Veintitrés






Desde el momento en el que pronunció aquellas palabras, sentí como el mundo se desmoronaba a mi al rededor. Lo único que alcancé a hacer fue darme la vuelta y desaparecer de su vista, a pesar de que él gritaba mi nombre causando que los demás estudiantes voltearan a mirarme. Corrí cuando pensé que vendría detrás de mí, hasta que salí del instituto importándome poco que recibiera una reprimenda por parte de los profesores o del mismo rector.

Llamé a Namjoon pero este no respondió así que intente con Seokjin pero tampoco lo hizo. Solté un bufido, en el momento que lo hice, escuché la fuerte voz de Tae llamándome, de nuevo. La verdad es que no quería verlo. Así que volví a tratar de correr, lo hice como pude pues llevaba puestos los zapatos de tacón alto. Seguramente me veía como una tonta pero de verdad necesitaba despejarme, quería pensar, porque hace tan solo unos días tuve relaciones con Taehyung. Y ni siquiera recuerdo si utilizamos protección.

Quería llorar, sentía esa impotencia, esas ganas de querer hacerlo pero sin embargo, las lagrimas no se hacían presentes y no entendía muy bien el porque. Después de algunos segundos, me detuve frente a una tienda de conveniencia, dentro de esta observé a una de las chicas que ha tenido Taehyung, son tantas que realmente me sorprende tener cabeza para recordarlas. Entonces noté que la acompañaba un gran vientre de embarazada, decir que no tuve temor en ese momento sería una gran mentira. Si lo tuve, y demasiado.

¿Y si era de Taehyung? Ahora se trataba de una pregunta que no se iría de mi mente hasta que lo confirmara.

Alcé la mirada encontrándome con ella quien me sonreía, traté de devolverle el gesto pero estoy segura que se formuló una mueca en mis labios. Me dedicó una reverencia y se fue, perdiéndose entre las calles.

Justo en el momento que comencé a caminar, el teléfono móvil comenzaba a sonar dando aviso a una nueva llamada. Seokjin.

— Ah, Jin, ¿porque no respondías? ¿Todo va bien con Taekyung? — Tomé asiento en la silla que se encontraba fuera del establecimiento.

— Sora — Pronunció mi nombre con la voz débil, inmediatamente me asuste, pensando que algún accidente ha sucediendo mientras no nos encontramos. Mi corazón comenzó a latir rápidamente hasta el punto de querer salirse.

— ¿Que ha pasado, Jin? — Pregunté con voz temblorosa, mordí mis uñas debido a la ansiedad que incrementaba en mi sistema.

— ¿Sabías que Taekyung ha estado presentando comportamientos para nada normales a la edad que él posee?

— ¿De que me estás hablando?

— Sé que tuvimos la obligación de decírtelo pero fue todo tan... rápido. Estamos en el hospital psiquiátrico en busca de información. Tú hijo sufrió una crisis de alucinaciones y al momento de salir al jardín, lo perdí de vista por algunos minutos y ¿que crees que sucedió? Me entregó un pájaro muerto, Sora, mientras él se reía al verlo. Esto no es normal, ya lo había notado desde hace días, ¿acaso tú no? — Escuché sus palabras tan alejadas, comenzaba a sentirme mareada a pesar de estar sentada, todo al rededor me daba vueltas.

Colgué la llamada como pude y cerré mis ojos tratando de tranquilizarme, dos noticias horribles me han dado un gran golpe. La mano que sostenía el móvil cayó de golpe a la mesa mientras que la restante la llevaba al lugar donde se encontraba mi corazón. Conté hasta diez y poco a poco comencé a sentir cómo mi la taquicardia bajaba. Me levanté de mi lugar decidida a entrar a la tienda y comprar una barra de chocolate.

— Te ayudo — Escuché una voz gruesa pero a la vez muy diferente a la de Taehyung. Sabía de quien se trataba.

— Gracias — Susurré y seguí mi camino en busca de aquel chocolate que tanto me encantaba. Lo necesitaba.

— Hey, no quiero ser un entrometido pero te notó muy mal — Realizó una mueca, recargué mi espalda en el estante y asentí, ni siquiera tenía fuerzas para mentir y decirle que estaba bien.

— Créeme que lo estoy, sin embargo, no deberías estar aquí, podrían vernos y armarán un total lío pensando que somos pareja.

Bogum soltó una risita y negó acercándose a mí, fruncí mi ceño cuando noté sus intenciones, pero no lo detuve. Porque sabía perfectamente que necesitaba ese abrazo, así que me deje llevar y en pocos segundos sentí mi rostro contra su pecho. Él no mencionó nada más, solo me abrazo mientras yo lloraba como la patética que era. Pero ahora tendría dos problemas cargando en mi espalda. No se que haré si resulto infectada y no entiendo que le sucede a mi hijo.

