Willow y Gus.
Luego del pequeño incidente con Boscha y su grupo, Luz se dio cuenta de que necesitaba estar más alerta ante la gente que pretendiera lastimarla de alguna forma. Algo que siempre la había caracterizado era lo rápido que aprendía, por lo que le había quedado más que claro que no le convenía acercarse a Boscha si no quería más jugo derramado sobre ella. En el caso de la otra chica, Amity Blight, bueno era todo un misterio para ella. Por un lado, la había ayudado. Por el otro, tampoco parecía muy amable que digamos. Era una chica... diferente.
Sonó la campana y Luz salió corriendo hacia su salón. Otra cosa que Eda le había recomendado era hacer amigos para poder aprender de los humanos y mezclarse mejor entre ellos, en especial con chicos de su edad. Así que esperaba que los de su salón fueran un poco más amables con ella.
Llegó al salón justo a tiempo para evitar llegar tarde en su primer día.
-Señorita Noceda, por favor evite correr dentro de los salones-le pidió la maestra-. Bueno, ya que está aquí, ¿por qué no se presenta?
Luz respiró hondo y pasó al frente de la clase. Después de una vida luchando con monstruos y brujas, esto debería ser más fácil. Spoiler: no lo era.
-Mi nombre es Luz Noceda...-empezó y de inmediato se sintió nerviosa. Estar siendo observada y escuchada por toda la clase la hacía sentirse incómoda. Además, ¿qué diría?
Mi nombre es Luz Noceda. Soy una bruja salvaje proveniente de las Islas Hirvientes. Y luego de cometer el peor error de mi vida, terminé varada en este mundo para siempre.
Bonita presentación.
Por suerte, Eda le había recomendado respirar hondo para mantener la calma y poner la mente en blanco, así que eso hizo y continuó.
-Y recién me mude aquí, a Gravesfield, en la zona de los suburbios. Me estoy quedando en casa de una amiga, aunque ella insiste que no somos amigas. Apenas estoy conociendo el lugar y la escuela, pero espero que podamos ser amigos.
Fue una presentación breve, pero esa era de cierta forma su situación actual. Y al parecer fue suficiente, ya que nadie dijo ni hizo nada ni para bien ni para mal.
-Bueno, bienvenida señorita Noceda. Por favor tome asiento.
Luz asintió y se sentó en la fila de en medio junto a una chica de pelo azul. Cuando la maestra desvió la mirada, la pelizaul se le acercó al oído.
-Oye, me gustó tu presentación.
-¿En serio? No fue gran cosa.
-Sí, por eso me gustó. Todos aquí llegan presumiendo sobre las cosas que tienen y los lugares a los que han viajado. A mí me gustan las cosas sencillas.
-Oh, ya veo. A mí igual, supongo.
-¿De dónde vienes?
-Eh...
Luz no supo qué responder, pero por suerte la maestra volteó y ambas tuvieron que separarse para evitar un regaño. Mientras la maestra les ordenaba sacar sus libros de Historia, la pelizaul le pasó una nota a Luz.
-Soy Willow, por cierto, Willow Park. ¿Almorzamos juntas? Quiero que conozcas a alguien.
Luz sonrió. Encontrar amigos parecía no ser tan difícil después de todo.
-Sí, desde luego-respondió en la nota.
El resto del día fue bastante normal. Luz siguió los consejos de Eda y a pesar de que todo era nuevo para ella y por lo tanto quería participar y levantar la mano para responder en todo momento, se abstuvo de hacerlo y sólo respondió cuando le preguntaban. Aun así a sus maestros les quedo muy claro que esa joven tenía una mente despierta y brillante, posiblemente una genio. Aunque les pareció raro que Luz anotara todo lo que ellos decían, literalmente todo, por consejo de Eda desde luego.
Durante el almuerzo, Willow se llevó a Luz a una parte apartada de la escuela.
-Boscha y su grupo no paran de molestarnos-explicó Willow-. Así que buscamos un lugar para reunirnos en secreto sin que nadie nos moleste y henos aquí.
-¿Quiénes?
