Capítulo 43.
Fue algo demasiado rápido, y su única reacción fue gritar.
Jimin gritó a todo pulmón cuando la mano que lo jaló lo lanzó sin ningún cuidado contra el duro piso, para luego cerrar la puerta de golpe.
Le dolió la caída. Y jodidamente le dolió el trasero.
Ngh.
Alzó la vista y miró hacia el frente, con su ceño muy fruncido y sus labios apretados, intentando procesar de manera rápida lo que estaba pasando.
—¿Qué mierda? —gruñó con valentía, cuando intentó enfrentarse al idiota que lo habia tirado contra el piso, pero una desagradeble risa burlona lo detuvo.
Jimin giró el rostro para enfrentar al alfa, sabiendo ya quien era.
Oh, mierda.
El corazón se le aceleró, y cuando intentó decir alguna palabra mordaz, la misma mano enguantada le cubrió parte del rostro con un paño húmedo, provocando que su cuerpo comenzara a sentirse lacio y sus párpados empezaran a cerrarse lentamente, obligándolo a caer en un sueño profundo.
Woobin observó con gracia como Jimin era levantado por su empleado, profundamente inconsciente. Sus ojos recorrieron el rostro del omega, luego bajaron por su cuello, su pecho, hasta que se detuvo en el vientre plano.
Él por supuesto que lo sabía. Y es que le había tomado a sus hombres tan solo quince minutos recopilar toda la información sobre Jimin. Sabía todo del omega; como quiénes eran sus padres, donde vivió y donde vive actualmente, la universidad en la que estudiaba y la profesión que había elegido, la beca cancelada. Lo sabía todo, joder. Pero a decir verdad, le tomó por sorpresa leer el informe justo donde decía que Jimin estaba en algún tipo de relación con el senador Jeon Jungkook, y que incluso se había embarazado de él.
—Señor —le llamó otro de sus empleados, logrando que Woobin desviara sus ojos del omega para mirarlo— Debemos salir de aquí. El chico no llegó solo, alguien más vino con él y está afuera.
Woobin suspiró, palmeando los bolsillos de su abrigo oscuro. Sacó una elegante caja de cuero donde tenía guardado sus cigarrillos, la abrió y tomó uno de ellos para llevarlo a sus labios resecos. Uno de sus hombres, el que estaba más cerca de él, inmediatamente sacó un encendedor para ofrecérselo. Ni siquiera se molestó en mirar al beta o el encendedor, él solo se inclinó un poco y le dio una profunda calada a su cigarro para encenderlo, saboreando el humo en su boca, inhalando con avidez, para luego expulsarlo todo lentamente.
—Mhm... —tarareó pensativamente, mirando el rostro de Jimin— Matenlo —ordenó, como si acabar con la vida de alguien no significara absolutamente nada.
El beta reprimió una mueca, limitándose a solo mover su cabeza en un asentimiento, sacando su arma y comenzando a caminar hacia la puerta principal.
—Saldremos por atrás, señor. El auto ya está listo —dijo quien cargaba a Jimin, mirando fijamente la notable marca en su cuello.
Era un omega marcado, lo que significaba demasiados problemas, porque quien fuera su alfa, quizás no tardaría mucho en llegar.
—¿Mi esposa? —preguntó Woobin, dándole una nueva calada a su cigarro.
—En el auto, señor.
—Bien, vamos.
Ω
—¿Y ese auto? —Namjoon se preguntó, deteniéndose cautelosamente a unos cuantos metros de distancia. Yongsun también se estacionó, justo detrás del auto de Taehyung, donde iba su novio.
Namjoon se bajó, mirando con su ceño fruncido el auto desconocido.
Algo se siente extraño. Algo anda mal.
Se volteó para decir alguna cosa, entonces vio como su hermano ayudaba a Taehyung a salir del interior de su auto.
—¿Pasa algo, cariño? —Yongsun le preguntó a su novio, quien inmediatamente movió sus ojos en su dirección. Ella sonrió con ternura, totalmente embobada por ese alfa que no hacía más que enamorarla con simples miradas.
Namjoon no fue capaz de devolverle la sonrisa, aun manteniendo su ceño fruncido, hizo un gesto con la cabeza para que ella se acercara. Ella obviamente fue, sintiendo un extraño escalofrío recorrer su espina dorsal.
—Está todo muy en silencio, ¿no crees? —murmuró Namjoon.
Ella se encogió de hombro en respuesta.
—Pues, ¿no es así siempre?
