Capítulo 33.
—Bueno ya, es suficiente —Namjoon siseó, cerrando su mano alrededor del brazo de Jimin para retenerlo. Jimin giró su rostro, mirándolo con sorpresa.
—¿Qué...?
—Sientate ahí y descansa, joder —el Alfa lo interrumpió, empujándolo suavemente sobre un taburete— ¿Te has visto la cara en el espejo? —preguntó, sonando entre preocupado y molesto.
Jimin resopló, pero negó con su cabeza antes de hablar.
—No —mintió, porque era obvio que se había visto en el espejo del baño hacía unos cinco minutos atrás.
—Pues deberías, Jimin —su tono de voz se suavizó— No quiero que mañana vengas a trabajar. Necesitas descansar. ¿Cuántos días llevas con dolor de estómago?
—No mucho...
—Casi una semana —el Alfa lo interrumpió nuevamente— Te veo incluso más delgado, porque no te estás alimentando bien.
—¡Pero si me duele el maldito estómago! —explotó Jimin, cansado de escuchar lo mismo desde que había comenzado a sentirse mal— ¿Cómo esperas que me alimente bien?
—Y es por eso que debes ir a ver un médico.
—Ya fui y me dijo que era una simple gastritis, nada que me vaya a matar —el Alfa arqueó una ceja ante el comentario, pero no dijo nada— Y estoy tomando los medicamentos a la hora correspondiente. Solo debo esperar a que esta mierda pase.
Namjoon cruzó los brazos sobre su pecho, mirando a Jimin como si lo estuviera escaneando.
—No me fío de ese doctor al que fuiste —dijo el Alfa, retomando la charla que ambos habían pausado con su silencio— Es una de esas consultas baratas, Mimi, donde el que te ve ni siquiera debe ser realmente un doctor.
—Yo si confio. No puedo pagar algo privado para que me vean, así que debo confiar y tener fé.
El Alfa suspiró pesadamente. Jimin era una cosita demasiado obstinada.
—Te ofrecí ayuda.
—No quiero ayuda. No la necesito realmente —gruñó— Puedo hacerlo solo.
—¡Solo quiero ayudarte, maldición! Somos amigos, y los amigos se ayudan. De todas formas, ¿qué pasa con este Alfa que parece tu jodido perro guardián?
Jimin alzó sus cejas un poco impresionado. A decir verdad, era raro escuchar a Namjoon diciendo tantas malas palabras en tan poco tiempo.
—Es Jungkook —corrigió, un poco molesto porque no se refiriera a su Alfa como correspondía— Y no es mi perro guardián, como dices.
El Alfa resopló con diversión. Por supuesto que se sabía no solo el nombre, sino que muchas otras cosas más, considerando que su novia, Yongsun, resultó ser la mejor amiga del senador Jeon Jungkook.
Ignorando la mirada asesina de Jimin, Namjoon preguntó:
—¿Son novios oficialmente ya?
—¿Y quién dijo que yo quería un novio?
—¿Quizás la jodida marca que lleva en su cuello?
Ahora fue Jimin quien resopló, con sus mejillas cada vez más rojas.
—Eso fue... fue algo que pasó en el calor del momento.
—Uhm... —Namjoon tarareó.
—Además, a él no le molesta. Y eso no quiere decir que quiera que seamos algo así como novios. No necesito uno. Estamos bien así.
—Como digas, pero debes saber que te brillan los ojitos cada vez que viene por ti cuando acaba tu turno.
—Mentira.
—No, no lo son. De hecho, cuando viene a dejarte, te deprimes, pero creo que lo sobrellevas muy bien porque prácticamente te mea encima para que huelas a él. Y cuando te viene a buscar, es como si tu mundo se iluminara por completo.
—N-nada que ver...
—No miento, Mimi. ¿Y sabe? Está bien querer a alguien, sentirse atraído o incluso enamorarse. No importa si pasa de manera rápida o lenta. Lo que importa es que ambos sientan lo mismo; que estén en la misma página, así pueden ser felices sin problema.
Sin saber que decir, Jimin se puso de pie.
—Voy a... seguir trabajando —comenzó a avanzar, pero Namjoon lo retuvo nuevamente.
—Lo siento por si me metí donde no debía, pero me preocupo por ti.
