Dieciséis
Si, había caído muy bajo. Es decir, me sentía tan vulnerable de tan solo ver a Taehyung por los pasillos del instituto con una gran sonrisa alumbrando su hermoso rostro, acompañado de sus mejores amigos. Mientras que yo era la mira de toda la comunidad estudiantil. ¿Porque? Fácil, Kim había decidido que lo mejor era, publicar fotografías en Instagram sobre su nueva relación. Y por supuesto, algunas radiografías de aquel embarazo.
Eso fue el punto exacto para que todo el mundo hablara de nosotros dos, pero más de mí. Y parecía que me tenían lástima o algo parecido, los entendía. Llegue el lunes por la mañana con los ojos rojos e hinchados, mi rostro de verdad que era un desastre, había llorado muchísimo por horas hasta quedarme dormida. Me sentía sin ánimos, quería irme lejos de Seúl, pero no podía hacerlo. Jimin, trataba de ayudarme en todo esto, no quería hacerlo sentir mal o algo parecido, sabía que él si me quería de verdad. Tantas acciones, menos palabras. Así es Park Jimin.
— ¿Todo bien? ¿Quieres que vaya por algo de comer? — Me preguntó, alce mi mirada para mirarlo mejor. Su rostro se encontraba preocupado, estiró su mano hasta la mía para tomarla y acariciar mis nudillos. Baje la mirada, de nuevo, pero ahora a nuestras manos. Jimin de verdad era un amor de persona, estaba al pendiente de mí y a pesar de que estaba enamorado, no le importaba que yo estuviera en crisis por Taehyung. O bueno, eso decía, pero sabía que Park si sufría por ello. ¿Y quien no?
— No, está bien. Ya he comido en casa — Susurré, Jimin negó con la cabeza y sin decir algo más, se levantó de su asiento. Se dirigía a la cafetería, solté un suspiro observándolo, parecía que él de verdad era la persona que debía estar conmigo y no Taehyung. Eran diferentes, todo lo contrario. ¿El problema? Estoy enamorada de Kim y es inevitable, quiero decir, no es nada fácil. Pasamos por diferentes dificultades, alegrías y demás, entre esas, nuestro hijo. Aunque Taehyung no lo quisiera como el bebé que viene en camino.
Me encontraba sola en la mesa y por unos segundos sentí mucha ansiedad de que todos me miraran de vez en cuando. Algunos empezaban a enterarse, otros simplemente parecían no superarlo. Estaba segura que juzgaban mi apariencia y algunos comentarios como: "Pobre, se ve muy mal", "¿ya viste? Esta muy decaída" y así fueron, porque las escuché. Era horrible tener que venir a clases cuando me encontraba en mi peor momento, estaba en un punto donde nada ni nadie me importaba. Donde sentía que mi mundo se derrumbaba pero... sólo era un desamor. Uno el cual duró años y quede completamente enamorada. Debido a todo esto, hablé con mis hermanos, diciéndoles la verdad por primera vez.
Se molestaron, claro, ¿quien no lo haría? Ellos me dijeron que Taehyung no me merecía desde el momento que empezó a hacerme de lado. Trataron de consolarme, de hacerme sentir mejor, pero era en vano. En vez de mejorar, solo me derrumbaba más. Estaba segura que por lo menos ciertas chicas o chicos, me entendían. Jung Hoseok preguntándome como podía amar a una persona que me trataba pésimo... "no lo sé, ni quiera yo tengo la respuesta, Hoseok". Esa fue mi respuesta ante su pregunta.
— Ten, come algo, no puedes dejar pasar tus comidas — Jimin me extendió una charola acompañada de una hamburguesa con un envase de vidrio, se trataba de jugo, mi favorito. Le sonreí un poco agradeciéndole por su gesto tan amable, de verdad que es un chico muy lindo. Tanto física como psicológicamente.
— Muchas gracias, Jimin. Aprecio tanto que estes conmigo en estos momento tan... bueno, difíciles. Supongo — Empece a quitarle la envoltura a la hamburguesa como si nunca hubiera comido antes. Park soltó una pequeña risita por mi desesperación al comer, pero antes de poder darle una mordida, la presencia de Taehyung me distrajo por completo.
