Diecinueve
— ¡Estoy harta de ti! — Grité con furia, Taehyung solo se me seguía con la mirada mientras se encontraba en el sofá con los brazos cruzados.
No me permitía hacer nada, ni siquiera tenía el derecho de salir a tomar un poco de aire fresco. Lo necesitaba, cada vez sentía que me asfixiaba en la habitación, al momento de ir a clases Kim siempre me acompañaba al instituto. El día anterior traté de escapar para encontrarme con Jimin pero me descubrió en pleno acto por lo cual me había tomado como si fuera un saco de papas para llevarme a la habitación. Todo el tiempo estaba aquí y me desesperaba, solía ser una chica que le gustaba pasar a tiempo solas, de tener su privacidad pero claramente para Taehyung no era una opción.
— Sigue con tus berrinches, llora, patalea. Lo que sea, eso no cambiara el hecho de que me iré — Escuchar su voz ronca y gruesa me causó unas inmensas ganas de ir a golpearlo. Solté un pequeño grito de frustración, el muy....¡ah! Soltó una carcajada, no lo soportaba, de verdad.
—No entiendo porque estas aquí, no volveremos a ser la feliz pareja de antes, si es que tanto quieres — Me posicione frente a él, Kim alzó un poco su mirada para verme y sonreír, ¿porque lo hacía? Fruncí mi ceño sin perderle la mirada.
— Eso lo veremos, Sora. Respóndeme esto...¿acaso me dirás que no llegaste a pensar en mí cuando te revolcabas con Jimin? — Con lentitud y apoyando sus gigantescas manos, se apoyó en sus rodillas para levantarse de su lugar. Desvíe mi mirada cuando estuvo cerca de mi rostro hasta el punto de sentir su aliento, al percatarse que no respondía su pregunta me tomó con fuerza de las mejillas y me obligó a mirarlo — ¡Respóndeme!
Gritó en un tono alto causando que soltara un brinco, negué con la cabeza con lentitud aún con su mano lastimando mis mofletes. Los músculos de Taehyung se ensancharon creando la característica sonrisa que hacía derretir a cualquier chica. Era su encanto y lo sabía. Porque yo había caído.
— Estas mintiendo, se que pensabas en mí en el acto. Se que cuando lo besabas tú mente me imaginaba — Trató de besarme pero lo empujé con todas mis fuerzas, sentía mis mejillas palpitar del dolor causado y tenía presente que ahora había marcas debido a los anillos platinados que siempre adoraban sus bonitos y largos dedos.
— No, Taehyung. En ningún momento pensé en ti cuando estuve con Jimin. Sabía lo que hacía, es más, apague el teléfono móvil para que no molestaras.
Taehyung asintió con un poco de indignación, podía admirar su perfil y aunque tratara de mirar al cien por ciento sus ojos, los pequeños rulos obstruían la vista. Su lengua empujaba las paredes interiores de sus mejillas y miraba al suelo, como si estuviera pensando. Decidí irme del living, quería acostarme un poco y descansar del estrés que Kim me causaba.
No le dije nada más ni mucho menos lo miré, solo me di la vuelta para emprender camino hacía mi destino. A mitad del pasillo, escuché sus pasos detrás, solté un suspiro prefiriendo no reclamar. Cuando llegue a mi habitación, abrí la puerta de esta y la cerré detrás de mí pero Tae ejerció fuerza contra ella para que no fuera así.
— ¿Podrías dejarme en paz por tan solo algunos minutos? Estoy frustrada de todo esto, Taehyung — Susurré, él negó aún sin mirarme. Coloque los ojos en blancos y me tire a la cómoda cama donde trataría de olvidar mis problemas.
— ¿Puedo acostarme a tu lado? Prometo no hablar más — Lo miré por algunos segundos, él igual lo hizo conmigo. Por último, me hice a un lado dándole a entender que era recibido. Tae captó mi señal y se deshizo de sus tenis deportivos, con delicadeza se acosto a mi lado. No había ninguna distancia entre nosotros.
