Capítulo 51.
Bésame en la boca y libérame.
Cantame un coro.
Puedo ser el sujeto de tus sueños,
tu deseo enfermizo.
Bite - Troye Sivan.
Taehyung había gastado una suma mínima de todo el dinero que poseía, pero que no dejaba de ser importante, solo para que los mejores doctores del país atendieran a su agónico padre.
Por supuesto, fue difícil.
Rechazaron la oferta incluso antes de saber la cifra que recibirían por sus servicios. Taehyung no los culpaba. Incluso él quería dejarlo solo y olvidado en una vieja sala de hospital público.
Pero no lo dejaría morir tan fácilmente.
Por supuesto que no.
Le tuvo que explicar su plan con detalles a cada uno de los médicos, asegurando que solo necesitaba que lo mantuvieran con vida y estable. Necesitaba que su padre comenzará a recuperarse para que enfrentara el juicio que le esperaba.
Cuando los doctores finalmente aceptaron, Taehyung se sintió increíblemente poderoso. La vida de su padre estaba prácticamente en sus manos, y él se encargaría de hacer que su existencia se volviera tan asquerosamente miserable que Woobin desearía haber muerto.
Con el nuevo personal médico contratado, Woobin comenzó a ser atendido casi de inmediato. Los doctores lo estabilizaron y le hicieron varias transfusiones de sangre. Taehyung fue uno de sus donadores. También hubo radiografías, operaciones, curaciones y muchas otras cosas más.
Una tarde, Woobin comenzó a reaccionar a su entorno, recuperando el conocimiento. Abrió muy lentamente sus ojos, parpadeando un par de veces, intentando enfocar a la figura que estaba de pie al lado de la cama.
Y luego de varios intentos, pudo reconocer a su hijo.
Taehyung estaba parado al lado de la cama, observándolo de una manera bastante poco amigable. No había ni una pizca de compasión, tampoco cariño de padre e hijo.
Simplemente... no había nada.
Quizás si fuera otra la situación, Woobin se hubiera sentido orgulloso y feliz de ver aquel comportamiento tan severo en Taehyung, quien no hacía más que comportarse como un verdadero cobarde inútil.
Lastima que no era el caso.
Por lo general, muchos padres o madres omegas eran alejados de sus hijos, para que aquellos crecieran sin esa necesidad inservible de cariño paternal. Cuando los hijos se presentaban como alfas, el padre o la madre alfa comenzaban a cambiar su manera de crianza, implementando una disciplina casi del estilo militar para fortalecer su carácter. Era por eso que los niños solían cambiar tan drásticamente, dejando atrás aquellos juegos inocentes junto sus amigos, olvidando que todavía eran niños para darle la bienvenida a una adultez acelerada, ignorando que apenas comenzaban a entrar en la adolescencia.
Los hacían crecer demasiado rápido, con ideales implantados de acuerdo al padre o madre que les tocara.
Era una mierda.
Pero por más insólito que pareciera, Woobin no tuvo la fuerza de voluntad necesaria para separar a su hijo de su madre. Simplemente no pudo hacerlo. Ver las lágrimas rodar por sus mejillas mientras sollozaba y balbuceaba, removieron una fibra en interior.
Y fue un terrible error, obviamente.
Como era de esperarse, y todo gracias a lo permisivo que había sido con su hijo, tener a Jiyoon a su lado solo ayudó a que Taehyung creciera siendo un alfa sin carácter y totalmente dependiente del afecto maternal.
—Hijo... —Woobin balbuceó con dificultad. Se sentía adolorido y cansado.
Taehyung se movió, acercándose e inclinándose a su lado.
—¿Fue divertido, papá? —susurró en su oído, provocando que Woobin sintiera un extraño escalofrío recorrer su cuerpo— ¿Disfrutaste mientras maltratabas y abusabas de mamá? ¿Sí? Me alegro que lo hayas hecho, porque eso mismo te espera en la cárcel, donde me aseguraré de mandarte. Te encerraré y jamás volverás a ver la luz del sol, papá. Me encargaré de que cada día recibas el mismo trato que le diste a mamá, hasta que llores e implores, deseando estar muerto —Woobin tragó una saliva, y fue terriblemente doloroso. Sabía que esto tarde o temprano pasaría, porque debía pagar sus malas acciones, pero sinceramente, jamás creyó que realmente ocurriría— Oh, pero adivina —Taehyung continuó— Yo pagaré a los mejores doctores para que te mantengan con vida, para que vuelvas a tu condena sin problemas, hasta que tu cuerpo no resista más e incluso con todo el avance médico te mueras. Espero que lo disfrutes, papá.
Cuando dijo todo, Taehyung se enderezó y sin mirar a su padre, abandonó la habitación.
Jamás volvería a verlo. Ni ahora, ni después, ni nunca. Woobin no merecía el perdón de nadie, y él simplemente esperaba que se pudriera en la cárcel.
Ω
La pantalla de su teléfono se iluminó, y él supo de inmediato que se trataba de Jiyoon.
