Capítulo 29.
El olor almizclado y la piel desnuda de Jungkook, mantenían a Jimin bajo un profundo y placentero sueño. Estaba envuelto en el calor de sus brazos, con su cara enterrada en el pecho firme y musculoso de su alfa, aspirando su piel como si su vida dependiera de ello, hasta que el molesto sonido de un teléfono lo despertó, provocando que se removiera perezosamente.
Estiró un brazo fuera del calor de las sábanas, cuando comprendió que era a él a quien llamaban, alcanzando su teléfono que descansaba sobre la mesita de noche, acercándolo rápidamente a su rostro. Cuando abrió los ojos para ver quien le llamaba, los cerró de inmediato, apretándolos con fuerza luego de que la molesta luz lo cegara por un momento.
—Apaga eso —Jungkook gruñó, molesto por el irritante sonido del aparato.
Jimin lo ignoró, intentando volver a leer el nombre que aparecía en la pantalla.
¿Jinnie?
Su estómago se apretó, pensando inmediatamente lo peor. No era usual que Seokjin lo llamara, menos a esta hora, considerando que ya casi no se hablaban.
Algo andaba mal, podía sentirlo.
Sin pensarlo más, Jimin deslizó el dedo por la pantalla para contestar y acercó el teléfono a su oreja, rezando mentalmente porque no fuera nada malo.
—¿Jinnie? —Jimin murmuró, su voz sonaba ronca a causa del sueño.
—¡Gracias a los dioses, Mimi! —Seokjin exclamó, sonando bastante afligido— Pensé que no me responderías.
Jimin frunció el ceño, con el corazón galopando fuertemente dentro de su pecho por la preocupación. Intentó alejarse de Jungkook, pero el alfa apretó el agarre en su cintura, negándose a soltarlo. Si hubiera sido otro momento, Jimin habría sonreído embobado y hubiera bromeado con Jungkook por actuar tan posesivo con él, luego se hubieran besado hasta quedar sin aliento, para finalmente acabar con deliciosa ronda de sexo. Pero mierda, definitivamente no era el momento, así que empujó esos pensamientos pecaminosos muy lejos y se concentró en el ingrato de su amigo.
—¿Qué pasó, Jinnie? —prefirió preguntar, sin rodeos, evitando alguna charla innecesaria.
Seokjin soltó un suspiro tembloroso al otro lado de la línea, dejando escapar un pequeño sollozo que Jimin logró escuchar. Y Jimin se alarmó, apartando finalmente el brazo que rodeaba su cintura para sentarse rápidamente en la cama.
—Vamos, no me asustes de esta forma. Dime qué pasó —insistió Jimin— Porque algo pasó, ¿verdad?
—Sí, joder —Seokjin balbuceó— Estoy en problemas, Mimi...
—¿Dónde estás? Dioses, dime donde estás y voy para allá ahora mismo —Jimin salió de la cama y comenzó a tomar la ropa que estaba tirada en el suelo para vestirse.
Su cuerpo tembló, pero prefirió ignorar el frío que envolvió su cuerpo desnudo, así como también el dolor de su espalda y trasero por haber follado hasta quedar prácticamente inconsciente. Sabía que debían empezar a controlarse, pero era ese deseo primitivo que los dominaba, y no se detenía hasta que ambos se sentían saciados del otro.
—No sé exactamente dónde estoy...
—¿Cómo que no sabes? —Jimin lo interrumpió.
Seokjin suspiró nuevamente.
—Mhm... —tarareó— Estaba en un bar y ahora estoy en un hotel.
—¿Qué?
—Mira, conocí a alguien sexy que me invitó a follar junto a sus dos amigos, y yo acepté, pensando que sería una experiencia divertida.
—¡Pero en qué estabas pensando! —Jimin le gritó, moviéndose hacia el baño para lavarse la cara. No se bañaría, considerando la situación, así que no pensó en la humedad pegajosa que comenzó a deslizarse entre sus muslos, así como tampoco pensó mucho en lo tirante que se sentía la piel de su estómago.
Ugh, mierda.
Hizo una mueca, muy consciente de que estaba cubierto de semen; tanto suyo y de Jungkook.
—¡No lo sé! —Seokjin respondió, tan histérico como sonaba Jimin— Pero creo que eso no es lo pero, Mimi.