Lo único de diferencia es que yo me encontraba recargada en la cabecera de la cama, Taehyung estaba completamente acostado y miraba un punto fijo de mi habitación. Inconscientemente lleve mi mano derecha a su cabello, era muy suave, disfrutaba acariciarlo pero lo hacía con mucha delicadeza con el miedo de que perdiera sus rulos aunque eso no sucedería. Pensé que le había molestado mi tacto cuando se sentó pero solo era para acomodarse en mi misma posición.
— Ven — Murmuró, no dude ni un segundo en recargar mi cabeza en su pecho escuchando sus latidos. Sus brazos me rodearon por completo y él al hacer aquello, mis ojos se cerraron disfrutando el momento.
De un momento a otro, comenzó a cantar una linda melodía, sentí un escalofrío por todo mi cuerpo y la piel de gallina.
Si no estuviera solo, si no te conociera, tal vez me rendiría perdido en el mar.
Pero mi corazón sigue en llamas con un deseo ardiente. Voy a recuperarte, es nuestro destino.
Me gustaría que me amaras como me amaste ayer, no sueltes mi mano jamás
Y cada vez que mi corazón late, mueve tus pies al mismo compás, para que nunca te pierdas.
Algunas lágrimas bajaban por mi rostro, pero mis ojos seguían cerrados. Recordé el momento que lo conocí, cuando lo vi por primera vez pensando que sería mi perdición. Éramos unos niños que jugaban a saberlo todo, con tan poca edad tuve un bebé. Soporté tantas veces como los demás me miraban raro por aquella razón pero yo estaba feliz porque era un pedacito de Taehyung. Y pensar que perdí sus tres primeros años me hace sentir mal.
— A veces hago las cosas sin pensarlo Sora, trato de controlarme a mí mismo pero no puedo. No soy capaz — Comenzó a explicar — Desde que mi padre se fue de la casa, todo se vino abajo, incluyéndome. Ingerí tantas sustancias tóxicas que había momentos que olvidaba mi nombre, me sentía terrible. Lo sigo estando. Ninguno de mis amigos me decía que estaba mal lo que hacía aunque yo se que es así, no soy un niño pequeño. Trataba de que te alejaras de mí por lo que me estaba convirtiendo, salí con tantas chicas pero ninguna era como tú. Nadie logra llegarte ni siquiera a los talones, las veía y pareciera que lo único que había en mi mente eras tú — Sentí mi corazón acelerarse cuando dijo aquello, abrí mis ojos y me desprendí de su agarre para quedar totalmente acostada, miraba el techo prestando atención a cada palabra que decía.
— ¿Que es lo que más te duele para que cambiaras? — Susurré, sentí como se removía y soltaba un suspiro.
— La separación de mis padres. Ellos eran tan felices pero mi padre comenzó a golpear a mi madre, era horrible presenciar todo lo que veía. Y ahora que lo pienso, sin darme cuenta, estoy aplicando esto contigo — Su voz de quebró, tragué saliva siendo incapaz de mirarlo — ¿Como le explicó a esa chica a la cual le he hecho mucho daño que me tiene loco y que si la amo? ¿Como Sora? Si he sido un asco como hombre contigo, no mereces estar conmigo. No merezco tu amor — Para ese entonces, Taehyung se colocó arriba de mí. Mis manos acariciaron su definido rostro, limpie sus lágrimas pero estas caían y caían hasta llegar a empapar mi pecho descubierto.
— ¿Por que lo hiciste? ¿Que es lo que pasaba por tu mente cuando me traicionabas? — Empuje su cabello hacía atrás para permitirme mirar sus ojos que se encontraban inyectados de sangre.
— No pensaba en nada porque todo el tiempo no estaba consciente de mis acciones. Fumaba todo el tiempo, ingería sustancias que no tenía idea de que daño podrían causarme. Bebía alcohol, no había nada en mi mente.
— ¿En el instituto también aplica? — Negó, sollozando. Los dos llorábamos demasiado, y mi habitación se había llenado de nuestros vagos sentimientos y el sonido de nuestros sollozos. Acto seguido, dejó de sostenerse y sentí todo su cuerpo en el mío, me abrazó escondiendo su rostro en la curva de mi cuello. Pase mis manos por su ancha espalda y aprovechando para acariciarla.