Durante su estancia en el hospital, se le permitió ir a visitarla cada tarde con la ayuda de una enfermera, y pasaban alrededor de una hora juntos; acariciando sus manos y charlando de cualquier cosa para olvidar lo ocurrido. Hasta el último día, cuando ambos fueron dados de alta médica, ella lo abrazó con tantas ganas, como si no quisiera tener que separarse de él. Hoseok tampoco quería, pero no lo demostró demasiado.
Y de eso ya habían pasado dos semanas. Dos largas semanas donde no la había visto, y solo se comunicaban por mensajes de texto o llamadas telefónicas.
Ignorando el mensaje, se levantó del viejo sofá y apagó la televisión para comenzar a caminar hacia su dormitorio.
Suspirando, le dio un último vistazo a su hogar desde donde estaba, y no pudo evitar la suave sonrisa que tiró de sus labios. Jungkook había mandado a que le reorganizaran todo y cambiaran la puerta y las ventanas dañadas.
Es un buen chico.
Jamás lo aceptaría en voz alta. O al menos, no por ahora.
Apagó las luces en el pasillo y se metió a su dormitorio, borrando la sonrisa de sus labios. Todo se sentía tan frío y deprimente. Tan vacío. Avanzó hasta su cama y se sentó en el borde, justo donde solía dormir años atrás su omega.
Otro suspiro escapó de sus labios entreabiertos. Estaba cansado de todo, pero seguía luchando. Intentando seguir adelante.
Abrió el cajón de la mesita de noche, encontrando las mismas cosas que él guardó ahí. Sus ojos se nublaron mientras estiraba la mano y tomaba la vieja fotografía.
Era yoongi. Se veía tan joven, tan bonito y tan deprimido a la vez.
Las lágrimas rodaron por sus mejillas. La culpa seguía ahí.
Yo lo maté...
Con el dorso de su mano, eliminó la humedad de su rostro, pero fue inútil. Las lágrimas seguían saliendo.
Durante estas dos semanas fuera del hospital, Jimin iba a visitarlo a diario, con esa bonita sonrisa que iluminaba su rostro, pero él lo conocía demasiado bien, y sabía que Jimin se esforzaba para no demostrar como se sentía realmente. Su hijo estaba pasándolo mal. Incluso si no lo conociera lo suficiente, la manera en que Jimin se apegaba a él, queriendo ser marcado con su olor paternal y acurrucándose en sus brazos cada vez que se despedían, no eran propios de él.
Jungkook le había contado sin tantos detalles que su hijo despertaba cada noche a causa de las pesadillas, llorando y temblando.
Quizás si él estuviera aquí...
Su teléfono vibró en su bolsillo, sabiendo muy bien que era Jiyoon dándole las buenas noches.
Ji...
Su corazón se oprimió, porque se sentía de tantas maneras al mismo tiempo.
Las sesiones con su nuevo terapeuta iban... bien. Realmente era un martirio para él, tener que revivir su pasado, aceptando en voz alta todo lo que hizo mal.
¿Cómo pretende querer seguir adelante, feliz junto a Jiyoon, cuando condenó injustamente a su omega embarazado? No podía, maldición.
Se acostó en la cama, todavía sosteniendo la foto entre sus manos. La acercó a su pecho y cerró los ojos.
Perdóname. Por favor, perdóname...
Nunca se cansaría de pedir perdón, porque nunca sería suficiente.
Ω
Había sangre... Mucha sangre, de hecho.
Jimin miró sus manos, luego su entrepierna y finalmente el piso.
¿Qué...?
Su corazón comenzó a acelerarse, y el miedo lo abrazó una vez más.
No es real...
Miró hacia todos lados y un grito escapó de sus labios. Había cuerpos esparcidos en el suelo, no muy lejos de él. Todos muertos y en evidente estado de descomposición.
No es real. Esto no es real.
Se agachó cuando sintió una punzada en su vientre bajo, y cubrió sus oídos con sus manos ensangrentadas mientras cerraba los ojos y los apretaba con fuerza.
Jungkook...
Podía sentir como su respiración se volvía errática, y como el corazón bombeaba con mucha más fuerza.
Jungkook, sálvame...
Había comenzado a llorar, sintiéndose demasiado angustiado y aterrado.
Jungkook, ¿dónde estás?
Una risa desagradable lo sobresaltó, y él abrió lentamente los ojos, viendo una figura negra al final de la habitación. Alguien lo observaba y se regocijaba en su dolor.
¡Vete!
Se levantó, intentando demostrar que no se sentía intimidado. Claramente, había fallado. Quien sea que estaba ahí, se rió, burlándose nuevamente.
No quiero estar aquí. Jungkook, ayúdame...
La figura se comenzó a mover en su dirección, saliendo del lado más oscuro de la habitación. Jimin retrocedió varios pasos por instinto, totalmente aterrorizado.
Jungkook... ¡Jungkook!
Gritó con desesperación, cuando su espalda golpeó la pared desgastada del lugar. La figura se cernió sobre él, cubriéndolo con su oscuridad y asfixiándolo con su presencia.
¡Jungkook!
—Te tengo, amor. Aquí estoy —la voz ronca y masculina de Jungkook lo trajo de vuelta, y se sintió tan aliviado que solo pudo deshacerse en llanto.
Jungkook intensificó sus feromonas, cubriendo la habitación con su delicioso olor amargo, intentando de alguna manera calmar a Jimin.