—No. Bueno, sí, pero ahora es como... diferente.
—Buenos, ¡estamos en casa! —Taehyung dijo con repentina alegría, avanzando torpemente hacia ellos, con Seokjin aferrado a su mano derecha.
Namjoon y Yongsun lo miraron. Yongsun sonrió con diversión, viendo que el alcohol aun mantenía a Taehyung bajo sus ridículos efectos.
—Oye, ¿Jimin ya está aquí? —Namjoon preguntó, sonando un poco impaciente.
Seokjin se dio cuenta de su tono de voz y de su rostro serio. Preocupación era todo lo que reflejaba Namjoon.
—¿Qué pasó...?
—No sé, pero supongo que sí —respondió Taehyung, interrumpiendo a Seokjin.
—No había guardias en la entrada —añadió Namjoon.
—¿No? Ni lo noté. Da igual, no hacen nada.
Taehyung se movió, comenzando a avanzar hacia la entrada de la casa, sin soltar la mano de su novio.
Desde lejos, Namjoon notó que la puerta estaba abierta.
—Oye, espera —advirtió, mirando a todos, tomando la mano de Yongsun para que redujera sus pasos y se mantuviera a su lado— Algo anda mal.
Taehyung se rió, sin entender el extraño comportamiento de su amigo. Seokjin en cambio, se contagió de esa repentina preocupación que exudaba su hermano.
—Tae...
—No pasa nada, joder —interrumpió nuevamente a su novio, sonando un poco irritado— ¡Mamá, llegué! —gritó, soltando la mano de Seokjin para empujar la puerta hacia atrás, abriendola por completo. Namjoon y Yongsun ya estaban detrás de ellos.
Todos se congelaron al ver el gran desastre dentro, además de un cuerpo en medio del largo y elegante pasillo que dividía la sala y el comedor.
—¿Qué... qué es eso? —Seokjin preguntó con horror, muy consciente de que se trataba de una persona.
Una persona tirada en el piso, bajo un gran charco de sangre.
Oh, dios mío.
Y Taehyung sintió como si le hubieran drenado el alcohol de su sistema, porque en ese preciso instante dejó de sentirse borracho.
—¿Mamá? —llamó, tragando con fuerza el repentino nudo que se le formó en la garganta.
¿Qué está pasando...?
—Oh mi dios, necesitamos llamar una ambulancia —Yongsun fue la primera en reaccionar, pasando entremedio de Taehyung y Seokjin para avanzar hacia el interior y prestar la ayuda necesaria al hombre herido, si es que aún vivía.
Namjoon la siguió, mirando todo a su alrededor. Estaba tenso y con la guardia alta. Dio una respiración profunda, arrugando la nariz al notar demasiadas feromonas combinadas.
Yongsun se agachó frente al hombre herido, volteandolo con cuidado. Él soltó un débil quejido de dolor.
—Mierda, está muy herido —dijo ella, totalmente nerviosa— Y débil —añadió, viendo que el hombre respiraba lentamente y con dificultad.
Taehyung aún estaba en el mismo lugar, totalmente inmovis y sin saber cómo reaccionar. El vínculo que lo unía a su madre, ese que se creó desde su concepción, zumbaba débilmente, mandando claras señales de peligro.
Mamá.
—Tae... —Seokjin lo tomó nuevamente de la mano, jalandolo hacia el interior de la casa.
Taehyung miró a su novio, el pánico reflejado en sus ojos.
—Mi mamá...
—Vamos a buscarla y ver si está en casa escondida, luego llamamos a la policía y... —Taehyung negó con la cabeza, sus ojos comenzando a brillar sospechosamente.
Seokjin dejó de hablar, su ceño arrugándose profundamente. Podía sentir a través del agarre en sus manos como el pulso de Taehyung se aceleraba y su piel comenzaba a humedecerse por el sudor.
—Mi papá... —susurró Taehyung, su voz salió inestable. Dio una respiración profunda, haciendo una mueca de desagrado cuando logró reconocer su olor— Mi papá estuvo aquí...
Namjoon miró a Taehyung y luego a su novia, quien intentaba hacer presión en las heridas del hombre para detener el sangrado.
—Llamaré a Jimin —dijo Namjoon, sacando su teléfono con demasiada rapidez.
Taehyung volvió a tragar el nuevo nudo en su garganta, mientras su estómago se retorció dolorosamente y su cuerpo temblaba suavemente.
