capítulo 26: justicia y paz
BANGCHAN
Felix lloraba contra mi pecho, como a un niño al que le habían quitado su dulce. Estaba muy triste por todo lo que Minju le había contado, sin embargo, todos estábamos planeando lo que haríamos para lograr que Changbin confesara lo que había hecho, sin que pudiese llegar a dañar a ninguna persona.
—Tenemos que actuar en el almuerzo —habló Minho—. Sino se puede dar cuenta y es capaz de borrar la evidencia o publicarla.
Todos asentimos y seguimos armando con todas las posibles situaciones que se nos ocurrían.
Ya todos habían regresado a sus actividades, mientras me yo me había quedado con Felix.
—Chris... —habló.
—¿Ocurre algo Lix? —pregunté y él asintió.
—Changbin me fue infiel, pero... ¿no lo fui yo también?
—¿Por qué dices eso? —ambos guardamos silencio y después recordé—. ¿Lo dices por el beso? —pregunté y él asintió triste.
—No creas que me arrepiento, pero no puedo evitar sentirme mal.
—Nos dejamos llevar por la euforia del momento y quizá no fue lo correcto, pero afortunadamente no llegamos más allá y no era algo que hubiésemos planeado —acaricié su cabello—. No te culpes por eso bonito, ya pasó.
—Te prometo que mi intención no es dañar a alguien —habló Felix mientras una lágrima se resbalaba por su mejilla.
—Yo sé que no —asentí repetidas veces mientras limpiaba sus lágrimas—. Ven aquí.
Lo jalé de la muñeca atrayendolo a mi para abrazarlo, mientras él lloraba.
No era la mejor situación para Felix, pero yo se sentía cálido cuando estaba de él, era mi corazón el que se sentía feliz con él y me hacía desear que esto durará por siempre.
Al separarnos, lo vi y sequé el rastro de lágrimas que había en su linda carita, luego deposité un beso en su frente.
—Todo estará bien, confía en mí —sonreí en un intento de subirle el ánimo—. ¿Está bien?
—Está bien —me devolvió las sonrisa y eso me bastó.
Decidimos regresar a nuestros salones, ya que nos habíamos tardado mucho. Yo estaba en clases de inglés y la maestra rara vez notaba la ausencia de alguien; mientras que Felix tenía hora libre porque el profesor de literatura había faltado.
Llegó la hora del almuerzo y con esta el momento de poner en marcha nuestro plan.
Jisung, Yena y Yuri; no estaban enterados del todo de la situación, sin embargo los incluimos para ayudarnos a vigilar con la promesa de explicarles todo después.
Hyunjin tuvo la idea de revisar el bolsón de Changbin, para ver si andaba su celular y para nuestra fortuna así fue. Por otro lado, Jeongin llevó su celular para grabar mientras Felix hablaba con el pelinegro. También acordamos que Heejin aparecería para hacer que Changbin confesara todo.
FELIX
Me sentía extremadamente nervioso, nunca había sido bueno para mentir y me hacia sentir peor el hecho de haber besado a Bangchan, sin embargo me sentía más calmado porque yo jamás me hubiese entregado a alguien que no fuese mi pareja.
Pero me dolía porque Changbin había pedido cortejarme a mí y eso solo me hacía pensar en que todo probablemente solo fue parte de una mala broma.
Suspiré y a lo lejos vi como Changbin llegaba a una de la canchas más solitarias del colegio. Puse mi mejor sonrisa, y él se veía muy alegre.
—Pensé que no vendrías —admití y el rió con la intención de dejar un beso en mi mejilla, pero me aparté.
—¿Ocurre algo? —preguntó Changbin serio.
—Yo... no puedo seguir intentando algo contigo... lo siento —hablé.
—Debes estar bromeando —me quedé en silencio—. ¡Dime que es una puta broma Lee Felix!
Me sobresalté porque nunca antes me habían elevado la voz de tal forma.
—No estoy bromeando, yo no siento nada por ti.
—¿Te metiste con Bangchan no? —se acercó peligrosamente a mí y yo solo quería huir, tenía mucho miedo—. Le dije a ese idiota que estuviera lejos tuyo, ahora ustedes se las verán conmigo.
—¿Te crees muy inocente no? —preguntó Heejin mientras llegaba a nuestro lado. Changbin palideció.