No era la primera vez que se despertaba a mitad de la noche con él gritando a causa de una pesadilla. Ya se había vuelto algo rutinario.
—¿Mejor? —preguntó el alfa, acariciando el largo de la espalda de su omega.
Jimin sollozaba, con el rostro enterrado en el ancho pecho de Jungkook.
—Sí... —murmuró bajito, todavía sintiendo los bombeos desenfrenados de su corazón.
Se quedaron en silencio por un rato, con Jungkook arrullando a Jimin entre sus brazos, enterrando su nariz en los cabellos alborotados y húmedos.
—¿Quieres un vaso de agua? —Jungkook finalmente rompió el silencio, todavía dejando sutiles caricias en su espalda.
Jimin suspiró, restregando su frente en la piel tibia de su alfa.
—No realmente —murmuró nuevamente— Lamento haberte despertado...
—Yo no lo lamento, cariño —los apodos melosos habían comenzado a ser utilizados con más frecuencia por Jungkook, y a Jimin definitivamente le encantaba— Siempre que pueda aliviar tu dolor y calmar tus miedos, lo haré sin pensarlo. Sin importar qué. Tú solo sigue llamándome y yo te rescataré, así como lo he estado haciendo cada noche, amor. Yo iré por ti y aliviaré aquello que te esté abrumando.
Ay, por todos los dioses, lo amo.
Jimin se mordió el labio para no pensar en voz alta, sintiendo como un denso calor subía desde su cuello hasta sus mejillas.
Solo pudo asentir a las palabras de Jungkook, incapaz de balbucear algo decente.
Jungkook comenzó a hundir sus dedos en el cabello de Jimin, acariciando el cuero cabelludo con sus yemas.
Mhm...
Era tan exquisitamente delicioso estar así, abrazados como si fueran dos grandes pulpos que no podían estar separado del otro.
—Me gustaba cuando tenias tu cabello gris —dijo Jungkook, todavía acariciando el cabello de Jimin— Pero tu color natural me gusta aún más.
Hace unos días, Jimin había decidido dejar atrás los tintes de cabello, para volver a su color natural. No tenía las mismas energías ni deseos de llevarlo gris.
—¿Me veo más bonito? —preguntó, aún sabiendo cuál sería la respuesta.
Jungkook se rió entre dientes, provocando que su pecho vibrara de una manera bastante sensual para el propio gusto de Jimin.
Saliendo del pecho de Jungkook, Jimin miró entre la suave oscuridad el rostro cansado de Jungkook. Se veía tan... hermoso.
Por todos los dioses, basta.
No tenía idea de cómo había sido posible, pero pasó, y estaba ridículamente enamorado de Jungkook. No eran solo cosas de sus lobos o feromonas. Era solo él amando al hombre que no hacía más que cuidarlo y tratarlo como si fuera lo más valioso en su vida.
Y mierda, estaba seguro que amaba a Jungkook de una manera tan vergonzosa que esperaba no verse como un idiota que desprende corazones cada vez que respira.
Joder...
—Pequeño narcisista —el alfa le apartó un mechón de la frente, y Jimin no pudo evitar sonreír— Sabes muy bien que siempre has sido hermoso. Con el cabello negro o gris, me gustas de igual manera.
Jimin casi escupe el corazón, pero cerró la boca a tiempo. Las cosas que Jungkook soltaba no eran normales, por amor a dios.
—Mhm... —Jimin ronroneó, aceptando el elogio.
Se relamió los labios, todavía mirando a su Jungkook. Su alfa.
Mi alfa.
Jungkook movió su mano hasta la mejilla de Jimin, acariciándola con su pulgar. La piel se sentía suave y caliente. Y Jimin se inclinó a su toque, con el corazón acelerado a causa de los repentinos nervios.
Descendiendo su mirada, Jungkook clavó sus ojos en los labios húmedos de su omega, y ni siquiera lo pensó mucho cuando se inclinó para alcanzarlo y devorarlo. Jimin soltó un suave suspiro, aceptando aquel dulce beso.
Era ridículo que un beso lograra calmarlo tanto, pero lo hacía.
—Mhm... —volvió a ronronear Jimin, mientras su lengua era suavemente succionada y saboreada por Jungkook.
Cuando el beso finalizó, ambos abrieron los ojos y se miraron por un momento, en completo silencio. Jimin sonrió, como un verdadero tonto muy enamorado. Mientras que Jungkook... Dioses, Jungkook tenía una mirada oscura e ilegible.
La encantadora sonrisa de Jimin comenzó a desvanecerse, y se vio obligado a tragar saliva para no comenzar a babear. Ver a Jungkook tan detenidamente le hizo ser muy consciente de lo deliciosamente bueno que estaba, y eso solo provocó que su cuerpo comenzara a reaccionar por voluntad propia.
Su piel comenzó a sentirse caliente, su lubricante comenzó a escapar de su agujero y su polla pasó de estar semidura a dura como una roca en menos de un segundo.
Dios, ni que fuera un jodido adolescente.
Pero a la mierda todo. No podía negar el hecho de que extrañaba sentir a Jungkook dentro de él, considerando que este no le había tocado de manera lujuriosa desde hacía varias semanas ya.