— Ven — Me indicó, tomó dos paquetes de barra de chocolate y comenzó a caminar hasta la chica que le atendería. Solté un suspiro y lo seguí sin ganas, pagó el chocolate y me extendió una barra, la cual tomé enseguida.

Él me miraba comer aquel delicioso chocolate, mis hermanos siempre me dijeron desde muy pequeña que comer tan solo uno te alegraría en el momento que te sientas triste o algo así. Esta vez, ni siquiera sabía cómo sentirme, pero no me encontraba bien. La calle donde los encontrábamos estaba un poco solitaria y lo agradecía, no quería un chisme en estos momentos donde toda la comunidad estudiantil hable sobre una posible relación con el rector de la universidad.

— ¿Tú novio es Kim Taehyung? — Preguntó de repente, asentí tragando el pedazo de cacao. Bogum realizó una pequeña mueca tratando de que no fuera notoria, se acomodó mejor en su asiento y me miró, de nuevo.

— ¿Porque lo preguntas?

— Porque lo he visto con más chicas en toda esta semana, podría decir que una diferente en cada día.

Ya era costumbre, tanto así que ni siquiera llore, simplemente me mantuve cabizbaja. Sabía que él no había cumplido con su promesa, ni lo hará, ¿quien era la persona que lo contagió? Desde ese punto, todo estaba destruido, me vio la cara en todos esos días después de la promesa mientras pensaba que todo estaría bien. Por lo regular, el VIH tarda semanas hasta un mes en aparecer los síntomas, días, semanas y el mes había transcurrido y hubieras muchas veces que me acosté con él, al pensar en ello, la ansiedad se hizo presente en tan poco tiempo.

— No es una novedad ¿sabes? Todo el tiempo ha sido de esa manera.

— ¿Y porque no lo has dejado?

— Porque no puedo hacerlo — Me encogí de hombros.

— Vuelvo a repetir, ¿porque no lo has dejado? — Lo observe fruncir el entrecejo, mordí mi mejilla interior y negué repetidas veces.

— Porque lo amo, es difícil desprenderme de él... — Susurré con la voz entre cortada, inconscientemente miré mi móvil oprimiendo el botón de encendido, una fotografía de Tae apareció, sonreía tanto que sus ojos se habían hecho pequeños. Sentí una opresión en el pecho que me hizo cerrar los ojos y respirar profundamente — Creo que también hay veces que me pregunto a mi misma el porque no puedo dejarlo, tal vez es nuestro hijo, tal vez.... no lo sé, desde que lo conocí sabía que me enfrentaba a un chico que me haría sentir muchas cosas y es aún más complicado cuando con esa persona has tenido tus primeras veces en diferentes aspectos. Él lo fue, en todo.

— ¿Tienen un hijo? — Preguntó sorprendido, asentí.

— Si, fue un pequeño descuido a la edad de diecisiete años — Reí sin ganas recordando el momento en el que los dos nos encontrábamos demasiados asustados e inexpertos —  Pero al momento que me entere del embarazo, no me molesté, ni mucho menos pensé en lo negativo. Cuando tuve sospechas, cuando las pruebas dieron positivo, desde ese momento dije que lo tendría a pesar de todo. Era tan ilusa, una niña pensando que se casaría con él en el futuro cuando nuestro hijo tenga más edad, sin embargo, lo dieron en adopción. Y todos estuvieron de acuerdo menos yo, igual acepté. Y el bebé se quedó con una familia que lo amaría tanto, asegurándonos que fueran buenos, tiempo después, hasta hace poco, lo recuperamos.

— Bueno, fue una buena decisión, les permitió el tiempo de estudiar y superarse. Ahora solo disfrútalo, aún es pequeño Sora. Supongo que Taehyung se siente feliz por ello.

— Cuando se enteró que estaba embarazada lo despreció y si te soy sincera, en la actualidad tengo dudas de si en verdad lo quiere, no suele acercarse mucho a él — Antes de que Bogum tuviera la oportunidad de responder, una llamada entrante se hizo presente en mi móvil, Namjoon.

— Disculpa, es mi hermano.

Él asintió y recargó su espalda en el asiento, me levanté del mío al mismo tiempo que presionaba el botón en verde.

— Sora, ¿donde estás? Le he llamado a Taehyung pero no responde.

— Estoy en una tienda de conveniencia, me sentía mal y.. bueno aquí llegue.

Escuché como Namjoon resopló y le comunicaba a Jin que estaba bien y en el lugar donde me encontraba.