A Jimin se le formó un doloroso nudo en la boca del estómago. Respiró profundo antes de hablar.
—Dime que no te hicieron daño.
—No, no. Yo me metí a una habitación y cerré con seguro, pero los tipos no están muy contentos.
—Por supuesto que no van a estarlo —Seokjin no dijo nada ante el comentario— Bien. Mándame la dirección y te juro que me voy de inmediato. Ya me vestí, joder.
—V-vale.
Cuando Jimin cortó la llamada, recibió de inmediato el mensaje de Seokjin con su ubicación exacta. Bien, necesitaba llegar ahí lo antes posible.
Salió del baño con la cara limpia y el cabello arreglado, dispuesto a tomar una chaqueta para bajar a la primera planta y ponerse los zapatos, pero se detuvo en seco cuando vio a Jungkook levantándose. Sus ojos recorrieron sin prisa esa perfecta espalda ancha, bajando lentamente a ese culo firme y esos muslos...
Mierda, no. Concéntrate. Debemos ir por Jinnie.
Se regañó mentalmente, apartando sus ojos de Jungkook, pero inmediatamente volvió a posarlos en el alfa cuando se dio la vuelta. Y dioses, ese cuerpo tan perfecto y caliente debería estar prohibido.
—¿A dónde crees que vas a esta hora? —Jungkook preguntó, avanzando hasta su armario para tomar ropa limpia, sin sentirse cohibido por pasearse completamente desnudo frente a su omega.
Jimin sintió como sus mejillas se calentaban rápidamente.
—Mi amigo... —balbuceó atontado, intentando concentrarse nuevamente en la pregunta e ignorando el cuerpo de su alfa— Se metió en un problema y debo ayudarlo.
—¿Por qué te llamó a ti? Si está en problemas, bien puede llamar a la policía.
Jimin rodó los ojos.
—Como si ayudaran realmente —refunfuñó, viendo como Jungkook terminaba de vestirse.
—Bien, vamos.
—¿Qué? —Jimin preguntó sin comprender.
—Que vamos, Jimin —repitió el alfa— No creas que te dejaré ir solo por ahí, a no sé donde, para rescatar a un idiota que decidió hacer alguna estupidez y no sabe como salir su propio problema.
—¡Jinnie no es ningun idiota!
—Por supuesto que lo es. Ahora, vamos.
Ω
—Es un completo idiota —fue todo lo que dijo Jungkook, luego de escuchar atentamente la historia y el motivo del por qué se habian estacionado frente a un hotel tan corriente.
Jimin soltó un bufido, ignorando el comentario del alfa.
—No subas conmigo —advirtió mientras abría la puerta del auto. El frío viento que soplaba le provocó un pequeño escalofrío— Puedo hacer esto solo.
—No, no puedes —Jungkook lo tomó del brazo, reteniéndolo. Su ceño estaba muy fruncido, dándole un aspecto severo y autoritario.
Jimin gimió exasperado.
—¡Te odio, maldita sea!
—No me importa. Ahora deja de ser tan irracional y mira este el lugar —Jungkook ordenó, casi gruñendo— Obviamente, el tipo de gente que entra a ese basurero no lo hace para charlar. Tu amigo tampoco vino por ese motivo, y lo sabía, pero se arrepintió y ahora está en problemas.
—Todo eso ya lo sé. ¿Me puedo ir ahora? —hizo un movimiento brusco que logró liberarlo del poderoso agarre del alfa.
Jungkook lo miró fijamente, provocando que Jimin se sintiera ligeramente incómodo.
—No —respondió el alfa con su voz severa— Eres un omega, Jimin, no lo olvides.
—Aunque quisiera, no podría —el omega refunfuñó, sin dejar que el alfa viera cuan estúpidamente intimidado se sentía.
Era la primera vez, desde que conocía a Jungkook, que su omega reaccionaba así; queriendo inclinarse hacia un lado para ofrecerle el cuello en señal de respeto. Pero a la mierda su omega con esto del respeto y la sumisión. Él era más fuerte y no se dejaba dominar por los instintos de su lobo.
—Y un omega corre riesgos —Jungkook continuó, ignorando lo que Jimin había dicho—. Yo no estoy dispuesto a correrlos.
Sintió una oleada de afecto, que luego fue reemplazada por humillación. ¿Qué mierda se creía él al decirle eso?