Antes de que Willow respondiera, un chico de cabello negro y piel morena se les acercó.
-Hey, Willow, te estaba esperando-dijo el chico chocando los cinco con Willow y volteó hacia Luz-. ¿Quién es la nueva?
-Luz, él es mi amigo Gus Porter, va un año más adelante de nosotras y es muy listo-dijo Willow-. Gus, ella es la chica nueva de mi clase, Luz Noceda, y es igual de brillante que tú.
-Oh, vaya. Mucho gusto, Luz.
-Igual, Gus. ¿Qué es eso que llevas ahí?-preguntó Luz señalando el portafolios que llevaba el chico.
-Ah, ¿esto? Es para mi clase de Literatura. Voy a hacer una exposición sobre brujas y demonios. ¿Tú crees en ellos, Luz?
-De hecho yo vengo de un mundo así.
Luz habló sin pensar y se tapó la boca, pero Gus y Willow no le dieron importancia.
-¿En serio? Genial. Digo, sé que eso es imposible, pero, ¿podrías contarme un poco más? A lo mejor me das algunas buenas ideas para mi exposición.
Aliviada de no haber levantado sospechas, Luz empezó a contarles a Gus y a Willow cómo eran las Islas Hirvientes. Hadas que querían devorar tu piel, grifos con cabeza de paloma y no de águila, y...
-¿Jirafas?-preguntaron Gus y Willow.
-Sí, las expulsamos hace siglos. Son unos monstruos horribles.
-Guau. Es decir, nada de esto tiene sentido-dijo Gus-, pero es fascinante imaginarse un mundo así, ¿no creen?
-Suena aterrador, pero al mismo tiempo interesante-dijo Willow.
-¿Y si fuera real?-dijo Luz fingiendo inocencia.
-Definitivamente iría. Conocer un mundo tan aterrador como fantástico sería mi sueño hecho realidad-dijo Gus a lo que Luz asintió emocionada.
-Bueno, toda esta conversación ya me dio hambre-dijo Willow sacando su almuerzo-. ¿Quieren? Es sólo comida vegetariana. Nunca me ha gustado la carne, comer animales muertos me parece repugnante.
-¿Por qué no?-dijo Luz mientras Willow les compartía de una especie de estofado que parecía hecho de diferentes hortalizas-. ¿Qué es?
-Se llama ratatouille-dijo Willow ofreciéndoles unos tenedores de plástico-. Es de mis platillos favoritos, aunque no tanto por ser vegetariano. A lo mejor sólo es que me gustó mucho la película.
Luz no tenía idea de lo que hablaba, pero definitivamente lo investigaría. Tenía tanto que aprender del mundo humano.
-Y dime, Luz, ¿qué tal te ha tratado la escuela?-preguntó Gus-. ¿Boscha y su grupito ya te dieron su cálida bienvenida?
-Algo así-dijo Luz-. Aunque una chica salió a defenderme en el momento oportuno, afortunadamente. Una chica de pelo verde, no sé si la conozcan.
-¿Quién, Amity?-preguntó Willow-. Sí, la conocemos. También nos ha defendido varias veces de Boscha y su grupo. Es algo fría y reservada con los demás, pero hasta donde sabemos se trata de una persona decente y amable. Aunque no tiene muchos amigos.
-Ya veo-dijo Luz-. ¿Y por qué es así?
-Bueno, nadie sabe realmente qué es lo que pasa con Amity Blight-dijo Gus-. Sólo que tiene todo el dinero del mundo y que sus padres no le prestan mucha atención.
-Oh, pobre.
-Sí. Por aquí no abundan las buenas relaciones con los padres-dijo Willow-. Mis padres y yo, bueno, nos queremos y eso, pero a veces pueden ser muy estrictos conmigo, más desde que discutimos constantemente porque quieren que cuando me gradúe y vaya a empezar la universidad estudie aquí en Gravesfield, aunque yo quiero estudiar en Nueva York.
-Y mi papá y yo tampoco hablamos mucho desde que mamá nos abandonó luego de que se divorciaran-dijo Gus-. Eso y que su trabajo también lo consume mucho. A veces me planteo seriamente si quiero ser reportero en el futuro, no es un trabajo que deje mucho tiempo libre.