Y vamos, ya no estaba seguro de poder seguir soportando esta abstinencia con semejante alfa.
Sin decir una sola palabra, Jungkook juntó sus frentes, y Jimin pareció perder la capacidad de pensar, quedando con su mente completamente en blanco.
—Jung... —Jungkook lo silenció, presionando su pulgar en los labios de su omega.
Jimin inhaló con avidez el aroma amargo de Jungkook, y su cuerpo comenzó a temblar suavemente, dejando en evidencia cuán deseoso estaba por ser tomado y consumido.
Sin poder soportarlo más, Jimin aplastó nuevamente sus bocas, soltando un gemido estrangulado, dejando que el mundo a su alrededor se desvaneciera por completo. Jungkook gruñó mientras le devolvía el beso, con la misma necesidad, empujando su lengua hacia el interior de la boca de Jimin.
Ambos gimieron de alivio, necesidad y hambre. Jimin jadeó mientras le chupaba la lengua a Jungkook, moviendo sus manos por la piel desnuda del pecho del alfa.
Sin romper el beso, Jungkook se movió, empujando suavemente a Jimin, obligándolo a pegar su espalda contra las sábanas. Y Jimin separó de manera automática las piernas, dejándole el espacio suficiente a su alfa para que se acomodara entre ellas.
—Jungkook —murmuró Jimin, respirando contra la boca de Jungkook— Por favor...
Jungkook sonrió mientras se acomodaba entre las piernas de Jimin, cubriéndolo con su gran cuerpo, pero sin aplastarlo.
—¿Por favor qué, amor? —preguntó, alcanzando sus labios una vez más.
Jimin ronroneó con satisfacción, subiendo los brazos y rodeando el cuello de Jungkook, jalándolo más cerca de su cuerpo, soltando pequeños gemidos mientras era besado con tanta pasión.
—Te necesito... —logró murmurar Jimin, una vez que se vieron obligados a apartarse para poder respirar.
Y solo bastó escuchar aquello para que la polla de Jungkook se sacudiera con fuerza dentro de su pantalón de pijama.
El alfa tarareó, observando con verdadera fascinación el brillo en esa exquisita boca rosada.
Te amo, maldita sea. Te amo tan malditamente mal.
Quería decirlo. Admitirlo en voz alta. Confesarle a su omega que lo amaba de una manera poco sana, pero se contuvo.
Por primera vez en toda su vida, se sentía terriblemente inseguro. Quizás tenía un poco de miedo a ser rechazado, aun sabiendo que no lo sería.
Incorporándose, Jungkook empujó el pantalón de su pijama fuera de su cuerpo, quedando completamente desnudo frente a su omega. Jimin tragó saliva, recorriendo con sus ojos al alfa que estaba sin ropa arrodillado entre sus piernas, luego se relamió los labios y se lo mordió tan sensualmente que la polla de Jungkook se sacudió nuevamente.
—¿Disfrutando la vista, amor? —Jungkook, el idiota, tuvo la osadía de bromear.
Jimin no pudo evitar la sonrisa que tiró de sus labios, como si fuera un adolecente enamorado, estirando sus manos para tocar apenas con sus yemas la piel caliente del vientre de su alfa.
Para ese momento, ya era un desastre húmedo y pegajoso. Sabía que Jungkook podía oler su lubricante, porque incluso él lo olía.
Y era jodidamente vergonzoso, pero a la mierda, estaba tan mojado que ya era incómodo. Quería ser estirado, llenado y anudado.
Moviéndose hacia Jimin, Jungkook le quitó el pijama con una facilidad impresionante, observando como la polla de su omega caía pesada y rígida contra su vientre plano.
—Fóllame. Por favor, fóllame... —suplicó, sintiendo como su cuerpo comenzaba a quemar ante el deseo— Te necesito. Yo... te deseo.
Y eso fue todo.
Jungkook relamió sus labios antes de inclinarse lo suficiente para alcanzar la polla de Jimin, depositando un pequeño beso justo en la base. Jimin se estremeció, soltando un suave gemido de sorpresa. Sonriendo, Jungkook abrió la boca y sacó su lengua, deslizándose desde la base hasta el glande, ronroneando con satisfacción cuando degustó el presemen de su omega.
Mmm, delicioso.
Incorporándose, Jungkook observó nuevamente el rostro de Jimin. Su omega se veía tan dulce y tan pecaminoso a la vez.
—Ya... —medio gimió y medio gruñó Jimin, moviendo su mano hacia la polla de Jungkook. La acarició con avidez, disfrutando lo dura y suave que se sentía en su mano.
Jungkook gruñó, inclinándose para volver a besarlo. Esta vez no fue tan delicado, sino todo descuidado. Jungkook le saqueó la boca; todo dientes y lengua, chupando y mordisqueando. Jimin gimió contra la boca de Jungkook, sintiendo como el alfa lo aplastaba con su gran cuerpo desnudo.
El beso fue terriblemente sucio y hambriento. Fue abrumador. Aterrador. Y jodidamente bueno.
Jimin se perdió a sí mismo, soltando la polla de Jungkook para subir sus manos y hundir sus dedos en los cabellos oscuros del alfa, derramando débiles y temblorosos gemidos.