—¡Pues vete a la mierda! Iré solo. Puedo perfectamente defenderme de un idiota.
Sin esperar a ver la reacción de Jungkook, Jimin salió del auto. Jungkook por supuesto, gruñó, observando como Jimin se alejaba a toda prisa del auto, ingresando al hotel.
—Vamos —ordenó Jungkook a los dos hombres que le acompañaban. Un chofer y un guardaespaldas, ambos muy bien capacitados para algún tipo de enfrentamientos.
Comenzó a caminar sin decir una sola palabra hacia el interior del hotel, recordando el piso que Jimin había mencionado minutos atrás, omitiendo por completo el número de habitación. Sus hombres le seguían, atentos a todo su entorno, intimidando a quienes se les cruzaban a medida que avanzaban.
Ω
Jimin se detuvo frente a la puerta, corroborando el número de habitación con el que Seokjin le había dado.
Es esta.
Su estómago nuevamente sufrió un retorcijón, contrayéndose de manera dolorosa. Estaba nervioso, por supuesto, pero el deseo de ayudar a Seokjin lo impulsaba a seguir adelante.
Presionó su oreja derecha contra la puerta de madera, escuchando risas y algún tipo de conversación en el interior. Inmediatamente, apretó con su dedo índice el timbre, escuchando como el ruido se detenía abruptamente.
La puerta no demoró en abrirse, aunque fue solo un poco, y un hombre alto y bastante mayor que él apareció.
—¿Sí? —preguntó el tipo, mirando a Jimin con sorpresa y curiosidad. Sus ojos oscuros recorrieron rápidamente el cuerpo de Jimin, sonriendo de inmediato cuando pudo adivinar que se trataba de un omega.
A Jimin se le revolvió todo, asqueado por esa mirada lujuriosa.
—Apartate, imbécil —el alfa alzó sus pobladas cejas, sorprendido, sin dejar esa estúpida sonrisa de lado.
—¿Disculpa?
—No, claro que no te disculpo —Jimin se burló, empujando al alfa para ingresar al interior de la habitación. El alfa se sorprendió tanto por la actitud del omega que no opuso resistencia cuando sus pequeñas manos lo empujaron, dejándolo entrar.
Jimin se paralizó cuando vio a dos hombres, iguales de grandes, corpulentos y viejos que el primero. Y el olor que envolvía la pequeña sala de estar le hizo arrugar la nariz.
Eran alfas, los tres.
Sus ojos se posaron rápidamente en Seokjin, quien estaba sentado en medio de los dos alfas, con su pecho desnudo y su pantalón desabrochado.
—¿Jinnie? —Jimin le llamó, cuando no vio la reacción que esperaba en el beta. Algo estaba mal, joder.
Las pupilas de Seokjin estaban notoriamente dilatadas y se veía cansado, pero también muy alegre.
—¿Mimi? —murmuró, sonriendo y volteando su rostro para mirar a uno de los alfas— ¡Les dije que Mimi vendría y no me creyeron! ¿No es precioso?
La puerta principal se cerró y Jimin pegó un brinco del susto, volteandose para ver como el alfa caminaba y se acercaba a él. Jimin se movió a toda prisa, todavía intentando verse intimidante, cosa que no logró. Ciertamente, estaba aterrado.
—¿Qué le hicieron? —exigió saber, gruñendo y frunciendo el ceño.
Uno de los alfas se rió con ganas, como si Jimin les hubiera contado el mejor de los chistes.
—Estábamos empezando a divertirnos —el alfa que aún se mantenía de pie comentó, moviéndose perezosamente hacia la mesita de centro, donde tomó un pequeño frasco que Jimin no había visto hasta ahora. Su corazón inmediatamente comenzó a golpear con fuerza su caja torácica, y esa vocecita que le advertía sobre algo malo, no dejaba de murmurar una y otra vez para que se fuera, para que huyera— Pero nos alegra que hayas llegado. Te estábamos esperando, precioso.
Jimin lo miró, para luego mirar a Seokjin y tener que tragar una gran bocanada de aire cuando sintió las náuseas subir por su garganta. Su amigo estaba dejándose besar por un cerdo asqueroso, mucho mayor que él. ¿Cuántos años tendrían? Dioses, se veían incluso mucho más mayor que Jungkook.
