〘 15 〙

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Una hermosa confusión...
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El sol entraba por la pequeña ventana, dando descaradamente hacia mis ojos, obligándome a abrirlos con dificultad. Me revolví un poco en la cama y llevé mi mano hacia el lugar que Hoseok ocupó durante la noche, pero este se hallaba completamente vacío.

Sin embargo, no me alarme. En su lugar, la conversación de la noche anterior se había instalado a mi cabeza:

Encontré trabajo—soltó de pronto sin dejar de acariciar mi cabello con delicadeza.

—¿De verdad?—le cuestione mirándole sonriente—¿Cuándo? ¿Dónde?

—En una cafetería cerca de tu escuela, queda perfecto porque así podré recogerte y regresar a casa juntos—propuso—Si es que aún la idea de no regresar a tu hogar está presente.

Eso no era un hogar...y  por supuesto que no lo haría.
Si volvía, básicamente cometería suicidio.

—Me encanta la idea—susurre abrazándome más a su cuerpo, recargando mi cabeza en su pecho.

Solté un último bostezo y giré la cabeza hacia el reloj sobre un pequeño mueble de madera algo de gastada. 6:30 a.m. marcaba. Me levante aún con algo de pereza y caminé hacia la cocina con Goo a mis pies.

—¿Tienes hambre?—le cuestione divertida al verlo mover la cola emocionado—Déjame ver qué hay hoy para desayunar.

Abrí un pequeño refrigerador de color gris en la esquina de la pequeña cocina, pero este se encontraba mayormente vacío. A excepción de un poco de jamón y algo que parecía ser gimbab en mal estado.

—Necesitamos hacer las compras—me dije divertida ladeando la cabeza.

Regrese hasta la "habitación" que era separada de la estancia sólo por sábanas, y tomé mi saco para revisar los bolsillos. No tenía dinero suficiente, apenas si podría alcanzarme para el autobús de camino a la escuela.

—Muy bien, hoy no habrá desayuno para ti In Na—me dije—No importa, ya encontraremos una solución después, ahora solo alistémonos para el colegio.

Saque un poco de agua con ayuda de una cubeta, para poder lavarme el cabello, no sin antes brindarle el jamón del refrigerador a Goo. Cuando terminé, me cambié rápidamente la pijama que Hoseok me había prestado, y salí de casa cerrando bien.
Caminé hasta la parada de autobús dejando que el aire secará mi cabello. Al llegar, tomó asiento al lado de una señora ya madura, sintiéndome ajena a las demás personas que esperan el trasporte también, cierro los ojos y por primera vez, me siento bien conmigo misma. De pronto, mi estómago hace borborigmos debido al hambre, sacándome de ese momento pacifico por el que estaba pasando. Una mano sobre la mía me hace abrir los ojos, encontrándome con la misma señora sonriéndome.

—¿No desayunaste querida?—cuestiono revisando su bolso.

—Casi se me hace tarde, no lo hice—respondí sintiendo como la vergüenza recorría todo mi ser.

—Aquí—dijo sacando una pequeña bolsita con dos huevos cocidos dentro—No es mucho, pero al menos calmará tu hambre hasta que compres algo más.

—Oh, no podría aceptarlo...

—Por favor, insisto.

—Bien—dije sosteniéndolos con mis dos manos—Se lo agradezco mucho, de verdad—mencione haciendo repetidas reverencias.

—Vamos, el autobús está aquí.


El ruido que causaban mis compañeros de clase los escuchaba en eco, en ese momento mis pensamientos ocupaban la mayor parte de mi cabeza.
Sostenía la mirada perdida, puesta en la ventana donde las gotas de lluvia resbalaban armoniosas mientras dejaba que la música entrara por sus oídos al tener los auriculares puestos. No hacía mucho tiempo había empezado a llover.

—¿In Na?—mencionaron tomándome por los hombros haciendo que saliera de ese pequeño trance.

Me giré un poco sobresaltada y quité los audífonos con brusquedad, lo menos que ahora quería era obtener más problemas. Pero esa tensión y miedo se esfumó cuando observé que no era Juwon.

—¿Tú eres In Na?—cuestionó recibiendo un asentimiento de mi parte.—Ya es hora de ir casa—me dijo tendiéndome mi mochila con una sonrisa—El timbre sonó hace un rato, todos salieron despavoridos de aquí.