Había entrado a la cafetería con sus dos mejores amigos a cada costado, su mano izquierda estaba adentrada en el bolsillo delantero, cabello despeinado y ahora... lo había cambiado de color. Tintado de rubio o algo así, se veía demasiado bien. Se detuvo frente a toda la comunidad estudiantil, observando a cada uno de nosotros. Estaba más que claro que buscaba a alguien.
— Hey, no le prestes atención. Mejor dime, ¿que harás hoy por la tarde? — Trató de distraerme, volví mi miradas hacía él y le di la primera mordida a mi hamburguesa.
— Eh, supongo que nada. ¿Por que?
— Deberíamos ir al cine, ¿que dic... — No terminó de formular su pregunta cuando un grito se escuchó por toda la cafetería. Solté mi comida de golpe, todas las miradas cayeron en mí, el rostro de Jimin cambio para uno de frustración, enojo y demás.
— ¡Sora! ¡Ven aquí! — Volvió a gritar, miré a Park suplicándole con la mirada que me sacara de ese lugar. Él lo captó, se levantó rápidamente y me tomó de la mano para sacarme de ese lugar bajo la mirada de todos los demás. Parecíamos estar escapando de la policía o algo parecido, en cierta parte, me causaba risa.
— ¿Que es lo que le sucede? — Dijo alguien, refiriéndose a Taehyung. Sus gritos volvieron a hacerse presente por el gran pasillo, parecía un loco total, no entendía porque hacía esto.
— Espera Jimin, hablaré con Kim — Detuve mis pasos soltando su mano anillada, le sonreí para que se tranquilizara.
— Está bien, estaré cerca. Si algo sucede, solo grítame.
Asentí y me di la vuelta para encarar a Kim, estaba a tan solo un metro de distancia, su rostro estaba serio, más de lo normal. Noté como su lengua jugaba con el interior de sus mejillas, esperándome con los brazos cruzados. A pasos lentos me acerqué, tenía temor y a la vez quería soltarme a chillar como magdalena.
Me coloque frente a él, como si estuviera retándolo pero en realidad, me sentía tan vulnerable. Quería lanzarme a sus brazos a llorar, que patética soy, en verdad.
— ¿Cual es el propósito de armar este lío? ¿Ah? Dejamos en claro que no volveríamos a hablar hasta que «según tú» consigas a mi hijo.
— ¿Que es lo qué haces con Jimin? — Preguntó con voz ronca, cambiando el tema por completo. Yendo al grano, así sin más, trague saliva ante su mirada. Tal vez podría sonar como una exagerada pero Taehyung daba demasiado miedo cuando se colocaba serio o estaba muy molesto.
Estaba al tanto de que la comunidad estudiantil, nos miraba. Sin perderse ningún detalle de nuestra discusión.
— ¿Acaso te importa? Ahora estoy con él, tú serás padre... por segunda vez. Y te deseo lo mejor porque a mi hijo nunca lo quisiste conocer — Confesé, se escucharon algunos murmullos ante eso. La primera lágrima, ya había caído, sin poder evitarlo.
— ¡Me importa porque aún te amo, Sora! — Gritó, sin necesidad de hacerlo pero lo hizo. Di un brinquito en mi lugar por su tono de voz, me causo escalofríos por toda mi espina dorsal. Nunca pensé que sus palabras me dolieran tanto, nunca pensé que Taehyung estuviera frente a mí mintiéndome. No me alcanzaba los dedos de mis manos y pies para contar todas esas veces que lo ha hecho. Kim llego a mi vida desde que tengo diecisiete años, las cosas en ese entonces eran maravillosas y de hecho, solíamos ser la pareja más "popular" del instituto, todos decían que nos veíamos muy bien, siempre demostrábamos lo tanto que nos amábamos. O bueno, lo tanto que Taehyung me amaba. Porque hasta la fecha, yo lo sigo haciendo.
— Ya, por favor. No te pido más Taehyung, lo único que quiero es que me dejes en paz ¿que es lo que quieres de mí? No me amas, no me demuestras nada, solo palabras. ¿Y que hago con ellas? Solo tratando de hacerme entender que si me amas, que si estas para mí, pero no. Vete, sé feliz con esa chica que ahora espera un bebé de ti.