—¡Suéltalo! —Jimin le gritó, acercándose rápidamente a Seokjin para agarrarlo de un brazo y tirar con fuerza de él.
Los alfas quedaron impresionados por la fiereza con la que Jimin estaba actuando, sin parecer intimidado por estar en una habitación con tres alfas.
—Mhm... —uno de ellos tarareó con diversión, relamiendo sus labios y acomodando el gran bulto entre sus piernas— Me gustan los omegas así. Salvajes. No sabes como te disfrutaré, pequeño.
—Pues no disfrutarás nada, imbécil —miró con urgencia a Seokjin, quien respiraba con irregularidad. Sus mejillas estaban rojas, sus pupilas dilatadas y la piel caliente y húmeda por el sudor— ¿Qué mierda le dieron?
Uno de ellos se encogió de hombros, moviendo su mano hacia su erección para comenzar a acariciarla por sobre la ropa.
—Mefedrona —el otro alfa, que estaba sentado a una pequeña distancia del que no paraba de tocarse, respondió con simpleza.
—Bueno, basta de charlas —dijo alguien a su lado. Jimin miró al alfa con furia, sujetando muy bien a Seokjin— Sigamos con la fiesta.
—No te acerques, cerdo maloliente.
El alfa soltó una desagradable risa, avanzando sin prisa hacia Jimin.
Mierda, creo que estoy en serios problemas.
No me digas.
Su maldito lobo se burló, pero sonaba terriblemente molesto. Jimin simplemente decidió ignorarlo. No era el momento para discutirle algo.
No le daba miedo enfrentarse a un alfa, aún cuando sabía que no saldría victorioso, pero sin dudas le golpearía y se resistiría lo que más pudiera. No era un omega frágil e inútil, sino lo contrario. Tenía esa confianza para lanzar un buen golpe, importándole muy poco recibir otros de vuelta.
El problema es que no era solo un alfa, sino tres. Aun así, no se dejaría vencer tan fácilmente.
El alfa se detuvo frente a él, sonriendo y volviendo a relamer sus labios.
—Espero que toda esa fiereza tuya continúe mientras te follo, precioso.
Jimin sonrió de lado, dejando a la vista su pequeño colmillo blanco.
—Intenta averiguarlo y te mataré —lo retó, pero el alfa parecía más divertido que intimidado.
Seokjin gimió a su lado, tambaleándose de manera incómoda. Jimin apartó sus ojos del alfa para mirarlo rápidamente, luego miró más allá del alfa, justo hacia la puerta. Debía lograr salir, pero no sabía cómo.
—¿Sabes qué le pasa? —el alfa frente suyo preguntó. Jimin por supuesto, no le respondió— Está tan caliente ahora mismo, tan deseoso de ser follado y correrse que le duele...
—Cállate y apártate —Jimin le gruñó, interrumpiéndolo.
—No lograrás dar ni dos pasos y yo estaré sobre ti, precioso.
—Eso lo veremos —gruñó nuevamente, con decisión, dando pasos firmes hacia el frente.
Y todo fue tan rápido, que Jimin ni siquiera lo pensó cuando empuñó su mano y golpeó al alfa en la mandíbula para que dejara de retenerlo. El alfa gruñó, y los otros dos se levantaron de un salto, gruñendo y exudando feromonas agrias. Estaban molestos, además de excitados.
El que recibió el golpe, se sobó el rostro mientras que con su mano libre tomaba a Seokjin y lo jalaba lejos de Jimin, aun cuando Jimin luchó, empujándolo hacia uno de sus amigos, quien inmediatamente lo tomó y se lo llevó a uno de los dormitorios.
Jimin se alarmó de inmediato, más de lo que ya estaba.
—¡No! —gritó, tan furioso que sus mejillas se colorearon de inmediato— ¡Tráelo de vuelta!
El alfa lo tomó del brazo, impidiendo que Jimin avanzara y fuera en busca de su amigo.
—Deja de ser tan escandaloso, joder —gruñó, levantando su otra mano y poniendola frente al rostro de Jimin— Ahora, sonríe —le dijo en un tono burlón, apretando el pequeño rociador en spray que sostenía.
Las finas gotas de lo que fuera que le rociaron, cayeron suavemente sobre su rostro, provocando que Jimin apretara los ojos en un acto de reflejo. Su corazón latía tan fuerte, que pensó que estaba a punto de explotar.