— No me gusta para nada las peleas que han ocasionado, lo han hecho tan constante que poco a poco se volverá algo normal entre ustedes.

— Namjoon, eso ya sucedió. Todo el tiempo hemos discutido tantas veces que no me alcanza el tiempo para contarlas, algunas las oculté ante ustedes.

— Hablaremos de esto en casa, Sora. Regresa ahora mismo porque tenemos mucho de que hablar — Dicho aquello, me colgó. Parecía estar molesto y frustrado, no sabía el porqué pero algo malo se vendría.

Después de despedirme de Bogum e insistirle que deseaba irme sola, había llegado a casa. Los autos de mis hermanos se encontraban fuera, pero había uno más y lo reconocí perfectamente. Dios mío, no. No quería verlo ahora mismo, solo me gustaría encerrarme en mi habitación y escapar de mis problemas como siempre lo he hecho, pero esta vez, debía enfrentarlos. Solté un largo suspiro, mi mano se aferró al móvil y caminé en dirección a la entrada, presioné el botón del timbre pues olvide las llaves a consecuencia de haber olvidado la mochila en la universidad, probablemente Kim la trajo.

— Has llegado — Exclamó dejando caer sus brazos a cada lado de su anatomía, no tuve el valor de sonreírle a mi hermano.

— Siéntate, tenemos que hablar con los dos — Mi mirada se posó en Taehyung quien se encontraba posicionado en el sofá con un aura triste y preocupada, lo hice pero lo más alejada que traté. No me daba asco pero quería que entendiera que las cosas entre nosotros no estaban para nada bien y probablemente no lo estarían.

Seokjin se percató de ello cuando me dirigió una mirada que no supe descifrar, no vi a mi hijo por ningún lado hasta que el sonido de un golpe se escuchó en la habitación de arriba.

— Ambos están por cumplir veintiún años, son lo suficiente maduros y no lo digo por la edad si no por otras acciones que he visto en ustedes. Su hijo tiene tres a punto de cumplir los cuatro y ninguno de ustedes se percató que tiene un grave problema — Jin comenzó a explicarse, mientras que Tae y yo lo mirábamos con atención.

Esta conversación no nos llevaría a nada bueno, podía jurar que próximamente se llenaría de gritos a causa de Taehyung. O tal vez no, no lo sabía.

— Iremos al grano, chicos — Susurró Namjoon con sus ojos inyectados de sangre, pareciera que estaba a punto de soltarse a llorar.

— A Taekyung le diagnosticaron esquizofrenia infantil — Confesó.

De nuevo, como hace minutos y horas atrás, sentí como el mundo caía encima de mí. Mi bebé no, no, él no podría estar sufriendo aquel horrible trastorno.

Me eché a llorar desconsoladamente, cerré mis ojos sintiéndome más y más débil ante los hombres que tenía presente, de repente sentí unas grandes mamá rodearme y apretarme contra su pecho, no me importó nada del tema que tenga que ver con Taehyung, solo quería que me abrazaran y deseaba que fuera broma donde la cámara escondida saldría de repente.

— Sora, esto es lo que indica las pruebas que le realizaron, él debe comenzar un tratamiento lo más rápido posible — Mi hermano me entregó una carpeta la cual comencé a leer junto a Kim — Se que entre todos podremos ayudarlo, sera difícil y demasiado chicos, estamos hablando de un trastorno grave y del cual no sabemos el porque de ello.

— ¿Alguien de la familia ha sufrido de esto? — Preguntó Taehyung, mis hermanos negaron.

— Tenemos entendido que no, nadie ha tenido esquizofrenia pero aún así investigaremos.

— Ahora, ¿porque ustedes se han peleado? — Namjoon bebió un poco de café de aquella taza de cristal que le había obsequiado cuando tenía diez años.

— Nada importante, después lo arreglaremos — Mintió. Solté un gran suspiro y absorbí mi nariz.

De un momento a otro, la voz de mi pequeño se escuchó, comenzaba a gritar demasiado de manera horrible. Rápidamente corrimos hasta la habitación, Taekyung se rasguñaba a sí mismo y gritaba en la esquina de la habitación, solté un fuerte jadeo desde lo más profundo de mi corazón, Taehyung me abrazo tan fuerte que llore mucho más, todo se había acumulado. Las lágrimas empapaban mis ojos hasta el punto de no distinguir las imágenes.

Mis hermanos lo ayudaron, no se como pero trataron de tranquilizarlo.

— Taehyung, ¿porque? — Susurré en su pecho con el corazón roto al mismo tiempo que temía por las respuestas.

— ¿De que hablas?

— ¿Por que me haces tanto daño?

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