—Lo sé...
—¡Hermano! —un grito cargado de felicidad los hizo mirar a ambos hacia su dirección.
Seokjin había llegado, con Taehyung caminaba a su lado. Ambos sonreían, con sus manos entrelazadas e irradiando amor y felicidad.
Namjoon rodó los ojos, saludando a Taehyung con una cariñosa palmada en los hombros cuando llegó a su lado.
—¿Por qué llegaron tan temprano? Aún falta una hora para abrir.
—Porque mamá mandó mucha comida —Seokjin alzó el bolsito negro que cargaba en una de sus manos— Y no pude negarme. Ya sabes cómo es mamá.
Taehyung se movió hacia Jimin, saludándolo con un sonoro beso en su mejilla.
—¿Cómo te sientes hoy, Mimi?
—Bien.
—Mamá mandó comida especial para Mimi —Seokjin anunció, acercándose a Jimin para besarle la otra mejilla— Te ves cansado. ¿Quieres que te lleve a casa?
—No —se apresuró en responder— Estoy bien.
Seokjin le dedicó una mirada que dejaba en claro que no le creía absolutamente nada, pero prefirió no decir nada al respecto.
—Bien —se volvió hacia su hermano— ¿Comamos altiro? Tengo hambre.
Namjoon negó con su cabeza antes de responder.
—Coman ustedes. Yo comeré luego, cuando llegue Yongsun.
—Vale. Vamos, Mimi —Seokjin soltó la mano de su novio para tomar la de Jimin, guiandolo al segundo piso para comer más cómodamente.
Ω
—Quisiera comer sandía —comentó Jimin, dejando la cuchara dentro del plato vacío. Se había obligado a sí mismo a tragar todo, aun cuando su estómago parecía rechazar cada bocado.
Taehyung sonrió mientras abría una lata de bebida.
—¿Sandía, a esta hora y con tu dolor de estómago? No creo que sea posible, Mimi.
—Mmh... —Jimin tarareó, desviando sus ojos hacia el brillante anillo de oro que rodeaba el dedo anular de su amigo.
Desde su celo, dos meses habían pasado ya, y muchas cosas cambiaron. Se había puesto en contacto con sus amigos cuando el celo finalmente abandonó su sistema, llevándose la gran sorpresa de que ya habían solucionado sus problemas y que estaban juntos. Jimin se sintió inmensamente feliz por eso, pero su felicidad duró poco, porque cuando se reunieron días después en la casa de Seokjin, le contaron el horrible descubrimiento que habían hecho.
Increíblemente, Jimin no se sorprendió por las atrocidades que el padre de su mejor amigo hacía. Kim Woobin no era un buen Alfa, y Jimin lo sabía.
También le explicaron sobre el matrimonio de Taehyung, donde Jimin se sintió verdaderamente sorprendido. No era el hecho de que Taehyung se casaría prácticamente obligado lo que lo sorprendía, porque ya tenía conocimiento de aquello. Era el hecho de que Seokjin, quien parecía ser demasiado posesivo con Taehyung, aceptara de buena manera todo este plan.
Namjoon y Yongsun, a quien Jimin había tenido el agrado de conocer ese mismo día, también terminaron formando parte del extraño plan que se había elaborado. La idea era juntar pruebas; fotos, números de teléfonos, direcciones, nombres de algún comprador o vendedor, videos. Todo lo que pudiera servir. Y para eso, Yeri, la esposa oficial de Taehyung, entraba también en este plan.
Taehyung y Seokjin se habían encargado de hablar con ella, quien aceptó ayudar sin objeción alguna. Había sido maltratada durante años por su padre, y estaba cansada de las injusticias que sufrían los Omegas por el simple hecho ser Omegas.
Y todo marchaba bien, aunque demasiado lento. Hasta ahora, lo único que habían descubierto es que el padre de Yeri era socio de Woobin en la comercialización ilegal de Omegas, además de que todos eran trasladados y encerrados dentro de containers en buques de carga, que de alguna manera burlaba las autoridades y salía con éxito fuera del país.