—¿Ya lo sientes, precioso? —el alfa le preguntó, haciendo que Jimin abriera los ojos y lo mirara fijamente— ¿Te sientes diferente? Así como, no sé, ¿deseoso por mi polla? —se rió, liberando de su agarre al omega.
Jimin parpadeó un par de veces y suspiró, esbozando una tímida sonrisa mientras daba un paso hacia el alfa. El alfa le sonrió de vuelta, conforme con el cambio de actitud en el omega.
—Mhm... —Jimin tarareó, relamiendo sus labios para luego morder sensualmente el inferior. El alfa lo miró, hipnotizado por la belleza y sensualidad del precioso omega que tenía frente a él.
—Vamos, precioso —acarició la mejilla de Jimin, y Jimin se inclinó inmediatamente a su toque— Vamos a divertirnos. Seremos buenos contigo.
Jimin le sonrió, y aprovechó el momento exacto, justo cuando el alfa había bajado por completo la guardia al creer que estaba drogado, para levantar su rodilla con bastante fuerza y golpearlo en sus genitales. El hombre se dobló a la mitad, gritando alto y ronco a causa del profundo dolor que le quitó hasta el aire. El otro alfa, se levantó de inmediato y se acercó a su amigo con preocupación.
—¿Pero que mierda? —gruñó, observando a su amigo que no dejaba de gruñir y maldecir— Pequeña mierda —le dijo a Jimin, quien ya estaba bastante alejado de él.
Jimin se movió rápidamente, odiándose a sí mismo por haberle dicho a Jungkook que no lo acompañara. Lo cierto era que, lo necesitaba más que nunca.
Ignorando los insultos de los alfas, movió rápidamente los pies hacia la habitación donde Seokjin había sido arrastrado. Abrió la puerta con fuerza y el aire se le atasco en la garganta.
Su lobo rugió, provocando que el también gruñera.
Sin saber como, se abalanzó sobre el tipo que intentaba follarse a su muy drogado amigo, golpeándolo con un bonito macetero que adornaba la habitación. El alfa gimió adolorido, saliendo de encima del cuerpo de Seokjin mientras se tocaba la cabeza.
Jimin no le dio mucho tiempo de reaccionar, así que volvió a golpearlo. No una, sino todas las veces que pudo, hasta que unos brazos lo tomaron y lo alejaron del cuerpo inconsciente sobre la cama. No se esforzó en ver quien lo estaba alejando, porque sabía que era uno de los otros alfas, así que simplemente miró a Seokjin, quien estaba completamente desnudo y desorientado sobre la cama.
—¿Qué mierda crees que haces, pequeño puto? —lo lanzó al piso con brusquedad y se volvió para mirar a su amigo. Luego de comprobar que estaba solo inconsciente, se giró y comenzó a avanzar hacia Jimin, ignorando por completo al beta.
El alfa se agachó frente a Jimin y sin decir una sola palabra, le abofeteó la mejilla con tanta fuerza que su rostro se inclinó hacia un lado y su labio se partió.
—¿Quieres pelear, putito? —preguntó el alfa— Pues pelea y veamos quien gana.
Jimin giró su rostro para mirarle en silencio. Le escupió y sonrió, burlándose del alfa, demostrando que no estaba en lo más mínimo intimidado.
El alfa se puso rojo de la furia. Empuñó una de sus manos en los cabellos grises de Jimin y lo jaló con fuerza, cerca de su rostro. Deslizó su lengua por la mejilla de Jimin, quien inmediatamente se removió incómodo e intentó empujarlo lejos, pero el alfa lo golpeó nuevamente en el rostro.
—¿Dónde quedó esa valentía, eh? —se burló nuevamente— ¿Pero sabes qué? Creo que ya es momento de utilizar la cama.
—Vete a la mierda.
La mandíbula del alfa se tensó, y levantó su rostro en un gesto arrogante, como si la valentía de Jimin estuviera golpeando duro en su orgullo de alfa dominante.
—Aah, pequeño hijo de puta —sonrió sin ápices de humor— Dejame explicarte y aclararte una cosa. No eres más que un puto omega, destinado a ser follado una y otra vez por alfas. Y ahora te follaré quieras o no. Ya no me importa esta mierda de ser amable, porque haz sido un verdadero dolor de culo en menos de... ¿cuanto, quince minutos?