Cuando Jungkook rompió el beso y se alejó para mirarlo, vio como Jimin fruncía el ceño con disgusto mientras abría los ojos. Tenía las pupilas dilatadas, las mejillas calientes y rosadas y los labios húmedos e hinchados. Se veía tan malditamente apetecible.
—No te detengas... —protestó Jimin, jalando del cuello a Jungkook.
Jungkook le sonrió. Era una sonrisa divertida y arrogante, que no tenía el derecho de ser tan malditamente atractiva, pero lo era.
Ugh, estúpido alfa.
Jimin quería borrar esa estúpida sonrisa de los labios de Jungkook, pero maldita sea, no se le ocurría nada más que hacerlo con su propia boca. Quería estrellarse nuevamente con su boca y chupar y mordisquear sus labios y lengua hasta quedar sin aliento.
Como si Jungkook leyera sus pensamientos, se inclinó nuevamente y lo besó, pero esta vez sin tanta intensidad. El beso fue corto, y luego comenzó a descender por su mandíbula, cuello y pecho, dejando a su paso un camino húmedo de cortos besos.
Se detuvo cuando llegó a uno de los pezones de Jimin, donde dio primero un lametón y luego succionó, sintiendo como Jimin se quejaba y se retorcía debajo suyo.
—Mmh... —Jungkook tarareó, soltando el pezón para ir al otro. Deslizó su lengua, sintiendo como el pequeño botón se endurecía, y luego lo succionó con un poco más de fuerza.
Jimin gritó, enterrando sus dedos en los cabellos de Jungkook. Estaba tan duro que la polla le dolía y su agujero no dejaba de derramar lubricante.
—Jungkook...
Necesitaba que Jungkook dejara de torturarlo, maldita sea.
Soltando el pezón, Jungkook volvió a subir para dejarle otro pequeño beso en los labios.
Jimin tenía el ceño fruncido, viéndose un poco disgustado y desesperado. Jungkook se rió, no cruelmente.
Jimin arqueó una ceja.
Jungkook se echó a reír, con los ojos brillando de alegría. Y Jimin lo miró fijamente, apreciando lo estúpidamente hermoso que se veía su alfa cuando reía de manera genuina.
Ugh, basta. Esto es ridículo.
Y lo era. Porque vamos, no era posible que incluso ahora, en medio de un momento previo al sexo, fuera capaz de apreciar la reacción de su alfa.
Bueno, definitivamente había caído por él. Y bastante profundo.
—Te amo —pensó Jungkook, pero luego se dio cuenta que lo había dicho en voz alta, y sus mejillas se colorearon suavemente.
Jimin quedó paralizado, mirando con los ojos bien abiertos a Jungkook. Incluso la respiración se le atascó, o él había olvidado como respirar. Su corazón latía demasiado fuerte, y tuvo miedo de que pudiera explotar en cualquier momento.
¿Había escuchado bien?
—Tú... ¿Qué?
Jungkook torció los labios, pareciendo un poco disgustado. No lo estaba, porque sus feromonas se intensificaron todavía más, siendo tan perfectas y deliciosas.
—No planeaba decirlo... —empezó Jungkook, un poco preocupado por la extraña tranquilidad de Jimin. Quizás lo estaba malentendiendo, considerando que Jimin aun no reaccionaba ni para bien ni para mal— Pero es lo que siento. Te amo, Jimin. Te amo tan malditamente mal, que no sé si seré capaz de dejarte ir cuando ya te canses de mí.
Fue ahora el turno de Jimin para reír, provocando que Jungkook arrugara el ceño.
—Supongo que eso debería asustarme, pero no lo hace. Me encanta. Me encantas, Jungkook. También te amo.
El lobo de Jungkook aulló en su interior, demasiado feliz porque su omega correspondía a sus sentimientos, y luego le arañó el interior del pecho, queriendo salir para reclamar lo que era suyo.
Su omega. Su pareja.
Marcalo.
Le gruñó su lobo, demasiado ansioso.
Reclámalo como nuestro.
Jungkook necesitó respirar profundamente para calmarse, llenando sus pulmones del olor de ambos; dulce y amargo. Era una combinación perfecta. Y mierda, su polla palpitó, todavía demasiado dura, recordándole que necesitaba atención.
—Te haré el amor, Jimin —dijo Jungkook, su voz sonaba tan sensualmente ronca y masculina. Jimin asintió con rapidez mientras se mordisqueaba el labio inferior— Y te haré mío. ¿Quieres ser mío?
—Sí. Quiero. Yo... hazlo, ¿por favor? —Jimin se estaba perdiendo, borracho por las feromonas que no hacían más que nublarle el juicio.
Sonriendo, Jungkook se inclinó para presionar un dulce beso en sus labios y luego bajó, descendiendo por su cuello, pecho y estómago, dejando nuevamente un camino húmedo de besos. Se detuvo cuando llegó a la palpitante e hinchada erección de su omega, y se arrepintió de no haber encendido la luz más brillante, porque con la tenue que había, le era imposible apreciar cada detalle, cada vena del precioso y perfecto miembro de su omega.