Eventualmente, los días pasaron y Taehyung se terminó casando con Yeri hacía un par de semanas atrás. No vivían juntos, porque Taehyung se encargó de hacerle creer a su padre que aún no estaba contento con el matrimonio y mantenía olvidada en su departamento. Obviamente, Yeri estaba bien, a salvo de las torturas de su padre en el lujoso departamento de su ahora esposo. La iban a visitar seguido, porque la chica no tenía amigos y jamás se le había permitido salir de casa.
—¿Seojoon viene hoy? —Jimin preguntó, tomando una botella de agua para quitarse el sabor amargo que la sopa de pollo le dejó.
Seokjin soltó una risita divertida.
—Fue a ver a Yeri —dijo, haciendo que Jimin alzara ambas cejas mientras bebía grandes sorbos de agua.
A Seojoon le había tenido que explicar todo un día antes de la boda de Taehyung, después de que el Alfa asegurara que irrumpiría la ceremonia y lo salvaría de ese matrimonio forzado porque era un buen amigo y quería verlo feliz. Por supuesto, se molestó al saber que era el último en enterarse de todo, pero también se sintió extrañamente aliviado por su amigo. Seojoon conoció oficialmente a Yeri el día de la boda, y todos notaron como quedó flechado por la Omega, quien también pareció quedar impresionada por el Alfa.
—Quizás venga con ella más tarde —respondió Taehyung.
Habían empezado a invitar a Yeri al bar para que conociera gente, compartiera y lo pasara bien junto a ellos. La Omega iba emocionada, pero eran más veces las que rechazaba las invitaciones que las que aceptaba. Entonces habían descubierto rápidamente que era más hogareña, amante de ver películas románticas mientras comía algo delicioso que ella misma preparaba.
—O quizás se queden viendo películas —dijo Soekjin, sin dejar de sonreír.
—¿Crees que Seojoon realmente se siente atraído por ella? —Jimin preguntó, reprimiendo una mueca de dolor. Su estómago había comenzado a doler nuevamente.
—Claro que lo está —respondió Taehyung— Seojoon siempre es amable y coqueto con todos, pero sé cuando alguien le interesa realmente.
—Y parece que Yeri también está interesada en él —añadió Seokjon.
—Yeri es una Omega que vivió reprimida y siendo maltratada toda la vida, es obvio que se aferrara a la primera persona que le muestre un poco de cariño.
Taehyung y Seokjin dejaron lo que hacían para mirar a Jimin.
—¿Qué? —preguntó Jimin, sintiéndose ligeramente irritado. Dioses, este humor de perro que se cargaba estos días lo tenía realmente agotado.
—¿Qué pasa contigo? —fue Seokjin quien habló, dejando los platos ya limpio dentro del bolso para sentarse a un lado de Jimin— ¿Por qué andas tan irritable estos días, Mimi? Deberías hablar con nosotros si tienes algún problema.
—No me pasa nada —Jimin se puso de pie, sintiéndose cada vez más molesto. Seokjin le tomó con cuidado la mano, impidiendo que el Omega avanzara y se alejara de él.
—Sabes que estaremos siempre para ti, sea cual sea el problema. Somos amigos, Mimi, confía en nosotros.
—¿Así como tú confiaste en mí cuando pasó lo de Tae? —se arrepintió apenas las palabras abandonaron su boca. Seokjin y soltó.
—Lo siento por eso. No supe sobrellevar la situación y me comporté de manera infantil.
Empuñando sus manos, Jimin se obligó a sí mismo a calmarse. No entendía porque pasaba de estar bien a andar irritable con todo el mundo, para luego deprimirse por cualquier cosa.
—No... yo lo siento —tomó nuevamente la mano del beta— Realmente no quise decir eso, lo siento.
—¿Quieres que te llevemos a casa? —Taehyung preguntó, moviéndose para quedar a un lado de Jimin y acariciarle el cabello— Necesitas descansar.
—Creo que tienes razón...
Por supuesto que la tenía, considerando que no se estaba tomando días libres y estaba trabajando sin parar desde febrero. No había reunido el dinero necesario para la matrícula, así que como meta personal, ya que rechazó la ayuda de Namjoon y Taehyung, se propuso trabajar todo este año, reuniendo de esta forma el dinero para estudiar el siguiente sin problemas.
—Vamos entonces.
—Debo avisarle a Nam.
Seokjin lo cogió de la mano, guiándolo escaleras abajo.