—Inténtalo si puedes —Jimin lo desafió, nuevamente.
El alfa respiró profundamente, moviéndose y buscando entre sus bolsillos alguna cosa. Cuando la encontró, miró a Jimin y se acercó a su rostro para presionar sus labios y besarlo con brusquedad. Jimin lo mordió, negándose a aceptar besos de un cerdo asqueroso.
Cuando el hombre se alejó de los labios de Jimin, relamió los suyos, saboreando la sangre que comenzó a salir.
—Bueno, veamos cuánto tardas en rogarme para que te folle —le dijo, elevando su mano y rociando a Jimin con algo. Era el mismo frasco que usó el otro alfa, pero este no le roció una vez, sino tres veces, asegurándose de que esta vez sí hiciera efecto.
—¿Qué...?
El tipo lo soltó, levantándose y mirándolo desde arriba con altivez. Sonrió cuando Jimin jadeó, visiblemente afectado por el acelerador de celo que le habían rociado.
Y Jimin comprendió que algo iba muy mal cuando sintió un calor abrasador expandirse por todo su interior, cuando su lubricante comenzó a salir con abundancia y su polla se puso rápidamente rígida, cuando su juicio comenzó a nublarse poco a poco. Y finalmente, cuando su lobo rugió inquieto y desesperado.
Mierda, estaba entrando en celo, y ni siquiera el mejor de los inhibidores fue capaz de bloquear el acelerador de celo que le habían rociado.
Otro jadeo escapó de sus labios entreabiertos, y apoyó ambas palmas de sus manos contra el suelo, necesitando urgentemente estabilizarse. Todo parecía que comenzaba a distorsionarse a su alrededor.
Una risa burlona y ronca tronó en sus oídos, agitando tanto a su lobo como a sí mismo. Este no era su alfa.
Alfa...
Algo en su interior dolió, provocando que gimiera y se retorciera. Se sentía tan solo y vacío.
Alfa, alfa...
Jamás en su vida experimentó algo así, donde su propio cuerpo ansiara de manera urgente a un alfa. No, a su alfa. A Jungkook.
Dioses, estaba en serios problemas.
Jungkook...
Ω
Un grito que no sabía exactamente de donde provenía, inquietó a su lobo. Jungkook se detuvo a mitad del largo pasillo, furioso y frustrado por no encontrar la maldita habitación.
Miró a sus hombres, quienes derribaban cada una de las puestas a su paso, importandole muy poco interrumpir a personas que nada tienen que ver en su búsqueda. Verlos salir y negar con su cabeza, para luego ir a la puerta siguiente, solo estaba provocando que la sangre hirviendo le subiera a la cabeza.
Se sobó el pecho, dispuesto a escuchar a su lobo. Era el momento exacto para la tregua, para unirse y buscar a su omega.
Avanza, no es aquí.
Jungkook movió sus pies, pasando a sus hombres, yendo hacia el fondo del pasillo.
Está cerca.
Jungkook siguió avanzando, confiando plenamente en su lobo.
Lo siento. Es aquí. Detendete.
Se detuvo frente a la puerta, cerrando los ojos y agudizando sus sentidos. El inconfundible olor a frutos rojos de Jimin le llegó casi al instante, pero en una intensidad que lo desestabilizó. Su lobo reaccionó de inmediato, arañando su pecho y exigiendo ir al encuentro de su omega.
Jungkook ladró unas palabras a sus hombres, quienes se acercaron inmediatamente y sin preguntar absolutamente nada, tumbaron la puerta.
Los tres jadearon cuando las intensas feromonas dulces de un omega en celo les dio la bienvenida.
***
Nota: no encontré momento para comentarlo, pero recuerden que en la historia ya están en febrero, así que Jimin durante todo ese mes usó un buen inhibidor. Esto es para que no le llegue el celo, porque no se sentía preparado para pasar un celo con Jungkook, y tampoco quería pasarlo con nadie más. Suprimirlo era la mejor opción.
Recuerden también esto:
1.-Un embarazo solo pasa si NO hay tratamiento anticonceptivo y hay "nudo" en el sexo.
2.-No hay embarazo si folla sin condón u otro tratamiento, siempre y cuando NO haya "nudo".
Espero haberme explicado bien. Felices fiestas de fin de años, les quiero mucho ♡
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top