01

Estaba ahí, de nuevo, llorando solo. Encerrado en su habitación. Con el corazón hecho trizas, sin saber qué hacer o el por qué pasó todo.

Los "Te amo" seguían resonando en su mente.

Viendo entre lágrimas aquel trofeo en el mueble junto a su cama. Lo sostuvo en sus manos, acariciándolo con la yema de sus dedos, volviéndose a romper.




Los aplausos y gritos no tardaron en presenciarse en todo el lugar. Las lágrimas de felicidad empapaban su rostro.

Observó por la pantalla a su novio subir por aquel trofeo que sin duda merecía. Sonriendo mientras agradecía , también entre lágrimas, ese gran reconocimiento.

Hace no mucho él había debutado como solista. Y acababa de recibir ese premio, su primer premio, por tener el primer lugar con su primer albúm. Lo vio bajar del escenario después de agradecer y regresar a su lugar con el premio en manos.

No podía sentirse más feliz.

Él se encontraba en casa, un poco triste de no poder asistir a esa premiación y estar junto a su novio pero inmensamente feliz de que todo el esfuerzo haya valido la pena.

Horas después de que la premiación terminó una puerta se abrió detrás de sí. Se giró y sin suquiera poder decir algo unos brazos ya lo tenían prisionero, correspondiendo de inmediato mientras acariciaba el rubio y sedoso cabello de su novio. Felizmente acompañándolo en su victoria.

Ambos soltando lágrimas de emoción. Se miraron a los ojos y se besaron a un compás lento y tierno.

JungKook no podía estar más feliz por TaeHyung en ese momento.

—Lo hiciste...—habló cuando sus labios se despegaron por un momento sin dejar de llorar, mirando los ojos ahora azules como el mar gracias a los pupilentes que traía.

—Lo hicimos. Nunca hubiera podido lograrlo sin ti, Kookie...—contestó con una sonrisa pegando su frente con la agena.

—TaeHyung...

—Ten, quiero que lo tengas.—las palabras del rubio lo dejaron sorprendido. Le estaba ofreciendo aquel premio, su primera victoria.

—¿Qué? No. Esto... es tuyo, es tú primera victoria, es muy importante, no puedo aceptarla...—se negó.

—Lo aceptarás—habló con una sonrisa—sin tí no lo habría logrado, eres lo más importante para mí, sabes cuánto te amo, quiero darte esto—las lágrimas se volvieron a acumular en los ojos del azabache.

Tomó el objeto en sus manos sin dejar de mirar los ojos de TaeHyung.

—Te amo, TaeTae...

—Te amo.



Los sollozos escapaban de su boca sin poder evitarlo. Apretando el premio en su pecho, sintiendo como su mundo se hacía pedazos. Lloró más fuerte sin siquiera importarle si alguien lo escuchaba, después de todo, nunca nadie se encontraba en aquella casa más que él.

Esa que TaeHyung compró para los dos pero JungKook sólo vivía allí.

Era demasiado grande y tan solitaria, que el sólo estar ahí lo hacía detestarla.

Aunque era un buen lugar para llorar a solas.

Bajó las escaleras mientras las lágrimas caían de sus enrojecidos ojos y recorrían lo largo de sus mejillas con lentitud, aun con el trofeo en manos. Secó los restos de agua de su rostro mientras se sentaba en el gran sofá, con sólo el sonido de las manecillas del reloj, burlándose de él.

11:30 de la noche y TaeHyung nunca llegó.

"Cenaré contigo esta noche, bebé, ponte más bonito de lo que ya estás"

Fue lo que le dijo en un mensaje.

Se sintió tan emocionado y feliz al pensar que su novio estaría con él como antes. Tan esperanzado de pasar con él un momento a solas de nuevo.

Pero eso no pasó. Se suponía que iba llegar hace ya tres horas.

El lindo traje que se había puesto para él ahora sólo estaba hecho un desastre, el maquillaje en su rostro igual.

No era la primera vez.

TaeHyung muchas veces atrás lo había dejado plantado. Siempre lo llamaba después para pedirle disculpas, con la misma excusa del "trabajo" diciendo que la próxima vez saldrían.

Y él se las pasaba todas por alto, ya había soportado demasiado.

Dejó el trofeo en el buró que se encontraba a un costado del sofá. Prendió la televisión con la intensión de distraerse por un segundo, la luz de ésta iluminó la oscura habitación, cambiaba los canales tratando de encontrar algo bueno que ver.

Le dejó en un canal de chismes al leer el nombre de su novio.