—Bebé —Seokjin soltó las manos de su novio para acunar su rostro, obligando al alfa a mirarlo— Sé que estás pensando lo peor y el pánico está inundando tu sistema, pero no estás solo en esto. Estoy aquí contigo. Encontraremos a tu mamá y... dios mío, también a Jimin —lo último fue como un arrullo lastimero.
Taehyung asintió con su cabeza, cerrando los ojos por un momento para calmarse y dejar atrás el miedo, la cobardía.
—Bien —susurró, acercándose al rostro de Seokjin para depositar un suave beso en sus labios. Seokjin le dedicó una tensa sonrisa.
—No responde, joder —Namjoon gruñó, mirando a Taehyung— Woobin y sus putos socios dieron la autorización para un nuevo cargamento en estos días —le recordó a Taehyung— Necesitamos saber la hora exacta y el puerto donde llega el barco.
Había sido Yuri, la esposa de Taehyung, quien les había conseguido las claves y contraseñas de los dos correos de su padre, el socio y amigo íntimo de Woobin. Seojoon la ayudó, aplicando sus conocimientos en informática y programación para meterse a las cuentas sin ser detectados y así recopilar toda la información para luego mandarla por correo a Taehyung y Namjoon.
—¿Crees que...? —Seokjin murmuró, sonando bastante horrorizado ahora.
—No creo nada —gruñó Namjoon, interrumpiendo a su hermano— Pero si Jimin y tu mamá —miró a Taehyung— No están aquí, y obviamente el bastardo de Woobin estuvo, además de que hay un hombre herido, algo pasó. Algo muy malo, joder.
—Ji...m... —el hombre herido murmuró, sus ojos se mantenían cerrados y su rostro estaba fruncido en una mueca de dolor.
Yongsun se inclinó hacia él para lograr escucharlo.
—¿Jim? —dijo ella— ¿Será Jimin?
—Ji...mi...n... —murmuró lentamente, arrastrando cada letra.
Fue entonces que a Yongsun se le prendió esa ampolletita en su cabeza. Ella miró al hombre con calma, con más atención, intentando visualizarlo sin su ceño fruncido y la sangre que cubría la mayor parte de su rostro.
—Oh, mierda...
—¿Qué? —Namjoon preguntó de inmediato. Yongsun lo miró.
—Lo conozco. Yo... conozco a este hombre.
—¿De donde? —Seokjin preguntó ahora, mirando al herido con desconfianza.
Nadie sabía que había pasado, ni por qué este hombre desconocido estaba herido y desangrándose.
—Él trabaja para mi amigo... Es como un guardaespaldas de Jungkook.
Ω
El elegante auto último modelo de Jungkook entró a toda velocidad al recinto privado de los Kim. Las elegantes puertas en la entrada estaban abiertas, así que no hizo falta llamar a algún tipo de seguridad para que le permitieran el ingreso.
Jungkook vio varios autos estacionados, reconociendo uno en específico. El suyo.
Inguk pisó el freno con demasiada fuerza, provocando que ambos se inclinaran hacia adelante.
Jungkook salió del auto con prisa, sin deseos de perder más el tiempo. Inguk en cambio, apagó el auto y guardó la llave en el bolsillo de su chaqueta para seguir a su jefe.
—Señor...
—Ya llamé a los demás —informó Jungkook rápidamente, sin dar detalles ya que era bastante obvio a qué se refería, avanzando a zancadas hacia el interior de la gran mansión. Las puertas estaban visiblemente abiertas en su totalidad, y todo estaba sumergido en un inquietante silencio.
No está aquí.
Su lobo rugió furioso. Estaba demasiado inquieto y ansioso por encontrar a su omega, y por saber que él y su cachorro estaban sanos y a salvo.
Jungkook apretó los labios, ignorando las rápidas pulsaciones de su corazón y el miedo que se arremolinaba en el centro de su estómago.
Algo andaba mal, podía sentirlo.
—Espere un momento, señor —pidió Inguk, adelantando a su jefe para asomarse primero al interior de la casa, desenfundando su arma y quitándole el seguro.
Podía respirar el olor mezclado de varias feromonas de alfas, volviendo el aire un poco nauseabundo. Inguk arrugó la nariz con desagrado cuando inhaló nuevamente y las características notas metálicas de sangre fresca golpearon sus fosas nasales.
Jungkook avanzó, haciendo caso omiso a la petición del alfa que se encargaba de mantenerlo a salvo, deteniéndose en seco justo en el umbral de la puerta.
Todos los presentes volvieron a mirarlo, sus ceños fruncidos y un poco horrorizados .