Y la boca se le hizo agua, así que Jungkook la abrió y sacó su lengua, deslizándola por la base, saboreando el presemen. Jimin se retorció, balbuceando alguna cosa. Sin esperar más, Jungkook engulló la polla, metiéndosela hasta el fondo.
Jimin pudo sentir la respiración de Jungkook en su pelvis, lo que le provocó un suave cosquilleo.
—Oh, mierda, sí... —Jimin enterró sus dedos en los cabellos de Jungkook e intentó ver algo, pero no pudo. Los cabellos oscuros y alborotados le impedían apreciar como Jungkook se tragaba su polla— Sí, sí, así... Oh, santa mierda...
No dejaba de balbucear, perdido en la exquisita sensación de placer.
Jungkook lo succionaba, metiendo su polla dentro y fuera de su boca, chupando y saboreando.
Mmm, delicioso...
Era tan jodidamente sabroso. Tan jodidamente adictivo. Tan jodidamente suyo.
Quería consumirlo tan malditamente mal que era incluso aterrador. Meterse bajo su piel y así jamás dejarlo ir.
Jimin apenas podía pensar, su mente era una neblina de placer y deseo, y su cuerpo estaba demasiado sensible y necesitado.
—Oh, mierda —gimió Jimin, abriendo aún más las piernas y apretando los dedos en los cabellos de Jungkook con fuerza— Jungkook, me voy... Ugh...
No alcanzó a decir nada más cuando el mundo estalló para él. El orgasmo fue arrancado de su cuerpo con violencia. Se corrió, sollozando, con la mente vacía y sintiendo como su cuerpo se sacudía por haber encontrado la liberación.
Jungkook siguió chupando, tragando hasta la última gota del delicioso semen de su omega. Cuando se retiró, lamió sus labios y tarareó con satisfacción.
Jimin sabía incluso mejor que el más caro de los caviares.
—¿Estás bien? —preguntó Jungkook, acariciando con suavidad los muslos de Jimin.
—Sí —logró murmurar, todavía un poco perdido por el subidón del orgasmo— Pero... podría estar mejor, sabes.
Ahí estaba, ese omega que lo traía loco, con sus insinuaciones tan descaradas.
Jungkook sonrió nuevamente. Estaba seguro que en todos los años de su vida, nunca había sonreído tanto como lo hacía ahora, desde que Jimin se había metido en su vida como una alegre y sensual tormenta.
—Oh, claro que sí —acomodó las piernas de Jimin a los lados de sus caderas, e intentó mirar el desastre que había en Jimin. La cama estaba tan mojada por el lubricante, que Jungkook sabía tendrían que contratar servicio de limpieza para limpiar todo aquello.
Pero por ahora, a la mierda. El olor del lubricante lo tenía tan empalado que sus bolas ya estaban tensas y moradas. Solo quería enterrarse en él y joderlo tan malditamente áspero, pero se contuvo.
Tenía que aguantar y controlar ese lado primitivo.
Deseaba disfrutar de su omega. Era la primera vez en casi cuatro semanas que lo volvía a tocar de esta forma, y quería que fuera perfecto. Quería realmente disfrutarlo.
—Date la vuelta, amor —ordenó Jungkook, y fue ridículamente humillante la rapidez con la que Jimin obedeció.
Estaba sobre sus rodillas y manos, mientras se mordisqueaba el labio inferior. Jungkook se acomodó detrás de él, y se inclinó para darle un tierno beso en una de sus nalgas.
El culo de Jimin era tan perfecto, tan redondito y tan bonito. Quería morderlo, enterrar sus dientes en la carne firme hasta dejar una marca.
No lo hizo, por supuesto. Pero ganas no le faltaban.
Cuando Jungkook separó sus mejillas, Jimin se sobresaltó, y una oleada de vergüenza lo invadió. No era la primera vez que estaba tan expuesto, pero ahora se sentía diferente. Era tan íntimo todo, con los sentimientos de ambos llenando la habitación.
Ajeno a todo, Jungkook prácticamente enterró su cara entre las nalgas de Jimin, inhalando con avidez el dulzor de su omega. Y Jimin gimió, alto y agudo cuando un aliento caliente rozó su agujero.
Amasando las mejillas del culo de Jimin, Jungkook deslizó su lengua por toda la franja húmeda, bailando alrededor del agujero húmedo. Y Jimin lo premió con otro gemido, retorciéndose, empujando su culo contra su cara.
—Joder, sí, más... —Jimin estaba perdido, nuevamente empalado y a punto de estallar.
Jungkook pasó su lengua por el apretado y lubricado agujero de su omega, y luego empujó dentro. Los ojos de Jimin rodaron hacia la parte posterior de su cabeza, sintiendo cómo la lengua de su alfa traspasaba el anillo muscular.
Jungkook le estaba comiendo el culo, follandolo con su lengua, torturandolo tan malditamente bien, y él parecía estar perdiendo la batalla.
Se correría pronto, maldita sea. Muy pronto, de hecho.
Sus brazos cedieron y él cayó sobre la cama, su pecho y mejilla estaban enterrada en la sábanas, mientras su culo estaba en completa disposición para su alfa.