—Ve por tus cosas, Mimi. Yo le digo a Nam, no hay problema.
Jimin le sonrió, cansado.
—Gracias.
—Iré a encender el auto, los espero afuera —Taehyung les avisó, pero no se marchó hasta que besó la frente de su novio.
Jimin los observó. Ellos se amaban, incluso si no lo decían, se les notaba. Y le resultaba encantador también saber que Taehyung había marcado de manera simbólica a Seokjin.
Yo no necesito una marca para ser feliz.
Sin embargo, había marcado a Jungkook.
Torciendo sus labios en una mueca de dolor gracias a los retorcijones en su estómago, Jimin tomó sus cosas y comenzó a caminar hacia la salida, ignorando la pesada mirada de Kai sobre él.
Estúpido Alfa apestoso.
Necesitaba llegar a casa y meterse a la cama de Jungkook, que ahora era suya, para dormir con Jungkook, en los brazos de Jungkook.
Ω
Jimin descansaba completamente saciado y exhausto sobre el pecho desnudo de Jungkook, jugueteando con sus dedos sobre la piel húmeda.
—Ningún alfa vale tanto como para clavar sus alquerosos colmillos en tu precioso cuello, para luego exhibirte ante la sociedad como su trofeo...
Podía recordar perfectamente el tono de voz de su padre, mientras le susurraba aquellas palabras con tanto dolor.
Lo extrañaba de una manera tan dolorosa, que mientras más crecía, más falta le hacía. A veces, mientras intentaba conciliar el sueño, lo recordaba, fantaseando cómo habría sido su vida si aún estuviera vivo.
Soltando un suspiro, Jimin se removió, queriendo alejarse de Jungkook. Necesitaba de manera urgente alejarse de este Alfa, porque la actitud que había adoptado estos ultimos dos meses, sólo estaba confundiendo a su tonto corazón. No quiero sentir más de lo que ya sentía por Jungkook. No quería necesitarlo más de lo que ya lo necesitaba.
—¿A dónde vas? —murmuró Jungkook.
Jimin no lo miró, simplemente salió de la cama y se puso la camisa oscura que Jungkook minutos atrás había tirado al suelo.
—Al baño.
—Deja que te ayude —se levantó de un salto, deslizándose dentro de su pantalón de pijama.
—Puedo ir al baño yo solo, maldición —Jimin le gruñó, dando zancadas hacia el cuarto de baño.
Una vez que cerró la puerta, movió sus pies perezosamente hacia la tina y dio el agua caliente, tirando unas pocas perlas que Jungkook le había comprado el mes anterior.
Esperó sentado sobre la taza de baño, hasta que la tina se llenó por completo. Se quitó la camisa sin prisa y se metió con cuidado, sumergiendo todo su cuerpo, excepto la cabeza, en el agua agradablemente caliente. Miró el techo por un momento, sintiendo esas absurdas ganas de llorar y sin saber la razón.
Papá...
Extrañaba incluso a su padre, el culpable de esta carencia afectiva hacia su progenitor.
Maldición.
Tomó una bocanada de aire y se sumergió, hasta que sus pulmones reclamaron por oxígeno y tuvo que salir a respirar. Se sentía asquerosamente deprimido y sensible.
Se volvió a sumergir, pero luego de un momento solo sacó del agua la punta de su nariz. El sentimiento que lo envolvía en ese momento era ridículo, pero era como si odiara todo y quisiera desaparecer.
—¿Jimin, está todo bien ahí dentro? —la voz de Jungkook lo hizo abrir sus ojos, mas no salió del agua. Parpadeó un par de veces, mirando el techo a través del agua y las pocas burbujas— ¿Jimin?
Salió del agua finalmente, parpadeando con incomodidad.
—Estoy bien —murmuró, frotando con los nudillos de sus manos sus ojos.
—Bien. Voy a estar abajo —dijo el Alfa. Jimin no respondió.
Cuando Jimin creyó que Jungkook comenzaba a alejarse, entró en pánico. No quería que se fuera. Lo necesitaba. Lo quería a su lado.
—¿Jungkook? —lo llamó.
—¿Sí? —respondió Jungkook desde el otro lado de la puerta.
Se mordió el labio un par de veces, antes de tener el suficiente valor para hablar.