—¿Dónde está Jimin? —preguntó Jungkook directamente, sin molestarse en tener modales con estas personas.
—Kook...
La voz de Yongsun lo hizo fruncir aún más el ceño. Ella se levantó y avanzó hasta quedar frente a Jungkook, su rostro notoriamente angustiado.
—¿Qué pasó aquí? —le preguntó, sonando solo un poco más suave ahora.
Ella hizo un movimiento con la cabeza, volteandose y señalando al hombre herido que seguía tumbado en el piso.
—No lo sé. Apenas llegamos hace unos pocos minutos y lo encontramos así —Jungkook miró hacia donde su amiga apuntaba, su cuerpo estaba rígido y sus labios apretados.
Déjame salir y lo encontraré... acabaré con todos.
La mirada de Jungkook se oscureció y apretó con demasiada fuerza sus dientes, dejando que un músculo palpitara en su definida y poderosa mandíbula.
Inguk no esperó instrucciones y prácticamente corrió hacia el alfa, arrodillándose a su lado e intentando verificar si aún vivía. El miedo se apoderó de él tan rápido que comenzó a sudar frío.
—Él está vivo —Seokjin le dijo suavemente, viendo la indecisión en el hombre arrodillado junto al cuerpo del herido— Débil, pero vivo.
Inguk palideció y un dolor sordo se formó en el centro de su estómago.
—¿Woosung? —le susurró Inguk, sonando tan devastado que varios de los presentes le lanzaron miradas comprensivas.
—¿Dónde está Jimin? —preguntó Jungkook, desviando sus ojos de sus dos hombres de confianza para mirar a cada uno con demasiada atención.
Taehyung miró a Seokjin, quien le devolvió una mirada llena de terror.
—No sabemos... —respondió Taehyung, dejando de mirar a Seokjin para fijar sus ojos en el rostro afilado y anguloso de Jungkook— Pero tal parece que... —dudó, sintiendo un repentino temor de aquella mirada tan siniestra que el alfa le estaba dando— Mi papá estuvo aquí y...
—¿Dónde está Jimin? —volvió a preguntar Jungkook, interrumpiéndolo, su voz sonando ronca, áspera y amenazante. Namjoon se puso rápidamente al lado de Taehyung, anticipando cualquier movimiento.
Nadie sabía exactamente nada, así que por unos cortos segundos, que parecieron ser eternos, un repentino e inquietante silencio se formó dentro de la mansión. El aire se sentía espeso, algo exasperante y un poco cauteloso.
Jungkook comenzó a moverse, acercándose a Taehyung. Sus pasos fueron despreocupadamente lentos, como si tuviera todo el tiempo del mundo, y sus ojos dejaron de ser negros, pasando a un precioso rojo que brillaban a causa de la ira. Taehyung se movió en su lugar, inquieto, sintiendo como el corazón martillaba el interior de su pecho con fuerza. Jungkook parecía un maldito depredador que acechaba a su débil presa.
—¿Dónde está? —su voz salió como un rugido, provocándole a Taehyung un escalofrío que recorrió su espina dorsal.
—Yo no lo sé... —logró decir, pero se atragantó con sus propias palabras cuando Jungkook se movió de repente, demasiado rápido incluso para él reaccionar, cerrando la mano alrededor de su garganta.
—¡Jungkook! —Yongsun gritó, corriendo hasta ellos para detener a su amigo— Detente. Él no tiene nada que ver en esto —aseguró con desesperación.
Jungkook ni siquiera la escuchó. Él estaba cegado por la ira.
—Suéltalo —Namjoon también intervino, agarrando a Jungkook por el brazo.
Destrózalo.
Su lobo no estaba siendo racional, lo sabía, pero no podía culpar por ello. Ni él mismo estaba siendo racional ahora mismo, mientras apretaba el agarre en el cuello del chico frente a él, sintiendo como le bloqueaba el paso del aire y su garganta te agitaba con necesidad.
Acaba con todos y sale a buscarlo.
Jungkook observó el rostro de Taehyung, una vena palpitaba con fuerza en su frente, su ceño estaba angustiosamente fruncido y estaba adquiriendo un tono demasiado enrojecido.
—N-no puedo... —Taehyung ocupó todas su fuerzas para balbucear esas dos palabras, sujetando el antebrazo de Jungkook. Se sentía débil por la falta de aire y sus oídos comenzaron a zumbar.
Seokjin también estaba intentando liberar a su novio del agarre mortal del alfa, pero este no se movía ni parecía escuchar a nadie.