— Lo siento, lo siento. He sido un asco como hombre, te falle cuando le prometí a mi madre que nunca lo haría. A ella también la traicione. Aún recuerdo la vez que me explicó como debía tratarte porque estaba nervioso, quería que te sintieras como una princesa a mi lado. Hasta que se enteró lo que te había hecho, vi la decepción en su rostro, no tuvo las palabras para reprenderme. Solo se sentó lejos de mí e ignorando que me encontraba a centímetros de ella. Pero al día siguiente me gritó y me dijo que no me podía considerar como un hombre, porque había caído tan bajo.
— Nunca estuve enterada de eso, Taehyung. ¿Por que no me lo dijiste? — Levantó un poco su cabeza, sus ojitos estaban hinchados y totalmente rojos.
— No lo sé, no quise hacerlo — Sorbió su nariz, sonreí observando cada detalle de su rostro. Comencé con depositar un pequeño beso en el lunar que adornaba su nariz, después el ojo derecho solo porque me gustaba, Tae sonrió al instante por lo que estaba haciendo. Por último, él tuvo la iniciativa de besarme en los labios, tan lento y duradero.
Me dio la vuelta para que ahora quedara arriba de él, terminó el beso segundos después y me sonrió de nuevo.
— Eres hermosa, amor. ¿Sabes lo que me hace feliz? — Alcé ambas cejas esperando su repuesta, coloque mis manos en su pecho para tomar entre mis dedos el collar que siempre llevaba — Que tengamos un hijo, saber que lo hemos recuperado y que ahora podremos cuidar de él. Me gustaría que en un futuro tengamos muchos más, deseo una niña. Quiero que sea tan parecida a ti, para amarla como te amo a ti.
— Eso lo veremos después, por ahora, debemos disfrutar al niño. ¿Has notado que es tu réplica? — Fruncí mis labios, Taehyung asintió orgulloso.
— Mañana estará aquí, ¿que debemos hacer? ¿Salir a pasear? Debe acostumbrarse a nosotros — Me canse de la posición en la que me encontraba así que hice traté de levantarme pero Taehyung me enredó con todo su cuerpo.
— Sora, ¿Taeh... — Las palabras de mi hermano fueron cortadas en cuanto entró a la habitación. ¿En que momento había llegado? Solté un bufido mirando mal a Kim quien solo soltó una carcajada, me soltó y logré levantarme de la cama — ¿Que se supone que se encontraban haciendo, Kim Sora?
— Eh, nada, Seokjin. Solo nos abrazábamos, nada fuera de lo normal — Me encogí de hombros, mi hermana o inspeccionó toda la habitación hasta que su mirada cayó en Taehyung que estaba desparramado en mi cama.
— ¿Estaban llorando? O ¿que pasó aquí? — Se cruzó de brazos, fui hasta él y entrelace nuestros brazos.
— Tuvimos una conversación que teníamos pendiente desde hace tiempo — Respondí.
— También estábamos fabricando otro sobrino — Mencionó Taehyung en forma de burla, Seokjin entre abrió la boca sorprendió y negué con la cabeza antes de que armara un espectáculo.
— Bien, me alegra saber que arreglaron sus problemas. Bajen, traje pizza y papas fritas — Nos dedicó una sonrisa para después besar mi frente, asentí y lo vi desaparecer de mi vista.
De repente sentí las manos de de Taehyung pasar por mi cintura, me abrazó por detrás.
— ¿Que tal si vuelvo a conquistarte? — Susurró en mi oído, me di la vuelta para mirarlo.
— ¿En serio?
— Por supuesto, tengo muchas ideas. Todo sera como si fuera la primera vez que nos conocemos, será divertido y precioso porque estará de por medio nuestro hijo.
— Está bien, Tae. Me gusta la idea — Besé sus labios.
— Te amo, Sora. No lo olvides y perdóname, de nuevo. Se que esto costará mucho pero uh hare todo lo que sea posible para estar bien.
— Pero prométeme que comenzarás a deshacerte de las sustancias que te hacen mal y cuando te encuentres mal, me lo dirás — Acaricie su abdomen donde no estaba muy trabajado pero aún así poseía un cuerpo precioso.
— Si, Sora. Te lo prometo, hagamos esto en equipo. Es hora de que deba tomarme las cosas serias, ahora soy padre y tengo una chica preciosa a mi lado, no pido más.
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