ella, quien volvió a mirarlo con extrañes.
—TaeHyung ¿quién es ese chico?—escuchó a la chica preguntar.
Pero TaeHyung tampoco le respondió a ella. JungKook se acercó a ellos un poco, quedando sólo a unos pasos de la pareja.
—¿No vas a decirme nada?— habló de nuevo con dolor. TaeHyung seguía dándole la espalda, callado.
Irene sólo miraba la escena muy confundida, no sabía quién era ese chico ni porque le hablaba así a su novio.
—TaeHyung, te estoy hablando...—sollozó.
Lentamente el rubio dio media vuelta para mirarlo a los ojos.
¿Cómo podía tan fácilmente hacerlo después de lo estaba haciendo?
—Ya no me busques, JungKook...—el azabache abrió los ojos sorprendido dejando caer más lágrimas. Apretó sus puños y sintió su mundo colapsar. Con gran tristeza y decepción en la mirada se acercó al rubio abriendo su bolso.
Del bolso sacó aquel trofeo y lo estampó contra el pecho del rubio, arrugando el elegante traje que portaba. Con los ojos hechos cataratas pero sin mirar los azulejos del rubio.
—Si yo ya no te importo creo que conservar esto tampoco importa...— con la voz quebrada y llena de dolor y enojo habló.
Apartó su mano en cuanto el rubio sostuvo el objeto. Levantó la cabeza mirando a los ojos a TaeHyung, negó con la cabeza decepcionado, quería gritarle todo.
Pero no lo hizo. Se dio media vuelta y se alejó de él.
Esta vez para siempre.
Caminaba por las solitarias calles de Seúl. Llorando no muy fuerte, recapitulando lo que acababa de pasar. Se sentó en una banca que estaba en el parque, se abrazó a sí mismo con un brazo mientras que con su otra mano se tapaba la boca. Y no pudo más, sollozó contra su palma para empezar a llorar amargamente.
Todo pasaba en su mente, el pasado. Cuando era feliz junto con su TaeTae.
El rubio seguía llorando contra el cuello del azabache. JungKook sólo acariciaba su cabeza con cariño susurrándole que todo estaba bien.
TaeHyung se separó de él para mirarlo a los ojos.
—Perdón, JungKook...—pegó su frente con la del contrario en cuanto se disculpó.
El menor sonrió sin mostrar dientes y cerrando los ojos mientras negaba volviendo a pegar su frente con la de él.
—No te preocupes, Tae...
Y TaeHyung sintió las mariposas en su estómago revolotear, su corazón palpitar fuerte y ese sentimiento cálido colarse por su pecho al ver sonreír así a JungKook. Podía apreciar mejor sus facciones por la posición en la que estaban.
Seguían abrazados, el menor abrazaba su cuello mientras que él sostenía su cintura firmemente, aún con sus frentes unidas. En silencio, sólo escuchando el respirar del otro.
—JungKook...—llamó y el nombrado sólo hizo un sonido que lo invitó a proseguir.
—¿Enserio te gusto?—sentía su rostro arder.
El azabache abrió sus ojos, con las mejillas rosas y sin desvanecer su sonrisa miró fijamente a su mayor.
—Por supuesto que sí.—aseguró y TaeHyung no pudo haberse sentido más feliz.
—¿Me juras que no me mientes?— pero aún no podía creerlo.
JungKook soltó una risita.
—No te miento, Tae. Yo también estoy enamorado de ti...—y el mayor captó la sinceridad en sus palabras.—y sé que es raro porque eres mi mejor amigo... pero tampoco te lo quería decir porque tenía miedo a que me odiaras...—desvió su mirada.
TaeHyung se separó de nuevo con el ceño fruncido.
—¿Cómo podría odiarte, Kookie? Tú igual me gustas muchísimo... tenía el mismo miedo.—JungKook lo miró aún con sus ojos llorosos.
Es que el menor también estaba aterrado y rogaba por que fuera pasajero aquel sentimiento que empezaba a sentir por su mayor desde hace un par de meses.
—Tal vez, pero, ¿Y si no te gustara? Tae, yo de verdad no soportaría si me odiaras. Creí que yo era muy obvio y te sentías incomodo con mi presencia, por eso te alejabas—de nuevo derramó otra lágrima que TaeHyung atrapó al acariciar tu rostro mientras lo miraba con adoración.
—Claro que no. Y lo siento, no quería lastimarte...—besó su frente.
Diablos, se sentía tan bien, tan correcto. JungKook podría flotar de la felicidad y TaeHyung no se quedaba atrás.
—Tae...— llamó.
—¿Sí?
—Sé que...—enrojeció.—¿Qué somos ahora?— el mayor suspiró.
—No lo sé, tú... ¿Quisieras ser...?-
—Sí—respondió con una sonrisa el menor.
—Aún no terminaba...
—No importa, sí quiero, sé lo que ibas a decir—apretó el abrazo.
TaeHyung soltó una carcajada y se acercó lentamente al rostro de JungKook, se miraron fijamente, el menor aprobándole con la mirada. Hasta que finalmente sus labios se unieron, dándose su primer beso.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top