-¿Y tú, Luz?-preguntó Willow-. ¿Cómo te llevas con tus padres?
-Mis padres, eh...-Luz sabía que no podía decir la verdad, aunque ya se había dado cuenta que a menos que volviera a lanzar una bola de fuego, cosa que no haría, no le creerían. Además, aún le dolía lo de su mamá-. Sin comentarios.
-Ya, ¿así de mal?-dijo Gus.
-Así de mal.
Aun así, el ambiente no se tornó incómodo ni mucho menos. Siguieron platicando sobre sus aficiones e intereses, como que a Willow le gustaba la botánica y quería estudiar Biología cuando fuera a la universidad, o Gus que quería ser reportero como su papá o quizás investigador. Luz sólo los escuchaba sin decir nada. No se podía decir que tuviera muchas aficiones además de practicar magia salvaje, cosa que muy probablemente nunca más sería capaz de hacer, así que antes de hablar de sus aficiones, tendría que encontrar aficiones nuevas en el mundo humano.
-Bueno, se acabó el descanso-dijo Gus checando su reloj-. La campana no tarda en sonar. Las veo luego, chicas.
-Adiós, Gus.
Ambas se despidieron del chico y se dirigieron hacia su salón, con Luz sonriendo de oreja a oreja.
-Encontré a mis amigos-pensó feliz.
Industrias Blight.
-¡Esto revolucionará al mundo!-dijo Alador emocionado viendo todas sus fábricas funcionar tan sólo con la pequeña partícula de aquella extraña energía que habían obtenido-. No hemos encontrado una manera de replicar esta nueva fuente de poder, ¡pero miren lo que hemos logrado con lo que tenemos! Es fascinante, la energía parece tener un potencial ilimitado, hasta donde sabemos es inagotable.
-Felicidades, querido-dijo Odalia-. Realmente lo hemos logrado esta vez.
-Sólo es el principio-dijo Philip inspeccionando unas cajas que acababan de llegar de su compañía-, pero no puedo negar que hemos empezado con el pie derecho.
-Pero, ¿a quién le pertenece?-preguntó Alador-. Ya hicimos todas las pruebas posibles, esa sangre no es humana ni de animal. Tampoco es ninguna sustancia que exista en la tabla periódica.
-Sea lo que sea, es una criatura totalmente nueva y excepcional-dijo Philip abriendo una de las cajas, de las que salieron cientos de drones de combate de próxima generación-. Y yo la quiero.
-¿Disculpa?
-Sólo es sangre, Odalia-dijo Alador-. Necesitamos más de esa cosa. Tejido cerebral, médula ósea, líquido cefalorraquídeo. ¿Qué tal que esa criatura esconde más que sólo esta energía? Si la encontramos, podría ser clave para el desarrollo científico.
-Guau, Alador, se ve que estás muy entusiasmado-dijo Odalia un poco sorprendida-. ¿Vas a cortar en trozos a lo que sea la criatura a la que le pertenece esta sangre? Esto es demasiado, incluso para ti.
-El progreso siempre requiere que hagamos este tipo de cosas, Odalia, lo sabes mejor que nadie.
-Me da igual, Philip. Siendo honesta, no me importa si esto viola algún tratado internacional mientras garantice el futuro de mi compañía y de mi familia.
-En ese caso, desplegaré unidades de búsqueda por toda la ciudad. Mis drones son discretos y eficaces, estoy seguro de que la criatura sigue cerca y no descansaré hasta encontrarla.
-Y cuando la tengamos, cambiaremos el mundo, para siempre.
-Sin contar las inmensas riquezas que su investigación nos traerá seguramente.
Philip asintió mientras los drones salían de la fábrica con rumbo hacia la ciudad. Sin duda alguna, una vez que atrapara al monstruo o criatura o lo que fuera, y la convirtiera en su rata de laboratorio, empezaría a efectuar grandes planes que cambiarían el mundo de forma radical.
Y lo mejor de todo, es que él estaría en la cima.
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