—Jungkook, por favor, suéltalo... —fue la voz trémula de Yongsun la que lo hizo volver en sí. Él apartó su mirada enrojecida del alfa, para mirar ahora a Yongsun— Por favor, no lo lastimes.
Ella tocó con sus dedos temblorosos las mejillas de Jungkook, intentando transmitirle de alguna forma sus propias emociones. Estaba asustada, aterrada. Jamás, en todos los años de amistad, había visto este cambio en Jungkook.
Jungkook comenzó a liberar poco a poco sus dedos del cuello de Taehyung, hasta que finalmente soltó. El alfa rompió a toser y a acariciarse la zona lastimada.
—Necesito encontrar a Jimin —le dijo a Yongsun. Ella asintió.
—Lo encontraremos.
El ruido de varios autos llegando y deteniéndose fuera de la mansión alertó a todos, menos a Jungkook. Él sabía perfectamente quienes eran.
—Seo, llévate a Jung de aquí —le ordenó a Inguk, quien no se molestó en detener a su jefe y se mantuvo acariciando las manos y caras de Woosung, rezando en silencio a la luna para que no se lo llevara de su lado.
Inguk no dijo nada, simplemente tomó a Woosung entre sus brazos y se levantó, escuchando un débil gemido de dolor que decidió ignorar para comenzar a moverse rápidamente fuera de la mansión.
Cuando Taehyung dejó de toser, volvió a hablar.
—Solo... —carraspeó su garganta y fue jodidamente doloroso, pero reprimió la mueca y continuó— Debo llamar a Seojoon para averiguar el puerto... —les dijo a todo y luego detuvo su mirada en Jungkook, quien le observaba fijamente— Mi padre está metido en algo turbio, lo estábamos investigando para soltar su mierda y mandarlo a la cárcel y... Mira, no sé dónde está Jimin, pero él iba a estar aquí con mi mamá. Ninguno de los dos estaba cuando llegué, solo el tipo herido. Al parecer, mi papá estuvo aquí y yo no sabía que él llegaría —explicó lo mejor que pudo, incluso cuando sentía que aún le hacía falta el aire.
—Señor —una voz ronca provino desde la entrada de la mansión, todos volvieron a mirar al hombre.
—Kim Woobin —dijo Jungkook, sin mirar hacia atrás, todavía con sus ojos clavados en Taehyung —Necesito saber todo de él.
—Sí, señor.
Taehyung tragó una gran bocanada de aire. No sabía si Jimin le había hablado de él o algo, pero no recordaba haberle dicho el nombre de su padre.
—Incluso si no tiene un solo rasguño, lo destrozaré —advirtió. Taehyung asintió, sabiendo perfectamente que se refería a su padre.
—Sí, yo... llamaré a mi amigo para averiguar... —se movió torpemente, tocando sus bolsillos para hallar tu celular.
—Tranquilo —Seokjin le susurró a su novio, acariciando suavemente su espalda— ¿Quieres un vaso de agua?
Taehyung negó con la cabeza, soltando un tembloroso suspiro.
Namjoon no sabía qué decir o qué hacer, todo había sucedido demasiado rápido. Se frotó el rostro con ambas manos y comenzó a moverse perezosamente de un lado a otro.
—Lo encontraremos —Yongsun le dijo nuevamente a Jungkook.
Jungkook no reprimió su mueca de disgusto. No deseaba tener una charla esperanzadora, menos con la que era su amiga de toda la vida. Él solo quería saber el paradero de Jimin para ir por él y acabar con todos los involucrados de su desaparición.
—Por supuesto que sí —respondió con seguridad, comenzando a caminar hacia la salida de la mansión. Necesitaba un jodido cigarro o estrangularía a alguien más.
Quizás tampoco era mala idea, lo de estrangular a todos.
Joder.
—Señor, el lugar está vacío, pero hallamos las cámaras de seguridad...
El pulso se le aceleró a Jungkook ante la nueva información.
—¿Dónde están? Quiero verlas.
—Por aquí, señor —el alfa comenzó a avanzar, guiando a su jefe a la sala de monitoreo.
Jungkook lo siguió, su cuerpo estaba rígido y el nudo en la boca de su estómago se acentuó nuevamente, siendo jodidamente doloroso.
Ugh, necesito un puto cigarro.
***
Este cap. está dedicado a Maribel. Feliz cumpleaños preciosa, te quiero muchioooo <3
si ven algun error, me avisan y lo arreglo.
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