Trate de irme de aquel lugar pero Taehyung fue más rápido y me tomó de los brazos sin llegar a lastimarme. Me pego a su cuerpo, en cuanto fue así, sus manos fueron bajando hasta mi cintura y sin previo aviso, me besó. Frente a todos, quienes empezaron a hacer bulla. Pero mi mente solo pensó en Jimin en ese momento.
— Te prometo que siempre estaremos juntos, a partir de este momento, todo volverá a ser como antes ¿si, amor? — Susurró en mis labios, una vez más, volví a caer. Tratando de hacer entender a mi mente que Kim ahora si cambiaría. Me abrazó tan fuerte que me sentía tan bien entre sus brazos, enterré mi rostro en su cuello, aspirando todo su aroma — Te amo, preciosa.
Esas palabras fueron las que me habían hecho caer.
— Recuperaremos a nuestro hijo, cuando sea así, podremos irnos a vivir juntos. ¿Que dices? Estamos a poco tiempo de graduarnos, seremos felices — Me separe de su agarre para mirarlo directo a sus ojos, ahora entendía porque cualquier chica caía ante él.
— Lo conversaremos después.
Dicho eso, asintió con una pequeña sonrisa y me tomó de la mano para llevarme fuera de ese lugar. Me deje guiar hasta darme cuenta que nos encontrábamos en las canchas.
— Ven, vamos a conversar un poco — Palmeo a su costado, obedecí ante sus palabras pero al parecer había cambiado de opinión en cuanto me tomó de la cintura impulsándome hacía sus piernas.
— ¿Como estas tan seguro de que recuperaremos al niño? — Le pregunté en susurró, Taehyung recargó su espalda en la pared que se encontraba detrás de nosotros y me miró desde fijamente. De acuerdo, verlo de esa manera era tan...wow.
— Déjame eso a mí, cariño — Sostuvo mi cintura con su brazo izquierdo mientras que con la restante hacía círculos en mi pierna — De hecho, lo vi ayer.
— ¿Que?
Taehyung asintió con su mirada perdida ahora en cualquier otro lugar, menos en mí. Parecía estar pensado en ese bebé que tanto amaba pero que había sido arrebatado de mis brazos.
— Fui con su familia, ellos me permitieron conocerlo. Él esta muy grande, se parece tanto a mí — Sonrió con nostalgia, imite su acción y me incline hacía él para recargarme en su pecho. Sentí sus labios en mi coronilla y me sentí tan bien, muy a gusto de estar con Taehyung — Sora, no seré padre de nuevo.
— ¿De que hablas? — Fruncí el entre cejo aunque no me mirara, mi atención se encontraba en la cancha donde un salón de clases había hecho presencia para iniciar con la clase de educación física.
Soltó un suspiro y chasqueó la lengua antes de hablar — Descubrí que ese bebé no es mío, si no de otro chico que no tengo idea de quién es — Me hizo levantarme un poco para mirarlo, a tan solo centímetros de nuestros labios — Lo siento mucho, Sora. De verdad.
— Está bien, dejémoslo en el pasado — Unió nuestros labios una vez más, sintiendo tantos sentimientos que extrañaba. Sus labios no eran gruesos pero había algo en ellos que me hacían volverme adicta. Todo Taehyung es precioso.
— Debería hablar con tus hermanos, estoy tan seguro que me odian ¿no? — Soltó una pequeña carcajada, asentí colocando los ojos en blanco.
— ¡Vivan los novios! — Gritó Jungkook a lo lejos mientras hacía algún tipo de baile de las porristas. Soltamos una carcajada por ello, Taehyung negó divertido y se reincorporó, me hizo levantarme de sus piernas y supe que nos iríamos de ese lugar. Empecé a caminar fuera de la cancha hasta que sentí que me abrazó por detrás y deposito un beso sonoro en mi cuello.
— Te amo, Sora. En serio — Susurró en mi oído. Me sentí feliz, como si mi mundo se hubiera restablecido. Era un alegría saber que estábamos bien.
Pero mi sonrisa se esfumó por completo en cuanto vi a Jimin en el pasillo recargado en su casillero. Me miró sin ninguna expresión en su rostro, mordí mi labio inferior tratando de no soltar alguna lágrima, me sentí mal. Él solo negó y agachó su cabeza para irse de ese lugar.
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