MINHO

—¡Eres un odioso Lee Minho! —exclamó ya desesperada Yena.

—No es culpa mía que no sepas jugar bien UNO mocosa —contesté mientras tomaba las cartas para revolverlas.

Bangchan y Yuri soltaron una risita, mientras que Yena maldecía en voz baja.

Últimamente conviviamos más fuera del colegio ya que todos vivíamos algo cerca. Hoy habíamos quedado de acuerdo para pasar el rato en el parque, y fue Yena quien invitó a Yuri. Solo esperábamos a Hyunjin quien dijo que demoraría un poco debido a un inconveniente.

—Te noto muy pensativo, ¿ocurrió algo?—pregunté a Bangchan y las chicas posaron su vista en él de forma curiosa.

—No es nada —mordió el interior de su cachete—. Sigamos jugando, reparte.

Asentí no muy convencido y volví a repartir las cartas para jugar nuevamente.

Yuri y Yena ya se habían ido de regreso a sus casas; mientras que Bangchan, Hyunjin y yo estábamos comiendo galletas que trajo Hwang cuando llegó.

—Ahora si me vas a contar que te sucede o seguirás sufriendo en silencio —solté y Bangchan me miró sorprendido, luego miró a Hyunjin y este asintió.

Bangchan suspiró y luego de terminar de masticar su galleta habló.

—Jeongin nos escuchó a Hyunjin y a mí  cuando hablamos de mis sentimientos hacia Felix.

—Pero eso no es malo —interrumpió Hyunjin—. Hablé con Jeongin y de hecho quiero ayudarnos, bueno a ti.

—¿A mí por qué?

—Dios mío, es que tu si eres tonto —hablé—. Hasta yo que recién me vengo enterando, entendí.

—No seas grosero —me reprendió Hyunjin y luego volvió su vista hacia Bangchan—. Jeongin quiere verte junto a Felix porque sabe lo mucho que le gustaste y comentó que no tiene buena espina con Changbin.

—Sabemos que no es del todo un ángel después de lo sucedido en los baños —respondió Bangchan.

—¿Qué pasó?—pregunté.

—Changbin ya sabe que a Bangchan le gusta Felix y lo enfrentó haciéndole saber que haría lo posible por mantener a Felix lejos de nuestro amigo.

—Vaya... ahora si ya no tienes nada que hacer amigo —respondí.

—¡Minho! —me reprendió Hyunjin nuevamente—. No lo escuches Chan, esto tiene solución sabes que estamos contigo.

—Gracias —susurró Chan—. Pero tengo miedo, ¿y si no logramos hacer algo? ¿qué se supone que haga?

—Estás joven Bangchan y según mi mamá... nunca nadie ha muerto por un corazón roto y si están destinos a estar juntos así será —respondí mientras sacudía las migajas de mi camisa.

—Por primera vez en el día te escucho decir algo inteligente —habló Hyunjin mientras aplaudía orgulloso.

—¿Quieres morir? —pregunté mientras levantaba unas servilletas.

—Perdón.

Bangchan soltó una pequeña risa, luego aclaró su garganta.

—Creo que Minho tiene razón, pero no dejo de pensar en lo que dijiste Hyunjin, no me puedo rendir sin pelear.

—¿Entonces que piensas hacer? —pregunté.

—Voy a conquistar a Felix y técnicamente no son pareja oficial con Changbin, así que no estaré haciendo nada malo —nos miró en busca de aprobación.

—No pierdes nada intentando —contestó Hyunjin y yo asentí.

Seguimos charlando durante un rato más, hasta que cada uno finalmente se fue hasta su casa.

Al llegar a mi habitación me dí una ducha, luego me puse mi pijama y me acosté en mi cama. Pero antes de dormir, le mandé un mensaje de buenas noches a Jisung.

BANGCHAN

Estaba tomando agua en la cocina de la casa cuando apareció mi madre.

—¿Todo listo para mañana hijo?

—Sí —asentí y dejé el vaso con agua a un lado—. Después de quitar la casa embrujada, Felix y yo iremos a comer.

—Eso es espléndido Chan, ¿necesitas dinero?

—No, yo tengo ahorrado —suspiré—. Solo te quería comentar por cualquier cosa —evité hacer contacto visual con ella antes de que preguntara algo, pero ya era tarde.

—¿Estás seguro de salir con Felix? —se acercó a mí—. No es que me parezca malo, solo no quiero verte triste si algo no resulta bien y por lo que me contaste... él tiene a otro chico en su vida.

—No estoy seguro, pero quiero arriesgarme por Felix... me va a doler más si no hago algo y me quedo con la duda. 

Mi madre me miró sorprendido y me abrazó.

—Estoy muy orgullosa de ti —sonrío —. Sigue a tu corazón y lucha por lo que quieres —me volvió a abrazar—. Te amo hijo mío, nunca lo olvides.

—Yo también te amo mamá.