Observe mi alrededor y efectivamente, todo se encontraba vacío. Ni siquiera los había escuchado.

—G-Gracias—dije tomando la mochila tímida. No estaba acostumbrada a socializar con alguien del mismo curso.

—Y por cierto, hay un chico preguntando por ti en la entrada—mencionó—Me dijo que es un amigo tuyo.

Instantáneamente una sonrisa se formó en mi rostro pues supe inmediatamente de quien podría tratarse.

—Te lo agradezco otra vez—dije por último antes de salir literalmente corriendo del salón.

Sin embargo, esa sonrisa se borró completamente cuando afuera del colegio logre visualizar lo que era uno de los carros de mi padre. Y recargada sobre el, se hallaba mi madre, quien al mirarme, no tardo en acercarse a mi.

—¿Qué haces aquí?—fue lo primero que salió de mi boca.

—Vine para llevarte a casa, por supuesto—respondió descaradamente.

—¿No escuchaste lo que dije ayer? No voy a volver—respondí siendo lo más firme posible, pero...¿A quien engañaba? Por dentro me moría y las piernas me temblaban cuán gelatina.

—Pero es obvio que no hablabas enserio cariño—respondió riendo divertida—Vamos, tu padre nos espera en casa de los Lee—soltó tomándome de la muñeca para llevarme al auto.

Pero yo puse resistencia haciendo que una notable confusión adornara su rostro.

—No, yo no voy a regresar y permitir que ustedes dos me terminen de arruinar la vida—dije zafándome de su agarre.

Miré hacia todos lados en busca del rastro de Hoseok en ese lugar, pero simplemente no se encontraba.

—¿Buscas a tu amigo? Si, perfecto, porque yo también quiero conocer a ese chico quien dices admirar tanto, aquel chico que te arruino por completo.

Dijo y yo la miré incrédula.

—Por supuesto, ahora lo entiendo—dije dejando escapar un suspiro—Tú mandaste a esa chica diciendo que era un amigo. Qué astuta.

—In Na...

—No mamá, hagan lo que quieran, pero no van a hacer que regrese. Puedes ir y decírselo a mi padre, ya me importa poco.

—Te llevaré a casa In Na, ¿Me oyes?—dijo a mis espaldas—¡Lo haré!

Y dejándola con las palabras en la boca, seguí caminando hasta dar vuelta a la cuadra y así perderla de vista. Al instante me recargue sobre la pared para sacar todo el aire que retuve hace un momento. ¡Joder! Había estado a punto de terminar llorando, porque ¡Maldición! Estaba enojada.

De pronto, el celular en mi bolsillo emitió una vibración, sin esperar mucho, lo saqué y visualicé el nombre: "Hobi ☀️" en la pantalla. Automáticamente una sonrisa apareció en mi rostro , olvidando lo de hace un momento y conteste.

—¿Si?—dije con el teléfono pegado en la oreja.

—Lo lamentó In Na, aún no he salido, el tonto de mi jefe me pidió cerrar—dijo al otro lado de la línea.

—¿Trabajarás hasta noche?—cuestione un poco preocupada.

—No, ya casi termino y he aquí mi propuesta...

—¿Qué? ¿Qué propuesta?—cuestione sintiendo los nervios recorrer cada átomo de mi cuerpo.

¿Enserio era lo que estaba pensando?

—Sal conmigo, In Na.

¡Joder! Si era lo que estaba pensando. ¿Ahora que? ¿Qué se suponía que respondiera? No me había imaginado una confesión tan repentina y por teléfono.

—¿In Na?

—¿Salir contigo? Mmm Y-yo, yo...¡Claro!, si quiero salir contigo Hobi—respondí ahogando un gritito de emoción.

—Perfecto, entonces ¿Qué te parece si vienes hacia la cafetería y después vamos al lugar que tú quieras?

—Espera...¿Qué?—dije confundida—Cuando dijiste "salir" ¿Te referías a literalmente salir de salir a algún lugar?

—Mmm si—respondió y la confusión también estaba presente en su voz—¿Por qué? ¿Pensaste algo dif...

—¡No!—interrumpí sintiendo el calor recorrer mis mejillas por la vergüenza—¡Nunca! ¡No pensé nada! T-te, te alcanzo en un ratito.

Y sin esperar respuesta de su parte, colgué.
¡Rayos! Había terminado de confundir todo, pero...debía admitir que había sido una hermosa confusión.

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