—¿Quieres, así como... entrar y estar aquí conmigo? —terminó por decir, y podía asegurar aun sin verlo, que Jungkook había sonreído por su tonta petición.
—Siempre voy a querer estar contigo —dijo el Alfa, tomando el plomo de la puerta para girarlo.
Cuando Jungkook entró, Jimin estaba abrazando sus piernas en el centro de la gran tina, mirándolo de manera extraña. El Alfa se acercó, deteniéndose frente a su Omega.
—¿Está todo bien? —preguntó, agachándose para quedar a la altura de Jimin.
Jimin lo observó por un momento, sintiendo como su estúpido corazón comenzaba a latir cada vez más rápido. ¿Podría Jungkook sentirlo también?
—Me siento extraño... —confesó, sintiendo sus mejillas calentarse.
Era ridículo este comportamiento, porque jamás se había sentido tan deprimido y necesitado de afecto como lo estaba haciendo ahora.
—¿Extraño en qué sentido? —el Alfa preguntó, estirando su mano para apartar los cabellos húmedos del rostro de su Omega.
Jimin se encogió de hombros, porque no quería realmente responder a la pregunta. Pero se sentía perdido; sin saber qué dirección tomar para seguir avanzando. Y era tan difícil sobrellevar este sentimiento de tristeza, que empezaba a creer que jamás se iría.
—Vamos, hablar conmigo —su mano acarició la mejilla de Jimin, quien inmediatamente se apoyó sobre su tacto— Siempre que haya un problema, que tengas un problema, puedes hablarlo conmigo.
Ningún Alfa es bueno, todos son malos. Ningún Alfa es bueno, todos son malos. Ningún Alfa es bueno, todos son malos. Ningún Alfa es bueno, todos son malos. Ningún Alfa es bueno, todos son malos.
Jimin apartó sus ojos de Jungkook, sintiendo como le ardían por las lágrimas retenidas. Su padre se había equivocado. No todos los Alfas eran malos.
—¿Quieres darte un baño conmigo? —preguntó Jimin, ignorando las palabras de Jungkook.
No quería hablar sobre lo que estaba empezando a sentir. Solo quería ignorar estos sentimientos que parecían aumentar un poco más cada día. Pero la actitud cariñosa y preocupada de Jungkook no estaba ayudando en lo absoluto.
—Claro —respondió Jungkook, levantándose y deslizándose fuera de su pijama.
Jimin se movió, dándole espacio a Jungkook para que se sentara detrás de él. El Alfa se acomodó y lo envolvió de inmediato en sus brazos, enterrando su nariz en los cabellos mojados de Jimin.
Jimin se hundió en los brazos de Jungkook, soltando un suspiro de alivio. Por el amor de dios, acababa de follar con este hombre, quien lo había anudado porque él mismo se lo había pedido entre gemidos y lágrimas.
—¿Entonces? —Jungkook preguntó— ¿Qué está pasando?
Jimin se quedó mirando el agua ondear delante de él. Una extraña sensación de opresión se asentó en su pecho, mortificándolo.
—No es nada, solo creo que estoy cansado —murmuró, cerrando los ojos— Y me duele un poco el estómago.
No estaba siendo sincero del todo, lo sabía. Pero maldita sea, no era solo el hecho de que extrañaba a sus padres, sino que también había un sentimiento que se empeñaba en ignorar.
Jungkook movió su rostro, acercando sus labios a su oreja.
—¿Seguro? —le susurró el Alfa, provocando un cortocircuito en el interior de Jimin.
Jimin sonrió aun con sus ojos cerrados, sintiendo el cálido aliento de Jungkook en su oreja.
—Creo que sí...
El Alfa gruñó, chupando un poco de piel del cuello de Jimin. Jimin soltó un pequeño gemido de placer, amando sentir la boca de Jungkook contra su piel.
Ignorando el molesto dolor de su estómago, Jimin se alejó de Jungkook solo para voltearse y sentarse a horcajadas sobre sus piernas. Ambos se miraron con deseo.
Dioses, estaban jodidamente perdidos.
Jungkook llevó una de sus manos a la nuca de Jimin, atrayéndolo a su boca para besarlo. Ambos gimieron, codiciosos y desesperados.