Empuñando sus manos en las suaves sábanas, Jimin soltó un fuerte gemido, empujando su culo hacia la cara de Jungkook, hacia su lengua.
—Jungkook... —murmuró, sintiendo como la lengua profundizaba en él.
Jungkook le chupó el agujero, le mordió las nalgas y luego unos dedos se unieron, deslizándose lentamente hacia su interior, junto con la lengua.
—Oh, dioses, Jungkook...
Jungkook quería poder seguir torturándolo mientras lo abría y le comía el culo, pero estaba en su límite. Su polla estaba dura como una roca, y él podía jurar y estaba morada, al igual que sus huevos.
Necesitaba correrse. Correrse dentro de su omega. Llenarlo con si semen caliente y espeso.
Sacando los dedos, Jungkook dejó un beso en una de sus mejillas y lo volteó con un movimiento ágil. Jimin suspiró, viéndose hermosamente destrozado.
—¿Listo, amor?
Jimin asintió con la cabeza antes de responder.
—Joder, sí.
Se acomodó entre las piernas de Jimin, y Jimin las enredó inmediatamente en sus caderas, hundiendo sus talones en la espalda baja del alfa, empujándolo ansiosamente hacia él. Necesitaba que la polla de Jungkook lo follara tan malditamente mal, que no podía esperar más.
—Bien, espera... —Jungkook siseó, intentando alinearse en él, hasta que recordó algo importante— ¿Te estas tomando las pastillas o necesito usar un condón?
Jimin quería mandarlo a la mierda.
—Joder, Jungkook —protestó.
—Solo responde.
Soltando un gruñido, Jimin respondió:
—Pastillas. Joder, las estoy tomando. Ahora fóllame o te juro que me iré a masturbar al baño y no... ¡Ah!
Jungkook se hundió en él, solo hasta la mitad, viendo como Jimin arqueaba la espalda y empuñaba las sábanas. Se rió suavemente, inclinándose hacia adelante para dejar un corto beso en los labios entreabiertos de Jimin.
—Luces tan bien, Jimin —Jungkook comentó, todavía sin moverse. Necesitaba calmarse un poco o estallaría solo por metersela toda— Así, todo destrozado y deseoso por ser follado. ¿Tienes idea de lo terriblemente sexy que te ves?
Jimin gimió mientras negaba con su cabeza. Jungkook le volvió a sonreír, pero su sonrisa se desvaneció, abriendo paso a una mueca de placer acompañada de un gemido ronco mientras sentía como las paredes de Jimin se apretaban a su alrededor.
—Ya, Jungkook... —Jimin lloriqueó, y Jungkook supo que ya no podía seguir retrasando su orgasmo. Necesitaba complacer a su omega, correrse junto con él, llenarlo y anudarlo. Reclamarlo como suyo.
Dando embestidas suaves y delicadas, Jungkook comenzó a hundirse dentro de Jimin, viendo como el agujero le tragaba la polla sin problema.
—Mierda, no duraré mucho —Jungkook le advirtió con un gruñido, comenzando a retirarse para volver a empujar hacia adentro.
Jiming gritó, arqueándose y disfrutando del dolor placer que sentía por ser estirado. Amaba esta sensación y no se habían dado cuenta de cuánto la había extrañado hasta ahora.
—Solo sigue —exigió, apretando las piernas, empujando a Jungkook hacia adelante— Por favor, sigue. Lo necesito. Te necesito...
Suspirando, Jungkook se inclinó hacia él, aplastándolo con su pesado cuerpo, alcanzando sus labios mientras comenzaba un lento vaivén de caderas.
—Joder, Jimin —Jungkook le gruñó en la boca, estaba a punto de estallar— Me encantas.
Jimin ya no podía hablar, de hecho, apenas podía pensar. Todo en él se reducía a su culo tomando la polla de su alfa.
Jungkook echó sus caderas hacia atrás y su polla siguió su movimiento, retirándose del agujero húmedo y dilatado de su omega.
Jimin gimió en modo de protesta. No quería que su alfa dejara de follarlo nunca. Lo quería dentro suyo para siempre.
Luego, Jungkook lo penetró y él gritó. El placer lo recorrió de arriba para abajo, por su columna vertebral, por las piernas, por la polla y el culo. Por todo su maldito cuerpo.
Jungkook volvió a repetir los movimientos, golpeando con su polla la sensible próstata de Jimin.
Y Jimin gritó, pero no de dolor. Se sentía tan bien. Tan perfecto. Tan caliente.
Sus manos en algún momento fueron a parar en los hombros de Jungkook, y no se dio cuenta hasta que le dolieron las uñas por enterrarlas con demasiada fuerza en la carne firme de su alfa.
—Joder... —un gruñido le fue arrancado con cada embestida.
Jungkook cambió ligeramente el ángulo, penetrándolo y luego retrocediendo. Jimin gimió, arqueando su espalda y apretando los ojos. Pudo jurar haber visto las estrellas.
Jungkook sumergió su polla de nuevo, hasta la empuñadura, soltando roncos gemidos.
—Oh, dioses, así... —Jimin jadeó, perdido en la exquisita corriente eléctrica que recorría su cuerpo.