—¿Qué haces aquí?
—Lo correcto Changbin.
—¿A qué se refiere Bin? —pregunté fingiendo no saber nada del tema.
—No es nada Lixie —me miró y luego a la chica—. Te juro que si llegas a decir algo, publicaré todo.
—Hazlo y te juro que vas a sufrir, porque esas imágenes fueron tomadas sin mi consentimiento.
—¿Bin? —pregunté nuevamente.
—¡Ya callense ambos! —exclamó Changbin enojado—. Sí, yo grabé un video mío y de Heejin teniendo relaciones, y sí Felix... te engañé con ella porque eres un puto marica que sueña con un falso príncipe azul que esperará por él para poder hacer el amor y vivir en un cuento de hadas.
Yo no podía aguantar más y empecé a soltar algunas lágrimas, realmente me estaban afectando las palabras de él.
—Eres un cretino Seo Changbin —interrumpió Heejin molesta.
—Tu cállate que cuando pueda voy a publicar el video y las fotos.
—Yo no estaría tan seguro de eso —hablé con la voz un poco quebrada y Changbin nos miró confundido. Luego señalé hacia la esquina del pasillo y Jeongin mostró su teléfono con una sonrisa burlona, mientras que a su lado estaba la coordinadora con un semblante bastante serio.
Antes de poder decir algo más, sentí como Changbin estampaba su puño contra mi cara, luego ambos caiamos al suelo y él continuaba golpeandome.
Escuché a lo lejos los gritos de Heejin y de mis amigos, pero de un momento a otro, todo se volvió oscuro.
Abrí los ojos con dificultad e inmediatamente la luz me hizo volver a cerrarlos. Me tomó un par de segundos volver a abrirlos y acostumbrarme a la luz. Inhalé aire y cuando quise expulsarlo, mis costillas dolieron.
—¡Auch! —me quejé suavemente y luego el dolor comenzó a dispersarse por mi cuerpo.
—¡Despertaste! —exclamó alguien a mi lado y me encontré con Bangchan.
Se veía cansado, como si llevara días sin dormir.
—Hola —saludé—. ¿Sabes que me pasó?
—Changbin te empezó a golpear luego de darse cuenta que lo estábamos grabando... pero junto a los chicos lo logramos detener... sin embargo, ya te había dado varios golpes y perdiste la consciencia por dos días.
—¿Dos días? —pregunté sorprendido y Chan asintió.
—No te preocupes por Changbin, fue expulsando inmediatamente y los padres de Heejin están considerando demandarlo, aunque aparentemente no era la única chica involucrada —lo miré confundido—. Ya le había hecho lo mismo a otras chicas, por eso lo habían transferido.
No podía creer lo que escuchaba, verdaderamente Changbin era un patán que no sabía lo que era el amor verdadero.
—Tú... ¿te quedaste aquí los dos días conmigo? —pregunté con cierta duda y Chris asintió.
—Desde el momento en que te ingresaron, pedí quedarme a tu lado.
No sabía cómo sentirme, sin embargo, mi corazón se estaba acelerando y me sentía muy conmovido por tal gesto. Creo que nadie sería capaz de quedarse dos días cuidando a otra persona solo porque sí, lo veía como un acto muy altruista. Aunque Bangchan no lo había hecho solo porque sí, eso estaba claro; sin embargo, no quería aceptar el hecho de que él gustaba de mí.
Me seguía pareciendo irreal y simplemente no podía admitirlo.
—Gracias —susurré.
—Tienes mucha suerte Lixie, los doctores dijeron que unos golpes más y probablemente jamás hubieses despertado.
Mi garganta se secó y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, luego me fijé en la mirada de Bangchan y este estaba aguantando llorar.
—No sé qué hubiese hecho si te perdía —sollozó—. Gracias por no dejarme.
—Gracias a ti por cuidarme —acaricié su rostro—. Siempre estás cuando te necesito y no sabes lo agradecido que estoy por eso.
—Te amo Felix y no tienes que responderme, solo quiero que lo sepas... y quisiera darte mis ojos para que veas al asombroso chico que yo veo siempre —limpió sus lágrimas y luego con mucha delicadeza unió nuestros labios.
Era un beso lento y lleno de amor. El dolor en mí había desaparecido, y en su lugar sólo sentía paz.
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