—Tus labios son jodidamente adictivos —Jungkook murmuró con su voz áspera, chupando y mordisqueando el labio inferior de su Omega.
Jimin quiso reírse, soltar algo ridículo como siempre hacía, pero no pudo. Su mente se nubló y todos sus sentidos se encontraban en los delgados labios de su Alfa; queriendo absorber cada beso y cada caricia que este le daba.
Las manos de Jungkook comenzaron a recorrer el pecho de Jimin, acariciándolo con tanto cariño que una oleada de tristeza se apoderó de él. ¿Qué mierda le estaba pasando?
Jimin movió sus manos al cuello del Alfa, sintiendo la marca que había dejado ahí. Tuvo el repentino pensamiento de inclinarse y hundir nuevamente sus colmillos, reabriendo la herida, volviéndolo a marcar.
Mío, mío, mío.
Jungkook picoteó una vez más sus labios para luego acariciarle las mejillas con cariño. Jimin lo observó, parpadeando un par de veces. ¿Era siquiera consciente Jungkook de sus propios sentimientos?
—¿Qué? —preguntó Jungkook, viendo que Jimin lo observaba sin decir nada— ¿Hay algo raro en mi cara?
Jimin negó con su cabeza, enterrando suavemente sus dedos el los cabellos oscuros de su Alfa.
Su Alfa, maldita sea.
Hacía demasiado tiempo que ya lo había aceptado como suyo, pero siempre fue algo silencioso. Su celo no contaba, porque ahí no era él al cien por ciento. Ahora, sin embargo, era él.
—Te quiero dentro de mí —murmuró Jimin, alzando sus caderas y acomodándose sobre la polla rígida de su Alfa.
Jungkook gruñó cuando Jimin se alineó y se empaló lentamente, sin darle tiempo para hacer nada.
—Mierda... —siseó, provocando que Jimin sonriera de manera encantadora— Despacio, no quiero lastimarte.
No había forma de que lo lastimara, porque todavía se sentía resbaladizo y estirado por la ronda de sexo anterior.
—L-lo vamos a hacer así —Jimin comenzó a rodar sus caderas tortuosamente lento— Sin prisa...
Jungkook respiró profundamente, embriagándose del olor de su Omega, sintiendo unas pequeñas notas más dulces de lo normal.
—Como tu quieras, cariño.
Jimin se inclinó nuevamente, ajustándose a los labios de su Alfa.
Te quiero. Te deseo. Te necesito.
Un pequeño y suave gemido escapó de la boca de Jimin, provocando que Jungkook profundizara el beso; chupando y masticando suavemente esos exquisitos labios de algodón.
—Me encantas —Jungkook murmuró, gimiendo, cada vez que Jimin rodaba sus caderas.
Jimin lo ignoró. Necesitaba follarse a sí mismo, saciarse de Jungkook para acabar con esta absurda y extraña relación.
—Te quiero.
Jimin se congeló, mirando a Jungkook, quien parecía haber dicho aquellas palabras de forma inconsciente. No se vea arrepentido o mortificado, como se sentiría Jimin si las hubiera dicho él.
Estúpidamente, volvió a ignorarlo, aumentando el ritmo de sus caderas. Jungkook lo sostenía por la cintura, ayudándole para que no se cansara tan rápido.
—B-beso. Bésame, por favor —Jimin rogó, inclinándose y fundiéndose en los delgados labios de su Alfa.
Jungkook no volvió a decirle que lo quería, sin embargo, sus acciones hablaban por él. Lo besó con tanta dulzura que Jimin perdió la cabeza por momentos, gimiendo y suplicando por más caricias.
Bien, debía empezar a poner en orden sus sentimientos, porque si Jungkook no tenía miedo de ellos, él tampoco debía.
Mierda, ¡era su alfa después de todo!
Gimió alto y agudo cuando se corrió, pero no dejó de moverse, suplicando entre sollozos mal contenidos a Jungkook que lo volviera a anudar. Jungkook lo hizo, expandiéndose en su interior, llenándolo con su semilla caliente y cremosa.
Suspirando, Jimin dejó caer su frente en el hombro de Jungkook, respirando su almizclado olor.
Dioses, me encanta esto. Me encanta él.
***
si ven algun error, me lo hacen saber porfis. Las quiero un montón <3
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