Las embestidas se aceleraron, y luego se volvieron más profundas, más largas y profundas, su polla entrando y saliendo del agujero de Jimin. Su gruesa polla se metía hasta el fondo, estirando el anillo de músculos, y las paredes internas de Jimin se aferraban con fuerza a su longitud.
El sonido obsceno y resbaladizo inundó la habitación. Era un sonido húmedo, de un culo siendo follado con fuerza.
—Oh, mierda, Jungkook... Yo... te amo, maldición.
Y eso fue todo. Jungkook alcanzó a dar un par de embestidas más y se corrió con fuerza dentro de su omega, expulsando largos chorros de semen, llenandolo. Pero no se detuvo, siguió moviéndose, empujando su polla hasta el fondo.
Jimin gritó cuando la presión comenzó a crecer dentro de él, estirandolo dolorosamente. Había olvidado por completo lo incómodo que era al inicio sentir el nudo del alfa.
—Ay, mierda...
Jungkook lo miraba. El iris en sus ojos habían dejado de ser oscuros para pasar a un hermoso rojo intenso.
Jimin no necesitó palabras, él simplemente inclinó su cabeza hacia un lado, ofreciéndole su cuello a su alfa.
Jungkook respiró una cantidad considerable de aire, luego abrió la boca y la cerró sobre la unión del cuello y hombro de Jimin.
Por supuesto, Jimin gritó de dolor, dejando que sus ojos se llenaran de lágrimas. Y por más ilógico que pareciera, su cuerpo se sacudió con un nuevo y repentino orgasmo, todo por aceptar la marca y el nudo de su alfa al mismo tiempo.
Había sido demasiado estimulante todo.
El vínculo se formó de inmediato, y pudo sentir una cálida sensación de amor proviniendo de Jungkook, su alfa.
Alfa...
Su lobo le llamó, y Jungkook gimió contra su piel.
Se retiró lentamente, sacando los caninos de su piel, luego lamió la herida, eliminando los restos de sangre. Jimin se quejó nuevamente, le ardía y dolía la marca.
—Mí omega. Todo mío —murmuró el alfa, apreciando la marca fresca. Su marca.
—Tuyo. Todo tuyo —Jimin estuvo de acuerdo, sintiéndose cansado y somnoliento. El nudo todavía los mantenía unidos.
Jungkook soltó un suspiro, parpadeando un par de veces. Sus ojos volvieron a ser oscuros.
—¿Estás bien? —preguntó, evidentemente preocupado.
Jimin le sonrió suavemente, asintiendo con su cabeza.
—Perfecto.
Jungkook le devolvió la sonrisa, dejando caer su peso total en su omega para hacerlos rodar en la cama. Jimin quedó encima de él, todavía estando unidos, pero parecía ser la posición más cómoda.
Acurrucándose en el pecho de Jungkook, Jimin cerró los ojos, sintiendo cómo le palpitaba la herida.
Ugh, me duele todo.
Jungkook le acaricio la espalda, dejando algunos besos en la cabeza de Jimin.
—Me duele... —se quejó Jimin cuando no soportó más el dolor, respirando el olor húmedo y salado de la piel de Jungkook. Podría haber sido asqueroso, pero para él era el mejor de los perfumes.
Jungkook hizo una mueca antes de hablar.
—Lo sé, lo siento. No puedo hacer que no duela ahora, pero cuidaré de la marca para que sane rápido. Lo prometo.
Jimin suspiro, sintiendo como finalmente el nudo empezaba a deshincharse lentamente en su interior
—Sí .. Está bien.
—¿Estás cansado?
—Mucho... —respondió Jimin, sin poder contener el bostezo.
—Debemos darnos una ducha.
—Más rato... —refunfuñó, sin energía para moverse.
Sonriendo, Jungkook finalmente pudo sacar su miembro del interior de Jimin y lo acomodó a un lado de la cama. Jimin ya se había desconectado del mundo, soltando suaves suspiros mientras dormía profundamente.
Se veía tan adorable. Tan bonito. Tan suyo.
Apartando los ojos de su omega, Jungkook fue al baño para humedecer una toalla y luego volvió con Jimin para comenzar a limpiarlo. Cuando terminó de limpiar cada parte de su cuerpo, Jungkook arrancó las sábanas de un lado primero, reemplazandolas por otra, colocando una manta gruesa sobre el charco que Jimin había dejado con su lubricante, luego movió a Jimin hacia el lado limpio y para así poder terminar de quitar las sábanas sucias.
Se desplomó al lado de Jimin cuando terminó, cubriendo el cuerpo desnudo de su omega con la sábana y colchas de la cama. Jimin se movió, murmurando algo entre sueño, acurrucándose contra Jungkook. Jungkook lo abrazó, sintiendo el delicioso calor de sus pieles juntas.
Cerró los ojos, incluso cuando el sol ya había mostrado sus primeros rayos. Necesitaba dormir y recuperar las energías, incluso si eso significaba dormir junto a Jimin todo el día.
***
Bueno, les hice el cap bien largo para compensar la demora 🤭🤭 espero que les haya gustado, porque me quemé el cerebro. Además de que hasta ahora, es el cap más largo que hago ajajajaja
Nos vemos en la siguiente actua, les quiero muchio y que tengan una linda semana! ♡
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