—¡Se encontró a Kim TaeHyung cenando esta noche con su manager!

Había dicho una chica del programa. Se mostraron imágenes.

Y sí. Era su novio, cenando con aquella chica que era su manager en un restaurante de lujo. Se veían conversando tan felizmente.

—¿Crees que tengan algo que ver?

—Yo digo que sí, sólo miralos, ¡Se ve que están enamorados!

No lo soportó más. Apagó la televisión arrojando el control remoto, éste rompiéndose al instante. Cubrió sus ojos tratando de retener las lágrimas, pero su llanto sólo empeoraba.

Son solo rumores.

Varias veces le aclaró eso TaeHyung, pues no era la primera vez que decían que su novio salía con una que otra celebridad. Y le creía, sabía que él nunca lo traicionaría de esa forma. Después de todo, nadie sabía de su relación, nadie sabía que Kim TaeHyung era gay y que salía con él.

Pero ahora no sabía que creer...

Decir que le dolía era poco. Le desgarraba el alma que su novio, TaeHyung, el que siempre estuvo para él, al que amaba tanto, lo estaba olvidando. Y todo había pasado porque TaeHyung se había vuelto famoso. Su música y voz habían conquistado el corazón del mundo, y no, no se negaba.

Amaba ver al rubio feliz, con éxito, después de todo TaeHyung estaba cumpliendo su sueño de ser Idol y tenía tiempo para él.

O más bien, eso era antes.

Con el paso del tiempo mientras su fama crecía y el trabajo aumentaba, TaeHyung ya no tenía tiempo para él, ya no lo veía diariamente, ni llamaba y rara vez le mandaba un mensaje.

Subió de nuevo a su recámara, colocándose la pijama y recostándose en la enorme cama matrimonial, de nuevo solo. Mirando el lado vació de la cama, apretó las sábanas entre sus manos, sin poder evitarlo, volvió a llorar.

Lo extrañaba tanto.

E imploraba que todo volviera ser como antes, tal vez sonaba cruel, pero... se arrepentía de haber ayudado a TaeHyung a alcanzar el sueño de ser Idol.

Deseaba volver al pasado.

Volver a vivir el momento en el que lo conoció.




Sostenía la navaja en su mano, sentado en una banca del solitario patio de la escuela, a puntl de enterrarla en la piel de su muñeca. Su mano temblaba y sus ojos estaban cristalinos , dudoso de si enterrarla o no.

Joder, enserio era un cobarde como todos decían.

Sus padres lo odiaban por ser homosexual, en una ocasión su padre lo llegó a golpear por ello. Lo molestaban en la escuela por la misma razón, y nadie hacía nada.

No había nadie a quien le importara.

No dudó más y recargó el filo en su muñeca.

—No lo hagas.

Dio un salto, elevando su vista a la persona que había dicho eso. Encontrándose a un chico, su cabello era rubio, traía un buen golpe en su ojo izquierdo y el labio roto. Portaba una vieja sudadera y tenía la mirada llena de tristeza mientras miraba la navaja que sostenía.

—No es bonito no tener las muñecas limpias...

Extendió su mano hacia él para que le entregara la navaja, con esto la manga de su ropa se bajó un poco y pudo verle cicatrices.

Sin emitir palabra le entregó el filo y aquel chico lo lanzó en algún lugar.

—Lo siento.

Musitó bajando la cabeza, bajando la manga de su sueter. Se exaltó un poco cuando aquel rubio se agachó a su altura y tomó sus manos entre las suyas. Levantó la cabeza, mirando sus ojos y su corazón dio un vuelco.

—No te disculpes. Lo ibas hacer por algo...—dijo sin soltar sus manos ni apartar sus ojos de los del contrario.—No soy nadie para juzgarte, sólo diré... que te entiendo.

Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando el rubio le dio una sonrisa rota.

No se conocían, iban en el mismo colegio, era la primera vez que interactuaban. Y no pudo evitarlo. Se lanzó a los brazos de aquel rubio comenzando a llorar en su hombro.




Ahora eso se había ido, no podía hacer nada para retroceder. No lograba entender el por qué TaeHyung le estaba dando la espalda, olvidando todo lo que hizo por él.

TaeHyung era como él, ambos eran víctima de las agresiones en la escuela, ambos eran maltratados por ser homosexuales, y encontraron la paz en el otro. Comprendiendo que realmente no estaban solos.

No quiso recordarlo más. Aun llorando cerró los ojos dispuesto a dormir, queriendo soñar que TaeHyung volvía a sus brazos.


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